“Under the Silver Lake” review

 

¿Qué tendrán las calles de Los Ángeles que son como una telaraña? En ella se enreda Sam, un joven que aspira a ganarse la vida en la ciudad de los sueños, pero que pasa los días sin hacer nada de provecho. Las cosas cambiarán cuando conozca a una chica que desaparece misteriosamente al día siguiente. Sam se volcará entonces en su búsqueda, por Los Ángeles y por los rastros de la cultura popular.

Resulta bastante evidente que en la pasada edición del festival de Sitges hubo una importante brecha en lo concerniente a la calidad de un reducido grupo de films provenientes  pocos meses antes de Cannes con respecto a todo el resto, por momentos inabarcable, grupo de películas, a tal respecto y en un festival en donde las narrativas en su gran mayoría quedaron soterradas por los estilos Under the Silver Lake y su genérica indagación en la pasada y actual cultura pop expuesta a través de una búsqueda de tono paranoico fue posiblemente la película que lanzo los matices, reflexiones y digresiones más interesantes vistos en Sitges 2018, un film tan fascinante como desconcertante que volvemos a él con motivo de su reciente estreno comercial en nuestro país.

Con un temario bastante inherente al universo del propio David Robert Mitchell que ya vimos y de alguna manera intuimos tanto en The Myth of the American Sleepover como en It follows Under the Silver Lake deviene como un trabajo que expande y hace apropió de la referencialidad como único punto inherente a su propia narración en referencia a su alquimia o amalgama fílmica, también como delirio estilístico de contornos exuberantes que supone la indiscutible carta de graduación de su autor, algo que lo convierte en todo un referente del actual panorama indie en la que es su mejor película realizada hasta la fecha con bastante diferencia sobre el resto, en ella somos testigos a través de una inquietante atmósfera a modo de noir voyeurístico de tendencias paranoicas expuesta en clave angst juvenil de la exploración de conceptos e influencias de la cultura pop y de su incidencia en una concreta generación, para ello el autor de It follows al igual que en su anterior y reverenciada cinta de terror se vale de la construcción de dichos conceptos y tonos que en esta ocasión vuelven a quedan enclavados en un determinado escenario en donde lo atmosférico juega un papel ciertamente importante, en este sentido pocas veces Los Angeles ha sido retratada en base a una fantasmagoría tan peculiar y matizada, en ella visualizamos recorridos por recovecos que devienen como imposibles a través de una ciudad que parece vivir contantemente a través de un marcado tono hedonista, de alguna manera Under the Silver Lake en donde se puede percibir como su narración no nos va a llevar ningún sitio en concreto es una desesperada travesía sin un destino específico al que ir, una búsqueda en modo de alegoría utópica enmascarada de cine negro en donde se puede atisbar desde la lejanía a personajes como el Philip Marlowe de The Long Goodbye o retazos de obras de Hitchcock y David Lynch, como mal menor  y de una manera casi justificada la película dada su naturaleza de relato que nos deriva constantemente a un mapa de referencias e inabarcables asideros culturales postmodernos adolece de un equilibrio, por momentos expuesta  de a modo de una indisciplinada estructura narrativa, que le haría perfecta.

Under the Silver Lake tan frívola como por momentos ciertamente solemnes e indiscutible paradigma del desconcierto que se aparta conscientemente del simple guiño cool es un film plagado de ideas y posteriores exposiciones a cual más interesante, por momentos imposibles de ordenar de una forma ecuánime, en cierta manera podríamos aplicar aquel enunciado tan recurrente que en ocasiones nos dice que estamos ante una obra que pareciendo no decirnos nada nos esta argumentado prácticamente todo, o viceversa pues como relato de inequívocos contornos originales esta deviene de difícil codificación con respecto a un tipo de público no muy habituado a explorar con asiduidad según qué ejercicios que a través de una narrativa metalingüística indagan en la volatilidad existencial de un determinado ámbito como es en esta ocasión esa generación que deviene ya como adulta y que sigue aferrándose a sus referentes culturales de su juventud ante cualquier contingencia real o figurada, con todo lo excepcional que atesora semejante obra uno tiene la ligera impresión de que este maravilloso desparpajo autoral correrá la misma suerte que películas como Donnie Darko y en mayor medida Southland Tales, de alguna manera su anterior It follows también pertenecía a esta clase de derivas, un film en definitiva con un claro marchamo de culto y por ende algo maldita que parecen estar destinadas a ser más valoradas en un futuro, esperemos que no muy lejano, más que en un presente, peajes conceptuales que parecen ser de alguna manera necesarios ante obras en donde se atisban a grandes narradores dispuestos a anidar e indagar con inusitada excepcionalidad a través del claroscuro de unas narraciones que suelen circunvalar su propia generación.

Valoración 0/5: 4