“Alien: Covenant” review

Alien: Covenant nos sitúa rumbo a un remoto planeta al otro lado de la galaxia, la tripulación de la nave colonial Covenant descubre lo que creen que es un paraíso inexplorado, pero resulta tratarse de un mundo oscuro y hostil cuyo único habitante es un “sintético” llamado David (Michael Fassbender), superviviente de la malograda expedición Prometheus”.

Intentar desgranar Alien: Covenant de una forma justa a la hora de valorar sus múltiples lecturas y connotaciones ya no solo en lo referente a un nivel meramente formal sino también como vehículo de reformulación propia por parte de un autor pasa por la imperiosa obligación de detenerse brevemente tanto en la carrera del realizador implicado como en el devenir temporal de la saga que precede al film que nos ocupa. En primer lugar habría que valorar en su justa medida el posicionamiento (muy valiente en mi opinión) de Ridley Scott, que un director de ochenta años mire de frente, sin tapujos estilísticos y reformule desde su particular punto de vista nuevos conceptos de las dos películas que marcaron a fuego su filmografía como son Alien (1979) y Blade Runner (19829), esta última próximamente e implicado solo como productor ejecutivo, no deja de tener un indudable mérito, por lo que respecta a la saga Alien el discurso tiende a ser incluso más apasionante pues consigue aquí un difícil equilibrio en lo referente a su por momentos inusual condición de hibrido de ciencia ficción estilizada con claros retazos de eficaz serie B casi de consumo pulp deviniendo una agraciada unión de los conceptos básicos que estructuraban tanto Alien como Prometheus.

Alien: Covenant no deja de ser una continua lucha de dichos conceptos, entre las diferentes maneras de mostrar una saga y su mitología, la antigua y la más reciente arriba citadas, con un claro destino final que no es otro que enlazar argumentalmente y temáticamente su modelo inicial, o sea el Alien originario, para ello Ridley Scott reformula a partir y desde la reinvención del universo que estructuraba la infravalorada Prometheus (extraordinario prólogo Weyland) para ir poco a poco derivando a lo que podríamos definir como su propia génesis primaria, lo que digamos la mayoría de fans incondicionales exigían de alguna manera u otra, una especie de regresión a los condicionantes narrativos de la franquicia iniciada en 1979, tenemos ahora a los xenomorfos de vuelta, la consabida aniquilación sistemática de los tripulantes de la Covenant y un twist final que hereda el concepto de heroína omnipresente en toda la saga amen de una gratuita (e inusual por lo poco creíble de la situación en el momento que se produce) escena de sexo de final funesto digna del más puro estilo slasher al uso, todo ello aderezado conscientemente por guiños tales como los títulos de créditos iniciales o el continuo homenaje musical a cargo de Jed Kurzel a la originaria banda sonora compuesta en su día por Jerry Goldsmith, aunque de forma curiosa (y de ahí la principal valía del film) el mejor tramo de Alien: Covenant sea aquel en el que momentáneamente se aparta del tratado que estamos comentando, en donde vemos como Ridley Scott en el tramo narrativo central y mirando de reojo al Frankenstein de Mary Shelley discierne acerca sobre lo efímero del conocimiento por parte dela existencia humana algo que deriva irremediablemente en un impulso de connotaciones fáusticas en lo relativo a la creación y posterior evolución, tratado que termina siendo un claro vaso comunicante acerca de la pesimista e incluso por momentos terrorífica visión que se ofrece del A.I, no en vano los androides que vemos en la película están muy por encima en lo referente al peso dramático de la historia que cualquiera de los humanos que aparecen en la trama.

No deja de estar claro que dicha amalgama conceptual y genérica que atesora un film de las características de Alien: Covenant, que también podría ser definida como la insondable labor de un realizador por intentar contarnos algo nuevo sin renunciar al sintomático déjà vu, lo convierte en un producto tan fascinante como por momentos irregular, es evidente que pese que hay tramos brillantes no hay un tempo narrativo consistente en lo referente a lo que es su historia, también se podría achacar a la cinta el cómo diluye o anula en parte la esencia del misterio de la mimética película originaria, sin embargo todo esto no deja de ser un mal menor, la impresión de que Ridley Scott se deshace de las cuestiones más intrincadas que exponía Prometheus también podría considerarse como algo engañosa, tan solo las simplifica, resuelve en parte y adecua de cara al futuro, una especie de vuelta a los orígenes de su creación para tratar de explicarla desde dentro, pues otra de las principales virtudes que atesora Alien: Covenant (aparte de contar con la labor interpretativa de un Michael Fassbender en estado de gracia)no es otro que el de amplificar y sobre todo mantener viva una saga que hasta hace bien poco parecía estar completamente muerta y sin visos de que pudiera ser reactivada, algo que visto hoy en día el devenir de las mayorías de franquicias auspiciadas por los grandes estudios no deja de ser un triunfo en si mismo.

Valoración 0/5.3’5