Americana 2018 Día 1. Golden Exits/ Beach Rats

Golden Exits

Kevin y Alyssa (Chloë Sevigny) son un matrimonio estancado, él es archivador y ella, psicóloga. Buddy (Jason Schwartzman) y Jess trabajan juntos en un estudio de música. Gwen (Mary-Louise Parker), la hermana de Alyssa, soltera y sin tapujos, tiene de ayudante a Sam, hermana de Jess. Un buen día Naomi, una estudiante australiana y amistad temprana de Buddy, empieza a trabajar como ayudante de Kevin. Las dos parejas que antes solo compartían un mismo barrio ahora se ven afectadas por la inestabilidad y fragilidad del orgullo masculino.

Alex Ross Perry fue el gran invitado este año en esta nueva edición del Americana 2018, el director neoyorquino del que se pudo ver la totalidad de su escueta pero muy interesante filmografía en la Filmoteca de Catalunya presento su último trabajo tras las cámaras, Golden Exits, film que nos acerca a un retrato coral con epicentro territorial en Brooklyn en donde una serie de personajes anclados en un limbo de convivencia digamos en las antípodas de lo considerado como felicidad se verá alterado con la presencia de un elemento distorsionador.

Golden Exits transita a través de la insatisfacción de gente en apariencia insípida, partiendo de la base en que cierto cine y muy especialmente el perpetrado por Alex Ross Perry podría definirse perfectamente como un fiel reflejo de la fantasmalogia del desencanto actual que subyace en una determinada sociedad, la anhelada estabilidad dentro del nucleó familiar que vemos en el último film de Alex Ross Perry es explorada a partir de la muerte del cabeza de familia, hecho y posterior detonante que dará pie a la aparición de ese elemento venido del exterior representado en la película en la figura de una joven becaria, personaje que no deja de ser paradójico al ser el más deseados por todos siendo ella misma la más perdida de dicho conclave. Golden Exits se adentra de esta manera en un juego de vidas cruzadas y espejos en donde la ya constatada perdida en prácticamente todos sus protagonistas de una motivación que les aleje de una vida que ya es plenamente predecible se disecciona a partir de un retrato coral en donde el dialogo o incluso la utilización de los silencios por el que transitan los personajes en esas aparentes zonas de confort en la que conviven deviene como un lúcido y muy amargo retrato de la infelicidad, es en ese amplio y acertado subtexto que nos ofrece Alex Ross Perry en donde se percibe claramente el talento de un autor que se aleja conscientemente de etiquetas, aquí en una obra que se percibe como plenamente coherente e igualmente rupturista en referencia a su anterior y esplendido film Queen of Earth, relatos en donde oscuras derivas existenciales son representadas como un fiel reflejo de la perdida de lo que entendemos como el bienestar emocional.

Valoración 0/5: 3’5

 

Beach Rats

Un adolescente de Brooklyn sin objetivos lucha por escapar de su desoladora vida familiar y averiguar cuestiones sobre su identidad, mientras pasa el tiempo con sus amigos delincuentes, una posible nueva novia y hombres mayores que conoce online.

Beach Rats podríamos aseverar que parte del beneplácito en un principio de no transitar a través de un consabido Coming of Age al uso, termino y aplicación tan denostado hoy en día dentro de actual cine independiente norteamericano que por momentos se hace temible, o al menos es lo que nos quiere dar a entender de buenas a primeras la narrativa perpetrada por Eliza Hitt­man que parte de un relato en donde la sexualidad masculina nos es expuesta en todo momento mediante una corporeidad de tono casi extremo ya no solo en referencia a lo más meramente físico sino también en lo referente a lo escénico, dicho mimbre estructural nos invita a entrar dentro de un contexto de confusión mental con un continuo y vano esfuerzo por pate del protagonista en intentar modificar una naturaleza sexual que parece ya de por si plenamente asentada dentro de su subconsciente.

No deja de ser algo sorprendente que sea una mirada femenina la que se adentre en un relato de tantas consonancias homoeroticas como el que vemos en Beach Rats, el segundo trabajo tras las cámaras de la realizadora Eliza Hitt­man incide en el retrato de una acrecentada crisis de identidad, argumentación esta posiblemente bastante recurrente en el cine actual si bien la manera en que nos es contada no lo llega a ser tanto. De alguna manera Beach Rats es de esas películas en donde la narrativa parece no fluir de una forma convencional, lo que percibimos al principio del film viene a representar prácticamente lo mismo una vez concluido, no hay una transición argumental por así decirlo en esta historia de apariencias identitarias en donde se confrontan como entes contrapuestos una homosexualidad latente y una hipermasculinidad aparente, todo ello a través de una sola mirada pues tanto familia como compañeros del protagonista no dejan de ser meraos acompañamientos no explorados de una forma casi deliberada en un relato en donde el lenguaje corporal es la herramienta clave utilizada tanto por Eliza Hitt­man a la hora de describir en imágenes un desconcierto vital como por parte del joven protagonista en su propósito de intentar conectar a través de su cuerpo con el mundo que le rodea.

Valoración 0/5: 3