El sórdido propietario de un bar de mala muerte contrata a un misterioso asesino a sueldo croata para que elimine a un tipo que le debe dinero. Una inocente camarera se ve involucrada en el crimen. Ahora, prisionera en su propio hogar, la joven deberá tomar medidas desesperadas para mantenerse con vida.
«Crawl» supone el debut tras las cámaras de Paul China, siendo su hermano gemelo Benjamín el encargado de producir esta ópera prima orquestada desde la lejana Australia que remite de manera notoria al film noir moderno norteamericano y muy concretamente al cine de los hermanos Coen, plasmado especialmente en dos de sus películas, «Blood Simple» y «No Country for Old Men«.
«Crawl» pese a lo loable de su modesta propuesta es un film fallido, siendo básicamente un esbozo carente de cualquier tipo de profundidad y desarrollo en cuanto a personajes y recursos narrativos, quedándose como una suerte de especie de ejercicio de fin de curso donde predomina el método formal y estructural a cualquier tipo de rasgo autorial por parte de su creador. Paul China también queda nuevamente al descubierto al intenta reverenciar de manera algo torpe el suspense Hitchcockiano en base a alargar secuencias de manera excesiva que no llevan a ningún sitio (la protagonista deambula durante largas secuencias por su casa sintiéndose amenazada por ruidos y pomos de puertas que se mueven de manera sospechosa) ,volvemos a toparnos con un esquema donde prima lo formal en detrimento del contenido y que se vislumbra parcialmente vació, llevando a una película ya de por sí corta en su duración (83 minutos) a hacerse por momentos alargada de manera poco justificable, que se intente el homenaje y la reverencia a un estilo de cine no tiene porque ser algo negativo, siempre y cuando el fin justifique los medios.
La escena final del film con su nada disimulada similitud con respecto a «Blood Simple» nos lleva al debate de dónde empieza el método referencial al mero plagio, la película de China báscula de manera peligrosa por ambos conceptos, a final «Crawl» se erige como un ejercicio de estilo elevado a la décima potencia, loable pero defectuoso, donde se salva su empaque visual, por momentos acertados, así como la notable banda sonora compuesta por Christopher Gordon y por supuesto la siempre reconfortable presencia de la hermosa Georgina Haig, actriz que pronto podremos ver en la contundente «The Mule«.
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