“Gull” review

Dentro de la muy válida e interesante cosecha asiática que suele estar presente estos últimos años en la sección New Directors del Festival de San Sebastián, Gull la opera prima de la realizadora china Kim Mi-jo, vino a certificar en la pasada edición por si aún existían dudas al respecto el buen nivel de primeros trabajos provinientes de la cinematografía china, un film conciso de denuncia cuya mejor virtud posiblemente radique en ofrecernos una visión nada maniquea de un conflicto moral y social que tristemente sigue sin tener visos de desaparecer, el relato nos retrata la vida de O-bok, una mujer de 61 años que ha regentado una tienda de mariscos en un mercado de pescado durante décadas. Un día tiene su primer encuentro con los futuros suegros de su hija In-ae. Esa noche, O-bok es violada por Gi-taek. Al principio, finge que no ha pasado nada y trata de seguir con su vida como siempre. Poco después, le confiesa la violación a In-ae. La policía llama a Gi-taek para investigar y la historia del incidente comienza a difundirse por el mercado.
Es ciertamente interesante el comprobar como una película como Gull prescinde a través de caminos comunes de ese catálogo formalista que en ocasiones deriva en preciosista en base a multitud de dictados y estilos varios de índole artificial tan recurrente últimamente en las óperas primas a la hora de abordar una problemática social mostrada a través de un retrato psicológico, aquí expuesto desde la mirada de una en un principio no potencial víctima de violación, en cierta manera estamos ante una película cuya narrativa recurre constantemente a la elipsis casi a modo de un acto de fe, nos cuenta bastante más de lo que pueda parecer pero en base a no mostrarnos mucho, especialmente en lo referido a un suceso, situado continuamente fuera de campo, que dará pie a todo el entramado argumental posterior, este se desarrolla en referencia a un tono que deviene como aparentemente cotidiano, o al menos en lo referido a su génesis, apenas percibido como algo casi anecdótico que ira volviéndose cada vez más enrevesado conforme la victima de la violación se sienta totalmente legitimada moralmente para la denuncia pese al cada vez mayor descredito al que se ve sometida por todo su entorno.
En Gull también encontraremos interesantes apuntes al contexto de la crisis económica como podemos comprobar en ese intento de expropiación por parte del ayuntamiento del mercado en donde trabajan víctima y acusado, una problemática que en parte colinda con la principal del relato, el de la denuncia, a la hora de establecerse curiosos paralelismos en referencia a como la sociedad prioriza una cuestión para relativizar la otra, por fortuna la mirada de Kim Mi-jo a tal respecto no se sustentara en la demagogia como suele ser bastante habitual en este tipo de relatos, la visión de la realizadora devendrá limpia y libre de prejuicios en base a su condición de historia contemplativa, decisión que encumbra esta estimable y humilde película.
Valoración 0/5:3