“Malgré la nuit” review

Lens regresa a París para encontrar a su único y verdadero amor, Madeleine. Allí conoce a Helen, una enfermera que perdió a su hijo pequeño y le resulta muy difícil recuperarse de esta tragedia. Una historia de amor comienza en medio de una pasión dolorosa, de celos y autodestrucción.

La última película de Philippe Grandrieux podría servir casi a la perfección de lo que solemos denominar como cine empírico, de poco sirve que Malgré la nuit con respecto a los anteriores trabajos del realizador francés sea el más asequible digamos a un nivel meramente narrativo (a diferencia de sus anteriores y muy conceptuales White Epilepsy y Meurtrière), Malgré la nuit basa su principal razón de ser a través de su propia radicalidad cinemática, pocas películas como la que nos ocupa han reflejado un trazo corpóreo tan definido y austero como extremo en lo referente a lo que podría ser su tesis fílmica, en este aspecto Philippe Grandrieux vuelve a anteponer cualquier tipo de resquicio posible a una narrativa lineal o convencional a favor de una imagen de claros contornos primigenios, un drama fatalista con tintes de amor fou presentado a modo de una experiencia que se revela casi de un tono abstracto plasmado en celuloide, pues si de una cosa podemos estar seguros es de que estamos ante un autor en donde el tacto y el cuerpo, expuestos paradójicamente a modo de herramienta visual, se convierten en paradigma de lo que tendría que ser el cine, una caja de pandora en donde la resonancias y la experiencias cinematográficas alternativas (que no por inusuales y poco utilizadas tendrían que ser direccionadas a un gueto de distribución como suele ser habitual en estos casos) se erigen como su principal e ineludible activo.

Al igual que en su día Iván Zulueta en Arrebato o en buena parte de la filmografía orquestada por David Lynch, ese otro yo expuesto a modo de doble espejo, (pocas películas encontraremos que remitan tanto a Lost Highway como la que nos ocupa) la imagen expuesta a cargo de Philippe Grandrieux en Malgré la nuit se convierte de una forma ineludible en un ensamblaje en donde su naturaleza sensorial nos llega a ser expuesta a un nivel experimental que no críptico en lo referente a su narrativa, aquí radica la gran diferencia que podemos encontrar con respecto al film de David Lynch que comentamos más arriba, pero al igual que en aquella vemos como los comportamiento de los protagonistas principales que transitan por esta historia tan extrema y anatómica lo hacen a través de evidentes derivas y trazos de tono obsesivo, en donde la exploración del sexo como arma de autodestrucción, los celos y la imperiosa necesidad de subliminal la perdida de lo femenino por parte del protagonista masculino (como vemos de forma palparía en la escena final) se basan en planteamientos en donde ese escenario representado en el film a través de una ciudad de Paris de contornos casi post-industriales, expuesta a modo de un universo y un territorio cuyo epicentro tenebroso, pesadillesco y taciturno ofrecen una coyuntura escénica que supone en parte un retorno a los ambientes de los primeros trabajos del realizador francés, esas criaturas nocturnas que componen el imaginario orquestado por Philippe Grandrieux toman una mayor y plena relevancia en Malgré la nuit, a través de ellos somos testigos de una mirada de tono formal casi anclada en el tiempo y escenificada en esos bajos fondos parisinos, recreados a través de un foco autoral de carácter innegociable a cargo de un autor cuya obra experimenta como pocos creadores tanto la luminosidad como con la corporeidad de los cuerpos desnudos de sus protagonistas. En Malgré la nuit encontraremos pasajes musicales de extrema belleza, composiciones que nos son expuestas entre el sueño y la vigilia del sufrimiento de unos personajes en donde la oscuridad escénica y anímica deriva en la urgencia de sus propios deseos, aquí de connotaciones claramente primarios, vistos a través de una mirada subversiva del sexo y del sueño espectral sobre la perdida.

Como en todo cine perpetrado por Philippe Grandrieux  Malgré la nuit requiere de un esfuerzo en la mirada y la asimilación del espectador, sus 150 minutos de duración lindan en extremo con esa delgada línea que separa la fascinación que puede provocarnos sus imágenes y el agotamiento formal de la propuesta en sí, poco importa que partamos de una historia sencilla, no se trata de la argumentación de esta sino del estilo con que está estructurada, direccionada a través de un tempo narrativo que parece estar en un continuo suspendió, adentrándose en la construcción de una abstracción de tono muy físico, aquí al total servicio de una experiencia expuesta casi al limite. Malgré la nuit supone un éxito como tal, como fascinante ejercicio cinematográfico y como propuesta audiovisual que solo puede ser disfrutada en plenitud de condiciones en una sala de cine, pues al final de cuentas una de las máximas del séptimo arte siempre ha consistido en experimentar sensaciones a través de su audiovisual e intentar alejar al espectador de la realidad durante un periplo temporal como bien nos llega a hacer partícipes Philippe Grandrieux en la portentosa Malgré la nuit.

Valoración 0/5:4’5