“Nocebo” review

Una diseñadora de moda sufre una enfermedad misteriosa que desconcierta a sus médicos y frustra a su esposo, hasta que llega la ayuda de un cuidador filipino, que usa la curación popular tradicional para revelar una verdad horrible.
Varias fueron las propuestas presentes el pasado año en el festival de Sitges que de alguna manera siguieron una serie de pautas genéricas hoy en día percibidas como preestablecidas, en una época en que el género de terror está plagado de remakes y secuelas algunas de ellas intentaron buscar ciertos resquicios, y plantear una cierta originalidad, en relación a un material aparentemente ya transitado.
A tal respecto muchos fueron los relatos sobre brujería presentes en Sitges 2022, uno de ellos, Nocebo, parte de dichas coordenadas genéricas a la hora de indagar en una historia de venganza sobrenatural con reminiscencias al folk horror, narrada a modo de thriller psicológico con ciertos apuntes de denuncia social. Su director, Lorcan Finnegan, es un cineasta al que se le intuyen interesantes maneras a la hora de articular conceptos de género fantástico, algo visible tanto en su estimulante debut, el terror ecológico Without Name (2016), como en ese elaborado juguete distópico que era Vivarium (2019), película que bebía de fuentes tan reconocibles como The Twilight Zone, Tales of the Unexpected o Black Mirror.
Nocebo, trabajo menos satisfactorio que las dos películas anteriores, conserva algún que otro apunte sugerente, especialmente el que queda distante al género, con relación a la apropiación cultural que alberga una sociedad consumista, en ese sentido a través de un dialogo sociopolítico con elementos de suspense sobrenatural, posiblemente la mayor virtud de la película resida en la indagación, algo tímida, del fantástico a través de lo social, y lo más importante, sin difuminar, o dejar en un segundo lugar el primer concepto, algo bastante habitual en nichos genéricos de la actualidad.
Lástima que Lorcan Finnegan sea un autor que a veces dé la sensación de estar demasiado pendiente de un estilo, más atento al cómo que al qué; Nocebo, pese a que intenta ser algo compleja en ese sentido no es una excepción, pues la ausencia de una narrativa entendida como sólida, por culpa en gran parte de un flashback estructurado de la peor forma posible, un déficit paliado de forma algo puntual por su decidida adscripción al drama de terror que expone los complejos estados psicológicos por los que atraviesan sus tortuados personajes.

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