“The Wild Goose Lake” review

Zhou Zenong es un gánster que acaba de salir de la cárcel y se convierte en fugitivo esa misma noche, después de que una reunión de bandas acabe mal y provoque la muerte de un policía. Tratando de esconderse mientras se recupera de sus heridas, Zhou se encuentra con Liu Aiai, una prostituta que puede haber sido enviada para ayudarle, o bien para entregarlo al capitán de la policía a cambio de una cuantiosa suma. Perseguido por las bandas y por un dispositivo policial que parece abarcar toda la ciudad de Wuhan, Zhou deberá enfrentarse a los límites de lo que está dispuesto a sacrificar tanto por esa extraña como por la familia que dejó atrás.

El realizador de origen chino Diao Yinan con tan solo cuatro trabajos detrás de las cámaras en su haber da la sensación de haberse convertido en todo un referente de ese panorama genérico autoral que transita por el llamado noir chino, su anterior y notable Black Coal, con la que consiguió ganar el Oso de Oro en Berlín hace ya cinco años, no dejaba de ser una brillante y sofisticada vuelta de tuerca de dicho subgénero sin perder nunca de vista una indagación en el contexto social en el que se movía, su nuevo trabajo proveniente de Cannes, de la sección Perlas del Festival de San Sebastián y finalmente del Festival de Sitges titulado The Wild Goose Lake, que se estrena comercialmente estos días en territorio español,  sigue transitando por una senda temática que al igual que en su anterior film tiene como principal activo el atesorar un asombroso virtuosismo estético visual.

The Wild Goose Lake es indiscutiblemente una de las películas del año provenientes de la nueva cinematografía china, Diao Yinan en esta ocasión vuelve a incurrir en esa infografía visual que parece estar en una catarsis permanente en relación a apostar por un propio virtuosismo que parece situarse de forma reiterada en ese peligroso territorio que delimita de forma muy difusa la brillantez estética con una cierta artificialidad que en parte puede diluir el trazo dramático del relato. Diao Yinan sin embargo sale bastante airoso del envite, The Wild Goose Lake resulta ciertamente fascinante en la medida de estar ante una obra bien orquestada, de una condición claramente hiperactiva y situada a través de unas barreras que difuminan los ambiguos contornos existentes en lo concerniente a una cruda realidad que poco a poco se adentra en el terreno de la pesadilla. De este modo la síntesis principal de The Wild Goose Lake queda expuesta a través de una revisión de los arquetipos del noir en donde el lenguaje visual se sitúa en todo momento por delante de los diálogos, en cierta manera su premisa argumental, un par de personajes que por uno u otro motivo han de escapar de continuos controles policiales y criminales, no deja de ser una excusa, la argumentación de los repetidos itinerarios de fugas, persecuciones, traiciones y conceptos propios del cine negro no parecen, o al menos da esa sensación, ser una prioridad para un Diao Yinan que parece encontrarse mucho más cómodo a la hora de retratar o más bien contemplar unos escenarios de índole laberintico, nocturnos, lluviosos y bellamente iluminado a través de los neones, un conclave estético que parece de alguna manera asalvajado y que no dejan de ser una durísima radiografía, o si se prefiere alegoría, de una actual China en donde las brechas sociales existentes entre sus habitantes son cada vez mayores, a través de todo ello los protagonistas del relato subsisten en ese escenario casi modo de ecosistema paralelo, de fantasmal ambiente turístico y connotaciones casi utópicas, unos habitantes en continuo movimiento cuya compulsividad y aparatosidad parecen remitirnos a cierto cine perpetrado en su día por Sam Fuller, también al cine negro de serie B norteamericano de los años 40, seres que de alguna manera viven cercenados en reductos que dan la sensación de ser limítrofes con el resto de la población, será en la nocturnidad de la acción en donde percibamos una suerte de sueño a modo de triste elegía en relación a una urbe desproporcionada a todos los niveles que se manifiesta como un animal salvaje en una historia en donde a fin de cuentas se nos cuenta una redención cuya consecuencia final volverá de alguna manera a poner en equilibrio las cosas.

Un film planificado y ejecutado de forma excelsa en lo referente a su apartado técnico, la fotografía  a cargo de Dong Jinsong otorga a The Wild Goose Lake la inequívoca condición de ser un producto gran calado fílmico provisto de una plasticidad exuberante anclada en una suerte de universo que queda de alguna manera alejado de realismos convencionales al mismo tiempo que le otorga al conjunto una naturaleza hiperactiva en donde llegados a un punto determinado el constante movimiento de las ficciones nocturnas orquestado para la ocasión no se le concederán al espectador el poder detenerse a mirar de una forma sosegada su narrativa, en este aspecto, en el film de Diao Yinan la reflexión o el estudio de según qué comportamientos lo podemos encontrar si acaso una vez concluida una función en donde podemos atisbar para satisfacción nuestra como detrás de las cámaras percibimos a un talento con una personalidad y un estilo tan propio como definido, unas cualidades estas muy a tener en cuenta en el seguimiento de su carrera en los próximos años.

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