“The Witch” review

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Nueva Inglaterra en el año 1630. Una familia de colonos cristiana, formada por un matrimonio y sus cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está controlado por un mal sobrenatural. Cuando su hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros. Más allá de sus peores temores, un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano.

The Witch” fue el film encargado de inaugurar la pasada edición del festival de Sitges, posiblemente si el debut en la dirección de Robert Eggers (galardonado de forma incuestionable a la mejor dirección en el pasado Festival de Sundance) hubiera ido a concurso habría arrasado en el palmarés pues estamos ante una pieza que supone un brillante regreso a la representación de un terror serio y adulto de época, algo bastante escaso últimamente, de contornos casi minimalistas, por momentos de un tono casi teatral (en lo positivo del termino)dada su claustrofóbica ubicación, todo ello mostrado de manera casi primigenia, en donde sobretodo se prioriza lo sugerido a lo explícito en base a un apabullante y malsana recreación atmosférica compuesta de planos extremadamente depurados, acompañado y ensamblado de manera notable por el trabajo del director de fotografía Jarin Blaschke y el compositor Mark Korven, una presión ambiental la mostrada que nos va a acompañar en un angustiante in crescendo representada como amenaza mitad sobrenatural mitad mitológica, un cuento folklórico de terror construido a partir de elementos históricos y tradicionales.

Convendría  apuntar en este aspecto como la lectura fantástica que nos propone “The Witch” llega a ser por momentos fascinante, es harto evidente que la historia expuesta juega sin ningún tipo de pudor a una cierta ambivalencia, ¿existe realmente la bruja?, ¿estamos ante un caso de histeria colectiva en forma de drama psicológico de influencias puritanas?, sus últimos diez minutos son bastantes aclaradores en lo referente a estas interrogantes sin embargo convendría resaltar como Robert Eggers desubica he invita a posibles reflexiones sin el gratuito recurso del fácil engaño y de una forma inteligente al espectador en lo referente a posibles interpretaciones para nada cripticas que puedan hallarse dentro de la historia, y lo hace durante muy especialmente al final de la película pues la parábola e incluso la metáfora están perfectamente integradas dentro del relato, podríamos poner como ejemplo entre otros muchos como posible desencadenante de ese oscuro imaginario a una supuesta e hipotética liberación femenina, consciente o no, de las cadenas de sumisión patriarcales y del fundamentalismo religioso existente en la época.     

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De hecho podríamos aseverar que la narrativa argumental de “The Witch” es tan simple como casi anecdótica, una representación perturbadora acerca de una histeria puritana ubicada en el núcleo de una familia abandonada en el escenario de un territorio completamente hostil. Robert Eggers, un nombre que seguir en el futuro de una forma obligada logra en “The Witch” un cine independiente de genero de alta calidad y voltaje, pero sobre todo un producto que deviene como un extraordinario y depurado ejercicio de estilo fílmico y devuelve al igual que lo hizo recientemente Rob Zombie en su magnífica “Lords of Salem“, a la figura de la bruja una dignidad cinematográfica bastante abandonada y frivolizada en los últimos tiempos, un ejercicio de terror en estado
 puro que se sitúa a las antípodas y se aleja de forma consciente del trazado más puramente pirotécnico e incluso del drama carente de elementos fantásticos como hemos visto en otros films que se ubicaban en una mayor o menor medida dentro de un escenario de características similares como pueden ser “Witchfinder General 1968 o “The Crucible” 1996 por ejemplo, “The Witch” de paso se convierte en una muestra inusual hoy en día de cómo lograr incidir en la psicología del espectador en base a una serie de sugerencias fuera de campo, un catálogo de elementos invisibles, un servicio técnico este primordial en la narrativa impuesta por Robert Eggers, consiguiendo una sensación de angustia tan efectiva y elegante como meritoria, en base a una utilización de planos completamente minuciosos aderezados con tonos elegantemente pictóricos, todo ello sin llegar a recurrir en lo gratuito sino a todo lo contrario, todo un triunfo digno de alabar.

Habrá que esperar como la Universal distribuye comercialmente un producto de estas características, sería de agradecer que fuera valorada y consiguiera unos resultados acordes con su indiscutible calidad, el veredicto en el circuito de festivales de este 2015 ha sido bastante claro y definitorio en este aspecto, esperemos y deseemos que también lo sea de una manera global a la hora de su estreno.

Valoración 0/5: 4

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