“Vortex” review

Seguida su trayectoria con algo de detenimiento no sorprende tanto que un autor de las características de Gaspar Noé de un golpe de timón a estas alturas de su carrera con respecto a la tonalidad y aparente registro de sus películas, si nos fijamos en sus últimos trabajos tras las cámaras tanto en Climax como en Lux Æterna se percibía de una forma muy clara la naturaleza de un autor inquieto a la hora de abordar nuevas fórmulas y coordenadas narrativas, algo por otra parte muy de agradecer hacia el espectador con pedigrí, Vortex parte indudablemente de esa voluntad, la película nos presenta una escueta sinopsis que nos dice que la vida es una fiesta corta que pronto será olvidada, a partir de ahí el relato nos ofrece una historia desgarrador sobre dos ancianos, geniales Dario Argento y Françoise Lebrun,  él enfermo del corazón y ella aquejada de un estado bastante avanzado de Alzheimer, una crónica pausada expuesta con todo lujo de detalles de un final a través del día a día de dos personas que se encuentran en los últimos momentos de su existencia.

Según se mire y contextualizando antecedentes Vortex no es tan diferente de otros trabajos de su director como puede parecer en un principio, lo es evidentemente en lo relativo a sus formas, pues es su película en cierta manera más conmovedora y aparentemente sosegada, pero no tanto en un fondo que sigue siendo terrible en referencia a lo que se nos explica, del sexo, la violación, la desmedida juventud, las drogas, la danza y la violencia pasamos a un tratado de claro índole inmersivo, minimalista y formal sobre el envejecimiento y la mortalidad, la virulencia de la cámara pasa de estar desmedidamente agitada a reducir la marcha sin dejar de estar algo nerviosa e inquieta en momentos puntuales, en realidad existe un muy importante tercer personaje en la trama en lo concerniente al apartamento parisino en donde han vivido la práctica totalidad de su vida adulta los dos protagonistas del relato, un habitáculo lleno de recuerdos, libros, carteles relacionados con el cine aderezado con un cierto radicalismo cultural de los años sesenta y setenta, una atiborrada decoración que funciona como metáfora perfecta en relación a como la memoria y la experiencia de un tiempo pretérito terminan encontrando inevitablemente un punto de conexión con la decadencia mental. En este aspecto Gaspar Noé es lo suficientemente inteligente como para no renunciar del todo a esas coordenadas autorales que dan pie a un reconocible virtuosismo formal pese a abordar un relato más lineal que de costumbre siendo relativamente fiel a unos parámetros estéticos en la medida de aplicar una experimentación que inciden principalmente en lo concerniente a la incomodidad por la que se mueven sus personajes, en esta ocasión en referencia a la utilización de un split-screen en encuadres 2,35:1 que juega de forma reiterada con el doble punto de vista y que nos deriva al mismo tiempo a un movimiento desatado en donde esa crispación tan marca de la casa de su autor hace tímidamente acto aparición en lo concerniente a la continua y por momentos desesperada agitación de sus protagonistas dentro de un espacio reducido, cercano a un angustioso laberinto, a modo casi de último bastión de resistencia por parte de ellos contra la muerte.

Con un toque inusualmente humano Vortex termina siendo la obra más sutil, reflexiva y honesta de toda la filmografía de Gapar Noe, posiblemente también su mejor película realizada hasta la fecha, todo ello en base a un cine que aquí es utilizado a modo de una brillante herramienta de disociación que requiere del respeto y  la solemnidad del temario tratado. Sus en un principio excesivos 142 minutos de duración no es tanto un obstáculo como una virtud en la medida de cómo están planteados y expuestos, pues ayuda de alguna manera a la inmersión del espectador ante un relato que requiere de ello. Por si fuera poco el film atesora la virtud de eludir por completo ese tono maniqueo y subrayado tan proclive en este tipo de relatos, parcela esta en donde por ejemplo Michael Haneke con su Amour no estuvo tan acertado en su día.

Valoración 0/5: 4