«The Hateful Eight» versión roadshow review

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Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza a toda velocidad por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar rápidamente al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Como se aproxima una ventisca, los cuatro se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña. Cuando llegan al local se topan con cuatro rostros desconocidos. Bob (Demian Bichir), que se encuentra allí refugiado junto con Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras la tormenta cae sobre la parada de montaña, los ocho viajeros descubren que tal vez no lleguen hasta Red Rock después de todo…

Reseñar a estas alturas la extrapolación que supone a un ingente número de ámbitos cada nuevo trabajo que presenta Quentin Tarantino resulta ser un ejercicio tan obvio como algo innecesario, la expectación, el hype, el acontecimiento o como se le quiera llamar siempre estará presente dentro de su cine, posiblemente de una manera más que justa pues estamos ante un autor único, y ese adjetivo también se podría llegar a extrapolar fácilmente a todas las connotaciones que posee la palabra en sí mismo.

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«The Hateful Eight» el octavo filme escrito y dirigido por el director norteamericano reincide nuevamente en el western al igual que su anterior y exitosa «Django Unchained«, 
aunque con unas connotaciones estructurales bien diferentes, si Django era un compendio autoral que reverenciaba de manera sabia y honesta al spaghetti western, «The Hateful Eight» es eso y mucho mas aunque no lo parezca a primera vista, sigue a pie puntillas unas constantes habituales dentro de su cine, hibridación genérica, la importancia de la palabra escrita como motor argumental, violencia desmedida (especialmente en su tramo final), un universo propio que teatraliza a semejanza de una obra de Agatha Chistie al estilo de Diez negritos, en este aspecto a la hora de crear una tensión que va en crescendo el aporte ofrecido por Tarantino es inmaculado en su desarrollo narrativo, para ello se apoya en una trama cocinada a fuego lento que hay que saber asimilar y valorar en su justa medida porque a fin de cuentas «The Hateful Eight» es un ejercicio tan arriesgado como extraordinario en los resultados que nos ofrece, mucho menos amable y bastante más extrema que en su anterior trabajo, muchos de los que alabaron hasta la extenuación «Django Unchained» posiblemente queden algo desorientados ante semejante declaración de principios fílmicos, estamos ante una película del Oeste en las antípodas de ser normal, teatral, tumultuosa e incluso aparatosa por no decir abrumadora en lo referente a su mixtura de referencias, sin llegar a perder el control en ningún momento, uno de los pocos déficits de anteriores trabajos suyos, tres horas que si entras en el juego fluyen de una manera rápida y que dan para mucho, todo ello demuestra que estamos ante un autor que ha alcanzado una incuestionable madurez como director.

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Pero no solo de referencias y de realismo se sustenta los beneplácitos de este film, nada de ello tendría un sentido sin las aportaciones secundarias y técnicas que vemos en «The Hateful Eight«, desde el vestuario a cargo de Courtney Hoffman, las deslumbrantes localizaciones del diseñador de producción Yohei Taneda o el impresionante trabajo llevado a cabo por Robert Richardson en la fotografía (pocas veces un espacio cerrado fue mostrado de manera tan amplia como aquí), y luego esta Ennio Morricone claro, una banda sonora de tono oscuro que retrata casi a la perfección la claustrofobia y el misterio del relato, derivándola incluso a los contornos de un film casi de terror. Otras de las virtudes habituales del cine de Tarantino es el provecho que le suele sacar al reparto, «The Hateful Eight» evidentemente no es una excepción en este apartado, se nos presenta un reparto coral que en su composición nos recuerda algo a «Reservoir Dogs«, nos recupera un icono de los noventa como fue Jennifer Jason Leigh, su performance en los últimos quince minutos del film es de las que marcan pauta, y nos descubre a un actor tan válido y versátil como Walton Goggins, sumado a valores seguros como Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Tim Roth o Michael Madsen deviene el activo actoral tan característico dentro del cine de Tarantino como un valor muy primordial.

«The Hateful Eight» termina convirtiéndose en el paradigma Tarantiniano por excelencia, su extremo virtuosismo llevado casi al límite posiblemente le arrincone en algo de cara al gran público y a un cierto sector de sus fans, muchos la tildaran como una obra menor y apelaran su nada disimulada teatralidad escénica o a su abultado metraje como lastres a la hora de enjuiciarla de una manera benévola, sin embargo para un servidor estamos ante  la confirmación definitiva y sobre todo la madurez de un autor tan exquisito y único como excéntrico a la hora de exponer sus postulados, hay tanto en «The Hateful Eight» que sería imposible desgranarlos en tan pocas líneas, uno maravillosos excesos autorales en definitiva que lo definirán en un futuro no muy lejano como uno de los grandes creadores cinematográficos de la edad moderna.

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Valoración 0/5:4’5

«The Stanford Prison Experiment» review

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Película basada en una historia real que tuvo lugar en 1971, cuando el profesor de Stanford Dr. Philip Zimbardo creó lo que se convirtió en uno de los experimentos sociales más impactantes y famosos de todos los tiempos: en unos días fue capaz de convertir a un grupo de ciudadanos de clase media en gente sádica por un lado y víctimas sumisas por otro.

«The Stanford Prison Experiment» es la tercera aproximación en celuloide del famoso estudio psicológico universitario acontecido en el verano de 1971 en la universidad de Stanford, si en el film alemán basado en el libro “The Black Box” de Mario Giordiano y dirigido por Oliver Hirschbiegel «Das Experiment» (2001) y su posterior remake estadounidense «The Experiment» (2010) se apoyaban en el caso real para acabar desenvolupando una suerte de drama de suspense con contornos de thriller de tono algo pueril en su tramo final, «The Stanford Prison Experiment» es de una forma clara la que expone de manera más fidedigna y detallada el suceso acontecido.

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Aunque claro el llegar en último lugar en un periodo de tiempo relativamente corto supone un ligero hándicap a la hora de valorar la relativa exclusividad del relato, no tendría que ser así pero es algo inherente en la apreciación que puede haber por parte del espectador, «The Stanford Prison Experiment» pese a ser claramente superior a sus predecesoras no acaba de ser redonda en sus propósitos, si hace bien poco hablábamos de como «Experimenter» el reciente biopic sobre el psicólogo Stanley Milgram perpetrado por Michael Almereyda no terminaba de explorar de una manera convincente todas las enormes posibilidades de la historia, Kyle Patrick Álvarez tampoco llega a profundizar con suficiente acierto sobre tan apasionante estudio social y sus posteriores consecuencias y reflexiones,
 «The Stanford Prison Experiment» es una película filmada de manera pulcra, incluso por momentos de forma elegante pese a su bajo presupuesto, con un acertado uso del espacio escénico de tono claustrofóbico, interpretada de manera muy acertada por casi todo el casting, pero fracasa a la hora de reflexionar y analizar con solvencia sobre los comportamientos que afloran en los personajes dentro de la situación a los que han sido sometidos, sumisión, abuso de poder, vulnerabilidad, etc.

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El film de Kyle Patrick Álvarez da la impresión de que solo pone cierto énfasis en mostrarnos los hechos-comportamientos y poca cosa más, no se profundiza más allá de los actos mencionados, no deja de ser sintomático como lo más interesante a la hora de discernir sobre el alegato por parte de los propios personajes acontezca en base a entrevistas después del experimento y que podemos ver de una forma muy escueta durante los títulos de crédito finales, en este aspecto creo que el gran lastre existente en «The Stanford Prison Experiment» es el retrato algo difuso que vemos del doctor Phil Zimbardo interpretado por Billy Crudup, retrato por cierto nada complaciente pese a participación del mismo Zimbardo en el proyecto, teóricamente y tal como está estructurado el film a él le corresponde discernir acerca del lento desfase psicológico de las cobayas humanas que controla a través de cámaras de video, dando como resultado la extrapolación de la impresionabilidad y la obediencia de los sujetos cuando a estos se le proporciona una ideología legitimadora, sin embargo este en teoría rol que tendría que ser primordial se presenta lleno de dudas y muy falto de matices, básicamente solo se plantea el debate entre la protección de sus estudiantes o la de su investigación, cuestiones tales como la supuesta falta de ética y las barreras existentes en los límites del método científico quedan muy diluidos en el film, apenas son esbozados. «The Stanford Prison Experiment» termina convirtiéndose en un paradigma de como mostrar con cierto aplomo matices de tono realista en su puesta en escénica pero sin llegar a adecuar de una forma concisa ese microcontexto de la sociedad que se ve reflejado en los actos y comportamientos de los que vamos siendo testigos a lo largo del metraje.
 

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Valoración 0/5:2’5

«Partisan» review

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Alexander es como cualquier otro niño: juguetón, curioso e ingenuo. También es un asesino entrenado. Criado en un paraíso escondido, Alexander ha crecido viendo el mundo filtrado a través de su padre, Gregori. Cuando Alexander comienza a pensar por sí mismo, sus miedos toman forma, y el mundo idílico de Gregori se desenreda.

Ariel Kleiman una de las promesas del nuevo cine independiente proveniente de Australia nos presenta «Partisan«, su estimulante debut en el largometraje después de dirigir distintos cortometrajes en donde nos ofrece una alegoría de ubicación atemporal (podríamos estar hablando perfectamente de pasado, presente aunque presentimos por pequeños detalles que estamos dentro de un futuro muy poco halagüeño) acerca de un poder impuesto por los lazos patriarcales representado en el film en la creación de un mundo endogámico alejado de los patrones de autoridad institucionales que todos conocemos, liderado bajo los rasgos de un excelente Vicent Cassel, personaje este que se nutre de la inocencia y sumisión de los más débiles para beneficio propio, una cinta que basa su principal propuesta en no intentar sobre explicar prácticamente nada, a partir de aquí Ariel Kleiman nos propone una amplia lectura de contornos vitales direccionado especialmente a través del paso a una edad adulta del niño protagonista (un extraordinario Jeremy Chabriel  que sabe estar a la altura del actor galo) y como este tiene que sufrir la consabida maldad social-patriarcal que se nutre de los más débiles, una debilidad que está a punto de abandonar para adentrarse en un mundo ya real, un mundo circunscrito propio que se rige por unas impostadas leyes, equivocadamente morales, todo ello apoyado de manera acertada por una minimalista y por momentos elegante puesta en escena.

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Sería un error el pensar que una película como «Partisan» sea simple, sencilla o que transite por territorios algo convencionales en todo lo que nos va exponiendo, nada más lejos de la realidad, estamos ante una de esas cintas en la que hay que escarbar de forma concienzuda para poder ver lo que atesora en su interior, más que en el avance psicológico y personal de los protagonistas la apuesta de Ariel Kleiman no deja de ser un perfecto y notable ejemplo de ese cine de claro calado metafórico, rico en un variado esquema de analogías y que abre múltiples vías de interpretación y extrapolación incluso hacia diferentes aspectos sociales del actual mundo, aunque claro todo esto requiere de un ligero esfuerzo por parte del espectador, es ahí en donde «Partisan» gana muchos enteros y adquiere por derecho propio un estatus y unas connotaciones propias de un film casi de horror real, una reflexión adquirida ante lo que vemos que nos deriva directamente hacia el malestar por la lectura social y política que hemos ido asimilado a lo largo del film, todo un logro.

«Partisan» salvando las consabidas distancias podría devenir perfectamente casi como una versión real y autoral del «They Live» de John Carpenter, un film poseedor de una libertad creativa que se aleja de forma consciente de las consabidas etiquetas cinematográficas de trazo y características evidentes, convirtiéndose por derecho propio en una de las pequeñas joyas indie a descubrir del pasado año.

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Valoración 0/5: 4

«The Tale of Tales» review

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Ambientada en el Barroco, narra, con tintes fantásticos, las historias de tres reinos y sus respectivos monarcas. La de la reina de Longtrellis (Salma Hayek) y su marido (John C. Reilly), la de dos misteriosas hermanas que encienden la pasión del rey de Strongcliff (Vincent Cassel), y la del rey de Highhills (Toby Jones), obsesionado con una pulga gigante, que le lleva a romper el corazón de su joven hija… Libre adaptación de “El cuento de los cuentos”, del napolitano Giambattista Basile, célebre autor de relatos cortos del siglo XVII.

«The Tale of Tales» supone la primera y ambiciosa producción (12 millones de euros de presupuesto) en lengua inglesa del director italiano Matteo Garrone, un autor que anteriormente había incidido en un distorsionado realismo con títulos tan sugerentes como «Gomorra» o «Reality«, ahora en «The Tale of Tales» cambia por completo de rumbo y conceptos para adaptar tres historias incluidas en ‘El Pentamerón’ del autor napolitano  Giambattista Basile, unos relatos en donde se nos muestra el reverso oscuro del arquetípico cuento de hadas amable, una fábula grotesca de contornos barrocos y poseedor por momentos de un tono exhibido que bordea lo más puramente absurdo, cuentos en definitiva ajenos y completamente alejados de la corrección política que imperaba en este tipo de literato del siglo XXI.

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Un trabajo bien ejecutada por parte de Matteo Garrone que nos muestra tres historias en donde los personajes pese a no tener ninguna interacción ni conexión entre ellos mismos salvo en alguna escena intrascendente conviven dentro de un espacio e imaginario común, tres historias acerca de la vida y la muerte, obsesiones varias que llevan a sus personajes a límites insospechados, envidia, lujuria e ira, un repleto catálogo de situaciones de tono transgresivo que termina derivándolo hacia una fantasía bufonesca, dejándonos imágenes para el recuerdo (en este aspecto la potencia y sobriedad visual de la que hace gala la película se erigen como uno de sus principales activos)
  y que nos demuestra de paso que se puede hacer un tipo de cine de género en Europa tan diferente como arriesgado, Matteo Garrone nos presenta una serie de personajes que podrían estar perfectamente ubicados dentro de cualquier típico cuento de niños al uso, sin embargo pese a utilizar esquemas muy reconocibles y bordear una cierta previsibilidad en lo referente a su narrativa la cinta deviene como un trabajo sorprendente y completamente atípico dada su propia naturaleza, una onírica y fresca interpretación del origen malsano e imperfecto de los cuentos convencionales, que logra por momentos satirizar dicho concepto.

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Matteo Garrone en «The Tale of Tales» hace gala seguramente de manera algo inconsciente de unas ciertas reminiscencias del cine que en su día hizo Pier Paolo Pasolini, especialmente en lo referente al dominio de los tempos que suele abarcar lo poético y lo onírico. A la hora de resaltar puntos a su favor también cabria subrayar el notable trabajo de actores de renombre como Salma Hayek, Vincent Cassel o Toby Jones, este último todo un paradigma de acertada contención actoral, algo que viene a paliar en parte ese inglés impuesto y tan poco propicio para un producto de estas características.

«The Tale of Tales» termina convirtiéndose en una estimulante rara avis de género hecho en Europa, un plato que posiblemente no este destinado para todos los paladares, su larga duración y una cierta irregularidad e inconexión en lo referente a personajes y argumento dado su variado y disperso esquema estructural  puede dar a lugar a una ligera sensación de exceso mal entendido, sin embargo si sabrán apreciarlo especialmente aquellos ávidos seguidores de ese fantástico que explora las vías menos usuales y poco comunes en lo que es su exposición, en definitiva un cuento anómalo en donde curiosamente su incuestionable base fantástica y su arte barroco de tono pictórico la direccionan a un realismo de contornos casi transgresores, lo dicho una maravillosa rareza difícil de ver en el actual panorama genérico.  

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Valoración 0/5:4

«The Witch» review

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Nueva Inglaterra en el año 1630. Una familia de colonos cristiana, formada por un matrimonio y sus cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está controlado por un mal sobrenatural. Cuando su hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros. Más allá de sus peores temores, un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano.

«The Witch» fue el film encargado de inaugurar la pasada edición del festival de Sitges, posiblemente si el debut en la dirección de Robert Eggers (galardonado de forma incuestionable a la mejor dirección en el pasado Festival de Sundance) hubiera ido a concurso habría arrasado en el palmarés pues estamos ante una pieza que supone un brillante regreso a la representación de un terror serio y adulto de época, algo bastante escaso últimamente, de contornos casi minimalistas, por momentos de un tono casi teatral (en lo positivo del termino)dada su claustrofóbica ubicación, todo ello mostrado de manera casi primigenia, en donde sobretodo se prioriza lo sugerido a lo explícito en base a un apabullante y malsana recreación atmosférica compuesta de planos extremadamente depurados, acompañado y ensamblado de manera notable por el trabajo del director de fotografía Jarin Blaschke y el compositor Mark Korven, una presión ambiental la mostrada que nos va a acompañar en un angustiante in crescendo representada como amenaza mitad sobrenatural mitad mitológica, un cuento folklórico de terror construido a partir de elementos históricos y tradicionales.

Convendría  apuntar en este aspecto como la lectura fantástica que nos propone «The Witch» llega a ser por momentos fascinante, es harto evidente que la historia expuesta juega sin ningún tipo de pudor a una cierta ambivalencia, ¿existe realmente la bruja?, ¿estamos ante un caso de histeria colectiva en forma de drama psicológico de influencias puritanas?, sus últimos diez minutos son bastantes aclaradores en lo referente a estas interrogantes sin embargo convendría resaltar como Robert Eggers desubica he invita a posibles reflexiones sin el gratuito recurso del fácil engaño y de una forma inteligente al espectador en lo referente a posibles interpretaciones para nada cripticas que puedan hallarse dentro de la historia, y lo hace durante muy especialmente al final de la película pues la parábola e incluso la metáfora están perfectamente integradas dentro del relato, podríamos poner como ejemplo entre otros muchos como posible desencadenante de ese oscuro imaginario a una supuesta e hipotética liberación femenina, consciente o no, de las cadenas de sumisión patriarcales y del fundamentalismo religioso existente en la época.     

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De hecho podríamos aseverar que la narrativa argumental de «The Witch» es tan simple como casi anecdótica, una representación perturbadora acerca de una histeria puritana ubicada en el núcleo de una familia abandonada en el escenario de un territorio completamente hostil. Robert Eggers, un nombre que seguir en el futuro de una forma obligada logra en «The Witch» un cine independiente de genero de alta calidad y voltaje, pero sobre todo un producto que deviene como un extraordinario y depurado ejercicio de estilo fílmico y devuelve al igual que lo hizo recientemente Rob Zombie en su magnífica «Lords of Salem«, a la figura de la bruja una dignidad cinematográfica bastante abandonada y frivolizada en los últimos tiempos, un ejercicio de terror en estado
 puro que se sitúa a las antípodas y se aleja de forma consciente del trazado más puramente pirotécnico e incluso del drama carente de elementos fantásticos como hemos visto en otros films que se ubicaban en una mayor o menor medida dentro de un escenario de características similares como pueden ser «Witchfinder General« 1968 o «The Crucible» 1996 por ejemplo, «The Witch» de paso se convierte en una muestra inusual hoy en día de cómo lograr incidir en la psicología del espectador en base a una serie de sugerencias fuera de campo, un catálogo de elementos invisibles, un servicio técnico este primordial en la narrativa impuesta por Robert Eggers, consiguiendo una sensación de angustia tan efectiva y elegante como meritoria, en base a una utilización de planos completamente minuciosos aderezados con tonos elegantemente pictóricos, todo ello sin llegar a recurrir en lo gratuito sino a todo lo contrario, todo un triunfo digno de alabar.

Habrá que esperar como la Universal distribuye comercialmente un producto de estas características, sería de agradecer que fuera valorada y consiguiera unos resultados acordes con su indiscutible calidad, el veredicto en el circuito de festivales de este 2015 ha sido bastante claro y definitorio en este aspecto, esperemos y deseemos que también lo sea de una manera global a la hora de su estreno.

Valoración 0/5: 4

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Las diez mejores películas fantásticas del 2015

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Termina el año y es hora de hacer un repaso de lo mejor que nos ha deparado este 2015 en referencia a ese género que tanto apreciamos en Fantasia como es el fantástico, próximamente habrá otra nueva lista de lo mejor, en esta ocasión sera desde un nivel general de todo el cine que hemos podido ver en este 2015. Un año en definitiva muy rico e intenso en propuestas presentadas desde
  varias índoles y conceptos, por ello he creído conveniente aportar más títulos de lo habitual dada la fecunda cosecha, serán al final un total 10+5, apuntar del mismo modo por si alguien le extraña la falta de algún título en concreto o la aparición de otros que desconoce que la lista definitiva se ciñe a los films vistos por un servidor durante el año de una forma global, estrenos, festivales y demás circuitos de distribución, obviado como en estos últimos años el desolador y para nada real panorama de estrenos cinematográficos en territorio Español, lamentablemente el cinéfilo inquieto se ve obligado a recorrer certámenes y eventos o acudir al consumo doméstico para poder tener acceso a según qué materiales.

Antes convendría señalar algunas claves que han marcado el año, resaltar como dos autores veteranos como son George Miller y Hou Hsiao Hsien han logrado un consenso crítico fuera de toda duda, con «Mad Max: Fury Road» el australiano a fabricado un film que marcara, una reinterpretación mejorada y amplificada de forma excepcional de un universo e imaginario propio, y con «The Assassin» el veterano director taiwanés debuta trasladando de forma maestra su incuestionable trazo autoral en el subgénero del Wuxia. A día de hoy señalar que se produce un elevadísimo número de películas de género a nivel global, esto a la fuerza tiende a ser positivo, en este aspecto resaltar dos líneas que se me antojan primordiales, por una parte, la pujanza y proliferación de una cinematografía independiente USA, esa marca Sundance tan cacareada últimamente de nuevos valores, directores de la talla de Robert Reggers (The Witch), Jeremy Saulnier (Green Room), Jon Watta (Cop Car), Osgood Perkins (February) o  Craig William Macneill (The Boy)entre otros que nos presentan notables propuestas que lo validan para dar ese paso adelante hacia un tipo de cine mainstream de gran estudio como en su día ya hicieron autores como Colin Trevorrow o Rian Johnson, y por otra parte una globalización territorial en Europa a la hora de producir films de género fantástico, impera las coproducciones en detrimento de una identidad propia que delimita fronteras, hace tiempo que no existe ese escuela italiana de horror tan característica o ese tipo de cine extremo proveniente de Francia tan fecundo hace unos años por poner solo dos ejemplos, un nueva corriente esta que incluso ha dado paso a cinematografías poco dadas al fantástico como Turquía (Baskin) o Israel (Jeruzalem) a presentar propuestas interesantes y validas, y hablando de pujanzas destacar también la fuerza y la ya incuestionable realidad del cine proveniente de Latinoamérica no solo en lo concerniente al género fantástico sino también en la de un cine generalista, un auge este que en los próximos años puede presentarse como algo muy a tener en cuenta.

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Para acabar y aunque no soy muy dado a resaltar lo negativo destacar tres puntos específicos, por un lado la sobresaturación del cine de superhéroes ya no solo en la gran pantalla sino también ya en el ámbito televisivo, no deja de ser una casualidad que el espectador algo cansado de este tendencia
  haya preferido desviar su mirada hacia films que aunque de un tono algo regular se apartaban de esa vía como fueron «Jurassic World» o «The Martian«, lástima que no fuera el mismo caso de la notable «Crimson Peak» de Guillermo del Toro, unos pobres resultados económicos los cosechados que demuestran que lo gótico a día de hoy no vende. También resaltar la ausencia en la lista de «Star Wars: The Force Awakens«, aun reconociendo su indiscutible validez como evento enriquecedor del cine de masas nunca he sido un ferviente seguidor del universo creado por Gorge Lucas, y en un film que basa su principal potencial en el guiño o añoranza de unos referentes ya expuestos en el pasado es algo que ha de tener un peso específico a la hora de valorarlo de una forma ecuánime, por fortuna hace años que abandone ese fundamentalismo fan tan expuestos en estos días a raíz del estreno del film de J. J. Abrams, del mismo modo tampoco me vanaglorio de un postureo exhibido por aquellos que sitúan su mirada por encima del film sin siquiera haberlo visto. Por último y para acabar señalar la decepción que supuso el visionado de «Regresión» de Alejandro Amenábar, un director que en su día rejuveneció el cine de género patrio y que este año nos presentó un film fallido en prácticamente todas sus vertientes y que demuestra encontrarse en las antípodas de la brillantez de sus primeros trabajos.

Top ten

1 «Mad Max: Fury Road». George Miller

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Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por Furiosa, una mujer también de acción que cree que logrará sobrevivir si cruza el desierto y llega a la tierra en la que se crió.. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue implacablemente a los rebeldes en una «guerra de la carretera» de altas revoluciones..


2 «The Assassin». Hou Hsiao Hsien

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China, siglo IX. Nie Yinniang regresa a casa de su familia tras años de exilio. Educada por una monja que la inicia en las artes marciales, es una auténtica justiciera cuya misión es eliminar a los tiranos. Su maestra le encarga como misión matar a su primo Tian Ji’an, gobernador disidente de la provincia militar de Weibo. Nie Yinniang tendrá que elegir: sacrificar al hombre que ama o romper definitivamente con «la orden de los Asesinos».


3 «Ex Machina». Alex Garland

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Caleb es un programador de 24 años que trabaja en una de las mayores empresas de Internet del mundo, un día gana un concurso cuyo premio es una semana de vacaciones en la mansión privada del presidente ejecutivo de la compañía. Cuando Caleb llega a la estupenda casa en medio de la nada, descubre que deberá participar en un experimento tan extraño como fascinante en el que interactuará con la primera inteligencia artificial auténtica del mundo que habita en el cuerpo de una preciosa mujer robot.


4 «Evolution». Lucile Hadzihalilovic

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Nicolas tiene diez años y vive con su madre en una isla remota, en un pueblo habitado exclusivamente por mujeres y niños. En un hospital junto al océano, todos los niños están sujetos a un misterioso tratamiento médico. Nicolas es el único que cuestiona lo que está ocurriendo a su alrededor. Siente que su madre le está mintiendo, y está dispuesto a averiguar la verdad… Lo que descubre es el comienzo de una pesadilla a la que se ve irremediablemente arrastrado. Pero Nicolas encontrará en Stella, una joven enfermera del hospital, una aliada inesperada…


5 “Inside Out”. Pete Docter,  Ronnie Del Carmen

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Riley es una chica que disfruta o padece toda clase de sentimientos. Aunque su vida ha estado marcada por la Alegría, también se ve afectada por otro tipo de emociones. Lo que Riley no entiende muy bien es por qué motivo tiene que existir la Tristeza en su vida. Una serie de acontecimientos hacen que Alegría y Tristeza se mezclen en una peligrosa aventura que dará un vuelco al mundo de Riley.


6 «High-Rise». Ben Wheatley

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1975. Dos millas al oeste de Londres. El doctor Robert Lang se muda a su nuevo apartamento buscando un desangelado anonimato, solo para descubrir que los residentes del edificio no tienen intención de dejarlo en paz. Resignado a las complejas dinámicas sociales que lo rodean, Lang afronta la situación y se convierte en un buen vecino. Mientras trata de establecer su posición, los buenos modales y la salud mental de Lang se desintegran con el edificio. Las luces se apagan y los ascensores no funcionan, pero la fiesta continúa. La gente es el problema. La bebida, la moneda de cambio. El sexo, la panacea.


7 “The Witch”. Robert Eggers

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Nueva Inglaterra en el año 1630. Una familia de colonos cristiana, formada por un matrimonio y sus cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está controlado por un mal sobrenatural. Cuando su hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros. Más allá de sus peores temores, un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano.


8 «Love and Peace». Sion Sono

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Ryoichi es un oficinista que sueña con ser una estrella de la música y que adora a su tortuga Pikadon. Cuando sus compañeros comiencen a mofarse de él, se verá forzado a tirar a su querida mascota por el váter. La tortuga, por su parte, emprenderá su propia aventura.


9 “The Forbidden Room”. Guy Maddin

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La tripulación de un submarino, una partida de temibles bandidos del bosque, un cirujano famoso y un batallón de niños soldados. Todos reciben más de lo que esperaban, ya que se abren camino hacia las ideas progresistas sobre la vida y el amor.


10 “The Lobster”. Yorgos Lanthimos

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Narra una historia de amor no convencional, ambientada en un mundo distópico, en el que según las reglas establecidas, los solteros son arrestados y enviados a un lugar donde tienen que encontrar pareja en un plazo de 45 días. El tema central es la soledad, el temor a morir solo, a vivir solo, y también al temor a vivir con alguien.

Bonus

11 «Anomalisa». Charlie Kaufman

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La película tiene por protagonista a un motivador profesional que, cuanto más ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece y le suena igual. Hasta que la voz de una chica le suena diferente y está dispuesto abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella.

12The Tale of Tales”. Matteo Garrone

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Ambientada en el Barroco, narra, con tintes fantásticos, las historias de tres reinos y sus respectivos monarcas. La de la reina de Longtrellis (Salma Hayek) y su marido (John C. Reilly), la de dos misteriosas hermanas que encienden la pasión del rey de Strongcliff (Vincent Cassel), y la del rey de Highhills (Toby Jones), obsesionado con una pulga gigante, que le lleva a romper el corazón de su joven hija… Libre adaptación de “El cuento de los cuentos”, del napolitano Giambattista Basile, célebre autor de relatos cortos del siglo XVII.

13 “Crimson Peak”. Guillermo del Toro

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Como consecuencia de una tragedia familiar, una escritora es incapaz de elegir entre el amor de su amigo de la infancia y la tentación que representa un misterioso desconocido. En un intento por escapar de los fantasmas del pasado, se encuentra de pronto en una casa que respira, sangra… y recuerda.

14 «Blood of My Blood». Marco Bellocchio

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«Blood of My Blood» nos sitúa en la Italia del siglo XVII. En un monasterio, una monja acusada de brujería seduce a un joven confesor quien se niega a ceder a la ardiente tentación. Una lucha de deseos, ilusiones y mentiras que se arrastrarán de forma inesperada hasta la actualidad…

15 «Journey to the shore». Kiyoshi Kurosawa

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Mizuki perdió a su marido Yusuke en el mar. Años después, el fantasma de su compañero aparece ante sus ojos. No se trata de una visión terrorífica, sino de un retorno lleno de cotidianeidad. Tras el reencuentro, ambos iniciarán un viaje hacia la costa.

«Sunset Song» review

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Basada en el clásico de la novela escrito por Lewis Grassic Gibbon en 1932, la película transcurre a comienzos del siglo XX en una comunidad rural escocesa donde una joven, Chris, está dejando de ser una niña, tratando de encontrar el amor con el inquietante Ewan, mientras su familia se enfrenta a la tragedia, todo ello durante una época de agitación y malestar social. Y entonces llega la Primera Guerra Mundial.

El veterano Terence Davies volvía a la pasado edición del festival de San Sebastián para presentar su último trabajo, «Sunset Song«, adaptación de la novela escrita por Lewis Grassic, considerada como una de las más importantes de la literatura escocesa del siglo XX, con un guión adaptado por el propio realizador británico este se desprende en algo de su habitual tono para ofrecernos una obra a priori más asequible de cara al gran público, quedando algo atenuada esa cierta ceremonialidad bastante habitual en su cine. «Sunset Song» se desvela como un  trabajo dotado de un estilo suntuoso pero desprovisto de garra, raramente vemos que el filme llegue a conmover en el espectador, pese a atisbarse varias constantes autorales, como una reconocible recreación de ambientes que saben adecuarse de forma clara a unos personajes dentro del contexto de corte clásico que subyace en el relato en el que se basa, una música cautivadora o la búsqueda, algo fallida, de una profundidad en sus personajes, llegamos a vislumbrar de forma tímida esas constantes propias del director que parecen estar ahí pero que no termina de imponerse de una manera clara, da la impresión que su bellísima y potente puesta en escena se vea obligada a acercarse de forma algo forzada a un formato quizás demasiado clásico y académico, algo lejos lo que nos suele tener acostumbrados el cine de Terence Davies.

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«Sunset Song» posiblemente no logrará entusiasmar a los acólitos de las obras anteriores de su director, la puesta en escena del film puede dar una cierta sensación de estar algo impostada o tener un trazo poco natural al apoyarse en demasía en ser un trabajo muy literario, de diálogos demasiados poéticos, alejándose de esa atmósfera de tono intimista y natural tan característica de su cine, posiblemente la envergadura de un proyecto tan complejo como el presente tenga mucho que ver, una épica de contornos clásicos pero mostrada desde una óptica algo convencional,
 también podría catalogarse como un melodrama histórico de un cierto discurso antibelicista que quizás abusa de demasiada teatralidad y de una falta de ritmo que le resta emotividad al conjunto, la duración del film, 140 minutos, tampoco ayuda, en este aspecto cabe calibrar el giro dramático algo atropellado que ocurre en su tercer acto y que no termina de llegar a cuajar de una manera convincente, básicamente porque no se profundiza en según qué personajes, es aquí cuando vemos especialmente y pese a la esforzada actuación de la actriz Agyness Deyn que la poética y sutileza tan propias del cine de Terence Davies quedan algo diluidas a favor de una base literaria y paisajística algo encorsetada.

Aun así «Sunset Song» se mantiene dentro de un tono algo correcto casi en la totalidad de su metraje, pero no logra dar un paso más allá, una verdadera lástima, por otra parte se nos narra una historia de amor que en ocasiones parece dar la impresión de que no termina de posicionarse en lo que es un a priori variado discurso, se nos ofrece varias vías que no terminan de ser expuestas de una forma profunda o decidida, basculando entre el posicionamiento social de la guerra, la religión, la desestructuración de la familia a consecuencia del conflicto bélico o el machismo ya sea parental o conyugal, una irregularidad en su narrativa argumental que hacen que «Sunset Song» llegue por momentos a palidecer en la búsqueda de un discurso que finalmente resulta ser totalmente ambiguo y poco conceptuado en todo lo nos es expuesto.

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Valoración 0/5:3

«The Boy and the Beast» review

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Kyuta es un niño solitario que vive en Tokio y Kumatetsu es una criatura sobrenatural aislada en un mundo imaginario. Un día el niño cruza la frontera al mundo imaginario y entabla amistad con Kumatetsu, que se convierte en su amigo y guía espiritual. Este encuentro los llevará a multitud de aventuras.

«The Boy and the Beast» tuvo el honor de ser la primer película animada a competición en toda su historia en el pasado festival de San Sebastián, algo que se intuye como lógico y más viendo como otros certámenes de categoría A ya habían apostado con algunos años de antelación por uno de los sectores del cine que más se está arriesgando en la actualidad en cuanto a sus propuestas, abrir nuevas vías y conceptos cinematográficos de una manera justificada siempre será un motivo plenamente renovador y gratificante en lo referente a su propia intención. El nuevo film de Mamoru Hosoda no defraudo, posee virtudes claramente reconocibles de su autor aunque si cabria resaltar que pese a ser un film muy válido estamos ante un trabajo quizás algo inferior a sus anteriores «Summer Wars» o «Wolf Children«, poseedora de un tono quizás más asequible, direccionada en intenciones incluso hacia más puramente mainstream, de atributos posiblemente menos herméticos para un sector de público que quizás le costaba algo el entrar en la apabullante densidad no solo visual sino también temática de anteriores películas suyas.

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«The Boy and the Beast» versa principalmente sobre la bestia que todos llevamos dentro y los miedos interiores que nos dominan, utiliza de una manera acertada la metáfora de la animalidad del individuo para discernir acerca de su propia identidad, lazos familiares, aprendizaje social y superación personal, en lo referente la identidad parental y la inculcación del valor social mantiene unas constantes muy reconocibles con su anterior y extraordinaria «Wolf Children«, todo ello mostrado desde una óptica de claro tono didáctico, como no podía ser de otra manera, algo perfectamente inherente e inculcado dentro de la mitología y el
 imaginario oriental de la animación, un relato vertebrado entre un mundo real y otro fantástico, que como suele ocurrir en la mayoría de las propuestas de esta índole vemos como el mundo imaginario se nos presenta más rico en matices y en definitiva mucho más interesante en todo lo que se nos expone.

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Muy compleja en lo referente a su nivel técnico, de espacios abrumadoramente detallados y de un poderío visual rico en matices pese un argumento que tiende hacia el trazo convencional y algo previsible, rozando peligrosamente casi el tono naif y un metraje algo desmesurado, en este aspecto cabria resaltar que en su última media hora «The Boy and the Beast» sufre un notorio bache en un ritmo narrativo imprimido hasta ese momento que funcionaba a las mil maravillas, un cambio en su tono que no acaba de beneficiar al conjunto, Hosoda opta por este tramo final por una solemnidad de contornos casi grandilocuentes, algo que choca en algo con el tono exhibido hasta ese momento, el trazo de esa sencillez tan característica que se cohesiona casi a la perfección con el relato fantástico .

En «The Boy and the Beast» vemos quizás a un Mamoru Hosoda algo menor, más asequible para un sector de público más amplio pero al mismo tiempo más maduro, un director que tras la prematura desaparición de Satoshi Kon y la retirada de Hayao Miyazaki ya tendría que empezar a ser considerado por méritos propios como el principal referente a de la actual animación nipona, un relevo generacional plenamente consecuente, basado en una irreprochable carrera, habrá que ver como se desarrolla la trayectoria de Hosoda a partir de ahora para confirmar esta tesitura aunque seguramente esa confirmación sea ya totalmente vigente.

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Valoración 0/5:3’5

«Son of Saul» review

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Auschwitz, 1944. Saul Auslander es un prisionero húngaro que trabaja en uno de los hornos crematorios del campo de concentración. Es obligado a quemar todos los cadáveres de los habitantes de su propio pueblo pero, haciendo uso de su moral, trata de salvar de las llamas el cuerpo de un joven muchacho a quien él cree su hijo y buscar un rabino para poder enterrarlo decentemente.

El húngaro László Nemes (antiguo asistente del gran Béla Tarr) y que sólo había dirigido un par de cortometraje hasta la fecha presento en la sección Perlas del pasado festival de San Sebastián una de las indiscutibles películas del año, tras su paso por el festival de Cannes «Son of Saul» se ha erigido por méritos propios como una pieza tan incisiva como innovadora dentro de un temario bastante expuesto en la gran pantalla hasta día de hoy, quizás por eso la principal virtud de la propuesta radique en poder ver el infierno de Auschwitz de una manera algo diferente, desde dentro, un brutal inmersión en primera persona cámara en mano al horror, en este sentido Nemes no da tregua al espectador en ningún momento en este virtuoso en lo técnico paseo por los infiernos, una sucesión de planos secuencias en formato 4:3, herramienta esta utilizada para que no apartemos la vista del rostro-nuca del protagonista en ningún momento de la tenebrosa travesía a la que asistimos.

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Basándose en un pasado real, y en un libro de testimonios que descubrió hace unos años (Voices from beneath the Ashes) László Nemes construye un despiadado lienzo, un encuadre visual potente a cargo de la fotografía de Matyas Erdely y una acertada utilización del sonido cortesía de Tamas Zanyi, una en definitiva arquetípica coreografía del horror perfectamente orquestada. Esta construcción hace de «Son of Saul» una verdadera estructura de contornos parecida a una montaña rusa en lo referente a un ritmo impuesto que da pocas ocasiones al espectador para poder tomar algo de aliento, todo es continuo, unos planos secuencia desenfrenados que llegan tan lejos como para incluso darle una auténtica lección al consabido cine de acción que se preste hoy en día. Después de un periplo en pleno infierno, el escenario ha insensibilizado por completo a nuestro protagonista, podríamos llegar a afirmar que la muerte es su oficio impostado, a partir de aquí seguimos en primera persona todos sus movimientos, por otra parte nosotros, los espectadores, vemos bien poco, pero intuimos todo de una forma cruda. La película evita de esta manera el reconstruir el horror del holocausto como tal, como lo hemos visto infinidad de veces en la gran pantalla, la exposición de la muerte y esas imágenes de las víctimas se dejan incompletas para ser estructuradas por la imaginación del espectador, unas brutales escenas de masacre en cadena carente de una visualización al uso.

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El visionado de «Son of Saul» pone de manifiesto hasta qué punto la mirada cinematográfica de un autor con atributos puede imponerse o intercalarse a un rigor formal expuesto de una forma preconcebida, esta visita guiada por la fábrica de la muerte aparte de poseer una sobriedad incuestionable, rigor, y especialmente unos planos secuencias prodigiosos también logra trasmitirnos un ideario semi-religioso acerca de una hipotética salvación del espíritu dentro de un escenario en donde lo más puramente terrenal queda condenado por la decisión del verdugo, el intentar preservar
  un último resquicio de una supuesta inocencia en la acción de tratar de salvar el cuerpo de un niño muerto y rescatado de las llamas para poder dedicarle un entierro decente dentro de un mundo carente de cualquier raciocinio humano. László Nemes en este sentido se aleja de convencionalismos al uso, en lo que vemos no hay lugar para ningún tipo de belleza y emociones sentimentales que suele caracterizar a menudo el tratamiento de un tema como este en el cine, «Son of Saul» nos ofrece la visión más veraz posible que existe en lo visual sobre la experiencia de un ser humano dentro de un infierno, es por ello que la obra se extrapola en lo formal y deviene como una experiencia cinematográfica única y por ende una de las películas más impactantes del presente año.

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Valoración 0/5: 4’5

«Anomalisa» review

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La película tiene por protagonista a un motivador profesional que, cuanto más ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece y le suena igual. Hasta que la voz de una chica le suena diferente y está dispuesto abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella.

«Anomalisa» en un perfecto ejemplo que vuelve a poner de manifiesto que los grandes autores pese a ciertos altibajos a lo largo de su carrera tienden a reinventarse incluso de la manera menos esperada, esto suele ser algo inherente al propio talento, un genio creativo en definitiva poseedor de un universo tan atípico como personal, Charlie Kaufman que después de triunfar en el festival de Venecia (ganadora del Gran Premio del Jurado) presento en San Sebastián dentro de la sección Perlas su último trabajo tras las cámaras, «Anomalisa» título que mezcla las palabras anomalía y Lisa, una cinta con financiación vía crowdfunding en donde consiguieron sacar 400.000 euros para poner en pie el proyecto, que utiliza la técnica stop motion en versión adulta de forma nada gratuita, dirigida a cuatro manos junto un especialista en la materia como es Duke Johnson, y en donde vemos a un Kaufman mucho más comedido que en su debut como director, su anterior, desbocada e inabarcable «Synecdoche, New York«, utilizando aquí un trazado argumental más lineal, lo cual y tratándose de alguien como Charlie Kaufman ya es una noticia en sí misma, y en donde demuestra ir sobrado de talento en esta dura y atípica fábula moralista.

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«Anomalisa» se nos presenta como una comedia romántica de tono existencial y de naturaleza algo menos bizarra y criptica en lo referente a su mensaje ofrecidos con anterioridad por parte de su director, un relato en un principio tan simple en su postulado como rico en unos matices que vamos descubriendo conforme avanza el metraje, y que sabe adecuarse a la perfección al imaginario narrativo propio de Charlie Kaufman, una historia que termina derivando en una trama profunda y sobre todo reflexiva, donde se nos habla de esa sensación de aislamiento tan característica en ciertas personas, «Anomalisa» nos muestra muy bien cómo es el sentirse solo y notar ese vacío existencial del que no es fácil salir, en este aspecto la película se aleja del tono terapéutico tan característico en algunos trabajos de Kaufman, aquí se nos evoca un discurso tan agudo como demoledor acerca de las relaciones esporádicas del ser humano y el vacío emocional del individuo que anhela que su relación con el mundo y con los demás sea algo más fructífero, el saber plasmar básicamente una cruda realidad valiéndose poseedor de esa virtud anómala, aquella que por momentos nos hacen creer distintos o especiales a los todos demás, para terminar con una amarga sensación, Charlie Kaufman nos ofrece sobre todo una investigación del alma humana, en lo relativo a una sufrida alienación que suele ser fruto normalmente de las malas elecciones sentimentales que a veces tomamos, la historia en definitiva de un hombre normal y corriente que llego a soñar que quería ser diferente a los demás, al final presentada como una adecuada síntesis que representa con acierto el anhelo emocional más absoluto.

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Posiblemente estemos ante la obra más madura orquestada por Charlie Kaufman, que rompe aquí con aquello de que sus guiones suelen estar algo por encima de sus propias películas como director, «Anomalisa» es una película tan humilde y minimalista como profunda, de aquellas que invitan a la reflexión, una pequeña obra de orfebrería que funciona a la perfección en su condición de producto de claros contornos empáticos, gracias especialmente al trabajo de un equipo creativo genial, trabajada únicamente a base de talento, siendo sin lugar a dudas una pequeña joya dentro del cine de animación adulta contemporánea.. lo dicho algo tan sencillo expuesto de una manera tan brillante solo está al alcance de muy pocos genios, Charlie Kaufman es uno de ellos.. no lo duden.

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Valoración 0/5:4

«La Novia» review

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Leonardo, El Novio y La Novia son un triángulo inseparable desde niños, pero Leonardo y La Novia poseen un hilo invisible, feroz, imposible de romper. Pasan los años y ella, angustiada, se prepara para su boda con El Novio en medio del desierto blanco donde vive con su padre. El día anterior a la ceremonia, a su puerta llama una Mendiga que le ofrece un regalo y un consejo: «No te cases si no le amas», mientras le da dos puñales de cristal. Un escalofrío recorre el alma y el cuerpo de La Novia.

Indudablemente fue una de las grandes sorpresas en positivo en la pasada edición del festival de San Sebastián, «La Novia» es el segundo trabajo tras las cámaras de la directora aragonesa Paula Ortiz tras su curiosa «De tu ventana a la mía«, que en esta ocasión se atreve con la adaptación cinematográfica de uno de los grandes de la literatura, Federico García Lorca y sus Bodas de Sangre, una obra literaria que ya había sido llevada a la gran pantalla en diversas ocasiones aunque de una forma tan irregular como dispar, Paula Ortiz nos ofrece en esta ocasión una versión arriesgada en su formulismo, destinada a provocar sensaciones polarizadas, poseedora de un despliegue visual muy potente, que a riesgo de parecer presentarnos un trabajo de trazo algo pretencioso o impostado logra dotar al conjunto de la valentía necesaria que se requiere al apostar por una historia que sabe cómo avanzar y transmitir a través de sus imágenes, algo nada fácil, no solo se conforma con exhibir el consabido trazo emocional inherente en el propio texto, aquí ayudada de forma notable por prácticamente todo el reparto y en especial por la inmensa interpretación de la actriz Inma Cuesta en el papel protagonista, sino que intenta dar un paso más hacia delante a la hora de indagar y exponer con bastante acierto en las metáforas esenciales que subyacen dentro  del universo Lorquiano.

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«La Novia» podría catalogarse es sí mismo como un pequeño triunfo, en cómo saber adaptar-evocar un universo literario tan complejo de visualizar en imágenes, en donde la simbología y lo onírico elementos característicos del universo de Lorca ha de saber asimilarse en una historia de claros contornos trágicos, de una manera casi milagrosa y junto a un guión inteligentemente bien adaptado que pone el verso y el diálogo en el momento adecuado todos estos elementos logran cohesionarse casi a la perfección, se adecuan a un propósito en concreto, desde la música, canciones populares +banda sonora compuesta por el japonés Shigeru Umebayashi hasta sus aspectos más técnicos, diseño de producción de Jesús Bosqued, fotografía de Migue Amoedo, logran transmitir con acierto ese sensación de tragedia tan característica en el imaginario en el que se basa. Paula Ortiz construye un relato que sabe alejarse de forma consciente de lo más puramente teatral y pictórico, todo ello elaborado en base una potencia visual incuestionable, una imagen y sus recursos al servicio del texto, que sabe exactamente por donde direccionar la historia, cómo querer contarlo y dónde saber colocar la cámara en el momento oportuno para facilitar de este modo una narración que fluye con soltura.

En los próximos premios Goya «La Novia» no solo tendría que ser reconocida a un nivel de apartados meramente secundarios como pueden ser su música o fotografía, tendría que ser valorada más unánimemente, Paula Ortiz es de forma clara una de las voces más refrescantes y rompedoras del panorama del cine español actual, ese tipo de cine que a semejanza de la «Blancanieves» de Pablo Berger saben asumir un riesgo autoral que se tendría que ver recompensado de una forma más decidida, un camino a seguir que pasa por una renovación de conceptos que el cine patrio pide a gritos desde hace ya un tiempo, la valiente propuesta orquestada por Paula Ortiz posee estos atributos, «La Novia» es de esos trabajos que logran indagar con acierto en los sentidos del espectador y que merecen ser valorados en su justa medida.

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Valoración 0/5: 4

«The Demons» review

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Mientras en Montreal se produce una ola de secuestros de niños, Félix, un chico de diez años, termina el colegio en Old Longueuil, un barrio residencial de pacífica apariencia. Imaginativo y sensible, Félix, como muchos niños, le tiene miedo a todo: el posible divorcio de sus padres, que parecen atravesar una crisis; los maníacos que acechan a los niños pequeños; los vecinos sospechosos, e incluso el SIDA. Poco a poco, los demonios imaginarios de la infancia se mezclan con los de una realidad inquietante.

En la recta final del pasado festival de San Sebastián y casi de tapado se pudo ver una de las sorpresas más positivas vistas en esta edición dentro de lo que fue su sección oficial, «The Demons» opera prima del director canadiense Philippe Lesage explora a fuego lento un retrato de la infancia visto desde el aprendizaje para nada complaciente, de tono y trazado perturbador, los miedos reales y ficticios de un niño vividos desde dentro y expuestos alrededor de un determinado contexto que pretende explorar un primer acercamiento al teórico mal que orbita alrededor de sus propias vivencias, un catálogo de supuestos peligros que le empiezan a asechar, una hostilidad existente que yace desde dentro de un universo que se le antoja a día de hoy totalmente incomprensible a su razonamiento interno, nuestro precoz protagonista vive sumergido entre miedos imaginarios y reales, un imaginario propio en donde va apareciendo la sordidez sobre una aparente y engañosa calma, compuestos entre discusiones paternas, desubicación, unido a un acoso escolar infringido y recibido, un primer y frustrado amor, la homosexualidad, el contagio del sida, un en definitiva variado temario de aprendizaje existencial en donde Philippe Lesage impone una narración de devenir algo contemplativo, quizás algo ensimismado en lo formal, en lo referente a este aspecto su larga duración termina por perjudicarla en algo al diluir ligeramente su exposición, una historia que de forma clara juega de algún modo con los nervios del espectador, construida de forma inteligente y escalonada en base a pequeños detalles que van apareciendo poco a poco en la trama y que da lugar a la reflexión a posteriori, «The Demons» se sitúa en los parámetros del relato que nos suele presentar la distorsión de la conducta humana a través de los ojos de un protagonista, visto y expuesto desde una supuesta naturalidad y sencillez pero poseedor de una forma clara de un mensaje completamente demoledor.

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«The Demons» termina también focalizando para bien su sugerido discurso de un modo acertado en la trama en base a la utilización de unos recursos técnicos bien explotados como por ejemplo el acertado uso que se le da a la utilización del plano secuencia o su notable y por momentos hipnótica banda sonora a cargo de Pye Corner, elementos estos bien ejecutados dentro de una sólida estructura, algo que va incidiendo notablemente en lo que es su narrativa en base a pequeños
 detalles que se van fraguando y consolidando poco a poco, de un modo similar y casi en paralelo a la formación de la psique del niño protagonista, de alguna manera podríamos decir que el film subraya entre dudas e incertidumbres la importancia que reside en el entorno y en lo que nos rodea alrededor en nuestro crecimiento, a la hora de formarnos como individuos, unas piezas de claro trazado vitalista que van siendo asumidas e integradas de un modo casi al azar dentro de una escala de valores de contornos congénitos, separados todos ellos de una forma demasiado tenue entre lo meramente positivo y negativo.

Una verdadera lástima que el jurado del festival de San Sebastián no terminara de dar el visto bueno a una propuesta tan estimulante y valida como la presentada por Philippe Lesage, «The Demons» es una pequeña joya a descubrir, un trabajo que sabe retratar de forma brillante la paranoia actual existente en nuestra sociedad contada desde una perspectiva en donde impera lo sutil y sugerido, sin lugar a dudas estamos ante una de las sorpresas más agradables de la presente temporada.

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Valoración 0/5: 4

«After Eden» review

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Eve es una actriz de cine para adultos de gran éxito, cuya rutina diaria consiste en fingir una juvenil inocencia para dar placer a su invisible audiencia. Adam es un solitario estudiante universitario obsesionado por los medios de comunicación y con una fijación por Eve. Al conseguir dar con su pista en el mundo real, se convierte en su anónimo perseguidor… hasta que encuentra el valor para tratarla en persona. Cuando Eve accede a protagonizar un vídeo de sexo en privado para Adam, el sueño de este está a punto de hacerse realidad.

Una tendencia muy habitual vista en la mayoría de las óperas primas presentadas este año dentro de la sección Nuevos Directores del festival de San Sebastián es que una gran parte de estas se aposentan en base a un material y su correspondiente desarrollo narrativo que tienden a direccionarlas inequívocamente hacia un trazado de contornos claramente convencionales, en general se echa en falta un mayor riesgo formal en propuestas que por ser primerizas tendrían que apostar de una forma más clara por una visión de un tono más autoral, y por supuesto por un discurso que en definitiva ofrezca una disyuntiva temática que se aleje de lo manido, afortunadamente «After Eden» de Hans Christian Berger se aparta de convencionalismos para ofrecernos una brillante metáfora resuelta y expuesta en poco más de cuatro planos secuencia, un trabajo que merece ser destacado por su atrevimiento a la hora de exponer y plantear disyuntivas de índole moral e incluso existencial .

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«After Eden» nos plantea una curiosa exposición acerca del sexo y su aparente idolatración vista desde una premisa de tono claramente subjetivo, que asistimos bajo los rasgos de la actriz porno Alyssa Reece y utilizando como excusa una serie de alargadas entrevistas en primer plano acerca de un supuesto casting dentro de la categoría de la pornografía gonzo, a partir de aquí
 nos adentramos a otro punto de vista desde una perspectiva de modo vouyer, la de un joven estudiante aficionado a las armas de fuego y obsesionado con dicha actriz porno, el director Hans Christian Berger se vale de su testimonio visual para discernir acerca la propia identidad sexual del individuo, su propósito y sobretodo su anhelo, un trabajo que va completamente en contraposición con lo explícito o lo supuestamente practicado, una reflexión en definitiva que cobra una vital importancia dentro de unos tiempos actuales en donde la virtualidad se apodera de las constantes necesidades del ciudadano de a pie, un presente el que nos toca vivir hoy en día en donde la máxima comunicación ha abocado a gran parte de la sociedad actual a encontrarse perdida a la hora de intentar encontrar la teórica verdad oculta tras la fachada.

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Hans Christian Berger nos habla de una supuesta falsedad inherente dentro de la figura idolatrada, en este caso la de una porno actriz, también podríamos hablar de una teórica objetualización hacia lo meramente femenino o incluso una supuesta banalidad sexual,
de todas maneras el temario podría extrapolarse a diferentes ámbitos del comportamiento humano invitando todos ellos a la reflexión, siendo esta la principal virtud de una película de las características de «After Eden«, un trabajo de contornos visiblemente pequeños que arriesga, de un tono narrativo que bebe y se semeja en algo a los primeros trabajos orquestados por Michael Haneke, que bajo la apariencia de estar todo expuesto bajo un aparente trazado de contornos superficiales que parece no ir más allá, nos termina hablando de algo mucho más profundo, solo hay que adentrarse con decisión en el juego propuesto por Hans Christian Berger para darle una forma coherente a su propuesta.

Valoración 0/5: 3’5

«Evolution» review

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Nicolas tiene diez años y vive con su madre en una isla remota, en un pueblo habitado exclusivamente por mujeres y niños. En un hospital junto al océano, todos los niños están sujetos a un misterioso tratamiento médico. Nicolas es el único que cuestiona lo que está ocurriendo a su alrededor. Siente que su madre le está mintiendo, y está dispuesto a averiguar la verdad… Lo que descubre es el comienzo de una pesadilla a la que se ve irremediablemente arrastrado. Pero Nicolas encontrará en Stella, una joven enfermera del hospital, una aliada inesperada…

Once largos años tras la realización de «Innocence» han tenido que pasar para poder ver el nuevo trabajo de la directora francesa Lucile Hadzihalilovic que aterrizaba en el pasado festival de San Sebastián con la controvertida «Evolution«, una cinta que para bien sigue con las mismas constantes temáticas e imaginario propio ya mostradas en su anterior película, film de difícil encasillamiento dentro de un género o referente temático concreto, por ahí asoma reminiscencias y ciertas constantes del cine de David Cronenberg o David Lynch, «Evolution» se presenta como un hipnótico ejercicio en forma de cuento de horror que prescinde por completo de una narración convencional para explorar la temática del mad doctor en clave femenina, una unión de atmósferas gótica y marina (en este aspecto todo los sonidos que orbitan alrededor del mar desempeñan un papel clave en la función) enclavado casi en un universo paralelo, un espacio terrenal en donde los hombres no tienen lugar, que incluso bebe de pasada de ciertos relatos de H. P. Lovecraft, una mixtura genérica que aúna sin ningún tipo de complejo desde el terror físico-biológico hasta relato de ciencia ficción, todo ello contado a través de un riesgo visual digno de elogio.

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Lucile Hadzihalilovic en «Evolution» vuelve a incidir en un imaginario propio y muy singular para explorar un territorio desconocido, un fantástico oscuro y turbulento en donde la atmósfera juega un papel completamente determinante en lo que se nos cuenta, de manera consciente no terminamos de obtener toda la información necesaria en lo referente a su historia, su tono narrativo marcadamente críptico y de un ligero tono contemplativo nos obligan a un esfuerzo extra a la hora de desencallar el fascinante puzle genérico que nos ofrece Hadzihalilovic, que unido a una simbología visual que da lugar a varias interpretaciones como ya ocurría en «Innocence«, en este aspecto también sería justo el reconocer que el film da cierta sensación de ser una abreviatura conceptual en lo que es su conjunto, que se percibe de manera bastante evidente, un esbozo y esquema (setenta escasos minutos de duración) que se intuye que no termina de estar del todo completo en lo que se nos quiere exponer seguramente a raíz de tener que recortar material de su base dada su bajísimo coste presupuestario como bien deslizo en la rueda de prensa Lucile Hadzihalilovic, aun así posiblemente estemos ante una obra básicamente poblada solo de sensaciones, en este aspecto el relato funciona de forma dual a la hora de calibrar su exposición, el supuesto trazado críptico de su argumento o el mero disfrute de una experiencia simplemente sensorial.

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Lo cierto es que «Evolution» es una película tan original como única, de aquellas que todavía son capaces de inventar imaginarios creados a través de una identidad propia, claramente hereditaria en conceptos del mejor cine de David Cronenberg y David Lynch, un tipo de cinematografía vista de manera escasa en la gran pantalla hoy en día, un trabajo en definitiva que se arriesga y propone nuevos escenarios poseedores de una verdadera hipnosis visual, algo que en los tiempos que corren y en donde el ya solo el atrevimiento puramente visual escasea de forma alarmante habría que calibrar en su justa medida, por favor señora Hadzihalilovic no vuelva a tardar tanto en dirigir una nueva película, los apasionados seguidores de su cine subyugante se lo agradeceremos.

Valoración 0/5:4

«High-Rise» review

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1975. Dos millas al oeste de Londres. El doctor Robert Lang se muda a su nuevo apartamento buscando un desangelado anonimato, solo para descubrir que los residentes del edificio no tienen intención de dejarlo en paz. Resignado a las complejas dinámicas sociales que lo rodean, Lang afronta la situación y se convierte en un buen vecino. Mientras trata de establecer su posición, los buenos modales y la salud mental de Lang se desintegran con el edificio. Las luces se apagan y los ascensores no funcionan, pero la fiesta continúa. La gente es el problema. La bebida, la moneda de cambio. El sexo, la panacea.

La adaptación a cargo del británico Ben Wheatley de la novela High-Rise de J.G. Ballard fue uno de los platos fuertes presentes este año en el festival de San Sebastián, una apuesta atrevida y poco complaciente por parte de la organización del festival el incluirla a competición al no ser un film poseedor de unas coordenadas habituales de las que se suelen ver normalmente compitiendo por la preciada concha de oro, «High-Rise» dada sus características causo adhesiones y rechazos extremos a partes iguales de una manera hasta cierto punto lógica, el film nos presenta una distopia retro futurista de premisa clara, el sistema capitalista puesto en entredicho y expuesto de una forma tan dantesca como real, con cierta semejanza con la reciente «Snowpiercer» de Bong Joon-ho pero de un tono completamente diferente, sustituyendo el relato de aventuras de ciencia ficción de aquella por un tono más acentuado en lo referente a su metáfora social, en donde vemos como jerarquías y desigualdades varias derivan en caos y anarquía, abriéndonos al mismo tiempo un apasionante discurso acerca de la pérdida de valores por parte del individuo, una visión acerca del aislamiento autoimpuesto como detonante de una sociedad destinada al abismo, incapaz de evolucionar de una manera consecuente y que termina derivando hacia una auto-protección, aunque valga la redundancia no es precisamente de seguridad de lo que se abastecen nuestros protagonistas,  vemos en definitiva una demoledora crítica al sistema y sus jerarquías sociales autoimpuestas que desembocan en un poder establecido.

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«High-Rise» película termina siendo no muy fiel al relato original en texto pero si en espíritu, un variado temario expuesto rico en sarcasmo y de claro calado reflexivo , disfrazada de contornos barrocos y visualmente apabullante, un deslumbrante trabajo por parte de Ben Wheatley, tan potente en su discurso como brillante en lo estético, en donde nos guía en un viaje hacia la locura y la anarquía como única solución ante la pérdida absoluta de un código social de valores básicos por parte del individuo, un film eso si excesivo en su tono e incluso en su discurso, lejos de ser un producto ideal para todos los paladares, poseedora de matices casi surrealistas, aunque también plagado de unas aristas algo defectuosas que alternan con momentos excepcionales, especialmente ese prólogo y unos cuarenta minutos finales realmente abrumadores, una banda sonora acertada con esa irresistible versión del ‘S.O.S.’ de ABBA a cargo de Portishead, con otros no tan conseguidos, cierto abuso de elipsis, falla narrativa en su ecuador al obviar el trayecto de ciertos personajes hacia la locura. «High-Rise» es
 una rara avis cinematográfica de las que tendrían que abundar más a menudo en el cine de hoy en día, no perfecta en su conjunto pero si rompedora en lo referente a su poder de sugestión, que sabe aunar un estilo arty con un tono que la direcciona hacia lo mas puramente salvaje, y eso en si ya es un logro, una muestra en donde Ben Wheatley sale triunfante ante un proyecto tan ambicioso como arriesgado de llevar a buen puerto, y así mismo un vehículo deslumbrante al funcionar como una acertada herramienta visual al servicio del paroxismo más extremo.

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«High-Rise» termina siendo una obra única en su especie por su estética rompedora y un estilo de narración tan desenfrenado e hipnótico como atípico, ese tipo de películas que en un primer momentos está destinada al fracaso critico-comercial de una forma instantánea, pero que con el paso del tiempo deviene en obra de culto, una película en definitiva que remueve pensamientos, incomoda e invita a la reflexión a través de sus imágenes y que tiene la gran virtud de no dejar indiferente al espectador en todo lo que nos expone.

Valoración 0/5:4

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«The Assassin» review

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China, siglo IX. Nie Yinniang regresa a casa de su familia tras años de exilio. Educada por una monja que la inicia en las artes marciales, es una auténtica justiciera cuya misión es eliminar a los tiranos. Su maestra le encarga como misión matar a su primo Tian Ji’an, gobernador disidente de la provincia militar de Weibo. Nie Yinniang tendrá que elegir: sacrificar al hombre que ama o romper definitivamente con «la orden de los Asesinos».

El veterano director taiwanés Hou Hsiao Hsien inauguró la sección Perlas del pasado festival de San Sebastián con la extraordinaria «The Assassin«, si años atrás vimos como directores referentes de la actualidad de la talla de Zhang Yimou o Ang Lee se introducían dentro del subgénero Wuxia ahora le toca el turno a Hou Hsiao Hsien, y lo hace desde una óptica bastante diferente con respecto a sus antecesores,  «The Assassin» podría catalogarse como un Wuxia de tono minimalista, totalmente personal  y coherente con su filmografía del director taiwanés, pero apoyado en unas coordenadas y elementos muy reconocibles dentro del mismo subgénero, los asimila desde una perspectiva claramente sensorial y contemplativa, un film plagado de una serie de tiempos muertos que rompe por completo con la idea de un tipo de cine que tradicionalmente ha sido de acción, una configuración desde la propia perspectiva del creador, con claras señas hereditaria de su propia cinematografía, ofreciéndonos una pieza tan atípica como memorable en donde la austeridad y la abstracción, elementos estos constantes en su cine se ponen al servicio de la historia y no al revés, cine contemplativo de ritmo pausado y de difícil lectura para los no habituales de su cine debido principalmente a una narración completamente alejada de lo que podríamos entender como convencional.

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El director taiwanés nos cuenta un capítulo de la historia que tiene lugar durante la caída de la dinastía Tang (618-907) acontecida en pleno siglo IX, testimonio y relato fílmico de la difícil lucha de una mujer por encontrar su camino lejos de las delimitaciones que le han sido otorgadas, Hou Hsiao Hsien sustituye las más características escenas de acción en base a una serie de apabullantes composiciones de planos minuciosamente elaborados y ejecutados en donde la imagen sustituye a la palabra y se erige como su principal activo, en donde la confrontación de colores y la experimentación del encuadre cobran un protagonismo esencial, en este aspecto lo estético como he comentado cobra una importancia vital, a través de la fotografía y también del cuidado componente artístico en cuanto a un elaborado decorado, vestuario, manejo del color y una ambientación aposentada básicamente con luz natural,
 una reinvención del subgénero plasmado como un prodigio estético que se convierte en obra maestra de forma incuestionable y no admite medias tintas por parte del espectador, algo realizable solo al alcance de muy pocos maestros, Hou Hsiao Hsien es uno de ellos sin lugar a dudas.

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La nueva película de Hou Hsiao Hsien termina convirtiéndose a una especie en claro peligro de extinción a día de hoy, una rara avis cinéfila que aposenta su tono en la propia raíz del cine clásico, una lección de cómo saber fabricar en celuloide uno de los ejemplos artísticos y estéticos mejor trazados que hemos visto en una pantalla de cine en mucho tiempo, un filme eso sí, que requiere de manera forzosa un atrevido salto al vacío por parte del espectador para poder enfrentarse a ella con ciertas garantías pues estamos ante una obra que se aposenta en esencia en una herencia cultural y por ende cinematográfica de una cultura totalmente ajena a la nuestra, Hou Hsiao Hsien apuesta por completo por la austeridad y lo contemplativo algo que deriva a «The Assassin» en un paradigma perfecto de lo que tendría que significar el cine en estado puro.

Valoración 0/5:4’5

«The Visit» review

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Una madre deja a sus dos hijos en la remota granja de sus abuelos, en Pensilvania, durante un fin de semana. Los niños descubrirán que la anciana pareja está metida en algo profundamente inquietante.

Antes de entrar en valoraciones acerca de las virtudes o defectos de una película como «The Visit» convendría detenerse de una manera breve en cómo ha discurrido hasta la fecha de hoy la carrera de un director tan peculiar como M. Night Shyamalan pues en cierta manera la película que nos ocupa es una clara consecuencia o respuesta a una trayectoria tan talentosa como algo irregular en su tramo final. No sería una temeridad decir que M. Night Shyamalan se convirtió por méritos propios en unos de los autores más agudos y brillantes aparecidos dentro del fantástico en estas dos últimas décadas, un film de terror tan simple y efectivo como «The Sixth Sense» le abre las puertas de par en par en la industria de Hollywood como su nuevo niño prodigio para a continuación situarse de manera justa en una cima autoral bendecida por un incontestable beneplácito de crítica y público, con tres films «Unbreakable«, «Signs» y «The Village» que demuestran el talento de un cineasta con una mirada propia, diferente y que marca escuela dentro del género fantástico contemporáneo, a partir de aquí y de una manera hasta cierto punto comprensible Shyamalan pierde algo de pistonada en sus dos siguientes trabajos, las reivindicables a día de hoy «Lady in the Water» y «The Happening«, y digo reivindicables porque pese a estar de una manera clara un escalón por debajo de sus anteriores trabajos no dejan de ser muestra válidas que saben mantener  intactas las señas de identidad de su director, algo que no vio una gran parte de público que empezó una tendencia de desprestigio hacia el cineasta de origen hindú poco entendible, como poco entendible fue ver como Shyamalan se embarcaba en dos productos de claro trazo mainstream como «The Last Airbender» y «After Earth» en donde aquí sí que pierde por completo esas señas de identidad que le convirtieron en referencia tiempo atrás.

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Un paso en el tiempo que obligaba en cierta manera a un reset creativo, pero sobre todo de medios (un proyecto de solo 5 millones de dólares y un rodaje de apenas 25 días), M. Night Shyamalan se ampara en el “found footage” para ofrecernos una relectura contemporánea del cuento de Hansel y Gretel, con dos niños protagonistas que se encuentran atrapados en el hogar de un matrimonio aparentemente monstruoso. «The Visit» demuestra que el talento de un creador es inherente al presupuesto o la técnica narrativa con la que está orquestada, llegando incluso a lograr su ejercicio de género más puro y honesto hecho hasta la fecha, recuperamos al Shyamalan poseedor de esa innata capacidad de hacernos creer lo inverosímil en algo hasta cierto punto cotidiano, de saber hacer como pocos cómplice y participe al espectador al juego narrativo que nos propone, pero sobre todo me gustaría destacar dos aspectos en donde M. Night Shyamalan demuestra en «The Visit» su solvencia como un autor tan diferente como brillante, por un lado su habilidad a la hora de planificar y desarrollar su técnica dentro de un formato limitado como es el “found footage” , una técnica esta que ha resultado contradictoria a la hora de presentar resultados pues por una parte ha servido para que muchos
  autores hayan podido dirigir películas dada la facilidad presupuestaria en la que se sustentan estos films, pero al mismo tiempo ha demostrado que el talento a día de hoy no sobra precisamente, deviniendo un formato repetitivo y poco dado a la brillantez y de la que han surgido muy pocos autores válidos, y por otra parte destacar la habilidad de Shyamalan a la hora de fusionar géneros y salir airoso de dicho cometido, algo nada fácil dicho sea de paso, «The Visit» transita y aúna sin complejos y de una manera solvente por el cuento de terror a la comedia de humor negro pasando por el drama familiar, incidiendo en este apartado en los conflictos y consecuencias que acarrea formar parte de una familia desestructurada, todo ello muy bien dosificado y sin que en ninguna de esta texturas genéricas se tenga la sensación de que sobren o no lleguen a encajar dentro del conjunto.

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Es evidente que «The Visit» pese a ser un trabajo solvente y brillante por momentos es por cuestiones obvias inferior a varias de las películas dirigidas en el pasado por M. Night Shyamalan, sin embargo termina siendo un producto que valida y recupera a unos de los talentos más estimulantes surgidos en estos últimos años dentro del panorama cinematográfico contemporáneo, «The Visit» no inventa nada nuevo dentro del género, de hecho incluso se podría llegar a subrayar su supuesta falta de originalidad, la gran virtud del film es la de asistir a una apabullante y notable clase de teoría y práctica cinematográfica, en donde se aúna un inherente talento visual con el saber mantener como pocos la esencia del suspense más puro a la hora de narrar y planificar, algo al alcance de muy pocos directores, M. Night Shyamalan es indiscutiblemente uno de ellos, pese a quien le pese.

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Valoración 0/5:4

«Z for Zachariah» review

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Z for Zachariah es una historia post-apocalíptica sobre una chica que vive sola y que lleva una granja en la último sitio respirable de la Tierra tras una guerra nuclear. Su mundo se verá roto cuando aparece otra persona, Loomis, un científico que tampoco esperaba encontrar a nadie más. Meses más tarde descubren a un tercer superviviente, Caleb, quien pone en peligro la relación de confianza que habían establecido anteriormente Ann y Loomis…

La nueva película de Craig Zobel tras el buen sabor de boca que nos dejó sus anteriores «Great World of Sound» (2007) y «Compliance» (2012) nos sitúa en un escenario post-apocalíptico para explicarnos una historia que tiende más de una manera nada disimulada hacia el relato de tono intimista e incluso existencial (tendencia esta que la acerca por momentos a la excepcional «The Road» de John Hillcoat) que hacia el más puramente relato de supervivencia ubicado dentro de un escenario hasta el día de hoy utópico, el film está basado en la novela homónima de Robert C. O’Brien que publicó póstumamente en 1974, libro este con la que guarda algunas similitudes argumentales con la notable cinta neozelandesa «The Quiet Earth» (1985) de Geoff Murphy, película está que también presentaba a un trio de personajes ubicados en un escenario devastado aunque se apostaba de una manera más decidida por el argumento científico-fantástico que por el drama de relaciones.

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La historia original que nos ofrece «Z for Zachariah» se ve de esta manera despojada de su acción e incluso de sus elementos más puramente genéricos,
 apenas se llega a hacer hincapié en los motivos de la supuesta guerra nuclear que ha devastado el planeta, intuida solo por los efectos de la radiación, tampoco se explaya en demasía en porque en el valle en donde ocurre la acción esta libre de tal efecto, es más que evidente que las intenciones de Craig Zobel van en una dirección completamente distinta, la de ofrecernos un drama intimista de tono casi minimalista que apuesta más por la metáfora que por lo explícito, de ritmo deliberadamente lento y poseedor de un inconfundible sabor indie en su estructura,  en el que se llegan a debatir varias cuestiones tales como la continua lucha entre la fe y la ciencia, los celos, prejuicios, la diferencia de clases o razas y sobre todo la naturaleza del ser humano para lo bueno y para lo malo, en este aspecto es digno de resaltar la notable labor actoral del trio protagonista, Chiwetel Ejiofor, Margot Robbie y Chris Pine (personaje esté ausente en la novela) se adecuan a la perfección a ese juego a tres bandas mostrado y que desata todo un cumulo de sentimientos entre ellos representado como un triángulo amoroso, lleno en un principio de un sentimiento de esperanza que se vuelve a continuación como una amenaza incipiente para esta Eva y estos dos Adams, esto llega a otorgar a «Z for Zachariah» una estructura narrativa sólida, funcionando al mismo tiempo como una reflexión profunda sobre la necesidad humana de hacer conexiones emocionales profundas y lo difícil que puede ser el lograrlo, incluso cuando es un medio totalmente necesario para la supervivencia.

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De esta manera «Z for Zachariah» deviene como una apuesta estimulante, algo a contracorriente en la cinematografía de hoy en día y bastante alejada de ese tipo de cine dirigido hacia un gran público, en donde se apuesta de una manera decidida en saber utilizar dentro un escenario post-apocalíptico la elaboración de un apasionante por momentos estudio de personajes en donde la
 complejidad emocional y humana nos hace preguntarnos entre otra cosas ¿qué clase de criaturas somos, y que nos impulsa a hacer lo que hacemos estemos en cualquier tipo de situación?

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Valoración 0/5:3’5

«Cut Bank» review

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Dwayne McClaren, un joven que fue atleta estrella en el instituto y que ahora trabaja como mecánico, sueña con irse de la pequeña población de Cut Bank, Montana -la ciudad más fría de los Estados Unidos- y mudarse a la gran ciudad, llevándose consigo a su novia Cassandra, que sueña con ser modelo. Pero su plan para para marcharse se complica por una serie de eventos que involucran al joven en una investigación policial que lleva a cabo el Sheriff Vogel, que por otro lado es lo más cercano que Dwayne tiene a una figura paterna.

Debut en el cine de Matt Shakman, director de amplia experiencia en series de televisión tan conocidas como House, The Good Wife, Fargo, Psych o Revenge entre otras muchas que aquí nos presenta un thriller rural con pinceladas de comedia negra y ambientado en la América profunda como escenario fílmico y que bebe de forma consiente y nada disimulada de cierto cine negro orquestado por los hermanos Coen («Blood Simple«, «The Man Who Wasn’t There«o «No Country for Old Men» y muy especialmente «Fargo«), hablamos de ese tipo de films que nos expone cómo un apariencia plan sencillo puede desatar el caos más imprevisible , la película basada en un guión de Robert Patino (libreto que estuvo durante un largo periodo de tiempo en la denominada Black List, esa especie de clasificación que se suele otorgar en la industria Hollywoodiense a los mejores guiones que no llegan a producirse por diversos motivos, básicamente económicos) está repleto de personajes pintorescos y giros de guión sorprendentes, apartado este que llegado el momento sabe ser de alguna manera algo inteligente al lograr meterse al espectador en el bolsillo de una forma casi instantánea, otra cosa seria hablar de su supuesta originalidad, pues la sensación que deja un producto de las características de «Cut Bank» es la de ser un correcto ejercicio «noir» demasiado deudor de sus referentes y poca cosa más, en la que su condición de ser demasiada tópica y rutinaria se llega a nota sobremanera, también se detecta en demasía como Matt Shakman y Robert Patino quiere jugar a ser uno más de los hermanos Coen, elementos estos que llegan a lastrar bastante su resultado final.

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En «Cut Bank» nos encontramos ante unos diálogos que quieren ser como marcan los cánones chispeantes y agudos en un principio, pero resultan en la mayor del tiempo de su metraje demasiado sobreexplicativos y previsibles, no se llega a indagar en ese extrañísmo de que en apariencia parecen estar dotados tanto el relato, los personajes y el escenario. El tratamiento de la violencia y su juego con el humor negro funcionan de una manera irregular aunque ligeramente algo mejor, lástima que en ocasiones en este apartado también se tenga la sensación de que está algo prefabricado, en este aspecto la labor actoral se salva en parte, la buena actuación de secundarios solventes como son John Malkovich,
  Bruce Dern, Billy Bob Thornton o Oliver Platt solventan la papeleta por momentos, otra cosa muy distinta es su actor principal, el inexpresivo Liam Hemsworth que no está ni de lejos a la altura de su rol, un enorme error de casting.

Finalmente «Cut Bank» deviene como un producto algo fallido, demasiado deudor de utilizar el formato televisivo en su planificación, algo que la deriva en una puesta en escena demasiado convencional, solo salvable en parte al ser una película que en toda regla sabe ser autoconsciente en lo concerniente a sus referencias cinematográficas, aunque esa autoconciencia citada le termine convirtiendo a la larga en una prototípica marca blanca de las películas de los hermanos Coen.

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Valoración 0/5.2

«Mr. Holmes» review

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En 1947, Holmes vive retirado en una remota granja de Sussex con un ama de llaves y el hijo de ésta. Cumplidos los 93 años, su memoria y su capacidad intelectual empiezan a deteriorarse. Su rutinaria vida se limita al cuidado de su colmena, a la escritura de su diario y a la lucha contra su pérdida de facultades. De repente, se le presenta un caso desconocido hasta el momento.

«Mr Holmes» adaptación de la novela publicada por Mitch Cullin en 2005 sirve de base al director Bill Condon para ofrecernos un nuevo biopic de tono desmitificador (en la antítesis eso sí de las aproximaciones perpetradas últimamente por Guy Ritchie), que la emparenta de algún modo dada su más que evidentes semejanzas con la que posiblemente sea su mejor película hasta la fecha, la crepuscular «Gods and Monsters«, que del mismo modo adaptaba la novela El padre de Frankenstein de Christopher Bram para contarnos los últimos días de vida del director de cine James Whale. En «Mr Holmes» asistimos de la misma manera a las vivencias del famoso detective, ya alejado de cualquier tipo de actividad profesional y con graves problemas de memoria, que intenta recordar su último trabajo inacabado, que le llevó a la retirada con una terrible y extraña sensación de fracaso treinta años atrás.

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En «Mr Holmes» asistimos a una acción que se divide en tres espacios temporales bien distintos y plasmados en la pantalla de una manera bastante pulcra, la actualidad, un pasado relativamente reciente en el que Holmes visita Japón y un pasado más longevo, obviamente interconectadas todas ellas entre sí, Bill Condon construye a partir de aquí una versión del mito claramente delimitada por los propios fantasmas del personaje en el pasado, interludios mentales que toman forma en dos casos sin resolver que ponen a prueba su frágil memoria y sirven al mismo tiempo como catarsis de su misma reinterpretación como personaje. El señor Holmes nos es presentado en un principio como un anciano algo testarudo y cascarrabias que se resiste a asumir su propia decrepitud. La única persona capaz de derribar ese  muro emocional que Holmes ha construido a sí mismo es el pequeño Roger, un niño curioso, observador e inteligente que ve en él una figura paterna ausente, a partir de aquí entablan una curiosa amistad a regañadientes de la madre del niño, y sirviendo al mismo tiempo como una especie de sustituto en el puesto que hace muchos años desempeñó John Watson, Roger de esta manera sirve como soporte emocional y vital en el día a día de un Holmes delimitado física y mentalmente, que apenas puede moverse sin un bastón, sirviendo también como soporte en rememorar su investigación, que nos traslada a un pasado reciente en Japón y en los que fueron sus últimos días como detective en Londres. Así, Bill Condon fusiona de manera coherente la fórmula clásica de los enrevesados misterios ideados por Conan Doyle junto al drama intimista de claro tono crepuscular.

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«Mr. Holmes» termina siendo una apuesta algo arriesgada sobre el famoso mito de la literatura detectivesca que al igual que la extraordinaria 
«The Private Life of Sherlock Holmes» de Billy Wilder nos presenta a un personaje algo diferente al que suele estar acostumbrado el imaginario colectivo. Es más que evidente sin embargo que Bill Condon no posee la maestría de Billy Wilder, su película aunque no es redonda logra convertirse por momentos en una lúcida reflexión acerca de la decadencia, y al mismo tiempo en una brillante reinterpretación del mito desde dentro (genial escena cuando vemos a nuestro protagonista asistir al visionado de una película sobre sí mismo, un ejercicio de metacine llevado al extremo cuando descubrimos a Nicholas Rowe, quien interpreto a un joven Sherlock Holmes en «Young Sherlock Holmes«, como el actor que encarna al detective en el ficticio film). Del mismo modo el film esconde una ternura atronadora logrando no caer en los tentadores terrenos de la cursilería, algo nada fácil dado el material. Pero si habría que destacar por encima..muy encima algún aspecto de «Mr. Holmes» esta sería sin duda alguna la portentosa interpretación llevada a cabo por Ian McKellen, es el quien realmente hace grande al personaje de Sherlock Holmes en el film, quien lo dota de una personalidad tan reflexiva como certera, una extraordinaria  performance que nos presenta al hombre detrás del mito.

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Valoración 0/5:3’5

«Air» review

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Air nos sitúa en unas instalaciones de conservación criogénica donde dos guardias de seguridad patrullan constantemente sin poder salir del lugar, ya que una guerra nuclear ha convertido el aire exterior en irrespirable. Ambos custodian a los científicos en estado de hibernación que, llegado el día, saldrán a la luz para reconstruir el planeta, pero poco a poco el claustrofóbico entorno comienza a hacer mella en su cordura.

Los creadores de la exitosa «The Walking Dead» Robert Kirkman y David Alpert nos presentan en «Air» una muestra de cine de ciencia ficción low cost, un producto de tono casi minimalista en su puesta en escena, de un ritmo pausado que la direcciona de una forma clara al thriller de tono psicológico y que bebe argumentalmente de films tan conocidos como el «Silent Running» de Douglas Trumbull o las más recientes «Moon» de Duncan Jones y muy especialmente el survival post apocalíptico «The Divide» del francés  Xavier Gens, sin embargo el debut en la dirección de Christian Cantamessa sitúa a «Air» bastante por debajo de las películas citadas, especialmente por no saber explotar una premisa que daba para bastante más de lo que finalmente nos ofrece.   

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Viendo «Air» uno tiene la clara sensación de estar visionado un producto desaprovechado por completo, el guión Christian Cantamessa y Chris Pasetto nos ofrece una serie de premisas llena de posibilidades que no son explotadas de forma satisfactoria, ¿quién tiene la potestad de decidir quiénes deben ser los últimos supervivientes sobre la tierra?, ¿cómo sacrificar a un ser querido en beneficio de una decisión a priori algo más necesaria?, son solo algunas cuestiones que surgen en la narración, desafortunadamente Cantamessa y Pasetto cogen la vía menos interesante del libreto, simplemente tocando muy por encima los elementos más prometedores del concepto para ofrecernos una más que previsible confrontación entre los dos protagonistas, repleto de giros tan predecibles que llegan a ser incluso algo molestos.

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Otros de los aspectos
 fallidos del film es su puesta en escena que no sabe aprovecharse del tono de atmósfera asfixiante que posee el relato, teniendo en cuenta el sentimiento de asfixia como un elemento clave en la película, Christian Cantamessa debería haber hecho especial hincapié en el carácter claustrofóbico del entorno, evidentemente no lo consigue, si «Air» hubiera logrado ese tono claustrofóbico, entonces su ritmo podría haber dado sus frutos, se habría fortalecido la tensión con cada minuto que pasa y por consiguiente fortalecer a sus dos protagonistas, como Duncan Jones supo lograr en la notable «Moon«.

Finalmente «Air» termina siendo un producto que roza casi el tono naif por la ausencia total de algo innovador en su propuesta, de correctas actuaciones Norman Reedus y Djimon Honsou que no logran salvar un producto demasiado previsible y que no pasara precisamente a la posteridad por su brillantez, en donde su principal déficit reside en la notoria falta de tensión de un relato que pedía a gritos algo más de garra a la hora de plasmar en imágenes una historia en principio tan prometedora.

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Valoración 0/5: 2

«Extinction» review

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Nueve años después de que una infección convirtiese a gran parte de la humanidad en criaturas salvajes y sin intelecto, Patrick, Jack y Lu, una niña de nueve años, sobreviven en aparente tranquilidad en Harmony, un rincón olvidado, cubierto por nieves perennes. Sin embargo, algo terrible ocurrió entre Patrick y Jack y un odio profundo pervive entre ellos. Cuando las criaturas vuelven a aparecer, Patrick y Jack deberán dejar atrás el rencor para proteger lo que más quieren.

Miguel Ángel Vivas pertenece a esa oleada de directores españoles vinculados al cine de género fantástico en mayor o menor medida como Juan Carlos Fresnadillo, Jaume Collet-Serra, Gonzalo López Gallego, Juan Antonio Bayona o los hermanos Pastor que han tenido que buscar y desarrollar proyectos fuera de nuestras fronteras, la búsqueda de una mirada internacional que posiblemente sea el único recurso valido dada la situación actual de nuestra industria a la hora de demostrar el talento de estos autores. Miguel Ángel Vivas, un director que supo rectificar a un debut poco afortunado con «Reflejos» ofreciéndonos una carta de presentación más valida en «Secuestrados«, una home Invasión que si bien no inventaba nada nuevo dentro del subgénero si hacía gala de una contundencia y un atrevimiento formal poco visto dentro del cine patrio. Con «Extinction» el director sevillano nos ofrece un survival horror hecha con un presupuesto restringido pero de clara vocación internacional, un producto algo irregular en su conjunto pero poseedor como ya ocurría en «Secuestrados» de la utilización de un buen uso a la hora de saber gestionar y desarrollar una tensión narrativa, y de la misma manera el saber moverse con cierto conocimiento de causa dentro de unas coordenadas genéricas bastante reconocibles.

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Basada en la novela de Juan de Dios Orduña Y pese a todo…(que no he tenido el placer de leer) «Extinction» anteriormente conocida como Welcome to Harmony puede llegar a decepcionar en cierta medida a los fieles amantes del horror zombi, aunque el film ofrezca un openning (algo molesto visualmente por cierto) y un final repleto de escenas de acción, Miguel Ángel Vivas opta más por el drama familiar psicológico de tono algo reflexivo, con especial hincapié sobre el conflicto paterno, un contexto dramático de raíces casi clásicas que la llegan a emparentar de alguna manera al western( la rivalidad de los protagonistas adultos) ubicado eso si dentro de un escenario postapocalíptico, en este aspecto el elemento fantástico da la sensación de servir como mero reclamo comercial, situando al film más cerca del «The Road» de Cormac McCarthy que a cualquier episodio de «The Walking Dead«, una decisión esta más que loable y arriesgada pues evita aposentarse de manera clara dentro de un subgénero hoy en día totalmente sobreexplotado y del que se hace bastante complicado el ofrecer algo nuevo e innovador, el problema puede venir a la hora de desarrollar narrativamente dicho drama pues el film peca de algo de previsibilidad (flashbacks algo innecesarios entre otras cosas) que la conducen irremediablemente hacia un ritmo lento que entra en claro conflicto con el survival horror de tono argumental más frenético, un conflicto genérico que hace que la película se quede a medias entre ambos terrenos creando cierta desigualdad en su conjunto.

Aun así «Extinction» con todos sus reconocibles defectos, cabría recordar a más de uno que estamos ante un film muy modesto, casi de serie B, termina convirtiéndose en un correcto ejercicio de género por parte de un Miguel Ángel Vivas que por momentos sabe imprimir cierto carácter a la realización, un producto que termina siendo más valido como una carta de presentación de cara al mercado internacional de la valía de su director que como una película brillante en el conjunto de su ejecución si hablamos de una manera más ecuánime.  

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Valoración 0/5:2’5

«Strangerland» review

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Los Parkers son un matrimonio que acaba de llegar a una ciudad cercana al desierto australiano, un día su vida da un giro cuando sus dos hijos desaparezcan en el “outback”, el remoto y árido desierto de Australia antes de una tormenta de arena. Entonces comenzarán a buscarles con la ayuda de un policía, pero la opinión de la gente se volverá en contra del matrimonio.

Australia y su árido paisaje representado como un territorio inhóspito ha devenido de una manera bastante frecuente a lo largo de los años en el cine como un escenario casi perfecto a la hora de tratar de explorar de manera algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en la gran pantalla el complejo instinto humano que intenta subsistir dentro de dicho marco geográfico, ya sea a través de las propias relaciones conceptuales existentes entre individuos dentro de una sociedad claramente desigual o el mero relato de supervivencia de tono sobrenatural y barnizado en ocasiones con ese toque mitológico- aborigen tan característico en este tipo de producciones. «Strangerland» presentada en la pasada edición del festival de Sundance supone el debut tras las cámaras de Kim Farrant en un film a priori tan ambicioso como algo irregular en su conjunto aunque no exento de elementos lo suficientemente interesantes como para que no pase desapercibida.

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Posiblemente
 uno de los principales problemas de «Strangerland»  sea su clara no adscripción a un género determinado, da la impresión que Kim Farrant ha querido jugar con demasiados ases en la manga, por un lado nos presenta de una manera algo tímida y no conseguida un thriller psicológico de contornos misteriosos pero de una manera definitorio el film parece decantarse más por el drama familiar de tono personal presentándonos la descomposición de un núcleo familiar en unos personajes situados en un escenario y una situación algo anómala, ubicados dentro de un enclave que sirve al mismo tiempo como un elemento de catarsis en lo referente al pasados de dichos personajes, la directora también parece coquetear con el relato de tono sobrenatural en lo referente al misticismo local, pero solo de modo casi anecdótico (una verdadera pena que no se desarrolle mas esta vía argumental, ese cine de tono simbólico-mitológico que tiene como obra referencial a la excelente «The Last Wave» de Peter Weir), evidentemente este vaivén genérico la hace narrativamente irregular llevándola a un exceso de metraje que da la impresión de no estar del todo aprovechado, hay aspectos más interesantes que otros, el relato policiaco aquí mostrado por ejemplo está bastante desdibujado.

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En lo positivo dos aspectos a resaltar primordialmente, en primer lugar nos encontramos con el buen uso del escenario del que hace gala Kim Farrant, ayudado aquí con el genial trabajo en la fotografía a cargo de P.J. Dillon, logrando crear una constante sensación de asfixia dentro de un paraje natural extremo en base a la utilización de una atmosfera tan amenazante como sinuosa, por otra parte tenemos una competente labor actoral, Hugo Weaving sabe dar ese tono de sobriedad tan característica suyo, Joseph Fiennes sorprendentemente no llega a desentonar, pero es Nicole Kidman la que se convierte por méritos propios en la reina de la función ofreciendo un notable recital interpretativo y demostrando algo que algunos ya sabíamos tiempo atrás, que es una de las actrices más notorias aparecidas en los últimos años en la gran pantalla, olvidando en parte aquí algunas decisiones y apariciones suyas claramente erróneas vistas últimamente en el cine.

«Strangerland» termina siendo un film aunque no redondo si lo suficientemente interesante y personal como para tenerlo en cuenta y saber valorarlo de una manera ecuánime, poseedor al mismo tiempo de unos atributos claramente reconocibles que lo convierten en un producto que sabe beber de manera adecuada de unas raíces y coordenada tan propias y características como es cierto tipo de cine australiano, aquí perfectamente expuestos, una cinematografía esta que en muchos aspectos sigue resistiéndose de manera loable a una cierta comercialidad en beneficio de un trazo más personal y autoral.

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Valoración 0/5:3

«L’affaire SK1» review

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París, 1991. Franck Magne es un joven inspector que inicia su carrera en la Policía Judicial. Su primer caso es el asesinato de una joven. Pronto descubre casos relacionados pero se enfrenta rápidamente con la realidad del trabajo de investigación: la falta de recursos, largas horas, la burocracia… Pasan los años y las víctimas se multiplican. Las pistas están borrosas. Pero Franck Magne, obsesionado con el caso, no dejará de intentar descubrir y dar caza al monstruo responsable de los crímenes, llevando a cabo la que sería la investigación más compleja de la historia de la policía francesa hasta la fecha.

«L’affaire SK1» supone la opera prima del director francés Frédéric Tellier, un debut que se adentra en uno de los casos criminales más sonados en la Francia de los 90, la cruda historia real del denominado «la bestia de la bastilla”, que dio lugar a la investigación y posterior proceso contra Guy Georges por la violación y asesinato de al menos siete mujeres en la ciudad de París, unos asesinatos que duraron casi una década y cuya resolución supuso la puesta en funcionamiento en territorio galo de una base de datos de ADN de agresores sexuales.

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A la hora de buscar referencias de las que bebe «L’affaire SK1» nos encontramos de una forma clara con dos films que también venían a ser sendas crónicas criminales de dos sonoros casos reales con la figura del serial killer como factor primordial, por una parte nos encontramos con la excelente «Zodiac» de David Fincher, aquí la semejanza viene dada por la similitud existente en dos personajes, el protagonista de 
 «L’affaire SK1» al igual que el Jake Gyllenhaal de «Zodiac» viene a representar al ser atormentado-obsesionado con una investigación demasiada dilatada en el tiempo que no logra solucionar y que va haciendo mella en su psique, por otro lado tenemos la pulcra tv movie  «Citizen X» de Chris Gerolmo, aquí las similitudes las encontramos representadas en el modo de mostrarnos esa negligencias burocrática- administrativas o la rivalidad y exhibición de egos por parte de diferentes departamentos encargados de la investigación, algo que deviene como un obstáculo casi insalvable a la hora de resolver el caso, la lastima es que ambas referencias se quedan en eso, simples apuntes narrativos a la hora de narrarnos unos hechos que no termina de estar desarrollados de una manera más decidida, colocando a «L’affaire SK1« como un film correcto en su ejecución pero bastante por debajo de por ejemplo las dos películas arriba mencionadas.

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Paradójicamente la cronología utilizada por Frédéric Tellier a la hora de narrarnos los hechos
  supone un punto a su favor con evidentes claros y oscuros dentro de la apuesta formulada, el film esta vertebrado e intercalado en dos tiempos distintos, investigación-pasado, juicio-presente, algo que dota al film de una cierta originalidad en lo que es su conjunto argumental pero al mismo tiempo de una irregularidad formal bastante notoria, pasamos del correcto thriller policial de investigación (el más interesante) al drama judicial de ligero tono manierista con demasiada frecuencia, no causando confusión pues la historia es diáfana en su entendimiento pero si cierto desequilibrio genérico, da la impresión que Frédéric Tellier no ha querido dejar nada en el tintero, quizás ha querido abarcar demasiado apoyándose en el supuesto realismo del relato, viendo el film uno tiene la sensación de que este se sitúa en tierra de nadie, Tellier se preocupa por no dejar en el tintero temas trascendentales adyacentes en la propia historia, pero se queda en eso, una exposición tan correcta como algo previsible, dando la impresión de ser algo superficial en su ejecución.

Pese a sus imperfecciones «L’affaire SK1» termina siendo un film algo disfrutable, ambientada de manera acertada, más cercana de forma consciente al relato criminal de tono realista que al thriller policiaco al uso. Un género el Polar francés que aunque lejos de su época dorada sigue dándonos aunque sea a cuentagotas algunas muestras de lo más estimables en estos últimos años, «L. 627» Bertrand Tavernier (1992), «Les Marchands de Sable» Pierre Salvadori (2000), «Scènes de Crimes» Frédéric Schoendefer (2000), «Les Rivières Pourpres» Mathieu Kassovitz, (2000), «La Fleur du Mal» Claude Chabrol, (2002), «MR 73» Olivier Marchal, (2008), «Un Prophète» Jaques Audiard, (2009) o «Les Salauds» Claire Denis (2013), una lista en la que «L’affaire SK1» también se podría incluir de una manera ecuánime,  son solo algunas muestras que me vienen a bote pronto a la cabeza de cómo pese al paso del tiempo se intenta personalizar un género desde unos parámetros y coordenadas claramente propias, algo verdaderamente digno de ser alabado.

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Valoración 0/5:3

«Eternal» review

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A un poderoso millonario, enfermo de cáncer, le ofrecen la posibilidad de someterse a un procedimiento médico radical para transferir su conciencia al cuerpo de un hombre más joven. Al principio la operación va bien y el hombre disfruta de su renovada juventud, pero todo se complica cuando empieza a descubrir los detalles en torno a la procedencia de su nuevo cuerpo.

Tarsem Singh se presentó en sociedad con la carta de ser uno de los alumnos más prometedores y aventajados proveniente de la generación del videoclip a finales de los noventa, su opera prima «The Cell» 2000 venía a ser un perfecto compendio de lo que se le espera de un autor en donde la imagen y el estilismo es primordial a la hora de ejecutar cualquier tipo de historias, su excelente barroquismo visual hacia presagiar una carrera de lo más prometedora algo que se vio confirmado en parte con su siguiente trabajo, la notable «The Fall» 2006, un paso hacia delante por parte de Tarsem Singh que aquí además lograba potenciaba un imaginario que desvelaba complejas inquietudes conceptuales y hasta filosóficas, y que conseguía al mismo tiempo amoldarse por difícil que pueda parecer en un principio a las referencias visuales tan características del director, logrando un producto tan atípico como estimulante. Con «Immortals» y «Mirror Mirror» más tarde supo sobrevivir con cierto tino al producto major conservando en algo su propia autoría.

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Lo peor que le puede pasar a un director de esta índole es caer dentro de un producto rutinario en su ejecución, «Eternal» se desvela como un trabajo sin alma, bien manufacturado, con buenos actores y competente diseño de producción, pero poseedora de un inconfundible halo de déjà vu en el desarrollo tanto de su historia (el film acaba por inundarse de personajes y situaciones mil veces vistas con anterioridad, de la misma forma hace gala de unas reiteraciones formales que no solo llegan a cansar al espectador curtido en estas lideres sino que llega a rozar sin atisbo de equivocación la saturación mas desacomplejada) como en el empleo que se hace en como mostrárnoslo, es aquí cuando se hace harto evidente que Tarsem Singh se limita a tirar de manual despojándose de cualquier percepción en lo referente a su trazo autoral, el no presentar ningún rasgo propio es una de las connotaciones más negativas que le pueden ocurrir a un director de estas características.

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Más doloroso aun es el comprobar las posibilidades desaprovechadas en el guión escrito por los hermanos Pastor, directores de «Infectados» (2009) y «Los últimos días» (2013), una historia repleta a priori de reflexiones y matices de interés que no se llegan a desarrollar y que oscila entre el thriller y la ciencia ficción, dejando sobre el tapete cuestiones tan atrayentes a priori como la inmortalidad, segundas oportunidades o la posibilidad de comprar el tiempo, un argumento que remite de forma inequívoca a la magna «Seconds» (1966) de John Frankenheimer, sin embargo no hay atisbo de las reflexiones existencialistas entre otras de las muchas cosas que poseía esta obra maestra, de echo «Eternal» no logra tener una pertinencia clara y definitoria hacia la ciencia ficción, decantándose más hacia el thriller al uso, relegándola a un sinfín de secuencias de acción y manidos golpes de efecto en la mayor parte de su metraje logrando que el espectador se llegue a desentender mucho antes de su final y emparejándola de algún modo más a productos tipo «Freejack» 1992 Geoff Murphy, ¿alguien se acuerda de este film, Emilio Estévez,
  Anthony Hopkins,  Mick Jagger?.

En definitiva, «Eternal» no pasa de ser un inocuo entretenimiento con etiqueta de encargo, tan ligeramente correcto como convencional en su confección, quedando a años luz del estilismo e inventiva  visual que tiempo atrás nos llegó a obsequiar el bueno de Tarsem Singh, una verdadera lastima.

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Valoración 0/5:2

«Blind» review

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«Blind» nos sumerge en la historia de Ingrid, quien tras haber perdido recientemente la vista se retirará a la seguridad de su hogar, sitio en el que poder sentir que está todo controlado, a solas con su marido y sus pensamientos
  pronto empezará a sospechar que su marido oculta algún secreto pero, ¿será fruto de su paranoia o habrá alguna amenaza real a la que temer? sin embargo, los problemas reales de Ingrid se hallan precisamente ahí, entre esas cuatro paredes del apartamento en el que se refugia y reside, empezando a aflorar sus profundos temores y sus fantasías más reprimidas.

«Blind» supone la ópera prima tras las cámaras de Eskil Vogt (guionista de «Reprise» 2006 y «Oslo, 31 de Agosto» 2011), ofreciéndonos una interesante aproximación en donde la percepción y la imaginación de su personaje principal basculan a lo largo de todo el metraje del film en forma de un acertado discurso metafórico sobre ceguera física y pasional y como esta puede llegar a desgranar la complejidad de las relaciones personales y el vacío existencial inherente del mundo adulto y sus supuestos vínculos de pareja, estamos pues ante un original estudio sobre esa ceguera emocional antes comentada que sabe alejarse de manera inteligente del prototipo de film confuso argumentalmente hablando, una primera impresión puede conducir a esta apreciación, nada más lejos de la realidad, el objetivo de Eskil Vogt es otro bien distinto que el mero hecho de despistar al espectador a la hora de narrar.

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En «Blind» todo llega ha estar conjugado de una manera intencionada y condicional en lo que respeta a las fantasías ficcionadas de su protagonista, el reto de la película consiste (y ahí radica su principal virtud) en lograr situar al espectador en la piel de una persona ciega que no se preocupa en absoluto por lo real más que en la medida de lo que ella misma quiere conseguir visualizar en su subconsciente, por consiguiente cada nueva escena constituye una nueva ocasión o posibilidad de dar con un hallazgo cambiante de manera inesperada en su puesta en escena o de guion, consiguiendo dirigirla de una forma clara hacia una narración que podría calificarse como totalmente sensorial, lanzando al mismo tiempo un lucida reflexión que versa sobre la insatisfacción de una persona. Eskil Vogt da muestras de mucho humor (ese humor nórdico tan característico e inusual) e imaginación en este sentido, su lado más lúdico logra aligerar el peso de lo que ante todo es un drama sobre la desintegración de una pareja y el aislamiento de una mujer por causa de un aflicción física y moral. El director nórdico embarca al espectador hacia una experiencia que sutilmente se termina transformando en algo alejado completamente de lo que se supone que es una narración clásica.

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Aunque en ocasiones la película puede llegar a resultar algo cruda y directa en su puesta en escena, esta puede llegar a estar por momentos provista de una abundancia de escenas pornográficas que puede pillar por sorpresa a más de uno, en «Blind» no llegan a faltar ni la inteligencia ni las citas, Eskil Vogt termina haciendo una perfecta metáfora con el propio título del film al jugar dentro de su propia narración de una manera inteligente, alejándose conscientemente de ser caprichoso de forma gratuita y aportando ricos matices intercalados dentro de sus escenas. «Blind» posee también esa frialdad escandinava tan característica, llegando a estar representada en este aspecto y de manera inmejorable en la fisionomía de su actriz principal, hermosa pero extraña, una excelente elección de casting que corrobora todo el potencial interpretativo de la bella Ellen Dorrit Petersen.

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De la misma manera se tendría que destacar varios aspectos técnicos del film, por ejemplo su apartado visual es contundente, cuidado y pulcro, también resaltar su extraordinario sonido, impresionante en su afán por recrear notablemente las texturas sonoras captadas por la protagonista, algo que lamentablemente hace que su BSO no llegue a estar a la altura al equipararla, esta cumple sin más dando cierta sensación poco equilibrada en su conjunto con respecto a este apartado. «Blind» termina siendo una película original y muy recomendable de ver que nos habla y nos hace reflexionar al mismo tiempo de que lo que vivimos rara vez coincide con lo que deseamos, Eskil Vogt pues se sitúa como uno de los directores más interesantes del actual panorama cinematográfico europeo, cuya futura trayectoria habrá que seguir muy de cerca a partir de ya.

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Valoración 0/5:3`5

«The Nightmare» review

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«The Nightmare» explora el fenómeno de la parálisis del sueño a través de los ojos de ocho personas. Ellos a menudo se encuentran atrapados entre el sueño y la vigilia, incapaces de moverse, pero conscientes de su entorno, mientras quedan sujetos a lugares de lo más inquietantes.

Hace pocos años Rodney Ascher nos sorprendía con el excelente documental «Room 237«, una fascinante reflexión que exploraba y proponía una serie de alucinógenas teorías ocultas sobre los posibles significados de la mítica «The Shining» de Stanley Kubrick, hablándonos acerca de las obsesiones de un variopinto grupo de personas en busca de simbolismos utópicos dentro del film, un trabajo sin embargo que siempre he tenido la sensación que no llego a ser entendido en toda la plenitud de su estimulante propuesta pues la película de Ascher no dejaba de ser una brillante disección que lindaba casi en una broma dirigida al público geek, estando camuflada de formato de falso documental, y que servía al mismo tiempo como una reflexión hacia esa nueva crítica inmersiva, una nueva forma de experimentar y analizar las películas y series que cada vez está más en boga. Ahora Rodney Ascher vuelve a incidir en el formato documental con «The Nightmare«, un trabajo que visto el precedente y el tema que trata prometía bastante más de lo que finalmente nos da.

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«The Nightmare» recopila información detallada en forma de testimonios de ocho entrevistados que relatan sus experiencias sobre la denominada “parálisis del sueño”, un trastorno que se sufre entre el estado de sueño y de vigilia y que provoca una parálisis transitoria en la que la persona es incapaz de cualquier tipo de movimiento voluntario, un documental que recurre en parte al modo ficcionado a la hora de representar en pantalla parte de esas experiencias de las que nos hablan los sufridos testimonios, el problema del film de Rodney Ascher viene dado en que a la media hora del film este agota casi por completo la fórmula que nos propone, se reincide una y otra vez de manera algo torpe sobre lo ya explicado y uno tiene la sensación de que llegados a este prematuro punto todo lo que se tenía que contar ya está de sobra expuesto, de la misma manera hay una evidente irregularidad en los testimonios, si exceptuamos a tres de los entrevistados los demás son casi anecdóticos, esto provoca evidentes socavones de ritmo pues asistimos a un vaivén narrativo algo desestructurado dando cierta sensación de que todas las piezas del puzle no estén calibradas de una manera acorde y lineal.

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Tampoco ayuda en exceso la forma en que Rodney Ascher estructura el documental para que este discurra de una forma liviana, no hay prácticamente un solo momento dentro del film en se abandone la dinámica del testimonio-recreación, aunque si tuviera que destacar la principal falla de «The Nightmare» este sería su no posicionamiento entre lo documental y la ficción, la película se queda de una forma clara en tierra de nadie, se puede llegar a entender en lo referente a la parte ficcionada dada la propia naturaleza del producto pero en la parte documental se nota de forma clara una carencia explicativa hacia lo científico, apenas hay referencia informativas medicas sobre los casos, posiblemente si se hubiera recurrido a este aspecto aunque fuera de manera leve se habría paliado en algo esa sensación repetitiva que prácticamente inunda todo el metraje del film.

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De todas maneras tampoco quiero el resaltar a «The Nightmare» como una mala película documental, de echo está por encima de la media de productos de una naturaleza similar, tiene un empaque visual potente, al mismo tiempo poseedora de un openning bastante sugerente y un trabajo en lo referente al sonido bastante acertado, simplemente estamos ante un film fallido que no cumple con las expectativas depositadas en el en un principio, no estando a la altura de su interesante propuesta. Posiblemente Rodney Ascher tendría que proponerse en el futuro dar el salto a la ficción, pues estamos ante un director que al igual que Mark Hartley ha demostrado en el pasado dentro del género del documental una innegable soltura y habilidad a la hora de manejar los recursos con los que dispone, unas habilidades estas que bien utilizadas dentro de la ficción podrían dar unos resultados a priori bastante prometedores.

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Valoración 0/5:2’5

«Fièvre» (Horsehead) review

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En 1781, Henry Fuseli pintó su cuadro La pesadilla, en el que el sueño de una joven era atormentado por un incubo y por un aterrador caballo blanco, estas visiones parecen inspirar a Jessica que ha comenzado a estudiar la psico-fisiología de los sueños en un intento de entender su significado. Cuando su abuela muere, Jessica vuelve a su casa familiar en la campiña francesa, donde recibe un frío desdén por parte de su madre. Después de una difícil primera noche, Jessica usa su estado postrada en cama para practicar el arte del sueño lúcido. Jessica pronto descubre que su abuela había estado obsesionada con la misma aparición que ahora persigue sus propias pesadillas. Cuanto más bucea en sus sueños, más aprende sobre los oscuros secretos profundamente arraigados en su línea de sangre. Secretos que la llevan a una monstruosa cabeza de caballo.

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He de confesar que siempre he sentido una cierta predilección poco racional hacia las películas poseedoras de una narrativa criptica o aquellas que se sustentan casi por completo en base en el arte visual a través de sus imágenes, evidentemente siempre que el conjunto tenga un sentido y sobre todo una coherencia en sí mismo, pues estamos ante una categoría de films en que las fronteras de la genialidad y pretenciosidad son algo difusas, penden de un hilo demasiado frágil. Romain Basset debuta tras las cámaras con «Horsehead«, una clara muestra de ese cine figurativo antes mencionado en donde más que mostrarnos una narrativa criptica estamos ante un amplio y extenso muestrario onírico donde simbología e imágenes efectistas campan a sus anchas durante gran parte de su metraje.

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El principal problema de «Horsehead» radica es su evidente irregularidad a la hora de cohesionar la realidad y el mundo onírico, si bien ese surrealismo es la parte de la película más conseguida, excelente trabajo en su fotografía a cargo de Vincent Vieillard-Baron, consiguiendo
 una lograda estética de tono gótico-bizarro en su atmósfera que la emparenta de algún modo al cine de un Dario Argento en su mejor etapa «Suspiria» e «Inferno» muy especialmente, y prescindiendo por completo de uso digital a la hora de rodar estas escenas algo que le confiere al film un halo de artesanilidad bastante sugerente, el problema del film vine  cuando  Romain Basset nos muestra esos momentos de supuesta tregua, momentos familiares de aparente realidad que rompen casi por completo su ritmo narrativo, deviniendo estos como lastre algo tedioso al conjunto, como impuesto de una manera poco inteligente. En este sentido es cuando se aprecia de una manera meridiana que Romain Basset no se ha atrevido a poner toda la carne en el asador, como sí que suelen hacerlo por ejemplo Hélène Cattet y Bruno Forzani («Amer«, «L’étrange couleur des larmes de ton corps«) pese a las consecuencias que ello pueda acarrear, ese juego a dos bandas impuesto por Basset es evidente que no favorece a una propuesta en principio destinada a ser una especie de referencias en forma de puzle psicológico acerca de diversos traumas de tintes casi freudianos.

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No creo que «Horsehead» sea un film hueco o pretensioso, simplemente es un producto que no termina de cuajar en su totalidad, en su idea de fusionar esos intervalos entre la realidad con los sueños, algo descompensado en su conjunto pero poseedor de un notable sentido a la hora de plasmar ese imaginario psicoonirico, una muestra de cómo experimentar un tipo cine de terror plagado de simbologías algo distinto a lo acostumbrado por el espectador, si además tenemos el placer de volver a ver en pantalla a la antigua chica Fulci
 Catriona MacColl y a la esplendorosa Lilly-Fleur Pointeaux como su principal protagonista, igual el visionado de «Horsehead» puede llegarse a convertir en un pequeño placer no confesado para el fiel seguidor del fantástico menos convencional.

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Valoración 0/5:3

«Hungry Hearts» review

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«Hungry Hearts» nos cuenta la relación de una pareja de recién casados residentes en Nueva York, tras el nacimiento de su primer hijo, Mina quiere preservar la pureza del niño y protegerlo de la contaminación del mundo externo. Por amor, Jude la apoya hasta que un día descubre que su hijo no crece y que su vida corre peligro por culpa de la obsesión de su pareja, desesperado lo lleva a un médico, que le diagnostica malnutrición. El niño corre un grave peligro. Así es como empieza una escalada de la tensión entre los dos progenitores que acaba convirtiéndose en un enfrentamiento abierto cuando Jude, después de haber consultado a un abogado, decide «secuestrar» al niño y llevárselo a casa de su madre.

Presentada en la pasada edición de la Mostra de Venecia  «Hungry Hearts» supone el cuarto largometraje del director italiano Saverio Costanzo («Private«, «In memoria di me» y la notable  «La solitudine dei numeri primi«), en este su último trabajo Costanzo basándose en la novela de Franco Franzoso Il bambino indaco aborda la problemática del enfrentamiento conyugal dentro de un concepto en donde las relaciones familiares se llegan a desmitificar, una situación relativamente cotidiana en los tiempos actuales que nos es expuesta aquí desde una mirada claramente neutral, en este aspecto es donde reside una de las virtudes más notorias de esta estimulante película, el director no se decanta ni se posiciona por ningún de los personaje, matiza y expone las vicisitudes y psicología de sus dos protagonistas, porque en el fondo lo que nos quiere contar Saverio Costanzo en «Hungry Hearts«, desde una perspectiva que se inclina claramente en el drama psicológico, es la incomunicación de una pareja, una reflexión pesimista de como personas pueden llegar a formar vínculos familiares sin apenas conocerse entre sí y las consecuencias trágicas que ello puede acarrear.

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Otra de las virtudes de «Hungry Hearts» es el hábil cambio genérico que vamos viendo en el trascurso del film, Saverio Costanzo sabe adecuar de manera notable el espacio escénico y el uso adecuado de su planificación a los cambios de tono a los que vamos asistiendo, un plano secuencia inicial que sirve para presentar a nuestros protagonistas al mismo tiempo que se conocen desde una visión de distendida comedia, pasamos enseguida a una breve parcela romántica, enamoramiento-boda, abundancia de primeros planos para resaltar el estado anímico y sentimental, enseguida hace acto de aparición el drama psicológico, se reducen espacios todo ello dentro dela perspectiva de una atmósfera hermética y malsana para terminar deviniendo en su tramo final en un angustioso pasaje hacia el terror, aquí es cuando se emparenta de una manera clara y concisa a una cierta aura Polanskiana, muy especialmente en su trilogía de espacios cerrados y tonos claustrofóbicos («Repulsion«, «Rosemary’s Baby» y «Le locataire«).

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Mención aparte merece el destacar a sus dos esplendidos actores principales, por una parte Alba Rohrwacher (su semejanza física a la Mia Farrow de «Rosemary’s Baby» no es causal en la película), una de las mejores actrices actuales en el panorama cinematográfico europeo, y un sorprendente y efectivo Adam Driver (Girls), ambos consiguieron con total justicia el premio Volpi de la 71ª edición del certamen de Venecia al mejor actriz y mejor actor por su trabajo en el mismo film.

«Hungry Hearts» termina siendo una notable crónica acerca básicamente de la inestabilidad humana, una desasosegante y pesimista reflexión acerca del carácter y la naturaleza distante de las personas y como ello puede derivar en un abrir y cerrar de ojos del amor a la desconfianza y el odio, todo ello contado y  mostrado través de una demoledora y  maniquea love story.

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Valoración 0/5:4

«Creep» review

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Desesperado por conseguir dinero, Aaron acepta un trabajo que promete 1.000 dólares al día por participar en un rodaje. En una cabaña perdida en el bosque conocerá a Josef, el sujeto de la película que debe filmar. A medida que avance el día, las cosas se complicarán.

No resulta nada fácil a estas alturas intentar presentar un producto que sea algo original en su propuesta dentro del género de terror, y más si te apoyas en el recurso narrativo del found footage, un subgénero ya limitado de por sí y que se ha convertido de manera algo preocupante en una especie de paradigma de la reiteración y la falta de ideas nuevas en infinidad de producciones de serie B que nos han llegado durante estos últimos años. Posiblemente «Creep» no sea un desecho se originalidad, de echo tampoco creo que sea una magnífica película, hay varios lastres bastantes reconocibles en su propuesta, pero al menos es un producto que sabe aprovechar al máximo tanto las virtudes del formato en que esta rodado como en la hábil ambigüedad genérica en la que se mueve.

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«Creep» parece un film rodado durante los fines de semana dada su más que visible modestia, supone el debut en la dirección de Patrick Brice también guionista junto a Mark Duplass, ambos son los dos únicos actores de la función aunque prácticamente todo el peso de la función recae sobre el personaje de Mark Duplass, cara reconocible del actual nuevo cine indie norteamericano con bastantes apariciones dentro del género fantástico («Safety Not Guaranteed«, «The Lazarus Effect«) y que acapara prácticamente toda la estructura del film y eleva en lo positivo la calidad de una propuesta de estas características convirtiéndose en la auténtica alma de la película.

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La principal virtud que nos ofrece «Creep» radica en como a partir de una historia mínima, casi anecdótica, se busca retorcer los consabidos mecanismos del género de terror balanceándolos hacia territorios en donde asoman por momentos la parodia o la comedia incómoda sin que por ello se llegue a desequilibrar su conjunto, para volver en su tramo final a su punto de origen, un juego genérico que hace que el espectador se distraiga en sus ajustados ochenta minutos de duración, de la misma manera el trabajo tras la cámara a cargo de Patrick Brice es apreciable al saber este desarrollar con cierta pulcritud tanto el uso del escenario (muy especialmente en su primera parte) como la de su propia interactuación actoral con respecto al espectador a cargo del personaje que caracteriza, la cámara en este sentido se convierte una extensión del propio protagonista, asistimos pues de esta manera a un juego en directo y primera persona en donde van apareciendo sensaciones tales como la curiosidad, confianza, desconfianza y temor con respecto al personaje interpretado por Mark Duplass, un juego de espejos que se llega a adecuar con cierta soltura al recurso narrativo aquí presentado.

Finalmente «Creep» deviene como una propuesta tan modesta como entretenida, un puro entretenimiento que no pretende llegar a ser pretenciosa dentro del cine de terror, convirtiéndose de esta manera en un paradigma de lo que tendría que ser el cine independiente de género, ese que aunque con sus evidentes limitaciones tanto en recurso como en resultados consigue al menos llegar a ser algo disfrutable, convirtiéndola en una propuesta a tener en cuenta, y es que un poco de originalidad aunque sea a cuentagotas dentro del terreno del terror actual y muy especialmente del found footage siempre es de agradecer.   

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Valoración 0/5.3’5

«As the Gods Will» review

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«As the Gods Will» se centra en el estudiante de segundo año Shun Takawata, el cual lleva una vida aburrida y sin alicientes hasta que un día se ve obligado a participar en una serie de macabros juegos infantiles con la muerte como castigo por perder. Sin saber quién se oculta detrás de estos juegos, no queda otra opción que seguir ganando como único medio de sobrevivir y poder seguir adelante. Mientras tanto, un misterioso compañero de curso llamado Takeru parece disfrutar viendo como otros estudiantes van pereciendo poco a poco.

Nueva adaptación en imagen real por parte del prolífico Takashi Miike (difícil tarea la de cuantificar el número de films ya rodados por el director japonés) de un manga, en esta ocasión se trata de Kami-sama no Iu Toori obra de Muneyuki Kaneshiro (escritor) y Akeji Fujimura (ilustrador), una saga de cinco tomos publicado entre el 2011 y 2012.

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Podríamos decir sin riesgo a equivocarnos que esta «As the Gods Will» es un nuevo y claro ejemplo de la evolución artística que la carrera de Takashi Miike ha ido experimentando en estos últimos años, posiblemente los fieles seguidores de sus primeros y radicales films estén algo defraudados con el camino seguido por el director nipón en estos últimos tiempos, no se trata de un aburguesamiento de estilo el suyo sino una evolución artística de lo más lógica, un paso hacia adelante, una en cierta manera reinvención artistica que le ha convertido de un enfant terrible del cine oriental a un aventajado artesano que sabe manejar el medio y su material correspondiente de una manera concisa y efectiva, por ejemplo, sale airoso en nuevas adaptaciones de clásicos del chambara como «13 assassins» y «Harakiri/Seppuku«, de la misma manera triunfa al versionar de forma original otro clásico, en esta ocasión del kwaidan como es «Yotsuya Kaidan» en su notable «Over Your Dead Body«, al mismo tiempo hace gala de una pulcritud estética y visual brillante en thrillers tan efectivos y entretenidos como «Shield of Straw«.

Si algo ha perdurado de aquel estilo irreverente y salvaje de sus inicios lo podemos comprobar en parte en sus live action movie, «Lesson of the Evil«, «Ace Attorney» o la inminente «Yakuza Apocalypse: The Great War Of The Underworld» por citar solo algunas últimas contienen suficientes estándares de violencia, sexo y locura que la emparentan de algún modo a ese cine primigenio con que se dio a conocer a nivel mundial.

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«As the Gods Will» forma parte de esta última categoría señalada, el film no deja de ser un simple y mero vehículo destinado a entretener de una manera liviana al espectador, de estética cuidada y notable puesta en escena (algo que sabe manejar a la perfección el bueno de Takashi Miike), y poseedora
  al mismo tiempo de unos excelentes efectos digitales la película se sustenta en un principio en base a una mitología local y folclórica en su argumento, algo que no deja de ser un simple enunciado en sí mismo, estamos ante un producto que va directo al grano, como si de un videojuego se tratase, se obvio cualquier tipo connotación profunda en su historia o en sus personajes, enseguida nos encontramos ante el consabido juego mortal de supervivencia que la emparenta argumentalmente en algo a por ejemplo «Battle Royale«, el problema de «As the Gods Will» es su agotamiento formal, hasta cierto punto lógico dado su naturaleza, estamos ante una película que va claramente de más a menos porque ante tal reiteración de pruebas a los que son sometidos los protagonistas se echa en falta algo de contrapeso en forma de desarrollo en su historia, los flashbacks de alguno de sus personajes devienen totalmente insuficientes a la hora de potenciar su propio conjunto.

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«As the Gods Will» termina siendo un film intermedio entre el Takashi Miike más severo y agresivo y el más funcional y estilista, una película en definitiva tan multigenèrica en su forma como son los diversos e interminables registros que tiene la virtud de poseer y manejar su genial e irrepetible director.

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Valoración 0/5.3
 

«The World of Kanako» review

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Cuando Kanako, hija pródiga y alumna intachable, desaparece, su madre no duda en llamar a su exmarido, un policía poco ortodoxo. A medida que la investigación avanza, la imagen idealizada de Kanako se va resquebrajando, dejando entrever que, bajo la excelencia, la chica esconde otra vida, más oscura y secreta.

Mucha expectación había generado el nuevo film de Tetsuya Nakashima después de las extraordinarias «The Memories of Matsuko» y «Confessions«, podríamos decir que el director nipón es un autor que no deja de evolucionar y sorprender al mismo tiempo, siendo uno de los más destacados y aventajados autores de la nueva generación de realizadores japoneses,  «The World of Kanako» es un film desatinado a provocar una palpable e innegable división de opiniones entre el público no conocedor de sus obras anteriores, la película transita por esquemas que Nakashima ya había tratado en sus anteriores trabajos, un retrato agudo de una destructuración familiar bajo la apariencia de un thriller violento de venganza, contado todo ello bajo la apariencia de un puzle narrativo desarticulado y sincopado, con el flasback como principal recurso pero utilizando al mismo tiempo flashforwards, visiones del pasado, presente, futuro como herramientas en donde el caos sensitivo se pone por delante lo más puramente formal,  algo bastante característico en la obra del director y que da paso a un delirio e impacto visual digno de aplaudir (puesta en escena en donde predomina claroscuros y un abusivo y consciente uso de luces de neón en su puesta en escena) pero que puede llegar a aturdir por momentos al espectador, una mixtura genérica al mismo tiempo (noir, comedia, drama, musical, explotation) que la dirigen irremediablemente hacia el exceso  pero que tiene la indudable virtud y valía de no dejar indiferente prácticamente a nadie.

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Posiblemente la película este algo por debajo de sus anteriores trabajos, a decir verdad el listón estaba bastante alto, pero Tetsuya Nakashima sale airoso de forma incuestionable, un autor de claros excesos cinematográficos en su obra, pero que atesora una más que suficiente brillantez creativa como para volver a incidir de una manera acertada en un universo tan particular como arrollador, un aventajado cronista que retrata de manera impecable a esa sociedad japonesa defectuosa y casi esperpéntica, algo que lleva explorando en prácticamente toda su obra, consiguiendo así dar rienda suelta a un imaginario totalmente digno de ser apreciado, llegando a ser una obra que aunque sobrada y algo pasada de vueltas tanto estéticamente como argumentalmente logra llegar a transformarse en una experiencia visual francamente única.

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Mención aparte merece destacarse el tour de forcé interpretativo que compone el veterano actor Koji Yakusho, un némesis nipón de Choi Min Sik, justo merecedor del premio al mejor actor en el pasado festival de Sitges, un personaje el suyo tan fascinante como desconcertante, con tantas aristas como contradicciones, algo que viene como anillo al dedo para definir las sensaciones que deja el visionado de un producto tan deslumbrante, desconcertante y atípico en su forma como es por momentos este «The World of Kanako«, un film que merece ser apreciado y disfrutado por un público ávido en productos algo diferentes, atrevidos y únicos, films que se alejan conscientemente de esa cotidianidad formal que cada vez abunda más en el cine de hoy en día, ya solo por esta premisa y declaración de intereses el film de Tetsuya Nakashima merece una oportunidad.

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Valoración 0/5:3’5