Distopía y cine. Futuro(s) imperfecto(s)

Distopía (RAE): Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana.
El término distopía –acuñado por el político y economista británico John Stuart Mill en 1868– alude a una ficción que describe pormenorizadamente una sociedad futurista indeseable en sí misma, donde nuestra fe en el progreso social, tecnológico, moral, ha sido totalmente destruida por toda clase de excesos y abusos perpetrados en aras del progreso… Sin embargo, las ficciones distópicas no son producto únicamente de la imaginación de sus autores: el futuro de horrores que describen se basa en una extrapolación en el tiempo de ideas o problemas actuales y reales, los cuales sirven para evaluar de manera crítica nuestro presente.
A partir del legado de escritores como H. G. Wells, George Orwell, Aldous Huxley, Karel Capek o J. G. Ballard, el cine ha construido un poderoso discurso distópico desde sus inicios como arte, abordando temas tan controvertidos como el autoritarismo político, las desigualdades sociales, la autocracia económica, el impacto de la tecnología en la vida humana, la degradación de la cultura, el quebranto de los sentimientos, el miedo a la guerra nuclear, a la degradación del medio ambiente, a la violencia como instrumento de dominación ideológica… Un denso y apasionante universo fílmico, equipado de un poderoso discurso visual, por el que han transitado cineastas de la categoría de Fritz Lang, Ridley Scott, Stanley Kubrick, Jean-Luc Godard, Franklin J. Schaffner, Paul Verhoeven, Richard Fleischer, George Miller, George A. Romero, Olivier Assayas o Terry Gilliam, entre muchos otros.
El volumen incluye textos de Tonio L. Alarcón, Óscar Brox, Quim Casas, Roberto Curti, Fernando de Felipe Allué, Ramon Freixas & Joan Bassa, Jorge Gorostiza, Hard Boiled Lula, Elisa McCausland, Roberto Morato, Luís Pérez Ochando, Jesús Palacios, Álvaro Peña, Diego Salgado, Antonio José Navarro y Tomás Fernández Valentí.
Autor; Coordinado por Antonio José Navarro; Editorial: Donostia Kultura, Páginas: 234

«El autor» review

Álvaro quiere ser escritor, pero todo lo que escribe es falso, pretencioso, insípido. Trabaja como escribiente en una notaría de Sevilla y su vida es gris, coloreada sólo por sus sueños. Su mujer, Amanda, es todo lo contrario. Siempre ha tenido los pies en la tierra y nunca ha soñado con ser escritora. Sin embargo, es ella la que se pone a escribir y le sale un best-seller. Ironías de la vida. La separación es inevitable. Y en ese momento, Álvaro decide afrontar su sueño: escribir una gran novela. Pero es incapaz; no tiene talento ni imaginación. Guiado por Juan, su profesor de escritura, indaga en los fundamentos de la novela, hasta que un día descubre que la ficción se escribe con la realidad. Álvaro comienza a manipular a sus vecinos y amistades para crear una historia, una historia real que supera a la ficción.

Había mucha expectación por ver la nueva película de Manuel Martín Cuenca, sus últimas y muy estimables La mitad de Óscar y Caníbal sumado al Premio FIPRESCI en el pasado Festival de Toronto hacían presagiar que posiblemente estaríamos ante una de las películas españolas más importantes del presente año, sin embargo el resultado final pese a lo muy interesante de la propuesta deja un poso algo amargo, una ligera sensación de oportunidad desaprovechada, aun así El autor alberga suficientes apuntes interesantes como para que no caiga en el olvido por parte del gran público.

Al igual y aun cambiando de registro con respecto a su anterior Caníbal Manuel Martín Cuenca vuelve a indagar en un personaje de características obsesivas que lucha continuamente por controlar su entorno, en este aspecto la capacidad por parte del director de sacar lo mejor de sí mismo de sus actores protagonistas principales es realmente encomiable, si ya Antonio de la Torre en Caníbal lograba una actuación muy notable Javier Gutiérrez en El autor consigue un registro ciertamente extraordinario. En El autor encontramos a un personaje que lejos de empatizar llega a inquietar algo que deriva al film en un producto vocacionalmente incómodo, ubicado en un escenario aséptico y vacío, tanto como la mente del protagonista, alguien que en cierta manera se muere por poder escribir, un ser frustrado y engañado que ante su evidente imposibilidad a la hora de crear por carecer de talento, ante tal tesitura decide manipular todo lo que le rodea para que su ficción sea lo suficientemente subjetiva a la hora de convertirla en materia literaria, los personajes del inmueble donde se aloja serán de alguna manera sus cobayas, una pareja de inmigrantes cuya bondad se difumina por la necesidad, una portera surrealista de claro cariz Berlangiano, un viejo solitario fascista que no atiende a ningún tipo de creencias serán las piezas de ajedrez de la narrativa que crea el protagonista.

Basada en la primera novela corta de Javier Cercas titulada El móvil el principal problema que parece atesorar El autor es su indecisión genérica, las muy interesantes premisas que aborda acerca de la reflexión sobre el oficio de crear, o ese tratamiento de lo que supone la verdad como fundamento vital del individuo, o lo ilícito de la manipulación, conceptos que en el film devienen como intermitentes y que requerían en mi opinión de un desarrollo algo más sobrio y lineal, el tratamiento de comedia, en ocasiones burda, en referencia por ejemplo a la interactuación de dos personajes importantes en la trama como son la esposa del protagonista y la portera del edificio donde se aloja, ambas de alguna manera actúan a modo de anticlímax narrativo pues lo que nos cuenta El autor linda con cuestiones expuestas a medio camino entre lo perverso, lo irónico e incluso lo laberintico, conceptos como el arte y la inspiración, una base de dicha idea que incluso parece remitirnos a la brillante Following de Christopher Nolan, sin embargo Manuel Martín Cuenca parece querer huir de la supuesta trascendencia del relato, para ello ironiza y exagera ciertos arquetipos logrando romper la austeridad formal que si imperaba por ejemplo en su anterior y estupenda Caníbal. De un arranque y una finalización del relato ciertamente potente su tramo central decae a causa de una ambivalencia en lo referente a unos registros que terminan por restar ese fuelle dramático al conjunto, el resultado final es un curioso mix genérico que va desde la comedia de claro tono esperpéntico hacia una suerte de thriller de connotaciones psicológicas que derivan en oscuras conforme avanza la trama sin perder nunca de vista la naturaleza lúdica de un producto que se posiciona lejos de modismos, en su haber y pese a sus evidentes irregularidades sí que podemos encontrar en cambio como un gran logro el saber crear desde la más absoluta disparidad antes mencionada una por momentos apasionante fábula punzante acerca la creación y el talento necesario para ella.

Valoración 0/5: 3

El silencio como supervivencia, primer tráiler de «A Quiet Place»

Terminadas las crónicas y repasos de los festivales que han tenido lugar en los meses de septiembre y octubre, este año demoradas  algo más de la cuenta por circunstancias ajenas a un servidor, es hora de recobrar la normalidad en lo referente a las noticias más destacadas que van apareciendo. De la mano de Paramount Pictures acaba de ver la luz un primer tráiler que podéis ver a final de página de la cinta de terror A Quiet Place, el film producida entre otros por Michael Bay y su sello Platinum Dunes está dirigido por John Krasinski, reconocido actor visto en trabajos como Promised Land, 13 Hours: The Secret Soldiers of Benghazi o en la reciente Detroit entre otros, Krasinski en estos últimos años ha compaginado dicha labor con la de director, las comedias Brief Interviews with Hideous Men y The Hollars han sido sus primeros trabajos tras las cámaras, ahora con A Quiet Place cambia por completo de registro para ofrecernos una a priori muy sugerente película de terror sobrenatural cuya premisa parece estar muy influenciada por el cine de M. Night Shyamalan. El film se estrenará en Estados Unidos el próximo 5 de abril de 2018, en España lo hará unos días después, el 13 del mismo mes.

A Quiet Place nos cuenta la historia de una familia ha sido acosada durante mucho tiempo por un mal sobrenatural que es atraído por el sonido. Retirados en un remoto lugar y apartados de tal amenaza llevan su día a día con la mayor normalidad posible dadas las circunstancias, en este idílico lugar se verán obligados a guardar silencio y no hacer ruido como parte indispensable para su supervivencia. La familia se comunicará a través de señas e intentarán tener una vida normal, pero las cosas se complicarán después de que un pequeño accidente en casa provocado por un ruido.
La película con guion a cargo del propio John Krasinski junto a Scott Beck y Bryan Woods está interpretada por John Krasinski, Emily Blunt, Noah Jupe, Millicent Simmonds, Cade Woodward, Evangelina Cavoli, Ezekiel Cavoli y Doris McCarthy.

«You Were Never Really Here» review

Joe (Joaquin Phoenix), ex marine y antiguo veterano de guerra, es un tipo solitario que dedica su tiempo a intentar salvar a mujeres que son explotadas sexualmente. No se permite ni amigos ni amantes y se gana la vida rescatando jóvenes de las garras de los tratantes de blancas. Un día recibe la llamada de un político porque que su hija ha sido secuestrada.

Avalada con los premios al Mejor actor y mejor Guion en el pasado festival de Cannes en donde fue presentada a contrarreloj y sin ni siquiera tener los títulos de créditos finalizados la cuarta película de la realizadora británica Lynne Ramsay estuvo presente en la sección Perlas de San Sebastián,  You Were Never Really Here posiblemente sea el trabajo que le abra las puertas de Hollywood definitivamente, o eso esperamos, tras esa escabechina que supuso su no participación en la película La venganza de Jane por desavenencias creativa con los productores, de alguna manera dicha renuncia no deja de ser un motivo de celebración, si Lynne Ramsay se hubiera embarcado en dicho proyecto seguramente You Were Never Really Here no existiría, al menos a día de hoy. Ramsay adapta libremente la novela corta de Jonathan Ames, una plasmación en imágenes que supone una peculiar, y muy arriesgada en lo formal de la propuesta, nueva relectura del Taxi Driver de Martin Scorsese, de textura mucho más austera y cruda en lo referente a sus postulados, unos esquemas argumentales que pueden llegar a parecer prácticamente idénticos aunque devienen como bastante diferentes a la hora de ver cómo llegan a estar expuestos en la pantalla, un relato violento a través de un vía crucis interior que bebe de esos universos tan característicos de Scorsese o Schrader expuestos mediante una visión lateral.

You Were Never Really Here es en cierta manera un ejercicio de estilo llevado hasta las últimas consecuencias, podríamos aseverar que estamos ante una muestra de ese grupo reducido de películas en donde se le da más importancia a las formas que al propio contenido, en cierta manera la historia que nos cuenta Lynne Ramsay en la película es tan simple que por momentos parece rozar lo más puramente minimalista, a través de esa economía de recursos se enfatiza la inquietud,  lo que prima aquí básicamente es retratar una asfixia personal a través de los procesos mentales del protagonista, al igual que el personaje principal del Hardcore de Paul Schrader la fragmentación de la mirada es clave a la hora de analizar un retrato en donde planificación y el montaje están al completo servicio en la forma de retratar la angustia de un ser torturado cuyas heridas no tienen ni parecen tener ningún viso de cicatrizar, poco importa en la película las motivaciones y derivas que puedan tener los villanos o víctimas ocasionales que deambulan por la trama, lo que importa y prima en esencia es el retrato de un alma torturada en exceso y sobre todo en como contarlo (hay una indagación en el pasado del protagonista a través de diversos flashes temporales en donde más que mostrar se sugiere la raíz de dicha deriva mental), en este aspecto la interpretación de un omnipresente y notable Joaquin Phoenix resulta clave para que todo parezca tener un sentido, como también lo son también las aportaciones técnicas a dicho posicionamiento estético, la fotografía a cargo de Tom Townend y la invasiva música de componente de Radiohead Jonny Greenwood. De alguna manera la violencia que expone Lynne Ramsay en You Were Never Really Here es explicita sin llegar a serlo, o al menos como se entiende en la mayoría de producciones norteamericanas que abordan dicha temática, digamos que de alguna manera trasgrede formulismos narrativos a la hora de aplicar un trazo elíptico a la historia.

Were Never Really Here thriller tan áspero como sofisticado en sus planteamientos supone un indiscutible triunfo a la hora de exponer un ejercicio de estilo tan lacerante, un tipo de cine de esencia corporal que indaga curiosamente en un proceso mental a través de una propia fisicalidad casi epidérmica en lo referente a sus formas de representación física, y un triunfo al mismo tiempo por saber moverse en unos terrenos algo trillados de manera muy personal y valiente quedando validada como una de las propuestas más interesantes del presente año, la única condición para el espectador algo despistado a la hora de enfrentarse a ella es pensar que estamos ante algo más, de hecho mucho más, que una película de justicieros al uso.

Valoración 0/5:4

 

Crónica festival de Sitges 2017. Día 10

The Lodgers

The Lodgers nos sitúa en la Irlanda rural de hace un siglo, en el año 1920 durante la guerra de independencia, en ese escenario vemos como Rachel y Edward, un par de gemelos anglo-irlandeses que están a punto de cumplir 18 años residen desde la muerte de sus padres en Crumbling Manor, una mansión decrepita en las afueras de un pueblo. Lo único es que no están totalmente solos, ya que comparten casa con una fuerza invisible que se aloja en el sótano. Los gemelos deberán seguir unas reglas muy estrictas dictadas por los propios entes, deben estar en la cama a medianoche, no deben permitir que nadie de fuera entre en la casa y si intentan escapar de ella la vida del otro se pondrá en peligro, el desobedecer dichas normas le supondrán enfrentarse a castigos estremecedores.

Si en su pasada edición Sitges cerraba con un thriller de época victoriana con ciertas reminiscencias góticas como fue el The Limehouse Golem del español Juan Carlos Medina este año se volvía repetir formula de alguna manera con la cinta británica The Lodgers, una película que se inscribe plenamente en el subgénero gótico de terror, en ella encontramos todos los mimbres necesarios que pertañan a tal temática, maldiciones ancestrales, amores fatales y como no un caserón donde subyace lo fantasmagórico.

Hace bien poco comentábamos a propósito de las fallida Marrowbone de Sergio G. Sánchez como en estos últimos años ha habido un grupo reducido de películas que han intentado adentrarse con poca fortuna en el subgénero del terror gótico, hubo una indagación realmente a destacar como fue la notable I Am the Pretty Thing That Lives in the House de Osgood Perkins, evidentemente el ejemplo más ambicioso en dicho cometido fue el Crimson Peak de Guillermo del Toro que se saldó con un sonoro fracaso crítico y taquillero, tampoco la modesta Voice from the Stone de Eric D. Howell lograba adecuarse a una temática que tampoco parece tener el beneplácito por parte de un público que en su gran mayoría perece más interesado en otras conceptos genéricos. The Lodgers sin llegar a ser una maravilla atesora al menos el mérito de no salirse en prácticamente ningún momento de unas coordenadas ya establecidas, posiblemente esta sea su mayor virtud. Curiosamente su director, el irlandés Brian O’Malley, aquí se posiciona por fuerza mayor en las antípodas de la que fue su opera prima Let Us Prey, si en aquella aparatosa hibridación genérica imperaba lo explícito en The Lodgers (mucho más entonado) tiene que tirar de recursos más sutiles a la hora de elaborar un relato que se sustenta principalmente en articular a través de lo atmosférico o de lo estrictamente literario. En la película sin embargo percibimos una ligera sensación de corta y pega en su estructura, no solo en lo concerniente a no salirse de una tangente preestablecida sino a la hora indagar en anexos de su historia que no son lo suficientemente explorados. Que The Lodgers no quiera salir de unas normas preestablecidas tampoco quiere decir que estemos ante un producto artificial en su elaboración, hay un intento por crear que es digno de mención, la fotografía a cargo de Richard Kendrick y un montaje de ritmo parsimonioso por parte de Tony Kearns ayudan a revestir una película que ha día de hoy deviene como algo atípica dada su naturaleza, algo que en cierta manera eleva la condición de un producto que sugiere y en menor medida muestra, todo un logro según como se mire.

Valoración 0/5: 3

 

A Silent Voice

La historia gira en torno a Shôko Nishimiya, una estudiante de primaria que es sorda y que al cambiarse de colegio comienza a sentir el bullying de sus nuevos compañeros. Uno de los principales responsables es Ishida Shôya quien termina por forzar que Nishimiya se cambie de escuela. Años después, Ishida busca la redención de sus malas acciones.

La adaptación anime del extenso manga (7 volúmenes, 61 capítulos) de Yoshitoki Ōima Koe no Katachi fue otro de los platos fuertes vistos este año en Sitges en lo referente a una sección de animación que en esta edición ha sido verdaderamente potente en lo referente a los títulos exhibidos. A Silent Voice de la directora Naoko Yamada bajo la algo equivocada apariencia (para el no conocedor de su base) de retrato juvenil encorsetado nos cuenta una historia provista de innumerables capas a modo de viaje emocional, de continuo tránsito entre lo amable y lo trágico y de inmaculada definición como producto de animación, minimizarla solo como un relato que transita a través del bullying y sus consecuencias sería un error bastante grande, hay mucho más, el film parte de una trama narrativa que no está presentada de una forma digamos convencional en lo referente a su estructura argumental, aunque no por ello resultara ininteligible, en el proceso es evidente que existen huecos narrativos posiblemente debido a la reducción de un material tan extenso a la hora de adaptar, en lo referente a esta cuestión A Silent Voice a parte de un arraigo cultural muy visible en sus imágenes y al igual que coetáneos de similar condición cumple a la perfección una discurso pedagógico que deriva en posteriores reflexiones tales como la profundidad de la carga psicológica que hay detrás del bullying materializado en dos direcciones opuestas, como eso puede marcar una infancia o una adolescencia, cambio de roles  y lo cruento que puede convertirse este ámbito interior a través de una mala e inconsciente decisión que posiblemente no te abandone en un futuro. Se podría continuar con multitud de más disquisiciones que se exponen en A Silent Voice, no es cuestión aquí de enumerarlas una por una, el film de Naoko Yamada deviene como un perfecto ejemplo de la actual madurez en que se encuentra la animación japonesa, un medio que puede servir para extrapolar y articular cuestiones mucho más complejas que la de ser en su función primaria un simple entretenimiento destinado al público juvenil.

Valoración 0/5: 3’5

 

The Super

Phil es un ex policía que empieza a trabajar como encargado de mantenimiento en un edificio de Manhattan. Cuando los inquilinos del mismo empiezan a desaparecer, Phil sospecha que hay un asesino suelto en el lugar. Pero, ¿en quién confiar cuando todos los vecinos parecen tener algo que esconder?

Siguiendo la tónica de estrenos mundiales vistos este año en Sitges The Super de Stephan Rick volvió a poner de manifiesto que en su gran mayoría son films que están presentes en el certamen por unas cuestiones alejadas de su supuesta calidad, para ser justos habría que puntualizar que es una práctica habitual en prácticamente todos los festivales solo que en esta edición de Sitges este factor se ha notado en demasía.

Uno supone que proyectar The Super en un pase especial de la sección oficial se debió a la posibilidad de aprovechar el evento para otorgarle un premio honorifico a un Val Kilmer (curiosamente lo mejor de largo del film) que nunca apareció por el festival, seguramente si la película hubiera estado de forma algo más discreta en apartados mucho más naturales para ella como por ejemplo la sección Panorama sus muy evidentes carencias no habrían estado tan señaladas. The Super no deja de ser una simple serie B, es de aquellas películas que antaño estaban solo destinadas a estar presentes en una estantería de un video club, como muchas series B la película parte de un planteamiento interesante, ese gran edificio de viviendas y esa comunidad vecinal daba para un film de terror coral con muchas posibilidades, sin embargo su desarrollo es extremadamente manido y simplón, The Super en su apuesta formal sistemáticamente no se cansa de incidir en ese catálogo repleto de clichés genéricos que pueblan a día de hoy la mayor parte de las producciones del género de terror, una puesta en escena que parece articularse exclusivamente  a través del continuo sobresalto en la subida del volumen de sonido, aunque quizás su falla más evidente a parte de un guion repleto de incoherencias venga dada a la hora de emplear un twist final que con la intención de sorprender consigue un efecto contrario al esperado, a medio camino entre lo inverosímil y lo involuntariamente auto paródico dejando al espectador una sensación final de inocuidad en el producto bastante manifiesta.

Valoración 0/5: 1’5

 

Strangled

En la Hungría de los años 60, una serie de atroces asesinatos sacude la pequeña ciudad de Martfü. Un asesino está violando y matando a mujeres jóvenes. Un detective se hacer cargo del caso, y pronto se obsesiona con él, sometido a una gran presión por parte del fiscal, que quiere un culpable. Atascado en el asfixiante mundo social, político y psicológico de la Hungría socialista, convulsionada por protestas contra el régimen, el detective pronto se encuentra enredado en una red de intrincadas conspiraciones e inquietantes descubrimientos.

Este año la sección Noves Visions se convirtió en un pequeño refugio temático para ese terror social proveniente de la Europa del Este, a cintas como Tesnota o A Gentle Woman se le unió la película húngara Strangled del veterano realizador Árpád Sopsits, un film que nos vuelve a situar al igual que las dos películas arriba comentadas en un contexto histórico aunque en este caso partiendo de un caso real, de hecho estamos ante una pulcra y sobria recreación de la notable Citizen X de Chris Gerolmo, ambos casos distintos pero provistos de circunstancias y ambulaciones casi idénticas.

Strangled es una crónica de unos hechos que circunvalan dos escenarios que a su manera devienen como sinérgicos, un asesino en serie ubicado en la Hungría comunista entre los años 1957 y 1967, al igual que el film de Gerolmo el contexto social y político que rige el país se convierte en una gran barrera para que las autoridades policiales puedan solucionar el caso, en este aspecto Árpád Sopsits aunque maneje códigos genéricos de manera casi de manual (en este aspecto ayudo mucho la medida y retro estética fotografía a cargo de Gabor Szabo) no se conforma con ofrecernos una simple representación de los hechos e intenta ser algo más ambicioso en lo referente a la exposición vertebrando la narración desde tres perspectivas distintas que por fuerza mayor al final terminarán confluyendo, falso culpable encarcelado, investigación policial y andanzas del asesino, posiblemente el más interesante y conseguido sea el de la investigación, casi un noir amargo con un trasfondo político convulso en donde corrupción e intereses generados por una situación determinada dan material de sobra para discernir acerca de un contexto histórico desde un punto de vista lateral, sin embargo las otras dos vías argumentales no resultan tan agraciadas en su asimilación al relato, una por anticlimática, la correspondiente al falso culpable, y la otra por ser en exceso reiterativa e incidir demasiado en la complacencia de su trazo escabroso expuesto en su representación como condición casi sine qua non. Tantos puntos divergentes acaban irremediablemente convirtiendo el relato en no fluido en lo referente a su desarrollo, difícil de equilibrar, algo que no es óbice para que Strangled termine siendo un correcto retrato acerca de un inframundo que en tiempos pretéritos albergó el horror desde vertientes distintas.

Valoración 0/5: 3

 

Happy Death Day

Una joven estudiante universitaria (Jessica Rothe) reconstruye el día de su asesinato reviviendo tanto los detalles cotidianos como su aterrador final, hasta intentar descubrir la identidad de su asesino.

Con la proyección de Happy Death Day, cuarto largometraje a cargo de Christopher Landon  un servidor puso punto final a su andadura en este Sitges 2017, la última y exitosa producción de Jason Blum que vuelve a incidir en mecanismos y fórmulas que lejos de innovar conceptos los reinterpreta desde una perspectiva tan lúdica como desprejuiciada en lo referente a sus intenciones. No se trata solamente de unir premisas tales como Groundhog Day y Scream, o lo que es lo mismo comedia temporal+ slasher (lo primero que le vendrá a la mente del espectador), básicamente se trata de seguir unos parámetros con cierta solvencia, un saqueo de ideas sin ningún tipo de disimulo por parte del guionista Scott Lobdell a la hora de aplicar premisas ya explotadas en infinidad de ocasiones, al cine de género y en especial al del terror cíclicamente como buen cine popular no ha necesitado de la originalidad en sus planteamientos para asegurarse el favor del público, en este aspecto una cinta de las características de Happy Death Day es diáfana en lo concerniente a sus supuestas intenciones, una obra digna pero sin mucha brillantez todo hay que decirlo, hay ciertos apuntes como el referido a ese juego metalingüístico con vocación auto reflexiva que asoma tímidamente en la película, evidentemente Christopher Landon  está más preocupado a la hora de conceptuar y equilibras distintos registros genéricos, en este aspecto sería un error calificar a Happy Death Day como un producto que se ampara en lo paródico, digamos más bien que estamos ante una comedia de terror/suspense, el mérito de Landon posiblemente esté en adecuar ambos conceptos sin que ninguno de los dos lleguen a anularse entre sí, por lo demás la película vuelve a ser esa suma de virtudes (disfrutables) y defectos (abundantes y muy visibles)tan habitual en el género. Su proyección en un cine Retiro (antigua sede principal del festival previa aparición del Auditorio) con un público entregado sin concesiones a la propuesta fue un perfecto colofón como final de un festival que en esta edición abarco 50 años de existencia y que vino a certificar una vuelta al origen en referencia a una parte de ese cine que se viene viendo en Sitges durante los últimos años, diverso en perspectivas y referencias, un tipo de cine en definitiva el que representa Happy Death Day que sigue sobreviviendo lejos de injerencias forzadas o visiones estancadas y que siempre tiende a volver a un inicio de intenciones claramente honestas, 50 años de cine fantástico en Sitges así lo atestigua.

Valoración 0/5: 3’5

 

Palmares

Sección Oficial Fantàstic Sitges 50

Mejor película: JUPITER’S MOON, de Kornél Mundruczó

Premio especial del jurado: THELMA, de Joachim Trier

Mejor dirección: Coralie Fargeat, per REVENGE

Mejor interpretación femenina: Marsha Timothy, per MARLINA THE MURDERER IN FOUR ACTS

Mejor interpretación masculina: Rafe Spall, per THE RITUAL

Mejor guion: Joachim Trier i Eskil Vogt, per THELMA

Mejores efecto especiales: Ferenc Deák, per JUPITER’S MOON

Mejor fotografía: Andrew Droz Palermo, per A GHOST STORY

Gran premio del público: MATAR A DIOS, de Albert Pintó & Caye Casas

Mejor cortometraje:R.I.P, de Pintó & Caye

 

Focus Àsia

A SPECIAL LADY, de Lee An-kyu

Mención especial: MARLINA THE MURDERER IN FOUR ACTS, de Mouly Surya

 

 Òrbita

Mejor película: THE BATTLESHIP ISLAND: DIRECTOR’S CUT, de Ryoo Seung-wan

 

 Panorama Fantàstic

Mejor película: CREEP 2, de Patrick Brice

 

Panorama Documenta

Mejor película documental: 78/52, de Alexandre O. Philippe

 

Anima’t

Mejor película: TEHRAN TABOO, d’Ali Soozandeh

Mejor cortometraje: HYBRIDS, de Florian Brauch, Matthieu Pujol, Kim Tailhades, Yohan Thireau i Romain Thirion

 

Noves Visions One

DAVE MADE A MAZE, de Bill Watterson

Mención especial: KUSO, de Flying Lotus

 

Noves Visions Plus

Mejor película: DAWSON CITY: FROZEN TIME, de Bill Morrison

 

Noves Visions Petit Format

Mejor cortometraje: HOISSURU, d’Armand Rovira

 

Jurat de la crítica

Premio de la crítica – José Luis Guarner

Ex aequo

AS BOAS MANEIRAS, de Juliana Rojas i Marco Dutra

THE KILLING OF A SACRED DEER, de Yorgos Lanthimos

 

Premio Citizen Kane a la mejor dirección novel

Coralie Fargeat, per REVENGE

 

Mejor película Discovery

BRIGSBY BEAR, de Dave McCary

 

Jurado Carnet Jove

Mejor película: A GHOST STORY, de David Lowery

Mejor película Midnight X-Treme: ANNA AND THE APOCALYPSE, de John McPhail

 

Premio Brigadoon Paul Naschy

CUERNO DE HUESO, d’Adrián López

 

 Samsung Sitges Cocoon

Mejor película: KNIVES, d’Adam Cosco

Mención especial: RAY, de Rafael Pavón

Premio del público a la mejor: ALTERATION, de Jérôme Blanquet

 

 Méliès

Meliés de plata a la mejor película: THELMA, de Joachim Trier

Meliés de plata al mejor cortometraje: EXPIRE, de Magalí Magistry

 

 Blood Window

MADRAZA, d’Hernan Aguilar

Mención especial a la mejor actriz: Isabél Zuaa, per AS BOAS MANEIRAS

 

Premis SGAE Nova Autoria

Mejor cortometraje: CELEBRACIÓ, de Pau Cruanyes i Gerard Vidal

Mejor guion: Anna Agulló, per UNA CAJA CERRADA

Mejor música original: SESGO, UNA HISTORIA DE PREJUICIOS Y GOLOSINAS

Mención especial: LA FUGA DE LOS 45, per Cristina Caamaño

Soledad y culpa, tráiler de «Wild Roses»

Tras su paso durante este año por diversos festivales europeos y con motivo de su presencia en el recientemente terminado FICX nos detenemos brevemente en el nuevo trabajo tras las cámaras de la directora polaca Anna Jadowska titulado Wild Roses, Dzikie róze en original, Jadowska autora con un amplio bagaje en la televisión de su país y responsable de títulos como Touch Me (2003) o It’s Me Now (2006) nos narra en Wild Roses, cuyo primer tráiler subtitulado al inglés y poster oficial podéis ver a final de página, una historia de clara estructura minimalista acerca del retrato interior de una mujer, meritoria interpretación a cargo de un rostro bastante identificable en el actual cine polaco como es el de Marta Nieradkiewicz, un acercamiento subjetivo al vacío existencial de un personaje.
Wild Roses nos cuenta como Ewa, que trabaja en una plantación de rosas salvajes, vuelve a su pueblo después de una estancia en el hospital. Mientras estaba ingresada, su madre ha estado cuidando de sus hijos, Marysia y Jas. El marido de Ewa, Andrzej, también vuelve a casa tras meses trabajando en Noruega. El tiempo que han estado separados ha creado cierta frialdad entre ellos; además, Ewa guarda algún secreto.
Aun sin noticias de distribución en España la película cuyo estreno comercial en Polonia está previsto para el próximo 29 de diciembre y que cuenta con un guion de la propia Anna Jadowska está interpretada por Marta Nieradkiewicz, Michał Zurawski, Natalia Bartnik, Dominika Biernat, Alina Chechelska, Bartłomiej Firlet, Katarzyna Michalska, Ernest Nita, Albert Osik y Anna Paruszynska.

Crónica festival de Sitges 2017. Día 9

Jupiter’s Moon

Al intentar cruzar ilegalmente la frontera, el joven emigrante Aryan recibe un disparo, y la herida le otorga el poder de levitar. Con la ayuda del doctor Stern, logra escapar de un campo de refugiados. Fascinado por los superpoderes de Aryan, Stern ve la oportunidad de explotar el milagro.

Después de su paso por el festival de Cannes en donde a mi modo de ver fue maltratada de forma algo injusta la nueva película del húngaro Kornél Mundruczó Jupiter’s Moon se alzó con los premios a la mejor película y los mejores efectos especiales en Sitges, no es la primera vez ni será la última que películas que vienen rebotadas de una fría acogida en certámenes de categoría A logran un reconocimiento en Sitges, de alguna manera es algo cíclico, Jupiter’s Moon es ciertamente un film que atesora puntos suficientemente interesantes como para no merecer el recibimiento que tuvo en Cannes aunque tampoco es de largo lo mejor que se vio este año en el certamen catalán.

Kornél Mundruczó en su anterior y muy notable White Dog ya recurría en cierto modo a la parábola social de una forma muy evidente en ese relato de rechazo y persecución del semejante expuesto a modo de fábula canina, en Jupiter’s Moon vuelve a incidir en la metáfora social, aquí de manera algo más explícita si cabe, en este caso centrada en un tema tan candente a día de hoy como es la inmigración y la acogida de refugiados en Europa, eso sí un discurso que a diferencia de White Dog se ampara casi por completo en las connotaciones fantásticas de sus imágenes. Jupiter’s Moon intenta transitar por múltiples vías o facetas narrativas, evidentemente primero de todo nos encontramos ante una alegoría demasiada subrayada que deriva en posterior denuncia social y que está expuesta a través de un imaginario fantástico con claras referencias judeocristianas (el protagonista es hijo de un carpintero que tras una milagrosa recuperación/resurrección de un virulento ataque por parte de las autoridades empieza a tener el poder de levitar, de elevarse ante la mirada de sus prójimos), un trazo fantástico que llegados a un determinado momento queda trasmutado en un efectivo y muy correcto thriller de acción repleto de asombrosos planos-secuencia cenitales, el problema posiblemente venga dado en la medida de intentar equilibrar ese mensaje y el pulcro ejercicio de estilo que Mundruczó lleva a cabo, todo ello debido seguramente en comprobar como ese lectura política se agota demasiado pronto en lo referente a su exposición, difícilmente percibimos un desarrollo que equipare convenientemente ambos conceptos, curiosamente cuando Jupiter’s Moon recurre a su naturaleza de relato de género es cuando dicho mensaje (menos explícito y mucho más sutil y natural en su desarrollo) llega a estar conceptuado de alguna manera, es en ese momento cuando la radiografía que nos ofrece Mundruczó de la actual Europa fluye a modo de una más que sugerente alegoría visual.

Valoración 0/5: 3’5

 

Salyut-7

Era 1985: la Guerra Fría tenía como uno de sus puntales la carrera espacial. La estación Salyut-7 era una de las joyas de la corona de la industria soviética. Sin embargo, de repente dejó de comunicarse.

El género de la ciencia ficción espacial en el cine nunca se ha regido por una oferta abundante o digamos continua, ni en tiempos pasados y mucho menos en los actuales, no ha dejado de ser una ramificación del fantástico que ha ido asomando durante muchos años de forma algo episódica y discontinua, es por esa precariedad en lo referente a su temporalidad que siempre es motivo de interés al menos para un reducido grupo de espectadores que vayan apareciendo títulos aunque sea a cuentagotas de alguna manera se aproximen a dicha temática, la rusa Salyut-7 fue la aventura espacial que se pudo ver este año en Sitges, un film que tiene como claro referente al Apolo 13 de Ron Howard, ambos films parten de un acontecimiento verídico, el de un rescate de estación especial soviética y el de una supervivencia llevada al límite.

Salyut 7 se posiciona como una producción de gran envergadura (siempre dentro de los estándares económicos rusos, 18 millones de dólares al parecer fue su coste final) acerca de la carrera espacial rusa y la odisea que supuso la arriesgada misión de rescate de la Salyut-7 en el año 1985, estación espacial que vagaba sin rumbo a consecuencia de un fallo eléctrico, en este sentido el film de Klim Shipenko se adentra más en la épica del astronauta que en una prototípica película de ciencia ficción al uso. No deja de ser curioso sin embargo como el film que nos ocupa a diferencia de sus antecedentes patrios (recordemos que la ciencia ficción rusa ha dado más de un título referencial) se decante más por  una espectacularidad más propia del cine norteamericano actual, en el film más que mirar unos referentes autóctonos presenciamos secuencias que podrían estar perfectamente rodadas por  Michael Bay, es como si de alguna manera la matizada ficción del ayer y la actual realidad del hoy de la que se sustenta Salyut 7 marcarán de algún modo la globalización en que se ve sumido el género a día de hoy. Lo mejor que se puede decir de un producto de las características de Salyut 7 es que no engaña en lo referente a sus intenciones, da lo que ofrece y cumple con su cometido de entretenimiento siendo relativamente verosímil a unos hechos verídicos, convirtiéndose en una correcta y aplicada película comercial aunque a un servidor le hubiera gustado algo más de indagación en los contextos históricos (guerra fría por ejemplo) que colindan la acción.

Valoración 0/5: 2’5

 

Brigsby Bear

Brigsby Bear Adventures es un programa de televisión infantil que tiene un solo espectador: James. Cuando el programa termina de golpe, la vida de James cambia para siempre, y éste se propone terminar la historia él mismo.

La sensación de antaño de que una película presentada en un festival de cine te pueda sorprender sin tener apenas conocimiento previo de su existencia no solo ya a un nivel individual sino colectivo era uno de los activos más importantes que atesoraban los certámenes cinematográficos, entrar en una sala con la mente virgen y descubrir una película o un director y no porque el espectador se autoimpusiera dicha actitud sino por la total ausencia de información previa del producto en cuestión, sería muy difícil enumerar la cantidad de esos descubrimientos que han tenido lugar en Sitges durante las primeras décadas de su existencia, hoy esto es imposible debido a la cantidad de información disponible al abasto del espectador más inquieto, películas que recién terminado su rodaje ya nos ofrecen una ingente cantidad de imágenes, artículos y demás sobre ella en las redes sociales.

Todo esto viene a colación a propósito de la entusiasta y desmesurada recepción que tuvo Brigsby Bear en Sitges, su muy concurrido pase de prensa un día laborable al mediodía y entre semana me indican que dicha actitud previa a su visionado por parte de esta parte de la audiencia venia de alguna manera preparada o lo que es peor preconcebida, en cierta manera es como intentar revisitar un comportamiento de antaño de forma algo artificial, que la ópera prima de Dave McCary se llevara la coletilla de descubrimiento del festival en muy debatible, no solo porque ya venía de festivales como Sundance o Cannes y se sabía de ella con antelación sino porque en realidad Brigsby Bear es muy poquita cosa, con claros ecos al cine de Wes Anderson básicamente es un film destinado a complacer a un cierto tipo de espectador muy determinado, una historia que gira a través del proceso de madurez de una persona marcada por una atipicidad en lo relativo a su desarrollo, es ese tipo de cine independiente norteamericano buenista en exposición e intención, una especie de cruce adocenado del  Room de Lenny Abrahamson y el Be Kind Rewind de Michel Gondry, tan claro es el posicionamiento de Dave McCary (ciertamente muy inteligente en sus propósitos) que ni se molesta en indagar aspectos de la trama más peliagudos, lo mejor del film lo vemos en sus primeros veinte minutos, es ahí en donde a través de la ambigüedad narrativa percibimos en la distancia interesantes disquisiciones que más tarde no son exploradas, un principio ciertamente original que da paso a lo convencional, si a la formula le añadimos la nostalgia ochentera de rigor (poco importa en esta líderes que el receptor haya nacido a mitad de los noventa) Brigsby Bear logra con su inconfundible humor blanco complacer a un determinado público, de hecho la fórmula es bien antigua por mucho que algunos la quieran revestir de una presunta y novedosa modernidad.

Valoración 0/5: 2’5

 

JoJo’s Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable

Jojo’s Bizarre Adventure Diamond: is Unbreakable nos sitúa en 1999, Jotaro Kujo fue hasta Morioh, en la ciudad S de la Prefectura M, en Japón, para encontrar el hijo secreto de su abuelo Joseph Joestar, Josuke Higashikata. Sin embargo, Josuke posee la misma habilidad que Jotaro: el Stand. Como si Jotaro los hubiera invocado, un nuevo grupo de usuarios de Stands comienza a actuar. Hay algo en esta ciudad… Josuke actuará para salvar Morioh, la ciudad en la que nació y creció.

Si el plato fuerte que Takashi Miike presento este año en Sitges fue indiscutiblemente su muy estimulante Blade of the Immortal otra película (algo menor) como fue JoJo’s Bizarre Adventure volvía a incidir en el ejercicio de adaptar un manga, en esta ocasión un cuarto volumen de la obra creado por Hirohiko Araki, uno de los mangas más longevos y populares existentes en Japón. JoJo’s Bizarre Adventure en una adaptación excesivamente dura para los no conocedores de la obra de la que parte, en este aspecto a uno por esta manifiesta falta de conocimiento en lo concerniente a su base le queda la duda si dicha dificultad de lectura a diferencia de otra adaptaciones anteriores llevadas a cabo por Takashi Miike radica en cómo se ha materializado dicha traslación o está en la propia base de la que bebe. Esta dificultad no solo está presente (siempre en lo referente a los no iniciados en la materia) en intentar reconocer una supuestas señas de identidad sino en un desarrollo narrativo que especialmente en su segunda parte es de una difícil interpretación en lo relativo a un ritmo excesivamente lento, en este sentido y a diferencia de por ejemplo películas como Terra Formars o la antes citada Blade of the Immortal JoJo’s Bizarre Adventure para quien no conozca el manga y sobre todo para aquellos que no tengan un especial interés en ello puede convertirse en un auténtico suplicio de complicada digestión, al menos en la película quedará la matizada peculiaridad de ir comprobando uno por uno escenarios rodados en el propio Sitges, Vilanova i la Geltrú o Barcelona, algo que sin embargo y de forma algo curiosa llega que ser incluso más chocante que la propia trama argumental de la película, uno supone que todo esto es debido a intentar visualizar lugares y entornos comunes integrados en una historia que no lo es en absoluto para dicho tipo de espectadores entre los cuales se incluye un servidor.

Valoración 0/5: 2

 

How to Talk to Girls at Parties

How to Talk to Girls at Parties nos cuenta como una pareja de jóvenes británicos se mueven en el Londres underground de los años 70, Enn y Vic, va a una fiesta para poder conocer chicas, pero descubren que éstas son más diferentes de lo que su mente masculina adolescente esperaba en un primer momento, siendo la mayoría de ellas alienígenas a punto de iniciar un macabro rito.

El nuevo y esperado trabajo del estadounidense John Cameron Mitchell clausuró con una gran expectación la sección Noves Visions, How to Talk to Girls at Parties suponía a priori una vuelta temática en mayor o menor medida a películas anteriores de su director como fueron Hedwig and the Angry Inch o Shortbus, a partir de un relato corto de Neil Gaiman del mismo nombre How to Talk to Girls at Parties deviene como una deslavazado pequeña joya que es concebida a modo de ejercicio de rebeldía, de la trasgresión de la que tendría que partir el concepto del amor y la sexualidad como aprendizaje vital, un coming-of-age identitario del individuo (en este caso masculino) mezclado a modo de atípica película de ciencia ficción e imposible odisea punk ubicada en la escena underground  de la Inglaterra de los años 70. John Cameron Mitchell es ciertamente un autor peculiar y How to Talk to Girls at Parties es un perfecto ejemplo de ello, un film repleto de imperfecciones, de alguna manera una rareza de ritmo narrativo (muy mala gestión de tiempos) tan discontinuo como sugerente en lo relativo a este supuesto posicionamiento pues uno llega a preguntarse si en verdad lo que hace John Cameron Mitchell no deja de ser una perversión de conceptos clásicos hecha con una clara conciencia y determinación, es quizás por esa sensación que desprende en todo momento esta inusitada fantasía kistch que es How to Talk to Girls at Parties que la hace especial, de querer ir a contracorriente, de ser un producto que tiene marchamo de ser incomprendido por una gran parte del público ya sea por su propia indefensión o por sus postulados, un tipo de cine que recordemos que en los setenta y ochenta eran muy habituales, The Man Who Fell to Earth, Liquid Sky o Repo Men son solo algunos ejemplos, de alguna forma y a su manera How to Talk to Girls at Parties con sus evidentes pero asumibles defectos quiere beber de ese concepto, el intentar sobrepasar los límites de la narrativa y la temática convencional multigenérica a través de una mirada distorsionada, en definitiva una película que se aleja conscientemente de la imagen perfecta para intentar subyugarnos a través de un estimulante y algo atípico a día de hoy discurso generacional.

Valoración 0/5: 3’5

 

Real

Jang Tae Young (Kim Soo Hyun) es un solucionador de problemas popular en el mundo criminal. Él es frío y ambicioso. Sueña con la construcción de un hotel-casino un día. Un reportero luego va a buscar a Jang Tae Young.

Hemos hablado en repetidas ocasiones en estas crónicas de la abismal diferencia existente a día de hoy en el cine proveniente de Corea del Sur, el realizado por un grupo de autores plenamente reconocibles (no más de 15 a lo sumo) y prácticamente todo el resto, el problema al menos que un servidor detecta durante estos últimos años es ver como un amplio número de ese cine comercial es totalmente incapaz de salirse de unas coordenadas muy manidas y en exceso localista, Real, opera prima de Lee Sa-rang rompe la baraja de alguna manera en lo referente a dicha tesis al ofrecernos un producto que al menos se posiciona desde una perspectiva diferente y poco usual, aunque claro este supuesto riesgo temático no es garantía de calidad en la propuesta. Real es un thriller manierista muy cuidado estéticamente y con claras reminiscencias pop que ha causado polémica en su país de origen por el contenido de escenas subidas de un tono sexual, algo poco habitual para un público coreano que suele consumir este en apariencia tipo de cine comercial, el film busca sorprender al espectador en todo momento y lo hace a través de terrenos poco transitados a nivel visual y narrativo en lo referente a dicha cinematografía, explicar el argumento de la película es ciertamente complicado, y lo es porque está muy mal narrada, hay momentos en que parece que estamos presenciando un video clip cuyas cuidadas imágenes no se corresponden en ningún momento a su supuesto texto, novedad que en este caso es sinónimo de confusión narrativa, al final nos quedan muchas preguntas en el tintero en lo concerniente a su historia, en este sentido la película adolece de ser pretensiosa en sus intenciones, en obcecarse durante todo su metraje en ampararse en un trazo excesivamente rebuscado. Real termina siendo un producto tan atípico en intenciones como fallido en sus resultados, como consuelo nos quedará el haber presenciado una película que al menos no sigue una senda preconcebida demostrando tener una voz propia y particular, lástima que no la sepa adecuar en casi ningún momento de una forma más valida.

Valoración 0/5: 2

 

Michael Haneke. La estética del dolor

En realidad, los límites del horror no existen. Es necesario superar los tabúes que nos impiden salir de la banalidad más absurda, como la que dice que para que una película deba considerarse de terror, debe asustar artificialmente e impregnar la pantalla de sangre. Y ahí es donde cineastas como Michael Haneke consiguen transmitir un impacto espeluznante y provoca el despertar de nuestros miedos más profundos. Su acercamiento a la realidad sirviéndose de una frialdad estremecedora y dolorosa, convierten su cine en uno de los grandes representantes del horror en imágenes. La obra es un repaso detallado de la filmografía del director austríaco que incide en su faceta más terrorífica y desestabilizadora para el espectador, un libro que propone explorar los límites del terror a través de un director imprescindible para comprender las sombras de la conducta humana y los resortes del horror cotidiano. Segunda colaboración consecutiva de Editorial Hermenaute con el Festival de Cine de Terror de Molins de Rei que en esta su 36 edición rinde tributo al cineasta bajo el leitmotiv «Haneke or The Edge of Horror». Michael Haneke. La estética del dolor es el libro oficial del festival decano de cine fantástico en el territorio español que se celebró del 10 al 19 de noviembre de 2017.
«Al leer este libro y los distintos textos que lo componen, he visto de manera nítida a ese Haneke, no al que lapidan sus enemigos, considerado un bárbaro amoral que utiliza el cine para sermonear sobre la maldad humana recurriendo a las mismas armas que dice aborrecer, tampoco al que parece surgir de una cierta cultura centroeuropea que usa la impasibilidad como máscara de la aberración, ni siquiera al Haneke manipulado por determinada inteligencia occidental, convertido en experto hostigador de nuestros vicios. Sumérjanse así en las páginas de este volumen y sabrán finalmente por qué Michael Haneke es más importante para el cine de terror que para eso que algunos siguen llamando arte y ensayo«.
Carlos Losilla. Crítico cinematográfico.
Autor; Coordinado por Albert Galera. Prólogo de Carlos Losilla; Editorial: HERMENAUTE, Páginas: 266

Crónica festival de Sitges 2017. Día 8

Errementari

Han pasado 10 años desde de la primera Guerra Carlista de 1833. En un pequeño pueblo de Álava, un comisario del gobierno llamado Alfredo investiga un suceso que le lleva hasta una siniestra herrería en lo profundo del bosque, donde vive un peligroso y solitario herrero llamado Patxi. Los aldeanos de la zona cuentan oscuras historias sobre él relacionadas con robos, asesinatos y pactos demoníacos. Hasta que por casualidad una niña huérfana llamada Usue consigue colarse en la misteriosa herrería, destapando la terrible verdad que se esconde tras Patxi el Herrero.

La ópera prima en el largometraje a cargo Paul Urkijo era una de las películas que más expectación habían levantado este año en Sitges, el responsable del multipremiado corto El bosque negro nos ofrece en Errementari una fábula del folclore vasco a modo de sugerente cuento fantástico.

El film (apadrinado por Álex de la Iglesia y Carolina Bang) al igual que otra de las películas vascas más importantes de este año como es Handia parte del contexto histórico de la Primera Guerra Carlista, a través de este punto de partida asistimos a la exposición de un cuento popular que gira en torno al diablo, o más bien a como engañar al diablo, en este sentido Errementari atesora un trabajo de estética muy meritoria y una dirección más que correcta algo que no deja de ser un triunfo en lo referente a sus intenciones visto su resultado final, un resultado totalmente consecuente en su posicionamiento a la hora de ofrecer un producto que de alguna manera revista veracidad en lo referente a ese propósito, no solo ya en lo concerniente a cuestiones tales como estar hablada íntegramente en un euskera alavés del siglo XIX sino también el saber dotar al relato de una atmósfera ciertamente mágica, de utilizar con elegancia en su puesta en escena paisajes del norte, en la utilización de efectos artesanales  o en la importancia que se le otorga a la tradición oral de cuento clásico que como tal atesora un mensaje en su interior. Dado el panorama genérico por el que se mueve este país a día de hoy si hay una película por el cual convendría con inusitada justicia pasar por alto algunas derivas y deficiencias esta es Errementari, su narrativa aunque lineal es algo difusa e irregular, empieza de manera muy sobria y erguida para acabar con un tono más liviano que le aproxima a un humor algo inocentón, posiblemente más adecuado para el fabulario fantástico en el que se mueve. Estos apéndices no son óbice para que Errementari ya solo por su condición de producto atípico e irreductible en lo referente a sus postulados sea considerado como meritorio, un tipo de cine que hoy y mucho nos tememos que en un futuro es prácticamente inviable, en este sentido estamos ante un film que sabe explorar mitologías genéricas hoy en desuso, es sin lugar a dudas la perfecta representación en el buen sentido en la palabra de ese anacronismo fantástico.

Valoración 0/5: 3

 

A Gentle Woman

Inspirada en el relato de Dostoyevski de 1876, ‘La sumisa’. Una mujer recibe de vuelta el paquete que mandó a su marido, preso en una cárcel rusa. Inicia entonces un viaje trufado de humillaciones, para averiguar por qué no se ha podido entregar el paquete.

Este año dos películas provenientes de la Europa del Este de alguna manera dinamitaron temáticamente en lo referente a conceptos genéricos la sección Noves Visions, por un lado la extraordinaria cinta rusa Tesnota de Kantemir Balagov y por otro la Ucraniana A Gentle Woman de Sergei Loznitsa, duros dramas sociales ambos films que abrieron un debate algo infructuoso acerca de su más que dudosa adscripción al género fantástico, si el film de Balagov tenía una difícil justificación a la hora de valorar dicha semejanza A Gentle Woman posiblemente tenga un mejor acercamiento al género especialmente debido a un último tramo en donde sale a flote una clara y alucinatoria metáfora de naturaleza onírica emparentada por momentos al Satiricón Federico de Fellini.

Sergei Loznitsa  en A Gentle Woman al igual que en su anterior y muy notable My Joy intenta transitar básicamente a través de una pesadilla, en esta ocasión de claros tintes kafkianos y pesimismo dostoievskiano, una lucha desesperada a lo largo de 140 minutos de duración en donde somos testigos de cómo una mujer topa sistemáticamente contra un muro, es este caso dicho obstáculo está representado por una anacrónica y atrofiada burocracia Rusa, a través de una argumentación que parte de la anécdota asistimos a un trayecto en primera persona que arrastra literalmente al espectador hacia dentro de una historia de tono inmersivo en donde un escenario en forma de ciudad inhóspita que colinda y cohabita de alguna manera con la cárcel se erige como un protagonismo más de la trama, dicho escenario es expuesto a modo de crudo reflejo de la realidad rusa actual en donde corrupción, incompetencia, pobreza y violencia se dan de la mano, dicho ensamblaje no deja de ser un ecosistemas propio del cual el desdichado personaje principal le será muy difícil escapar, en este sentido Sergei Loznitsa nos sumerge en un viaje de claras connotaciones febriles y oníricas al igual que circular en lo referente a su temporalidad. Aunque pueda parecerlo en un primer instante A Gentle Woman no es un tipo de cine que se preste a la denuncia social como tal, su voz e imágenes más bien transitan a través del delirio y el absurdo como ejemplo de que algo anda mal y que no tiene visos de solución, el de un ejercicio de características continuamente irritantes que busca que el espectador lo pase mal a través de un trayecto dual que es terminado abruptamente mediante un final onírico que se mueve entre la ironía y el chiste de mal gusto y que nos deja una sensación aún más oscura y desesperante por la propia indefensión del relato, A Gentle Woman convierte de esta manera a Sergei Loznitsa en un cronista tan certero como aventajado en lo relativo a mostrar cualquier tipo de desasosiego social.

Valoración 0/5: 4

 

November

November nos sitúa en una aldea pagana de estonia donde los hombres lobo, las plagas y los espíritus vagan a sus anchas. El principal problema de los aldeanos es como sobrevivir en el frío, oscuro invierno. Y, para lograrlo, nada es un tabú. La gente se roba unos a otros, a sus señores alemanes, a los espíritus, al diablo o incluso a Cristo. En ese contexto, la joven Liina está irremediablemente enamorada de Hans, de una granja cercana, cuyo corazón se pierde por la hija de un señor alemán. Para recuperar su amor, Liina hará lo que sea necesario, incluso si ello significa aprovechar la magia negra que circula alrededor de la aldea.

Los designios caprichosos y totalmente intencionados por parte de la organización del festival hizo posible que en un mismo día pudiéramos ver de forma consecutiva dos atípicas muestras que se mueven en la indagación y posterior exposición de un fabulario local muy determinado, al igual que la vasca Errementari aunque desde un punto de vista algo más ambicioso November coproducción entre Estonia, Polonia y Alemania que adapta la novela Rehepapp ehk November de Andrus Kivirähk sigue un esquema que indaga en ese folklore rural repleto de mitos, en este caso el retrato de una comunidad de la Estonia feudal desprovista de cualquier tipo de creencias algo que la conduce de una forma irremediable al oscurantismo más diverso dado su desamparo religioso.

El film de Rainer Sarnet (pre-seleccionado por Estonia para a los Oscar de 2018) en este sentido se acerca más a la parábola coral de una propuesta abrumadoramente acumulativa en lo referente a sus ingentes contenidos imaginarios, tanto que por momentos puede llegar a perderse en un laberinto narrativo de difícil salida, estamos ante ese inconfundible tipo de cine cuya digestión y asimilación posterior hace que crezca en nuestro recuerdo, unas escenas las de November que el espectador contempla a través de un surrealismo que deviene en una continua lucha entre el plano y la imagen (notable labor en la fotografía a cargo de Mart Taniel). November, que de forma realmente inexplicable no estuvo representada de una forma ecuánime en el palmarés oficial, desde su primera e increíble secuencia inicial se posiciona de buenas a primera en la paradoja rural pagana por excelencia y lo hace echando una mirada hacia atrás, a referentes cinematográficos locales tales que van desde el Viy de Georgi Kropachyov y Konstantin Ershov hasta ecos tonales del cine de Ingmar Bergman y muy especialmente el de Wojciech Has, una apuesta por lo metafísico en esta contundente y atípica opera prima que la convierten posiblemente en la película europea de género más estimulante que ha dado este 2017, un tipo de cine que volviendo un poco al discurso anterior a propósito de Errementari se sustenta en la tradición del relato fantástico, unas apuesta llevada por fortuna hasta las últimas consecuencias, sin atisbo a ningún tipo de concesión, quizás por ello paso por Sitges entre la incredulidad generalizada y la falta de interés, algo que deja bien claro que vivimos malos tiempos en lo referente a la indagación del fantástico clásico y primigenio por parte del espectador.

Valoración 0/5: 4

 

Drácula Barcelona

En 1969, Jesús Franco y Christopher Lee rodaban El conde Drácula en Barcelona. Paralelamente, Pere Portabella daba cuenta de esa filmación, vampirizándola en Vampir-Cuadecuc. Género y arte y ensayo nunca habían estado tan cerca. Drácula Barcelona relata la historia de esas películas hermanas entrevistando a quienes estuvieron implicados en su elaboración.

Aprovechando el homenaje que el festival de Sitges le dedicaba este año a la emblemática figura de Drácula el festival tuvo para bien el proyectar el documental Drácula Barcelona de Carles Prats, un interesante trabajo cuya función no deja de ser la de un simple apéndice (especialmente ideal a modo de antesala para quien no conozcan las dos películas) de ese binomio que conforman El Conde Drácula de Jess Franco y esa fascinante reinterpretación que se gestó en paralelo como es el Vampir Cuadecuc de Pere Portabella. Posiblemente esa naturaleza de proyecto realizado de forma algo tortuosa e intermitente durante años por falta de presupuesto que es este Drácula Barcelona le otorga una falta de solidez bastante palpable a modo de estudio antropológico de tal hecho, su función posiblemente se adecue más al de una aproximación y observación a través de una tercera mirada, siempre interesante pues hablamos de un material que da pie a muchas valoraciones dada su condición de retroalimentación artística de dos piezas en principio antagónicas en elaboración y posterior perspectiva, en este aspecto Drácula Barcelona obvia por completo una narración o voz en off que nos guíe en dicho tratamiento a favor del testimonio de los implicados, rico y variado en lo referente a su anecdotario pues se recoge material inédito de gente como Christopher Lee, Jesús Franco, Pere Portabella, Arturo Marcos, Jeannine Mestre, Annie Settimo o Jack Taylor entre otros muchos. Drácula Barcelona sin embargo debido a su inequívoca naturaleza no acaba por indagar en un estudio pormenorizado de este cine dentro del cine o vampiración cinematográfica que ciertamente da para muchas y apasionantes digresiones teóricas, se acerca pero no lo suficiente, aquí se está más próximo al tratamiento a esas dos figuras tan antagónicas y outsiders que se apartan de cualquiera tipo de catalogación de industria como son Franco y Portabella, dos enfants terribles, cada uno a su manera que un día acabaron por confluir de una forma ciertamente fascinante.

Valoración 0/5: 3’5

 

Stephanie

Stephanie está sola en casa. No sabe por qué sus padres la han dejado allí, pero parece haberse acostumbrado a la situación, y es consciente de en qué momento debe esconderse para evitar la presencia amenazante que mora en las cercanías. ¿Deberíamos sufrir por ella, o quizá hay algo siniestro ocultándose tras los inocentes ojos de la niña?

Este año la cada vez más referencial Blumhouse estuvo presente en Sitges por partida doble, a la muy eficiente Happy Death Day se le sumo Stephanie del productor, director y guionista Akiva Goldsman responsable de la curiosa Winter’s Tale, una película que se sitúa por detrás de otros exitosos trabajos que este año ha presentado la factoría de Jason Blum como por ejemplo la sorprendente Get Out o el título arriba citado. Stephanie parte de una premisa interesante aunque ya expuesta con anterioridad con mucha más matización y eficiencia, de hecho la idea mucho antes que del anime Elfen Lied que algunos aseveraron como principal referencia proviene del capítulo de la mítica The Twilight Zone It’s a Good Life que Rod Serling escribió a partir de un relato corto de Jerome Bixby y que años más tarde Joe Dante volvería a reinterpretar para la adaptación al cine de la serie.

Las diferencias entre la base y el sucedáneo son muy palpables, especialmente en lo referente a su desarrollo narrativo, si en el original quedaba claro de buenas a primeras el enigma fantástico para disgregar de inmediato en un apasionante discurso sobre causa y efecto, más sombrío y oscuro en el episodio de James Sheldon, de tono más luminoso en el de Joe Dante, en Stephanie se juega más la baza de la incógnita argumental, de alguna manera esa primera media hora es la más conseguida de la película, es cuando la interrogante va desapareciendo de su trama cuando el film de Akiva Goldsman (curiosamente mejor guionista que director aunque Stephanie no sea el mejor ejemplo de ello) va destapando sus muy evidentes carencias, ya no solo en lo concerniente a un ritmo demasiado irregular en donde los actos narrativos son de una muy difícil equiparación sino a recurrir en exceso al cliché genérico en su segundo y tercer acto, en ese territorio común y plenamente reconocible es en donde Akiva Goldsman no logra articular ningún tipo de discurso acerca del terror infantil, el principal leitmotiv de la historia a mi modo de ver, posiblemente no era el propósito de sus responsables o no le interesaban esa a priori jugosa exploración y si el de realizar una simple y asumible serie B, intenciones que de alguna manera otorgan la sensación de un desaprovechamiento temático que queda muy de manifiesto a lo largo de todo el metraje que vemos en el film.

Valoración 0/5: 2

 

Caniba

Documental que narra la historia del caníbal Issei Sagawa, un criminal japonés nacido en 1949 declarado culpable de asesinato y canibalismo en los años 80, y sin duda uno de los más célebres antropófagos confesos. Issei, proveniente de una familia con dinero, estaba estudiando en la Sorbona de París cuando asesinó a una estudiante holandesa, la despedazó y practicó el canibalismo con ella. Fue detenido y condenado, pero en la actualidad está libre pues las autoridades francesas, a instancias de la diplomacia auspiciada por el influyente padre de Issei, y pensando que le quedaban pocas semanas de vida por una enfermedad, lo trasladaron a Tokyo, pero no murió y hoy en día disfruta de libertad.

Tras haber ganado con todo merecimiento el Premio Especial del Jurado en la sección Orizzonti del pasado Festival de Venecia Caniba, el nuevo trabajo de la pareja formada por Lucien Castaing-Taylor y Véréna Paravel aterrizo en Sitges dispuesto a poner a prueba la capacidad de asimilación de códigos y conceptos genéricos de un público que da la impresión que cada vez le cuesta más el indagar en el estudio de la trasgresión cinematográfica, unos espectadores que en su gran mayoría parecen más decantados al fácil hipterismo de ultima vanguardia (léase por ejemplo algo tan discreto y anecdótico como Brigsby Bear) que ha intentar transitar por territorios de más difícil acceso.

No deja de ser curioso que el film que retrató con más agudeza el horror más real con mucha diferencia con respecto al resto de películas este año en Sitges fuese un documental, Caniba a su manera y próxima a una obra experimental  no apta para todos los públicos resulta tan contundente a la hora de mostrar una perversión genérica como lo fue en su día Leviatán, el anterior trabajo de Lucien Castaing-Taylor y Véréna Paravel. Caniba no anida en la entrevista ni en un acercamiento digamos plural de la figura del caníbal Issei Sagawa, mucho menos incide en el sensacionalismo, tampoco se juzga al personaje básicamente estamos ante un testimonio deformado en extremo y en primera persona, mostrado a bases de primerísimos planos que llegados a tal grado de acercamiento se llegan a desvirtuar por momentos (zoom acentuado al máximo que deriva en un primer plano desenfocado), una observación  antropológica que se convierte un dual al unirse el hermano llamado Jun, adicto a las autoflagelaciones, tan desviado de lo que entendemos como la cordura como Sagawa, ambos, masoquista uno y caníbal el otro, ante la imposibilidad de reinsertarse en la sociedad relatan su psicopatía desde sus inicios hasta día de hoy, no hay señales de culpa o arrepentimiento y si en la reafirmación y en el detalle, “no hay mayor acto de amor de un individuo que comerse los labios de la persona a la que amas» llega a decir en un momento Sagawa, a partir de ahí aparece el incómodo y la abyección en el espectador ante lo que está presenciando, algo que va en aumento hasta llegar a un final en donde la persona que ha aceptado la inmersión quiere con todas sus ansias que lo que está presenciando no sea más que una broma de mal gusto, nada más lejos de la realidad y ante esas imágenes desvirtuadas todo lo que encontramos es el horror más real que subyace en la perversión de una mente enferma. Caniba nos muestra como los monstruos existen en la realidad, su abstracción narrativa la convierten en una de las experiencias cinematográficas más extremas y perturbadoras que un servidor recuerda en mucho tiempo, un tipo de cine que está continuamente desafiando (que no provocando) al espectador a través de su propia trasgresión fílmica, ese tipo de cine en definitiva que una vez que nos obliga a mirar al abismo nos invita posteriormente a la dolorosa reflexión acerca de los límites que creemos que puede atesorar el alma humana.

Valoración 0/5: 4’5

 

Crónica festival de Sitges 2017. Día 7

Brimstone

A finales del siglo XIX Liz es una mujer casada, madre de dos niños y muda, hecho que no le impide ejercer de matrona en el pueblo dónde vive. La joven asiste a una mujer en el parto pero, en esta ocasión, debe decidir si salvar la vida de la madre o la del bebé que viene en camino. La opción que elige acarreará graves consecuencias en su futuro más inmediato, pero Liz responderá con una valentía asombrosa para reclamar la vida que tanto ella como su familia se merecen.

Una de las películas vistas este año en Sitges que provocaron algo de controversia entre el respetable por su inclusión en la sección oficial fue el primer trabajo en lengua inglesa del holandés Martin Koolhoven, no deja de ser un contrasentido que en Sitges se perdone a películas que apartándose claramente del género fantástico atesoran una calidad indiscutible, el problema viene dado en lo concerniente a como esta mismas películas son vilipendiadas de alguna manera sino cumplen unas mínimas expectativas en lo referente a esa supuesta calidad, el principal hándicap de Brimstone en Sitges fue el no ser un film propiamente de género y sobre todo ser un producto altamente irregular aunque no exento de varios puntos interesantes.

Brimstone, film de poderoso empaque audiovisual proveniente desde los Países Bajos que incide en un género tan norteamericano como es el western  no es tal mala película como muchos aseveraron tras verla, es evidente que hay un desmedido esfuerzo por parte de Martin Koolhoven en intentar demasiadas cosas al mismo tiempo, algunas sugerentes, otras  ahogadas en la propia desmesura de la propuesta, obviar el flashback a favor de una narrativa fracturada en sentido inverso a través de cuatro actos, deconstrucción de los personajes prototipos del western, fanatismo religioso y otras digresiones que por momentos colindan de forma breve con la pesadilla sexual y el fantástico con homenaje incluido al El jinete pálido de Clint Eastwood, todo ello a través de un relato de abundante violencia explícita en donde el  western se disfraza de aires feministas, sin embargo hay tanto énfasis en mostrarnos esa exaltación tan explícita (Guy Pearce muy pasado de vueltas) que llegados a un momento la historia se encoge hasta límites insospechados, tanto que dicha argumentación da lugar a un mero catálogo algo caótico de penurias varias. La mejor conclusión que un servidor llega a extraer de Brimstone radica en la valentía en ver como a día de hoy un reducido grupo de realizadores se empeñan con mayor o menor fortuna en incidir en un género que muchos daban por muerto, nombres como John Maclean, Quentin Tarantino, S. Craig Zahler, Ti West o el propio Martin Koolhoven entre otros lo han intentado en estos últimos años, nos ofrecen algo distinto a lo que estábamos acostumbrados pero sigue siendo western al fin y al cabo.

Valoración 0/5: 2’5

 

Marlina the Murderer in Four Acts

En las colinas desérticas de una isla indonesia, Marlina, una joven viuda, es atacada, violada y robada. Al defenderse mató a varios hombres de la banda. En busca de justicia, empezará un viaje de fortalecimiento y redención, pero el camino es largo, especialmente si el fantasma de una de sus víctimas empieza a acosarla.

Otra de las muestras de ese valioso otro cine fantástico existente en Sitges vino de Indonesia, Marlina the Murderer in Four Acts tercer trabajo de la realizadora Mouly Surya escenifica a la perfección y a diferencia de otras películas vistas este año en el festival  de las cuales se les quiso apropiar de dicha etiqueta de forma errónea, un tipo de cine en donde la visión femenina aquí dividida en cuatro actos narrativos se sustenta a través en una un base autoral tan coherente en intenciones como rico en matices.

Si más arriba hablábamos de como una película como Brimstone trasmutaba de alguna manera su condición genérica para convertirse en algo distinto Marlina the Murderer in Four Acts en cierta manera recorre un trayecto totalmente opuesto pero que de alguna manera acaban confluyendo gracias a su propia sinergia conceptual, bajo el enunciado de una femenina revenge violenta la película de Mouly Surya nos ofrece un peculiar y depurado western en donde la estética, fotografía, sonido o amplias panorámicas es mucho más complejo y variado que el concepto narrativo del que parte y desarrolla posteriormente, de hecho el gran valor de un trabajo tan estimable como resulta ser Marlina the Murderer in Four Acts reside en ver como a través de un excelso ejercicio de estilo no solo se reverencia a clásicos del subgénero de bandoleros del cual sigue conceptos pauta por pauta con un inusual conocimiento de sus mecanismos sino que consigue trasladarlos a un contexto determinado, de naturaleza territorial con un claro sello folclórico y como no social, pues a fin de cuenta la película de Mouly Surya no deja de ser un claro film denuncia en donde se prioriza la visión costumbrista a los consabidos golpes de efecto tan característicos en este tipo de película (un fiel exponente de esto podría ser por ejemplo una cinta como Bedevilled de Jang Cheol-soo). Marlina the Murderer in Four Acts es una historia del violento abuso del poder, la de una rebelión contra ello, aquí lo es de una manera patriarcal a través de una sociedad opresora que sabemos que existe a día de hoy, una película que viene a representar como modernizar un género a través de un discurso referencial, inteligente y actual, y lo que es más importante plenamente autoral.

Valoración 0/5: 3’5

 

My Friend Dahmer

My Friend Dahmer  nos cuenta la historia de cómo Jeff Dahmer es un adolescente fuera de lugar lucha para sobrevivir a la escuela secundaria con una vida familiar en ruinas. Recoge animales atropellados, se fija en un corredor de barrio, y se enfrenta a su inestable madre y su bien intencionado padre. Pronto comienza a portarse mal en el instituto, y sus gamberradas estúpidas ganan adeptos hasta crear una banda llamada The Dahmer Fan Club, dirigida por Derf Backderf. Pero esta camaradería no puede ocultar su creciente depravación. Al acercarse a la graduación, Jeff se mueve en espiral hacia la pérdida de control, acercándose cada vez más a la locura.

Como es de rigor de alguna manera el retrato del psicokiller real tenía que estar presente en Sitges un año más, en esta ocasión de la mano de la figura del tristemente famoso Jeffrey Dahmer, el carnicero de Milwaukee, un film basado en el comic de Derf Backderf en donde se nos da una visión a modo de coming of age de la semilla que supuestamente ocasiona todo.

My Friend Dahmer afortunadamente se aparta del biopic al uso, quienes esperen un retrato del terror a través de una crónica esta no será su película pues no es lo que ofrece, estamos ante una perspectiva lateral del personaje (notable interpretación de Ross Lynch), no hay intención de incidir en el morbo y en la si indagación, esta mirada del inicio se mueve a través de una cierta empatía e incluso ironía hacia dicha figura que busca algo de complicidad en el espectador en según qué actos de lo que sabemos que vendrá en un futuro, en este aspecto la película juega bien la baza del conocimiento del espectador, en ningún momento de trata de justificar y si de alguna manera en discernir y retratar, evidentemente la pregunta que orbita en la mente del espectador a lo largo de todo el metraje de My Friend Dahmer es saber si un asesino en serie como el que vemos en la historia nace o se hace, si es una víctima más del entorno social en el que cohabita o la tara mental vino de serie, en este sentido el director Marc Meyers nos muestra los incomodos condicionantes del día a día del protagonista  (conflictivas relaciones familiares y sobre todo inadaptación en el entorno universitario). My Friend Dahmer termina inquietando en su faceta de estudio social como iniciación a esa antesala del terror que vislumbramos en la última escena, aunque estemos ante un estudio bastante lucido en intenciones y posterior exposición de un futuro macabro volvemos al punto de inicio en lo referente a su finalización al no encontrar prácticamente ninguna respuesta, nos queda eso si una interesante reflexión final acerca de esa marginación social, impuesta o autoimpuesta, que en ocasiones logran engendran la creación del monstruo.

Valoración 0/5: 3’5

 

Lu Over the Wall

Kai vive en un pueblo pesquero. Un día, el muchacho se hace amigo de Lu, una sirena a la que le encanta bailar y cantar. Pero los vecinos de la localidad creen que las sirenas solo traen malas noticias, complicando la convivencia entre los jóvenes amigos y el resto de la población.

El siempre interesante Masaaki Yuasa estuvo presente un año más en Sitges en esta ocasión por partida doble, por un lado Night is Short, Walk On Girl que lamentablemente un servidor no pudo ver y por otro y avalada con el premio a la mejor película en el pasado festival de Annecy Lu Over the Wall, un film de aparente premisa sencilla acerca de una amistad adolescente que transita a través de la libertad individual mediante el paso a la edad adulta mediante la relación de dos mundos completamente opuestos como son el terrestre y el submarino, una estructura argumental que supone un paso lateral por parte del director nipón con respecto a la experimentación visual y narrativa tan habitual en anteriores trabajos suyos, en cierta manera aquí todo es algo más convencional que de costumbre dado su tono infantil, de una narración mucho más clásica que tiene sin embargo la virtud de no incidir mucho en la moraleja y que por momentos parece colindar con el universo Ghibli (Ponyo en el acantilado está muy presente a lo largo de toda la película). En Lu Over the Wall encontraremos ligeros apuntes sobre todo a nivel caricaturesco en esa deformación de la realidad tan marca de la casa por parte de su director especialmente visible en un épico tramo final que nos remiten al indiscutible talento de su director, un autor que se posiciona por méritos propios en la primera línea de la actual animación nipona, ya sea a través de trabajos con una supuesta base pedagógica expuesto a modo de fábula fantástica como resulta ser esta estimulante Lu Over the Wall o de trabajos propios provistos de un imaginario propio como parece ser que es su Night is Short, Walk On Girl, dualidades temáticas llevadas a muy buen puerto y al alcance de muy pocos directores, Masaaki Yuasa es indiscutiblemente uno de ellos.

Valoración 0/5: 3

 

The Crescent

Ahogada en el duelo, una mujer se retira en un lugar remoto junto a la costa junto a su hijo, donde viven rodeados de una atmósfera extraña, amenazada por la presencia de misteriosos entes.

Dentro de la sección Noves Visions se pudo ver el segundo trabajo como director de Seth A. Smith The Crescent, un film cuya principal premisa no parte de la novedad precisamente, joven madre viuda y su hijo se retiran a una casa aislada situada junto al mar siendo asediados por una fuerza misteriosa, mirándolo bien dicha síntesis argumental  final incluido podría pertenecer perfectamente a un episodio de la mítica The Twilight Zone, solo en la apariencia de dicho envoltorio pues en la manera en que está contada difiere bastante en intenciones, de hecho estamos más bien ante un relato en donde prima por encima de todo lo onírico situado entre la vigilia y el sueño, en cierta manera la película da la impresión en todo momento de transitar a través de una ensoñación. Que el director de The Crescent haya trabajado asiduamente como artista audiovisual en otros ámbitos culturales está muy presente en el film, quizás demasiado, hay una apuesta muy clara por el trazo vanguardista y experimental en esta historia de fantasmas (una más de las muchas que se pudieron ver este año en Sitges), el problema posiblemente venga dado a la hora de intentar aunar esa clásica ghost story con el estilo antes mencionado en una historia que está contada casi a través de las pinturas que la protagonista crea, este intento de fusión crea evidentes derivas narrativas, es lógico que los dos personajes de la trama cohabiten en una especie de limbo temporal el problema viene dado en la manera que el espectador también lo está a lo largo de casi todo el metraje, una falta de fluidez que deriva en una película que por momentos se hace algo larga, que sin ser realmente contemplativa lo parece. The Crescent termina manifestándose como un producto tan atípico como irregular, a su favor aparte de arriesgar por senderos no trillados está la labor de jugar con las expectativas del espectador a través de esa estructura tan arty, algo que de por sí ya tendría que ser meritorio y digno de resaltarse aunque sea de forma puntual.

Valoración 0/5: 2’5

 

Before We Vanish

En Before We Vanish vemos como Narumi Kase tiene una difícil relación con su marido Shinji Kase, un repentino día, Shinji desaparece sin dejar rastro alguno. Al volver unos días más tarde, parece otra persona totalmente distinta. Shinji posee un carácter en nada parecido al anterior, ahora se muestra gentil y bondadoso teniendo la costumbre de ir a pasear cada día. Mientras tanto una familia es brutalmente asesinada haciendo acto de aparición Sakurai, un periodista que cubre la historia de dicho suceso. Es entonces, cuando Shinji le confesará a su mujer que él es un visitante del exterior que ha venido a la Tierra en una misión de reconocimiento como avanzadilla para una invasión alienígena masiva.

Tras un pletórico 2016 con las excelentes Le secret de la chambre noire y Creepy el director japonés Kiyoshi Kurosawa volvía a Sitges tras haber participado en la sección Un Certain Regard del pasado festival de Cannes con su última película Before We Vanish, un relato de ciencia ficción en donde se parte de una premisa que nos remite inicialmente a Invasion of the Body Snatchers aunque tratándose de un autor tan personal e irreductible en lo relativo a postulados la visión de tal invasión la lleva a un terreno muy propio, a modo de fábula sobre nuestros propios y supuestos valores ofreciéndonos una de las películas más fascinantes y rica en matices que se han podido ver este año en Sitges.

Volviendo un poco a un tema recurrente que he ido señalando en estas crónicas con respecto a algunas películas vistas en Sitges este año no hay nada mejor que el cine de Kiyoshi Kurosawa para comprobar el actual posicionamiento de ese mayoritario público que invade anualmente el festival, como ocurriría el pasado año con las dos películas arriba mencionadas Before We Vanish no tuvo el beneplácito del respetable, no se trata ya del gusto personal de cada espectador y si de su supuesta asimilación vaya en la dirección que vaya, que después de su proyección mucha gente incidiera que en las dos horas de duración del film este no ofrece prácticamente nada incidiendo mucho en su ritmo lento deja bien claro donde se encuentra actualmente un público que en ningún momento está dispuesto a escarbar o interpretar imágenes (en esta película continuamente presente a través de enormes planos generales sin apenas cortes escénicos en donde cada detalle cuenta), si hay un director que nos habla continuamente a través de ellas ese es indiscutiblemente Kiyoshi Kurosawa, en todo momento nos está diciendo o interpelando cuestiones invariables sobre sociedad, política o cuestiones simplemente sentimentales, del espectador depende aceptar la propuesta e interpretar tales transparencias, el traducir un estilo autoral en definitiva. Before We Vanish que adapta la novela de Tomohito Maekawa más que hablarnos de una invasión se nos expone una alienación, la de nuestra propia sociedad en lo concerniente a una visión de clara naturaleza apocalíptica y como a través de esta urge la necesidad intrínseca de la regeneración, de hecho Before We Vanish expone una continua observación a la condición humana vista desde los ojos del extraño, no deja de ser una interpretación muy personal de por ejemplo la magnífica Under the Skin de Jonathan Glazer, en este aspecto Kiyoshi Kurosawa lleva a su terreno todo el material del que dispone para discernir y trasladar lo sobrenatural al ámbito cotidiano otra vez mas sin apenas ninguna distracción visual en dicho planteamiento. Before We Vanish posiblemente se situé un escalón por debajo de los mejores trabajos de su autor, esa amalgama genérica puede provocar de una forma lógica una narrativa algo irregular en lo referente a su desarrollo, algo que no es óbice para que volvamos a ser testigos de cómo Kiyoshi Kurosawa con el inusual acierto que le caracteriza vuelva a indagar a través de la construcción de la propia imagen y de cómo a través de estas consigue llevar al fantástico a su irreductible parcela autoral y no al revés como suele ser habitual en la mayoría de directores.

Valoración 0/5: 4

 

Crónica festival de Sitges 2017. Día 6

La piel fría

La piel fría nos cuenta cómo, huyendo en parte de su pasado como activista del IRA, un hombre llega a una diminuta isla perdida en el océano, donde la única edificación es la cabaña del meteorólogo y un faro. Su primera sorpresa consiste en comprobar que el único habitante de la isla no sale a recibirle, pero pronto esto se convierte en un detalle sin importancia cuando descubre que el faro es periódicamente atacado por seres procedentes del mar cuyos objetivos nadie conoce. No tarda en unir esfuerzos con el defensor del faro, Batis Caffó, pero con el paso de los días, y sometido a la extrema tensión de los ataques nocturnos, empieza a replantearse su actitud hacia los supuestos monstruos marinos.

La esperada adaptación de la conocida novela de Albert Sánchez Piñol tuvo su puesta de largo en Sitges, La piel fría al mismo tiempo supone un nuevo trabajo en la dirección del francés  Xavier Gens, posiblemente el integrante de ese grupo de realizadores que conformaban el nuevo extremismo francés que mejor ha sabido adaptarse y encontrar un hueco fuera de sus fronteras a la hora de asumir funciones de simple artesano, es decir el rol de asumir proyectos no propios y dotarles de un empaque asumible a una amplia gama de receptores, de alguna manera esta adaptación de La piel fría escenifica a la perfección tal tesis.

Sin haber leído la novela de Albert Sánchez Piñol y por consiguiente tener el beneplácito de no incidir en algo tan absurdo como es ese ejercicio de la comparativa literaria y cinematográfica el hacer un diagnóstico de la película en cuestión es en parte relativamente sencillo dada sus propias características, no hay mucho misterio en un film que pasa por alto cualquier tipo de trasgresión en lo referente a una narrativa algo pobre, visiblemente estática en su trama central y que un servidor deduce que esta algo alejada del texto original, lo suyo es más bien un aplicado cuento de terror marino que incluso colinda en más de un momento con la aventura clásica de claros ecos a la literatura de Verne, de pulcro acabado técnico, último trabajo en el diseño de producción del maestro Gil Parrondo (en este apartado solo chirria el excesivo número de planos aéreos), La piel fría deviene como un survival en donde la imagen se antepone siempre a las palabras, con claras connotaciones a la serie B muy visible en ese en ese final circular que parece remitirle sin ningún tipo de disimulo a la fundamental The Twilight Zone. A través de esta perspectiva La piel fría es un producto plenamente disfrutable dentro de una sola categoría, el otorgarle un estatus diferente solo hará que salgan a flote sus más que evidentes carencias, la más visible por ejemplo el otorgar al film una forzada y redundante voz en off, recurso este que igual habría funcionado si el film hubiera apostado por un tono algo más lovecraftiano que difícilmente llegamos a ver a lo largo de la película.

Valoración 0/5: 2’5

 

The Maus

Alex y Selma viajan al corazón de Bosnia-Herzegovina. Sin embargo, su coche se para en medio del bosque. Mientras buscan ayuda, Selma, que sobrevivió a la Guerra de los Balcanes, empieza a sospechar que no andan solos, sino que una fuerza misteriosa les acompaña. Ella se aferra a su amuleto, pero lo que debería protegerla no hará más que invitar a la extraña presencia a que emerja del bosque.

La ópera prima en el largometraje de Yayo Herrero The Maus fue otra de las propuestas nacionales (en este caso coproducción) que formaron parte de la sección oficial este año en Sitges, un film que parte de un escenario prototipo del género de terror como es el bosque en donde el survival se erige como máximo exponente, también lo son en un principio los personajes ubicados en él, una pareja de vacaciones perdida en dicho escenario y una amenazante ayuda que parece llegar en un primer momento, Herrero nos ofrece a partir de esta premisa un relato alegórico de la Europa actual y pasada, evidentemente las nacionalidades de los protagonistas y posteriores actuaciones de ellos ya nos lo indica de antemano, ella Bosnia, el novio Alemán y los cazadores Serbios. The Maus en este sentido no engaña a nadie y es meridiana en lo referente a los objetivos de sus premisas, quizás demasiado, al film le hubiera venido bien algo más de sutileza a la hora de exponer la metáfora, curiosamente si encontramos un ápice de ella esta radica cuando nos adentramos en la psique de la protagonista, ese tránsito onírico de claras reminiscencias pesadillescas que parecen difuminar las por momentos imperceptibles fronteras entre realidad y sueño, en definitiva cuando la película abraza sin contemplaciones su aparente condición de relato fantástico. A The Maus pese a sus muy evidentes carencias no se le puede negar un cierto arrogo formal a la hora de salirse de unas tangentes temáticas convencionales, esta historia dual del no perdón, de conflictos históricos en donde coexisten dos partes  de imposible reconciliación y una tercera cuya neutralidad deriva finalmente en involuntaria hipocresía posiblemente merecía algo de mejor acogida en un certamen que cada vez parece menos dado por parte de un público mayoritario a intentar desgranar conflictos internos por muy maniqueos que estos nos sean presentados.

Valoración 0/5: 2

 

A Day

De regreso a casa, Jun-young contempla un accidente en la carretera. Una de las víctimas es su propia hija. A partir de aquí, la escena se le repite, como un fatídico loop, como un trauma del que no puede escapar. Con la ayuda de un paramédico que ha perdido a su mujer, Jun-young intentará salvar lo inevitable, y salir de esa funesta jornada, que se reitera como una versión perversa del día de la marmota.

Este año en Sitges hubo dos películas en su sección oficial que nos explicaban historias en donde se utilizaba la paradoja temporal como principal reclamo en lo referente a sus argumentos, por un lado la efectiva producción estadounidense Happy Death Day y por otro la cinta que nos ocupa, A Day, thriller de mediano tono fantástico proveniente de Corea del Sur que se vale del bucle temporal al más puro estilo Groundhog Day para desarrollar una historia en donde se ha de corregir por todos los medios un funesto hecho. A Day ópera prima de Cho Sun-Ho al igual que mucha películas provenientes de dicha cinematografía exhiben unas carencias que valga la refundación empiezan a ser sistemáticas, son productos que en su gran mayoría gozan de un inmaculado diseño de producción, en este caso esa estructura de repetitividad que tiene como principal premisa y reclamo no tiene ninguna explicación, o mejor dicho no se la intenta buscar algo que en cierta manera es más grave, una cosa es que productos como los arriba citados utilicen dicho planteamiento como un mera excusa a la hora de ofrecernos un divertimento que cuadre con su ineludible condición lúdica, otra cosa es que quieras ofrecer un discurso supuestamente serio y saltes reglas de credibilidad narrativa continuamente. Para más inri y como viene siendo habitual A Day es larga (no en duración 90 minutos y si en contenido), o mejor dicho su estructura narrativa se nos hace larga, aunque posiblemente su principal lastre radique en un final dramatizado hasta la extenuación (otra marca de la casa registrada) algo que termina por desbaratar cualquier atibo de atención que hasta ese momento un servidor podía aun mantener en la historia. Este año en Sitges ha quedado demostrado de sobras ese mal endémico que arrastra el cine surcoreano en estos últimos años, no hay un término medio en referencia a calidad entre autores consagrados como por ejemplo Park Chan-wook, Kim Ji-Woon o  Na Hong-jin, todos presentes el pasado año en el certamen, y el resto, un abismo diferencial del cual A Day es un fiel exponente.

Valoración 0/5: 1’5

 

Thirst Street

Gina es una azafata de vuelo traumatizada por el reciente suicidio de su novio. Cuando una de sus rutas la lleva a París, la joven se deja intoxicar por Jérôme, un camarero de personalidad turbia, y su ex novia  Clémence.

Otra de las ofertas ciertamente peculiares en lo referente a su tono vistas este año en la sección Noves Visions fue el nuevo trabajo del prolífico director Nathan Silver, Thirst Street, una sorprendente y por momentos inclasificable película que se ampara básicamente en la referencia, estética en mayor parte, narrativa en menor, a la hora de abordar la senda de los thrillers psicosexuales tan prolíficos en los años 80 o 90, curiosamente el film no se detiene ahí y nos ofrece un giro retroactivo de los 70 en donde las reminiscencias tonales al cine de Rainer Werner Fassbinder o Brian DePalma son muy evidentes. En Thirst Street vemos como Gina (extraordinaria Lindsay Burdge) sufre una ansiedad, a raíz de encuentro sexual con Jerôme (un Damien Bonnard recién venido de esa maravillosa locura que es Rester vertical) esa ansiedad pasara a convertirse en obsesión al comprobar como para el ese encuentro no deja de ser una aventura de una sola noche, todo lo contrario de lo que la mente de ella parece dictarle, hasta aquí podríamos aseverar que la historia se sustenta en un modelaje visto con anterioridad en demasiadas ocasiones, el punto de originalidad en la propuesta podemos encontrarlo en la medida de ver como Nathan Silver aplica a estos mecanismos una receta ciertamente compleja, se nos cuenta lo de siempre aunque de una manera algo distinta de la habitual, una historia de amores obsesivos que derivan en enfermizos en donde dicha perversión (siempre presente en el relato con la voz en off de Anjelica Huston) se articula a través de un tono en principio voyeurista para acabar aderezado con la tragicomedia más caustica. Thirst Street termina convirtiéndose en un sugerente ejercicio acerca de la deformidad visual, un propuesta deforme de por  sí sobre una idea equivocada del deseo que paso de forma muy desapercibida como otras tantas por ese vericueto interminable de secciones que inundan Sitges cada año.

Valoración 0/5: 3

 

Blade of the Immortal

Blade of the Immortal nos sitúa en el periodo Edo, un guerrero samurái de nombre Manji tras varias batallas se encuentra con una centenaria monja que le concede el don de la inmortalidad. Más tarde sin embargo, la muerte de su propia hermana y otros sucesos le llevaran a desear volver a la mortalidad, algo que solo podrá conseguirlo si consigue matar a 1000 hombres malvados para poder así redimirse. Pasado un tiempo conocerá a la joven Rin Asano, a quien promete ayudarla a vengarse por la muerte de sus padres a manos de un grupo de espadachines denominados Itto ruy.

Takashi Miike ya es por méritos propios un hijo adoptivo de Sitges, este año como no podía ser de otra manera estuvo presente  en el festival, su cita anual estuvo compuesta por con tres películas, The Mole Song – Hong Kong Capriccio, JoJo’s Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable y su película numero 100 Blade of the Immortal, de esta manera el director japonés quiso de alguna manera unirse a la onomástica por partida doble, Blade of the Immortal adaptación del popular manga de Hiroaki Samura es indudablemente el titulo estrella de este año por parte de Takashi Miike, un film en donde se vuelve a pones de manifiesto que su autor no ha perdido un ápice de energía ni perspicacia fílmica por mucho que algunos se empeñen en proclamarlo.

Hay una norma muy extendida entre el aficionado al género en señalar repetidamente últimamente que con el paso del tiempo Takashi Miike ha perdido la radicalidad exhibida en sus primeros trabajos, que un director con más de cien películas en su haber no muestre signos de cambio seria ciertamente preocupante, más que cambios estructurales podríamos hablar de una lógica evolución, es verdad que en estos últimos tiempos posiblemente Miike abuse de adaptaciones al manga, pero habría que detenerse en la supuesta función de un autor que casi siempre se ha movido en los terrenos más artesanales posibles. Que Blade of the Immortal fuera la tercera película tras Shield of Straw y Hara-kiri: Death of a Samurai de su autor en estar presente en una sección oficial del festival de Cannes no es un hecho que parta de la simple anécdota, pese a lo supuestamente alocado y violento de su trama estamos ante una película plenamente coherente, evolutiva y en cierta manera depurada de lo que podríamos denominar como ese subgénero propio made in Takashi Miike. En Blade of the Immortal los aficionados al manga y por ende al cine de su autor encontrarán lo que andan buscando, pocos directores saben adecuarse tan bien a unas imágenes de violencia extrema a través de una historia de lo más simple, esa temática samurái con marchamos de modernidad expuesta a la hipérbole no deja de representar una marca hereditaria y consecuente del imaginario de un realizador ciertamente único en lo referente a sus cometidos.

Valoración 0/5: 3’5

 

Laissez bronzer les cadavres!

Laissez bronzer les cadavres nos cuenta como Luce, una pintora excéntrica de cincuenta años, se instala en pleno verano en una pequeña casa aislada y medio en ruinas al sur de Francia en busca de inspiración, rodeada de invitados como Max Bernier, su antiguo amante, un escritor alcohólico, un abogado llamado Brisorgueil y tres amigos de este que no conocía todavía, Rhino, Gros y Alex, una banda de ladrones profesionales que tras haber hecho la compra en la ciudad asaltan un furgón blindado y se hacen con 250 kilos de oro. Volviendo poco después a la casa de Luce, con la idea de ocultarse allí tranquilamente hasta el final del verano. Ellos piensan que han encontrado el lugar perfecto para esconderse y ocultar el botín, pero algunos sucesos van a dificultar sus planes viendo como la casa se va a convertir en un campo de batalla con la llegada por sorpresa de dos agentes de policía.

Por fortuna parece que el cine de Hélène Cattet y Bruno Forzani empieza a ser reconocido como una parada obligatoria en cualquier festival de cine que se precie de incorporar a su programación un mirada autoral en las antípodas de lo heterogéneo, en este aspecto Laissez bronzer les cadavres! supone para sus autores lejos de instaurarse en una supuesta autocomplacencia un paso hacia adelante hasta cierto punto lógico y consecuente, de cual salen reforzados al adecuar un discurso que en ningún momento renuncia a sus inconfundibles señas de identidad.

Si en las excepcionales Amer y The Strange Colour of Your Body’s Tears Hélène Cattet y Bruno Forzani  a través un insólito posicionamiento rendían pleitesía a su manera al giallo de los años 70 y 80 con Mario Bava y Dario Argento como principales referentes en Laissez bronzer les cadavres!, adaptación de la novela homónima de Jean-Patrick Manchette y Jean-Pierre Bastid, lo hacen con el Neo-Western, valiéndose de un intento (algo inconsistente) de narración más convencional el dúo de cineastas belgas vuelven a ampararse en la psicodelia de sus imágenes más extremas para ofrecernos un tiroteo y expandirlo eternamente en el tiempo en medio de un calor sofocante del Mediterráneo como escenario, de características más pop que anteriores trabajos suyos y diseccionado hasta la extenuidad en función de un montaje alucinatorio, fotografía y sonido que juegan a favor del colapso y aturdimiento a través de un ejercicio que vuelve a transitar por lo más puramente invasivo sensorialmente hablando como viene siendo habitual en el cine de sus autores. Quien quiera ir al cine para que le expliquen historietas argumentadas Laissez bronzer les cadavres! será desde luego una mala elección, de hecho soy de los que piensas que para disfrutar mejor tan exquisito manjar cinematográfico es incluso adecuado el obviar por completo su argumento, si es que lo hay, en cierta manera no deja de ser una mera excusa,  la imágenes que nos muestran Cattet y Forzani no están diseñadas para responder y si para exponer con contundencia, evidentemente habrá quienes incidan en la irregularidad del producto en cuestión, ¿desde cuándo una película que nos es ofrecida a modo de reto ineludible no lo es?, en este sentido bendita la inconsistencia que deviene de otra joya de culto (la tercera) por parte de Hélène Cattet y Bruno Forzani.

Valoración 0/5: 4

 

Crónica festival de Sitges 2017. Día 5

The Cured

Hace unos años, el continente europeo se vio asolado por un virus que convirtió a la población en monstruosos caníbales. Se logró hallar un antídoto, pero incluso después de curadas, las personas infectadas recuerdan todo lo que hicieron durante su enajenación. Hoy, la última tanda de convalecientes se prepara para reintegrarse en sociedad.

Si anteriormente hablábamos de como una película de las características de la canadiense Les affamés de Robin Aubert intentaba redefinir con inusitado acierto y desde un punto de vista alternativo un subgénero tan explotado como el de los muertos vivientes o infectados el film del irlandés David Freyne The Cured intenta por su parte indagar al igual que la película antes referida por vías alternativas en lo referente a dicha temática, lo consigue de forma algo intermitente, de hecho esa supuesta originalidad en que se basa no lo es tanto, hay precedentes muy claros dentro de la propuesta, los primeros que me vienen a la mente a bote pronto son la producción Filmax The Returned y sobre todo por aquello de la semejanza territorial la serie televisiva británica In the Flesh, seguro que hay más ejemplos en lo referente a dicha ecuación, en ellas más que una invasión se nos explica un intento de reinserción social. La ópera prima de David Freyne al igual que las anteriores interpretaciones comentadas se convierte más en una suerte de discurso alegórico sobre cuestiones candentes en el mundo actual, la metáfora del refugiado es muy evidente aquí, evidentemente tanto trazo social va en claro detrimento de la premisa puramente fantástica sobre la que bascula desde un inicio, en este aspecto The Cured termina convirtiéndose en un relato de contornos fríos en lo concerniente a su exposición, un catálogo de dilemas morales a golpe de continuos flashbacks en donde uno tiene la sensación de que personajes e historia tenían mucho más que contar de lo que finalmente lo hacen, es de esas películas que en un principio parecen querer ir más allá del simple subtexto del que parten sin llegar a conseguirlo. Esta historia de reincorporación y posterior rechazo por parte de la sociedad  en lo referente a prejuicios y miedo a lo desconocido se queda a medio gas a la hora de equilibrar intenciones y resultados, al menos el film atesora la virtud de no molestar al respetable, algo que visto el panorama de dicho subgénero a día de hoy podríamos considerar como algo digno de elogio.

Valoración 0/5: 2

 

Brawl in Cell Block 99

Bradley es un ex boxeador con un matrimonio a punto de romperse que pierde su empleo como mecánico de coches. Debido a esta sensación pesimista, acaba decidiendo que su mejor opción es trabajar para un viejo amigo como traficante de drogas. Esta decisión mejorará su vida hasta que se ve envuelto en un tiroteo entre la policía y sus aliados; situación que le acaba llevando a la cárcel.

Con tan solo dos películas en su haber S. Craig Zahler parece haberse consolidado por méritos propios como un referente esencial en lo concerniente a esa raza de directores cada vez más minoritarios empeñados en aplicar a día de hoy sugerentes relecturas y mezclas (que no modificaciones) de códigos genéricos de la serie B norteamericana, si ya en el esplendida Bone Tomahawk (premio al Mejor Director en Sitges 2015) demostró una inusitada habilidad en tal cometido es en Brawl in Cell Block 99 en donde da un paso al frente, no solo perfecciona narrativa a la hora de desarrollar conflictos en lo referente a dicho posicionamiento autoral sino que logra llevar al espectador por tránsitos imprevisibles a través curiosamente de un material plenamente reconocible.

La grandeza que reside y podemos encontrar en Brawl in Cell Block 99 y en el cine S. Craig Zahler en general está en ver lo irreductible de su posicionamiento, ejercicios no solo provistos de una libertad creativa hoy en día prácticamente inexistente sino ejecutados a modo de una declaración de pertenencia incondicional al espíritu del Grindhouse más desaforado, a la serie B de videoclub, a la referencia y al homenaje expuesto, y esto es lo realmente importante, a través  del conocimiento al culto, en este sentido no basta con escanear con excesivos manierismos y exponerlos a modo de pleitesía como últimamente vemos repetidamente en esa equivocada y vacua exposición de la nostalgia ochentera que parece estar de moda, aquí no hay lugar a dicha nostalgia pero si a potenciarla a través del conocimiento de sus propias reglas y pautas genéricas. Brawl in Cell Block 99 es la quintaesencia del thriller carcelario por excelencia, violento y oscuro, exacerbado hasta la extenuación, el film representa un viaje y posterior bajada sin posibilidad de retorno a los infiernos por parte de un excelso Vince Vaughn (performance one man show inexplicablemente ausente en el palmarés). Ojala S. Craig Zahler, cuyo ámbito natural por lógica es Sitges, no se deje seducir por los cantos de sirenas provenientes de los grandes estudios, en cierta manera seria un paso lógico dado su innegable talento, su cine sería imposible en dicho medio, posiblemente nos ofrecería otra visión igualmente interesante pero no sería desde luego la que hasta ahora hemos conocido y disfrutado de una forma incondicional como la buena y autentica serie B que es en toda la amplitud de su término.

Valoración 0/5: 4

 

Revenge

Tres hombres casados ricos se reúnen anualmente para irse de caza. Pero esta vez, uno de ellos viene acompañado de su amante, una joven que despierta rápidamente el interés de los otros dos. Las cosas se complican dramáticamente para ella… Dejada por muerta en medio de la nada, la chica vuelve a la vida, y el juego de caza se convierte en una venganza implacable.

La ganadora a la mejor dirección de este año en Sitges volvió a poner a la palestra que estamos ante un certamen en donde se trata muy bien a las mujeres realizadoras, quizás en demasía, en estos últimos años el festival ha enfatizado mucho en este aspecto, resaltar el papel de la mujer en el nuevo cine de género, en cierta manera soy de los que opinan que esta aseveración no tendría que ser a día de hoy tanto una novedad y si una contante, ahora es bastante habitual que féminas realicen trabajos que años atrás parecían solo al alcance de los hombres, es por eso que una película de las características de Revenge no tendría que ser vendida de cara al público como un paradigma del nuevo cine de género femenino y si como una lógica evolución de tal concepto.

A diferencia del Crudo de Julia Ducournau en donde sí se podía percibir de forma clara una voz autoral propia el Revenge de la también francesa Coralie Fargeat no indaga en lo que muchos se han empecinado en denominar como el empoderamiento femenino dentro del cine de género, básicamente porque estamos ante un ejercicio de estilo bien rodado, pulcro en sus intenciones y poca cosa más, un rape & revenge de manual que volviendo al discurso anterior en tiempos pasados solo eran coto privado destinado para que hombres la dirigieran, afortunadamente hoy todo esto ha cambiado. Lo que no se le puede negar a Revenge es que no sea consecuente con sus propios postulados, en este aspecto la película no solo va al grano sino que sigue una pautas genéricas perfectamente reconocibles, en lo concerniente a esto no se sale del guion en ningún momento, otra cosa es indagar en ese supuesto mensaje contestatario totalmente inexistente, evidentemente que hay un leve intento de crítica social en Revenge, ¿pero en película de violación y posterior venganza no la hay? Revenge como buena y aplicada muestra del subgénero que es pasa de pies puntillas por la credibilidad argumental, lo suyo es más bien la técnica al servicio de una supuesta historia, en este sentido Coralie Fargeat le saca provecho a ese árido paisaje del desierto mexicano que por momentos en lo referente a su función nos remite al The Most Dangerous Game de Irving Pichel, intentar buscar otra posible lectura al producto es completamente innecesario.

Valoración 0/5: 2’5

 

Outrage Coda

Cinco años después de la guerra entre los clanes Sanno y Hanabishi, el antiguo jefe yakuza Otomo vive en Corea del Sur, tratando de mantener un perfil bajo. Pero la sombra de su pasado es alargada y no tardará en alcanzarle.

Outrage Coda, el cierra de la trilogía yakuza por parte de Takeshi Kitano hizo que me viniera a la memoria lo efímera  y volátil según tendencias que pueden llegar a ser las corrientes de simpatía y devoción por parte de una determinada cinefilia a según qué directores, en lo referente a la española este comportamiento se multiplica por diez normalmente. Todo esto viene a colación con el recibimiento y la repercusión prácticamente inexistente que tuvo el paso de la estupenda Outrage Coda por Sitges, evidentemente si estuviéramos a finales de los 90 o principios del 2000 otro gallo hubiera cantado en lo referente a la percepción del producto por parte de este tipo de público.

Tampoco es cuestión de aseverar que la carrera de Takeshi Kitano como director haya sido la perfección autoral por excelencia, seguramente ese reset artístico que derivo en películas como Takeshis’, Glory to the Filmmaker! y en menor medida Achilles and the Tortoise hizo que posiblemente muchos dudaran de seguir adelante con dicha pleitesía, evidentemente un craso error de apreciación, afortunadamente Takeshi Kitano es un hombre de Sitges, o mejor dicho, Sitges cree en el valor de Takeshi Kitano como cineasta, no solo desde sus inicios, fue el primer festival en España en difundir su obra allá en el lejano año 1993 con Sonatine, es reseñable el ver cómo de sus diez últimas películas ocho estuvieron presentes en un certamen que inteligentemente siempre aposto por su cine. Outrage Coda es el perfecto cierre de la que es la trilogía yakuza por excelencia del cine contemporáneo japonés, hay quienes aseguran que la película supone un perfecto ejemplo de cómo su cine ha ido neutralizando en parte la radicalidad del lenguaje cinematográfico de sus inicios, nada más lejos de la realidad, en verdad lo que presenciamos en Outrage Coda es una depuración de conceptos y estilos hacia algo más complejo, aunque parece que haya gente que aún no se haya dado cuenta que ni esta película ni la saga en cuestión es un artilugio de la violencia más desatada como excusa genérica (supongo que lo más cerca que estuvo Kitano a dichos estilemas fue con Brother), un film que versa sobre la política del poder instaurado en las jerarquías criminales, al igual que en las dos anteriores entregas, aunque aquí de forma más notoria, tal es la complejidad narrativa en el relato que es ciertamente difícil el descifrar todas las líneas argumentales que se van exponiendo en el relato, lealtad, traición y posicionamientos diversos a modo de juego de ajedrez que vamos viendo en una película en donde el único resquemor que un servidor intuye en ella es el estar presenciando no ya el cierre de una saga cinematográfica sino el de una carrera personal como cineasta, la paradoja meta cinéfila en este caso es brutal. Esperemos que con el paso del tiempo se haga justicia y se vuelva a colocar a Takeshi Kitano en el pedestal  del que nunca muchos debieron bajarle.

Valoración 0/5: 4

 

Have a Nice Day

Have a Nice Day nos cuenta como Xiao Zhang es un humilde taxista que busca de manera desesperada dinero para poder costear una operación que corrija la fallida cirugía plástica a la que se sometió su prometida, una noche roba un bolso a su jefe con un millón de yuanes chinos, la noticia del robo se extiende rápidamente por la ciudad, a partir de ese momento se desata una serie de secuencias muy cómicas y atípicas de gente que buscan apoderarse de dicha fortuna entre los que se encuentran un asesino a sueldo, un gánster y un ladrón entre otros variopintos personajes.

Otros de los platos fuertes este año en lo referente a la animación vistos en Sitges fue la cinta china de Lin Juan Have a Nice Day. Un film que anida a través de un supuesto relato negro ciertamente sorprendente que logra aplicar a la perfección aquella máxima de como un film animado puede ir bastante más allá de lo que mucha gente entiende erróneamente que tendrían que ser la estructura narrativa por la que se mueve habitualmente dicho género, de hecho la técnica (meritoria pero algo pobre en lo concerniente a su extrema animación artesanal) no es ni mucho menos la mejor virtud de Have a Nice Day, sí que lo es de forma clara su entramado narrativo, deudor de un estilo que mira a Quentin Tarantino en lo referente a personajes,  argumentación y humor negro, Lin Juan se vale de dichas referencia para ofrecernos un demoledor retrato de la actual realidad china, tras ese popurrí de situaciones variopintas a modo de bucle en su mayoría en forma de interacciones violentas entre personajes hay un trasfondo del consumo social económico versus la decadencia de la cultura china ciertamente interesante, dicha tesis se complemente  inteligentemente con esa supervivencia a cualquier precio por parte de casi todo los variopintos personajes que van desfilando en la historia, de alguna forma esa supuesta retroalimentación de conceptos narrativos da como resultado una estimulante y atípica cinta que va algo más allá del simple disfrute gamberro, sangriento y simplón que muchos creyeron haber visto solamente en él.

Valoración 0/5: 3

 

Mansfield 66/67

En 2017 se cumplen cincuenta años de la muerte de Jayne Mansfield en accidente de coche, una tragedia que aún dispara rumores de todo tipo. Mansfield 66/67 se sumerge en los últimos días de la actriz y otorga una dimensión mítica a un episodio de la crónica negra de los tabloides hollywoodienses.

Dentro de la sección Seven Chances, autentico cajón de sastre temático donde los haya, se pudo ver el documental Mansfield 66/67 del dueto formado por David Ebersole y Todd Hughes, trabajo que indaga en la figura de Jayne Mansfield, los productores ejecutivos de la notable Room 237 nos ofrecen aquí una visión del personaje tan interesante en sus múltiples posibilidades como irregular en lo que acaba siendo su resultado final, no estamos ante un documental al uso como tal, o al menos eso es lo que se desprende de su narrativa, en Mansfield 66/67 se prescinde del testimonio de la familia y allegados para según declaraciones de los propios autores exponer una visión neutra, un servidor hubiera preferido que esta perspectiva en principio loable e incluso interesante no se hubiera centrado tanto en los últimos años de Mansfield, pues a mi modesto entender no es este periodo ni su fatídico final lo más importante de un retrato que expuesto de modo más amplio hubiera ganado en lo concerniente a su tesis, ese estudio sobre el final de un trayecto imprime al producto de un tono anecdótico, una  historia real basada en rumores y más rumores como el mismo film se publicita. Personalmente creo que el personaje de esta sustituta que nunca lo fue de Marilyn Monroe requería un estudio algo más concienzudo de la mitología del personaje, como figura pública que simbolizaba culturalmente una época, hay indicios expuestos de muy forma escueta en el documental, lástima que no se indague más en ellos a favor de un tono que colinda con lo meramente especulativo de una historia real a través de formulismos de clara naturaleza pop, en este sentido y para ser justos con tal cometido Mansfield 66/67 sí que al menos consigue amenizar un retrato íntimo de alguien que en su día representó a la perfección una imagen sexualmente tan despreocupada como positiva  a la hora de romper tabús en la cultura estadounidense de por aquel entonces.

Valoración 0/5: 3’5

 

Rabbit

Falta poco para que se cumpla un año del secuestro de su hermana gemela, y Maude sigue atormentada por visiones del suceso. Convencida de que su melliza sigue viva, la joven empieza a seguir unas pistas que le harán descubrir que una especie de sociedad secreta la sigue muy de cerca, y que el destino de las dos hermanas está intrínsecamente unido.

El australiano Luke Shanahan presento en Sitges su opera prima Rabbit, y como no podía ser de otra manera dadas las características del film fue dentro de la sección Noves Visions, un film que cuadra a la perfección con las directrices del apartado más arriesgado del certamen, evidentemente los primeros trabajos amparándose en un cine independiente, casi de guerrillas se prestan a dicha ecuación.

Rabbit es de esas operas primas que intentan presentar bastante más de lo que al final acaban ofreciendo, de alguna manera el film de Luke Shanahan al igual que los pensamientos de su protagonista principal parece que se autoimponga el no exponer, en este caso a través de unas imágenes que van sugiriendo de forma irregular durante prácticamente todo el metraje, básicamente podríamos estar ante un ejercicio que prioriza una sensación o intuición fatalista a través de una idea bien simple estructuradas en la película en dos parte bien distintas, una primera algo más convencional de nivel y tono detectivesco, y una segunda en donde impera una base más onírica con claras reminiscencias hacia la pesadilla personal. En Rabbit hay momentos curiosos, intentos que por algún u otro motivo no acaban materializando en ninguna de las formas que uno puede deducir durante su visionado dando la sensación de estar ante un producto que no acaba de aprovechar todas las posibles y sugerente vías que parece emprender en su inicio, sociedades secretas, premoniciones, dualidad/ doppelganger, todo ello expuesto de forma tan difusa que por momento uno acaba teniendo la sensación de estar ante ese mal endémico de muchos primeros trabajos, el estar presenciando un corto alargado que no acaba de ser consciente del todo de cuál es su verdadero camino a seguir.

Valoración 0/5: 2

 

Crónica festival de Sitges 2017. Día 4

Bushwick

Cuando Lucy sale del metro en Bushwick, el último barrio de moda de Nueva York, no encuentra ni hipsters ni rastros de la gentrificación, sino un grupo de hombres armados, que no dudan en disparar a matar. En medio del caos, Lucy hallará un aliado en un fornido vecino (Dave Bautista, Guardianes de la Galaxia), que la acompañará hasta la casa de su abuela, a través de unas calles que se han convertido en un campo de batalla.

Si posiblemente una película de las características de Bushwick hubiera visto la luz en los años setenta por poner un ejemplo, seguramente la percepción de ella habría sido algo distinta a la recibida tanto en Cannes, proyectada dentro de la Quincena de los Realizadores, o en Sitges vista en su sección oficial, este espontáneo pensamiento me llega a la mente por varias razones, hay un inicio ciertamente prometedor en la nueva película de Jonathan Milott y Cary Murnion, es un arranque que prescinde de cualquier tipo de subjetividad para centrarse únicamente en la narrativa de sus imágenes, una pareja se da cuenta de que son las únicas personas que transitan por el interior de los vagones y andenes del metro, cuando tras algunas lógicas y espontaneas digresiones se aventuran a salir al exterior serán testigos de un nuevo orden social a golpe de fusil, esta potente abertura me remite mucho al cine de acción de los años 70, hay una mirada nada disimulada a un cierto cine orquestado en su día por Walter Hill, el problema que vemos a continuación viene dado en la medida de que Bushwick es una clara esclava del tiempo que la vio nacer. Una película que transita en según qué recorridos temáticos se convierte inexorablemente en campo de cultivo para la alegoría, del 11-S o de la era Trump, poco importa cuál sea en el caso que nos ocupa especialmente cuando Bushwick no da pie a ello en ningún momento, uno tiene la sensación de que no es la intención de los autores de la intranscendente Cooties tal cometido, y si lo fuera demostraría lo poco acertado del planteamiento. Hay un intento de reflejo social en su tramo final que si se vislumbra de forma tímida a modo de parábola de la gentrificación de los barrios más desprotegidos de las grandes ciudades, esa unión de las clases bajas por hacer frente al invasor queda expuesta en Bushwick de forma casi anecdótica, está a mi modo de ver solo puede funcionar a modo de un divertimento de planteamiento bien sencillo, de film de acción disfrutable escenificado a modo de un videojuego provisto de larguísimos planos secuencias, intentar extraer algún tipo de metáfora a una ecuación tan simple supone irremediablemente destapar carencias bastantes evidentes en el producto.

Valoración 0/5: 2’5

 

Thelma

Thelma no es una chica normal. Desesperada, le pregunta insistentemente a Dios por qué la ha hecho así. Sus padres tampoco son de gran ayuda, sino dos personas misteriosas que se muestran tranquilas ante los poderes que muestra su hija, que, cada vez que siente algo, causa desastres. Cuando Thelma inicie una relación con una compañera, las emociones propias del amor harán estragos.

Había mucha expectación por ver como el responsable de Oslo, 31 de agosto y Louder Than Bombs hacia su primera incursión dentro del cine de género, Thelma que de forma injustificada no tuvo una presencia más visible en el palmarés oficial del festival supone uno de los mejores trabajos, sino el mejor del noruego Joachim Trier, un film que nos habla básicamente del despertar de una joven mujer y como a través de este hecho se nos plantea el daño que puede causar un excesivo control parental o religioso, todo ello vertebrado a través de un elemento fantástico expuesto de manera ciertamente sutil.

Pocas películas vistas este año en Sitges conjugan tan bien un tempo narrativo perfectamente dosificado con la elegancia de una puesta en escena casi perfecta, Thelma se aparta del manido concepto cinematográfico del coming-of-age al uso, tampoco es que no hayamos visto antes con antelación ese conflicto que surge en ver como un adolescente al dejar por primera vez el hogar familiar para ir a la universidad empieza a experimentar unas sensaciones vitales (independencia, primeros escarceos sexuales) que hacen florecer un replanteamiento de conducta no solo para la propia implicada, una magnifica Ellie Harboe, sino también para sus allegados más cercanos, en este sentido la virtud más destacable de un producto tan estimulable como resulta ser Thelma radica en como conjuga el elemento fantástico a su narrativa, ese paso de la adolescencia a la edad adulta nos son planteados en base a poderes psíquicos incontrolados (recurso este que en cualquier producción yanqui poco sutil estarían planteados como meros artilugios al servicio del espectáculo), estos sin embargo son expuestos a modo de suntuosa metáfora, un fenómeno o habilidad incontrolada a modo de ente contestatario frente a esa implantación de la religión cristiana tanto como barrera para la confirmación personal como vehículo redentor de culpas del pasado. Thelma se erige como una de las mejores propuesta europeas autorales del presente año, un sugerente y poderoso relato del deseo reprimido en donde el factor fantástico juega siempre a favor de la historia y no al revés como suele ser bastante habitual en este tipo de películas.

Valoración 0/5: 4

 

Gloves Off

Tocado y hundido por la muerte de su entrenador, Doug es un ex boxeador asediado por unas deudas que amenazan con arrebatarle su gimnasio. Su suerte cambiará cuando una bella gitana le proponga entrenar a su hermano, aspirante en un campeonato de peleas a puño descubierto.

Gloves Off vino a certificar a la perfección la equivocada política de estrenos mundiales que el festival lleva a cabo en estos últimos años, especialmente visible en esta edición. Es evidente que hay una dificultad a la hora de programar un material digamos virgen, vivimos unos tiempos en donde la aparición de las plataformas domesticas hacen que muchos títulos tengan una efervescencia muy notoria en su recorrido de cara al público, si a esto le sumamos la proliferación cada vez mayor de festivales de cine hacen que por ejemplo que un certamen de las características de Sitges tenga un problema en dicha tesitura. El problema viene dado cuando se quiere forzar dicho posicionamiento en ofrecer estrenos mundiales si o si, viendo la calidad media de estas presentadas este año a estas películas se las deriva a una especie de gueto, una marca registrada de la casa en donde un estreno mundial de Sitges parece significar una mala calidad en el producto. El problema de una comedia que quiere ser amable como es Gloves Off ya no es su poca justificable adscripción genérica sino la dudosa calidad que atesora, dicho de otra manera, ¿si el film de Steve Nesbit no hubiera sido estreno mundial realmente estaría presente en Sitges? Gloves Off es un film ciertamente intrascendente, casi anecdótico, esta historia de ex boxeadores perdedores que buscan una última oportunidad no funciona en las múltiples variantes de comedia por las que intenta transitar, ni en la amargura que puede derivar de la historia ni en el inconfundible tono naif en el que se enmarca, posiblemente la intención de Steve Nesbit no era la carcajada y si la sonrisa cómplice, lamentablemente ni en este segundo apartado logra aparecer tal intención.

Valoración 0/5: 1

 

Creep 2

Parte 2 de la trilogía de ‘Creep’. Sara es una videoartista cuyo objetivo principal es crear intimidad con hombres solitarios que encuentra en Craigslist. Después de ver un anuncio en internet que decía «trabajo de vídeo», va hasta una casa en medio del bosque para conocer a un cineasta que dice ser un asesino en serie. Ella lo ve como una oportunidad para crear algo artístico y accede a pasar un día entero con él, pero en realidad no sabe dónde se está metiendo.

El premio a la mejor película de la sección Panorama recayó este año en Creep 2 de Patrick Brice, secuela algo prematura del original de 2014 también presente en Sitges. Creep 2 vuelve a estar producido por ese nuevo tótem del fantástico que es Blumhouse Pictures, al igual que su predecesora aquí se nos vuelve a ofrecer una mirada algo diferente del asesino en serie al uso, volvemos a la cámara en mano, al found footage, a los diálogos improvisados, al incómodo y como no al mumblecore mas desaforado. Lo mejor de esta secuela podemos encontrarlo en cómo siguiendo unas mismas directrices que su predecesora juega con algo de desventaja con respecto a ella, una de las virtudes de la primera parte era ver como se jugaba con la incertidumbre del espectador, el trayecto que recorría la supuesta víctima era paralelo al nuestro, no se sabía a ciencia cierta la naturaleza del personaje interpretado por Mark Duplass, su abrupto final desvelaba tal misterio, es por eso que Creep 2 transita a través de una narrativa ya marcada de antemano, no hay lugar a la duda en este aspecto como bien podemos ver en el inicio del film, por el contrario juega con cierta habilidad a la hora de emplear esa recién adquirida mitología del personaje, lo hace en la representación de esa  falta de estabilidad emocional por parte del personaje principal, expuesto todo ello de forma liviana, algo despreocupada e incluso lindando con la comedia negra gamberra. Creep 2 termina siendo una secuela consecuente y en parte conceptuada, repite planteamientos y no renuncia a unas señas de identidad propias sin caer en la autocomplacencia del invento, las modula en parte con ese nuevo posicionamiento de cara al espectador,  intenta expandirlas con mayor o menor fortuna, en este aspecto hay un déficit muy palpable con respecto al personaje de Desiree Akhavan, en mi opinión mucho menos creíble que su antecesor. La dupla Patrick Brice/ Mark Duplass nos ofrecen una alternativa del subgénero, posiblemente no sea del gusto de todos en lo referente a su exposición y posterior planteamiento pero tiene al menos la habilidad cada vez más en desuso de intentar calibrar las expectativas del espectador en base a la interacción de tan solo dos sujetos y un solo escenario.

Valoración 0/5: 2

 

As boas maneiras

As boas maneiras nos cuenta como la misteriosa y adinerada Ana (Marjorie Estiano) contrata a Clara (Isabel Zuaa), una solitaria enfermera que vive a las afueras de São Paulo, para ser la niñera de su hijo aún no nacido. Conforme el embarazo va avanzando, Ana comienza a presentar comportamientos cada vez más extraños, al igual que unos siniestros hábitos nocturnos que afectan directamente a Clara, a partir de ese momento una malsana relación cada vez más intensa se desarrollará entre ambas mujeres.

Como ya vinimos reseñando en anteriores crónicas el cine brasileño irrumpió con fuerza este año en Sitges, el dueto formado por Juliana Rojas y Marco Dutra que en 2011 ya habían planteado con Trabalhar Cansa unos insólitos y muy disfrutables mecanismos de terror social presentaron este año en el certamen otra peculiar indagación en el género con As boas maneiras, en este caso su adscripción al fantástico es mucho más evidente y reconocible al valerse en ella de inequívocos códigos genéricos aunque siempre expuestos de forma trasgresora como no podía ser de otra manera.

En As boas maneiras (justo premio de la crítica a la mejor película compartido con El sacrificio de un ciervo sagrado) como buena película que intenta y consigue ir un paso más allá de sus propios postulados nos topamos con una inquietud autoral muy evidente, un film que nunca deja de mutar ningún momento, bajo la apariencia de ser una fábula de contornos realistas Juliana Rojas y Marco Dutra se apoyan en una referencia genérica variada (terror, melodrama y hasta musical) para contarnos una historia en donde la dualidad juega un papel muy importante en la trama, la aparición de ese un hombre-lobo como resultado de una unión no aceptada socialmente en lo racial o social por ejemplo, una dualidad que también es muy notoria en el retrato de las dos protagonistas principales en la primera parte de la película, Clara y Ana son personajes que por un motivo u otro por fuerza mayor terminarán enfrentándose contra la misma sociedad que les creo, más tarde vemos como la unión de ese doble retrato funciona a modo de elemento fantástico, igualmente contestatario con respecto a los demás pero expuesto desde un punto de vista más heterogéneo. As boas maneiras funciona también a modo de cuento clásico aunque siempre con el trasfondo social (en este caso el de la actual sociedad brasileña) muy presente a lo largo de toda la historia, lo de Juliana Rojas y Marco Dutra es de alguna manera pervertir códigos en un principio de naturaleza convencional, es aquí cuando entra en escena lo complejo y rico en matices de la reinterpretación que nos plantean sus autores, es en ese marco metafórico de clara raíz fantástica del que se vale As boas maneiras en donde encontramos lo muy estimulante que resulta ser la propuesta en cuestión, un cuento de hadas que termina convirtiéndose en un cuento de terror provisto de un mensaje ciertamente envenenado.

Valoración 0/5: 4

 

A Ghost Story

A Ghost Story cuenta la historia de un fantasma y la casa que llega a rondar, un músico que muere en un accidente de coche y que intenta volver a la casa que solía habitar junto a su antigua pareja para intentar tratar de conectar de nuevo con su afligida esposa.

Como era de esperar la nueva película de David Lowery fue uno de los puntos álgidos presentes este año en Sitges, una íntima y poética historia de connotaciones sencillas pero complejas la que nos cuenta A Ghost Story en la que es posiblemente una de las narraciones visuales más consecuentes en referencia a sus postulados vista en muchísimo tiempo, una historia fantasmal contada desde dentro en donde esa aparente austeridad visual de la que hace gala, de tono simple y extremadamente contemplativa (formato en un riguroso 4:3 con sus respectivas esquinas redondeadas), adquiere de forma inversa a lo que proporciona unas dimensiones empáticas que cuadra casi a la perfección con un discurso que sabe utilizar el imaginario fantástico con un gusto tan inusual como exquisito.

En contra de muchas aseveraciones que parecen surgir como coletilla obligatoria a la hora de definir las funciones genéricas de A Ghost Story y su no afiliación al cine fantástico o de terror soy de los que se posicionan en contra de tal afirmación, por contra los que se amparen solo en dicha apreciación posiblemente solo se queden en lo de la sábana blanca, un blanco espectral que por cierto y permítanme la licencia nos remite al de una pantalla de cine en donde se proyectan las películas, y que hecho de connotaciones más fantásticas que este podemos encontrar, un grupo de personas sentándose frente a una pantalla blanca dispuestos a ver e interpretar historias plasmada en ella a través de imágenes no corpóreas, evidentemente con algunas acotaciones al respecto la película no transita por lo que mucha gente puede entender como terror al uso, lo que hace David Lowery es más bien una relectura del género como tal, podríamos estar ante una película que emplea el terror cósmico a través de una cantidad de vertientes tan variadas como ambiciosas, digresiones tales como el sentido de la existencia o la pérdida de ella a través de un discurso contemplativo es lo nos ofrece A Ghost Story primordialmente, una película que exige paciencia por parte del espectador, la recompensa vendrá a modo de experiencia cinematográfica ciertamente enriquecedora pero también dolorosa, pues a fin de cuentas  A Ghost Story deviene como uno de los relatos más tristes e implacables sobre lo que significa el olvido resultante del paso del tiempo, un relato desolador sobre el transcurso de una vida en donde ya no se habita, el terror en definitiva de acabar existiendo como un mero fantasma.

Valoración 0/5: 4

 

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 8

The Captain

En los últimos momentos de la II Guerra Mundial, un soldado de 19 años, andrajoso y hambriento, roba el uniforme de un capitán. Haciéndose pasar por un oficial, reúne a un grupo de desertores y comienza a matar y saquear a su paso a través de la golpeada Alemania nazi.

El último día hábil del certamen en lo referente a la proyección de películas que integran la sección oficial a competición volvió a ser un campo un abonado para sorpresas de última hora como viene siendo algo habitual en estos últimos años, al igual que las anteriores ediciones con películas como The Demons de Philippe Lesage o Ikari de Lee Sang-il la cinta alemana The Captain fue una inesperada bocanada de calidad tonal y formal ofrecida a última hora en San Sebastián, una película parte en un principio de la peculiaridad de contar con un realizador como Robert Schwentke que no cuadra en apariencia con el tono y la forma del film que nos ocupa, un artesano exiliado a los Estados Unidos hace ya unos años con trabajos en su haber como por ejemplo Flightplan, Red o la saga Divergente, tras este irregular periplo por Hollywood esta vuelta a su país de origen se erige como una pieza ciertamente elaborada que transita a través de un ensayo sobre una inquietante afiliación del fascismo más genocida y brutal posible en lo concerniente a la evolución de un personaje que pasa de ser víctima a juez y posteriormente verdugo, de hecho estamos ante una película que mirándolo bien solo puede estar expuesta y realizada a través de una sola mirada territorial, la alemana en este caso.

Basada en la historia real del joven soldado Willi Herold en The Captain vemos como durante los últimos suspiros de la II Guerra Mundial un joven desertor por cuestiones del azar termina teniendo la potestad de decidir, lo que empieza como una acertada reflexión moral sobre los límites que implica vivir al borde de la supervivencia más extrema, de poder verse a un lado o en su reverso termina convirtiéndose en el fondo y cuestión de la barbarie que habita en una mente humana expuesta a condiciones limites, la película para más inri se permite el lujo de lanzar matizadas reflexiones al aire tales como la violencia oculta que atesora cada persona o la alienación a que puede estar sometido el ser humano en según qué condiciones. Al igual que la polaca Beyond Words The Captain se vale astutamente de su estética para evaluar y conceptuar su discurso, especialmente en lo referente a la asfixiante fotografía en blanco y negro de corte clásico a cargo de Florian Ballhaus para determinar ese tratado acerca de la paradoja del fanatismo de la propia historia. The Captain (que mereció tener una presencia más visible en el palmarés oficial) termina siendo un compendio de sobrias y crudas imágenes que sirven de testimonio para uno de los más oscuros episodios en la historia de la humanidad, imágenes de los últimos latidos del universo nazi que por cierto en el brillante epilogo final que vemos sirve a la perfección a modo de conexión con nuestro presente, y es que nada más real que la atemporalidad para exponer un problema que da visos de que nunca en mayor o menor medida  parece que vaya a desaparecer.

Valoración 0/5: 3’5

 

The Leisure Seeker

Ella y John están huyendo del cuidado asfixiante de sus médicos e hijos. John está perdiendo la memoria, es despistado pero tenaz. Ella es frágil pero a la vez ingeniosa. Su viaje a bordo de su fiel caravana los lleva desde Boston hasta Key West en los Estados Unidos. Compartiendo en su trayecto tanto momentos de alegría como de angustia, van recobrando así su pasión por la vida y su amor por los demás, mirando con perspectiva y de forma distinta todo lo que van dejando atrás. Hecho que les hace replantearse durante su aventura, cómo se ven el uno al otro.

Dentro de la sección Perlas se pudo ver el nuevo trabajo del realizador italiano Paolo Virzì The Leisure Seeker, el film inspirada en la novela homónima de Michael Zadoorian supone el  debut americano de Virzì en dicha cinematografía, el film transita, nunca mejor dicho, a través de lo que podría ser una road movie de carácter otoñal, de hecho podríamos decir sin temor a equivocarnos que estamos ante una película que parece estar diseñada en su práctica totalidad para ser un lujoso vehículo de lucimiento para premios interpretativos destinados a sus dos protagonistas principales, Helen Mirren y Donald Sutherland. Lo que cuenta The Leisure Seeker y sobre todo en como lo cuenta no viene a ser para nada original, un último viaje de una pareja de ancianos, ella con una enfermedad terminal, el aquejado de un severo pero intermitente Alzheimer, un final de viaje que es fácil de adivinar como será, aquí lo que en realidad importa es el trayecto y en este apartado es en donde el film saca a relucir sus muy evidentes carencias, ese supuesto equilibrio entre lo que tendría que ser comedia cotidiana y crudeza de un sufrimiento que se acerca a lo terminal deviene como muy  convencional en lo referente a su representación, podríamos aseverar que estamos ante el prototipo de trabajo que bascula en extremo y de forma algo irregular en el trasverso de lo trágico a un divertimento en apariencia inofensivo y viceversa, nada de lo que vemos en este apartado en The Leisure Seeker lo podemos considerar como novedoso y si como bastante manido, hay un intento muy notorio como no podía ser de otra manera por intentar hacer cómplice al espectador de ese buenísimo naïf a modo de pedagogía vital tan característica en este tipo de films, un servidor hubiera sido más partidario puestos a innovar en algo en otorgar al relato algo más de transgresión cómica, había mimbres suficientes en la historia para ello, como mero consuelo siempre podremos agarrarnos en ver como Paolo Virzì no fuerza el trazo lacrimógeno en el tramo final de la película, un pequeño beneplácito que no sirve para ocultar esa falta de originalidad en la propuesta antes comentada.

Valoración 0/5: 2

 

Ravens

Un agricultor muy trabajador, desalentado por la dura realidad de su lucha cotidiana, está decidido a que su hijo se haga cargo de la granja y continúe con su legado. La madre hace todo lo que puede por mantener a la familia unida. Sin embargo, con creciente horror, el hijo es testigo de la escalada en la conducta psicótica de su padre. Busca refugio en otro lugar, pero no puede rehuir lo inevitable.

La ópera prima del sueco Jens Assur fue otra de las propuestas vistas este año dentro de la sección Nuev@s Director@s procedente de los países nórdicos, Ravens, film que pasó algo desapercibido de forma bastante injusta por parte del respetable nos cuenta una historia densa, de ahogo en lo referente a personajes y escenario, no es la primera película vista este año en San Sebastián que transita a través de una realidad en extrema interiorizada a través de sus protagonistas. Relato atmosférico situado en una aislada granja familiar a finales de los años 70 que nos muestra el dilema por momentos existencial de como un padre intenta de alguna manera que su hijo legitimase su esfuerzo por mantener una sociedad patriarcal en forma de supuesto legado, el dilema de la tradición y la modernidad otra vez expuestos en un relato de tono rural, evidentemente el hijo tendrá otros planes futuros algo que hará que se desencadenara un conflicto que veíamos cada vez más predecible. En Ravens hay un trabajo de cámara ciertamente meritorio, tanto la fotografía de Jonas Alarik como la música a cargo de Peter Von Poehl  sirven como válidos interlocutores en una historia que sabe jugar bien sus cartas en lo referente a la ambivalencia de sus personajes, en especial la del protagonista principal interpretado con una inusual soltura y aplomo por Reine Brynolfsson, en este aspecto  la labor de Jens Assur a la hora de presentar y exponer diferentes capas de indagación sobre ellos es ciertamente notable, no todo lo que se nos presenta es blanco o negro, más bien hay una evidencia de claroscuros, tantos como los cielos que pueblan el escenario, en esa densidad que se otorga una película tan pequeña y meritoria como Ravens radica su incuestionable virtud.

Valoración 0/5: 2’5

 

The Big Sick

Cuenta la historia real de Kumail y Emily, una pareja que se conoce en un espectáculo de comedia. Cuando parecía que todo iba a quedarse en un encuentro de una noche, su relación empieza a avanzar a pesar de las diferencias culturales, complicando las vidas de todos por las expectativas que tenían los padres de Kumail, musulmanes estrictos.

Otra de las propuestas vistas este año en la sección Perlas fue la comedia romántica The Big Sick, la nueva película de Michael Showalter no deja de ser un claro distintivo marca de la casa de esa supuesta renovada comedia independiente norteamericana, Judd Apatow como productor y Kumail Nankiani como actor principal y guionista, de hecho este último es el auténtico alma mater de una película que tiene la indudable virtud de lograr funcionar con un ápice de honestidad sobre caminos ya transitados en demasiadas ocasiones anteriores.

Hay apéndices ciertamente interesantes expuestos en The Big Sick que consiguen apartarla de ese grupo de comedias de tono tan reconocibles, posiblemente una de las más visibles sea el ver como Kumail Nankiani con bastante acierto transita a través de un humor que parte a través de sus propios orígenes, familia, religión y otras digresiones nos son expuestas a modo de hilo conductor de una narrativa que intenta renovar ciertos tópicos del género de la comedia sentimental,  por momentos logra apartarse de esa estructura argumental de contornos tan clásicos, vemos como los dos protagonistas tras un primer acercamiento sentimental se alejan demasiado pronto en referencia al tempo narrativo impuesto, más tarde y desde un solo punto de vista asistimos a un acercamiento mucho más serio y consecuente pero de final imprevisto por razone obvias. The Big Sick como no podía ser de otra manera intenta bordear los contornos del drama y el humor irreverente, no hay un acercamiento a pies puntillas en lo referente a la consabida formula de chico conoce a chica, ruptura y posterior reconciliación, en este aspecto no sigue ninguno de los suntuosos recorridos que suelen poblar la comedia romántica en su sentido más tradicional y clásico, lo que realmente importa viene a ser un trayecto poblado de pequeños detalles que parece no anidar por lugares y reglas comunes, posiblemente aquí radique la gran virtud de un producto tan honesto como desinhibido en referencia a su comicidad con el espectador.

Valoración 0/5: 3

 

Loving Pablo

Drama sobre el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, basado en el libro ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’ escrito por la periodista colombiana Virginia Vallejo donde cuenta la relación amorosa que mantuvo con el narcotraficante en la década de los 80.

Como clausura este año de la sección Perlas pudimos ver el último trabajo del director madrileño León Aranoa Loving Pablo, una aparatosa y por momentos errática producción internacional a modo de biopic que nos cuenta la historia del fundador del cártel de Medellín Pablo Escobar, personaje caracterizado bajo los rasgos de un Javier Bardem inundado por prótesis faciales y corporales. Loving Pablo deviene como la primera incursión de León de Aranoa en el llamado de alguna manera cine mainstream, un apartado genérico este alejado de postulados propios, pese a este inicial cambio de rumbo temático el director vuelve a demostrar una evidente falta de talento  a la hora de adecuar convicciones autorales, déficit que ya venía arrastrando desde hace demasiado tiempo.

No suelo ser una persona muy dada a cargar tintas sobre aquellos autores a los que considero impropios de merecer una situación que ostentan dentro de la industria cinematográfica según supuestos méritos, de todas maneras no puedo ocultar mi perplejidad el comprobar como después de haber quedado tan en evidencia sus supuestas virtudes a día de hoy siguen gozando del beneplácito de productores que confían en ellos a la hora de sacar adelantes sus proyectos, en este caso ese requerimiento al responsable de Familia puede llegar a ser en parte entendible, que el productor de Loving Pablo sea Javier Bardem se justifica de puertas adentro, tropezón tras tropezón autores como Isabel Coixet o León de Aranoa son esa clase de directores que cuando crees imposible que su cine llegue a encogerse más van y se superan con su último trabajo. Nada mejor para dicha contratación que una película tan fallida como resulta ser Loving Pablo, un relato que intenta dar una visión algo alternativa de un personaje pero que traiciona por completo sus iniciales postulados al caer en la redundancia de la historia y del personaje, lo que nos cuenta se nos ha ofrecido hasta hace bien poco desde varias vertientes y lo más importante de forma mucho mejor que aquí. Para más inri ese intento de ofrecer esa perspectiva lateral del personaje es completamente inocuo en contenido y formas, no puedes ser que se recurra a una voz en off por parte del personaje de Penélope Cruz  y que este aparezca y desaparezca por arte magia y de manera caprichosa según la narrativa por la que se discurre. Loving Pablo muy a pesar suyo termina convirtiéndose en uno de los despropósitos más notorios de este 2017, un desbarajuste tan palpable como la que contribuye a la pérdida de verosimilitud la decisión de rodar la película en un inglés mezclado con un imposible castellano-colombiano de muy difícil justificación artística, supongo que no a nivel de producción, una cuestionabilidad está tan evidente como el cine que ha perpetrado durante las dos últimas décadas un autor tan poco dado a sugestionar al espectador a través del cine como es León de Aranoa.

Valoración 0/5: 1’5

 

Ex Libris: The New York Public Library

Ex Libris: The New York Public Library lleva al espectador a la trastienda de una de las más grandes instituciones de conocimiento del mundo. La película examina cómo esta legendaria institución ha seguido con sus actividades habituales adaptándose a la vez a la revolución digital. Ex libris: The New York Public Library muestra que las bibliotecas informan y educan de múltiples formas: libros, conciertos, conferencias, clases y mucho más. Esta biblioteca se esfuerza en inspirar el estudio del conocimiento avanzado y fortalecer a la comunidad.

Durante estas crónicas hemos estado comentando de las indudables virtudes que conlleva una sección tan libre de miradas y tendencias genéricas como resulta ser Zabaltegi, un apartado este en donde el último trabajo de un indiscutible referente en el documental como es Frederick Wiseman encontró un lógico y consecuente acomodo.

En la monumental Ex Libris: The New York Public Library Frederick Wiseman nos ofrece una apabullante y exhaustiva visita guiada por el interior de la biblioteca pública de Nueva York, evidentemente tratándose de su autor este recorrido no es para nada superfluo o convencional, más bien todo lo contrario pero siempre dentro de una coordenadas muy propias, estamos ante una inmersión del funcionamiento desde dentro de una institución que no solo se dedica solo a la lectura y al mero almacenamiento de libros, a través de sus salas esta búsqueda del saber está representada por vertientes tan distintas pero al final hermanadas como puede ser el apartado a la investigación o el potenciar el mero estimulo del arte en lo referente a toda un diversidad de vertientes tales como el activismo cultural, vecinal e incluso político, que un trabajo tan exhausto y por momentos agotador en lo concerniente a su intensidad hagan que sus más de tres horas de duración se nos hagan al final algo insuficientes significa algo, o debería hacerlo. La biblioteca pública de Nueva York se erige de esta manera como escenario de una precisa disección de sus órganos internos, como experimentado documentalista Wiseman nos hace participes de tal actividad, y lo hace como no podía ser de otra manera desde una distancia que se nos antoja muy cercana, su cámara en ningún momento incide en lo que nos muestra, tan solo nos expone como esta legendaria institución cultural actúa a modo de mapa interactivo del conocimiento, como se adapta a los nuevos tiempo en esa función formativa, no es un recurso es en cierta manera una obligación el dar la máxima accesibilidad a la cultura más allá de su primigenio apartado literato, Frederick Wiseman nos viene a decir a través de sus imágenes el valor existente que anida en el conocimiento a modo herramienta de progreso. En unos días en donde se vulgariza hasta extremos insospechados la coletilla cine necesario una obra tan medida y épica en sus postulados como resulta ser Ex Libris: The New York Public Library nos valida por completo tal afirmación.

Valoración 0/5: 4’5

 

Palmarés

Concha de Oro a la mejor película: The Disaster Artist, de James Franco

Premio Especial del Jurado: Handia, de Aitor Arregi y Jon Garaño

Mención Especial del Jurado: Ni juge, ni soumise, de Yves Hinant y Jean Libon

Concha de Oro a la Mejor Directora: Anahí Bernerí, por Alanis

Concha de Plata a la Mejor Actriz: Sofia Gala Castiglione, por Alanis, Mención especial para Anne Gruwez por Ni juge, ni soumise / So Help Me God

Concha de Plata al Mejor Actor: Bogdan Dumitrache, por Pororoca

Premio Mejor Guion: Diego Lerman y Maria Meira, por Una especie de familia

Premio Mejor Fotografía: Florian Ballhaus, por The Captain

Premio Kutxabank Nuevos Directores: Le Semeur, de Marine Francen, Mención especial para Matar a Jesús de Laura Mora

Premio Horizontes Latinos: Los Perros, de Marcela Saiz

Premio Zabaltegi – Tabakalera: Braguino, de Clément Cogitor

Premios del Público: Three Billboards outise Ebbing, Missouri, de Martin McDonagh

Mejor película europea: Jusqu’à la garde, de Xavier Legrand

Premio Irizar al Cine Vasco: Handia, de Aitor Arregi y Jon Garaño

Premio TVE – Otra Mirada: Jusqu’à la garde, de Xavier Legrand

Premio Cooperación Española: Alanis, de Anahí Berneri

Premio Feroz Zabaltegi: The Disaster Artist, de James Franco

Crónica festival de Sitges 2017. Día 3

Muse

Samuel Salomon, profesor de literatura, no pisa la universidad desde la trágica e inesperada muerte de su novia. Samuel sufre una recurrente pesadilla donde una mujer es brutalmente asesinada a través de un extraño ritual. De repente, la misma mujer que aparece todas las noches en su mente es hallada muerta en idénticas circunstancias a las de su sueño. Samuel se cuela decidido en la escena del crimen para averiguar la verdad, y conoce a Rachel, una joven que asegura haber soñado con el asesinato. Juntos, harán todo lo posible para descubrir la identidad de la misteriosa mujer, sumergiéndose en un oscuro mundo gobernado por las musas que han inspirado a los poetas de todos los tiempos.

Jaume Balagueró forma parte de ese grupo de cineastas patrios cuya carrera como director desde sus inicios ha estado muy ligada al festival de una manera u otra, me atrevería a decir que todos sus films como realizador con la evidente excepción de OT: la película han estado presentes en el certamen. Como no podía ser de otra manera Muse adaptación de la novela La dama número 13 de José Carlos Somoza estuvo presente en Sitges, un film que anida a través del gótico policial que pese a estar camuflado por imágenes ciertamente potentes y producción solvente no acaba de levantar el vuelo en lo concerniente a la trayectoria de un autor que da la sensación de seguir en una caída libre que empezó con su anterior Rec: Apocalypse.

No voy a caer en el recurso fácil de aseverar que Paco Plaza era el factor bueno de la franquicia Rec tras comprobar este mismo año las virtudes que atesoran tanto Verónica como Muse respectivamente, pero no deja de ser algo sintomático sin embargo el comprobar como el director valenciano sí parece haber encontrado un discurso genérico tan adecuado como propio mientras que Balagueró da la impresión de estar sumido en una involución tan perceptible como preocupante. Muse es un producto que denota un esfuerzo pero que deviene claramente fallido en unos postulados muy convencionales, dando la impresión de que en ningún momento se adecua a una a priori ambiciosa historia mitad thriller de investigación al más puro estilo El código Da Vinci mitad relato sobrenatural esotérico, ni en una ni en otra parcela hay signos del inconformismo temático que veíamos en trabajos como Los sin nombre, Darkness o la muy reivindicable Frágiles por no hablar de sus primeros cortos. Muse derrocha una corrección vacua en un relato de múltiples lecturas (esa metáfora sobre el proceso de creación daba lugar a muchas vías no exploradas) que pedía más bien todo lo contrario a lo mostrado, convirtiéndose lastimosamente en otra de esas películas Filmax destinadas a tener una modesta cuota de pantalla internacional sin reparar mucho en atesorar unos mínimos rasgos autorales en el producto.

Valoración 0/5: 2

 

Suspiria

Una joven (Jessica Harper) ingresa en una exclusiva academia de baile la misma noche en que asesinan a una de las alumnas. La subdirectora del centro es la amable Madame Blank, que brinda a la nueva alumna las comodidades y facilidades necesarias para su aprendizaje. Pero, poco a poco, una atmósfera malsana se va apoderando del lugar, y la estancia de la joven se va convirtiendo en una verdadera pesadilla.

Una de las pautas de cualquier festival de cine que se preste, o debería de serlo, es preservar y sobre todo difundir clásicos a nuevas generaciones de espectadores, y a ser posible en una pantalla grande de cine, no es tarea fácil el buscar un foco de atención en esa nueva cinefilia en lo referente a estos trabajos, la restauración de estas películas es una excusa perfecta para intentar captar dicha atención y equiparar una mirada hacia atrás. Acertadamente el festival cuido convenientemente el pase de la obra maestra de Dario Argento Suspiria, pase matinal en un sábado con el aliciente de un Q&A posterior con el propio Argento y Guillermo Del Toro, no se me ocurre mejor interlocutor que el director mexicano para estos menesteres pues si hace algo bien el autor de The Shape of Water aparte de dirigir es hablar, discernir sobre una carrera o película, esta cualidad estuvo muy presente en el debate posterior a la proyección de Suspiria. Es un poco absurdo el detenerse a analizar una obra tan mastodóntica como esta en tan pocas líneas, una película de estas características requieren espacio y tiempo de sobras, sí que este es el lugar aprovechando la ocasión de reivindicar en mi opinión la difusión de este tipo de trabajos en certámenes cinematográficos, y precisamente hoy más que nunca, aquello tan manido de educar la mirada de la nueva cinefilia adquiere un significado muy evidente en estos menesteres, unos tiempos en que cada vez se valora menos el ver cine en una pantalla grande. Una enormidad como Suspiria con la presencia de su autor casi justifica por si solo la existencia de un certamen de cine,  tanto como la justificada pleitesía que el aficionado vuelca sobre ella como se pudo comprobar en el pase del Auditori, esperemos que dicha devoción en mayor o menor medida o desde una perspectiva cercana o algo más lejana  también la podamos encontrar en la nueva versión que el próximo año veremos de la película a cargo del siempre interesante Luca Guadagnino, todo un reto del que estaremos muy atentos.

Valoración 0/5: 5

 

The Bad Batch

The Bad Batch nos cuenta una historia que se centra en una joven que pasea un desierto baldío infestado de caníbales en un futuro distópico en Estados Unidos, donde los rechazados de la sociedad están tratando por todos los medios de sobrevivir.

Aunque algo tarde (estamos ante una película que ya fue proyectada hace más de un año en el festival de Venecia y que a día de hoy está disponible en plataformas digitales como Netflix España bajo el horrendo título de Amor carnal) llego a Sitges la segunda película de la directora norteamericana de origen iraní Amy Lily Amirpour, The Bad Batch, una obra que por fortuna se aparta en algo de los excesivos manierismos vistos en su opera prima A Girl Walks Home Alone at Night para ofrecernos un trabajo mucho más complejo, matizado y diversificado, un estimulante film de tono post apocalíptico en donde la realizadora no se limita solo a referenciar espíritu y reminiscencias varias de aquel Gótico Americano del cine norteamericano de los años 70 sino que sugiere una acida y visceral parábola de la actual América ultraconservadora de la era Trump a través de un estimulante y variable concepto del spaghetti-western futurista.

The Bad Batch pese a su enunciado no funciona tanto un arma de denuncia social, en un futuro indeterminado el film comienza con la expulsión de nuestra protagonista de una supuesta jurisdicción estadounidense, en este y otros sentidos que veremos más tarde el 1997: Rescate en Nueva York de John Carpenter quizás sea la película más deudora que coexiste dentro de The Bad Batch, aquí el implacable desierto se erige como hábitat de ese grupo de personas que han sido catalogadas por el gobierno a modo de lote defectuoso entre los que podemos encontrar a drogadictos, tullidos, delincuentes etc, dentro de este escenario veremos como distintas facciones han conseguido levantar diferentes etnias, en la representación de estas es en donde la película adquiere un inconfundible aroma de distopía de reminiscencias pop y psicodélicas, es en este páramo post-nuclear es donde nuestra protagonista tendrá que encontrar su lugar siempre y cuando consiga poder sobrevivir. The Bad Batch que se mueve a través de una ingente cantidad de caricaturas icónicas, también parece retratar esa búsqueda o ese amor improbable que en la película deviene como caníbal como última opción, sin caer en el pastiche indigesto de influencias no estaría de más eso sí que en un futuro Amy Lily Amirpour consiguiera pulir, adecuar y poner algo de orden a tanto exceso y referencias autorales, por otra parte la responsable de A Girl Walks Home Alone at Night en lo referente a atesorar agudeza e ingenio en sus propuestas no es algo de la que ande escasa por fortuna.

 Valoración 0/5: 3’5

 

Loving Vincent

Primer largometraje compuesto por pinturas animadas, «Loving Vincent» es un film homenaje a Van Gogh en el que cada fotograma es un cuadro pintado sobre óleo, tal y como el propio Vincent lo hubiera pintado. Sus 80 minutos de duración están compuestos por 56.800 fotogramas que han sido pintados, uno a uno, por una gran cantidad de excelentes pintores a lo largo de varios años, todos inspirándose en el estilo y arte magistral de Van Gogh.

Loving Vincent era uno de los platos fuertes de la animación vistos este año en Sitges, un film que nace de la idea de homenajear el arte de Vincent Van Gogh y nada mejor para dicha pleitesía que contar una historia a través de ese propio arte, es precisamente ahí donde reside las indudables virtudes de un film como el que nos ocupa. Loving Vincent es ciertamente un trabajo tan atípico como meritorio, no coge el camino más fácil a la hora de explicar una historia que nos es presentada pintada al óleo. Obra inusual dadas sus características que sin embargo deviene como imperfecta o irregular a raíz de un tratado que se ve imposibilitado a la hora de equilibrar estética y narrativa, de hecho entre ambos conceptos hay una lejanía que por momentos nos puede parecer abismal y no solo en lo referente a sus respectivas formas. Es evidente que Loving Vincent se aparta de lo que conocemos como biopic al uso, este loable esfuerzo en ofrecer una premisa novedosa al servicio de una idea cinematográfica llega a ser algo contraproducente, hay momentos en la película en donde somos testigos del milagro de poder estar viendo un cuadro del famoso pintor holandés adquirir vida propia, sin embargo y de manera sistemática todo queda de alguna manera contrarrestado por una historia que no está a la altura de lo que son sus imágenes, se nos narra los últimos meses de vida del pintor a través de una suerte de investigación detectivesca que intenta indagar en los verdaderos motivos que causaron la muerte del pintor en base a testimonios de personas allegadas al artista, muchos de estos datos y detalles de sus últimos días que no son contados están basados en la correspondencia que mantenían Vincent y su hermano Theo. Los directores Dorota Kobiela y Hugh Welchman logran un esfuerzo ciertamente hercúleo en intentar retratar una determinada lucha y pasión como por momentos fue la obra del artista, lastima que esa otra lucha entre la forma y el contenido del producto no logre validar una película tan equidistante en lo referente a sus postulados.

Valoración 0/5: 3

 

Tesnota

1998, Nalchik. Una familia judía está en peligro: el hijo más pequeño y su esposa no vuelven a casa y a la mañana siguiente la familia recibe una nota de secuestro. El rescate que piden es tan alto que la familia se ve obligada a vender su pequeño negocio y a buscar ayuda a su alrededor.

La contundente opera prima de Kantemir Balagov vino a poner a la palestra su necesidad de estar presente en un festival de género como es Sitges, aunque proyectada en una sección como Noves Visions más abierta a la amplitud genérica a un servidor le cuesta encontrar esa supuesta afiliación al fantástico por muy difusa que sea, escarbando podemos discernir acerca de estar ante una película de claro envoltorio opresivo como bien indica el título, también asistimos posiblemente a la escena más cruda vista en el certamen (la reproducción de un vídeo VHS en apariencia verídico en donde rebeldes chechenos matan a prisioneros rusos para posteriormente arrojar sus cadáveres a los perros), en este sentido podríamos aseverar que Tesnota anida a través del terror social, étnico y familiar en lo concerniente a un prisma en extremo real, sea como fuera Sitges por fortuna dejo atrás tales discrepancias formales a la hora de programar, no sería justo cargar las tintas sobre una película como Tesnota y más cuando el festival se permite el lujo de programar westerns o comedietas de osos de peluche sin ningún tipo de problemas al respecto.

Disecciones genéricas aparte para más inri el film de Kantemir Balagov fue posiblemente uno de los mejores vistos este año en Sitges como seguramente lo fue anteriormente en San Sebastián o Cannes, otra cosa bien distinta es que la mayoría de público que acude al certamen no le presto la requerida atención por considerar que no pertenece a lo que ellos entienden como un producto que se aleja de la naturaleza fantástica del festival, soy de la opinión de que estamos ante un film que tiende a incomodar, al igual que la notable Caniba de Verena Paravel y Lucien Castaing-Taylor aunque desde un punto de vista totalmente contrario, esta apología al shock real no parece ser santo de devoción de un público más interesado en propuestas de una naturaleza más lúdica y confortable, algo que me lleva a pensar que ha sido de esa curiosidad genérica que antaño era mucho más visible en Sitges. Rodada en un angustioso 4:3 Tesnota profundiza desde dentro en lo que podríamos llamar la problemática de las raíces geográficas, a través de dicho paralelismo territorial se incide en la libertad e independencia de una emancipación no solamente física sino también mental, en este aspecto Kantemir Bagalov un autor recordemos de tan solo 26 años de edad nos ofrece una de las radiografías más doliente vista en mucho tiempo acerca de la Rusia actual, en este sentido la precisión de un cineasta tan precoz resulta por momentos asombrosa, en la película somos testigos como este no cae en el error de ser partícipe de la intensificación del sufrimiento de los protagonistas, expone pero no comparte. Tesnota será otra de las películas que con motivo de su estreno comercial volveremos a ella con más detenimiento, uno de los trabajos más interesante que ha dado este año el cine europeo y una inmejorable carta de presentación de un autor del cual habrá que estar muy atento a partir de este momento.

Valoración 0/5: 4

 

El habitante

Tres hermanas entran en la casa de un senador con la intención de robar un dinero obtenido a base de sobornos, pero, una vez dentro, comienzan a escuchar extraños gritos provenientes del sótano. Atada a una cama, las hermanas encuentran a la hija parapléjica del senador, con síntomas de haber sido torturada. Las buenas intenciones pueden salir caras, ya que la niña está poseída por un demonio.

Si en anteriores entregas de este resumen del festival de Sitges hablábamos de la fuerte irrupción del cine brasileño de género con títulos tan potentes como As boas maneiras u O Animal Cordial en donde la alegoría social estaba muy presente en la sección oficial otro país latinoamericano como el mexicano presentaba una propuesta como El habitante en donde se nos ofrece una perspectiva del fantástico bien distinta a los títulos antes nombrados. El habitante estreno mundial en Sitges dirigido por Guillermo Amoedo que anteriormente nos ofreció la peculiar The Stranger (Premio Blood Window en la edición de Sitges del año 2014) indaga a través de prototipos genéricos muy reconocibles, quizás demasiados, la película no deja de ser un continuo contenedor de referencias muy detectables por el inquieto fan del fantástico, como ejemplo algo superfluo de su argumento digamos que la película empieza de forma muy parecida al Livide de Julien Maury y Alexandre Bustillo (el mejor film del dúo francés en mi opinión), continúa bebiendo del concepto visto en un extraordinario episodio de la fundamental The Twilight Zone titulado The Howling Man para acabar siendo un conglomerado temático de otra pieza fundamental en la historia del cine de terror como es El Exorcista de William Friedkin. El habitante supone de esta manera un ejercicio de obvias referencias temáticas, un producto de disfrute tan ligero como olvidable, no hay un ápice de trascendencia ni es su intención, el problema viene dado en que tienes que ser muy revisionista del género para encontrar un esbozo de originalidad en la propuesta, esa originalidad por muy pequeña que fuera hubiera impedido que el film una vez visto quede en el más inmediato olvido dada su más que evidente obviedad temática.

Valoración 0/5: 1’5

Drácula. La realidad y el deseo

El 8 de mayo de 1958 llegó a la cartelera estadounidense Drácula, una producción británica libremente basada en la novela de Bram Stoker. A raíz de dicho estreno, un colaborador del Observer escribió: “Lamento oír que Drácula está siendo proyectada en América mientras insisten en su origen británico, y me siento inclinado a disculparme ante todos los americanos decentes por mandarles una obra de tan enfermizo mal gusto”. El film se estrenó en Inglaterra un mes más tarde, cosechando un éxito parejo y críticas no menos acres: “Una sociedad cuerda no puede tolerar estas películas”, se leía en las páginas de Sight and Sound. Hubo quien la acusó de pornográfica.
A partir de un guion de Jimmy Sangster, Drácula llevó a cabo una radical reinvención del mito, que Terence Fisher potenció con una puesta en escena tan pragmática como inspirada. En sus manos, el vampiro dejó de ser una simple alimaña para recuperar su carácter polisémico: el conde transilvano es un enemigo de la Fe, una demonización del Otro, un representante de un régimen latifundista y agrario ya periclitado y, por encima de todas las cosas, un monstruo sexual. (Acaso la acusación de pornografía no estuviera completamente fuera de lugar). El vampiro “libera” a sus víctimas de toda atadura moral y las induce a entregarse sin ningún freno a sus impulsos. Uno de los apuntes más sugerentes del mito es que el vampiro no despierta ningún apetito que su víctima no tuviera previamente.
En Drácula. La realidad y el deseo, José Abad acomete el estudio de una película que ha escrito un capítulo significativo en la Historia del Cine.

 

El autor
José Abad (Granada, 1967). Licenciado en Filosofía y letras y Doctor en Filología Italiana. Trabaja como profesor en la Universidad de Granada, en donde imparte entre otras la materia “Cine y sociedad”. Como escritor su interés se ha repartido entre la narrativa y el ensayo. Ha publicado dos novelas, Nunca apuestes con el diablo (2000) y Del infierno (2016), y dos libros de relatos King Kong y yo (2006) y El acero y la seda (2015).
En el campo del ensayo se ha cimentado en dos frentes distintos, pero complementarios: la literatura y el cine. Al primer grupo pertenecen Las cenizas de Maquiavelo (2008) y Ficcionario (2010); al segundo, El vampiro en el espejo (2013) y Mario Bava. El cine de las tinieblas (2014). Ha colaborado asimismo en una treintena de obras colectivas, entre las que destaca la monumental Antología del cine fantástico y de terror español (T&B, 2015-2016), coordinada por Rubén Higueras Flores.
Autor; José Abad, Editorial; Shangrila. Colección Fantasmagorías, Páginas: 168

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 7

The Disaster Artist

Adaptación del libro de Greg Sestero, que habla sobre la producción de una de las consideradas peores películas de la historia del cine, «The Room», dirigida en el 2003 por Tommy Wiseau. The Disaster Artist es una buddy comedy sobre dos inadaptados en busca de un sueño. Cuando el mundo los rechaza, deciden hacer su propia película, una película maravillosamente espantosa, gracias a sus momentos involuntariamente cómicos, sus tramas dispersas y sus terribles interpretaciones.

La justa ganador a la Concha de Oro a la Mejor Película vino a certificar dos cuestiones bien diferenciadas por las que convendría detenerse aunque sea de una manera muy leve, por un lado la necesidad de que un festival como el de San Sebastián incluya con algo más de normalidad películas de las características de The Disaster Artist en su sección oficial, y otra más importante que dichas películas este muy presente en su palmarés, siempre que su calidad lo justifiquen evidentemente, en unos momentos en que los festivales de categoría A empiezan a desprenderse del corsé genérico para abrir nuevas vías y ampliar horizontes a la hora de programar como se ha podido comprobar de forma muy clara estos últimos años en Cannes, Berlín o Venecia no está de más que San Sebastián no se quede atrás en lo relativo a esa diversidad que a día de hoy deviene como casi necesaria a la hora de aplicar una amplitud de conceptos más extendidos en lo referente a las propuestas exhibidas.

En una edición en donde dramas de una trascendencia muy de actualidad copaban en gran parte la sección oficial una comedia como The Disaster Artist (en las antípodas de esa impostura que es C’est la vie) fue recibida con un justificado y sincero agradecimiento por parte de la audiencia, un film que mira en la temática de manera nada disimulada al Ed Wood de Tim Burton aunque con claras diferencia en lo referente a su narrativa, algo que hace que la propuesta de James Franco adquiera una personalidad muy definida y propia. Nunca he sido partidario de ese concepto de venerar un cine torpe o malo hasta revertir su valoración real por mucho que se haga desde un posicionamiento totalmente lúdico y despreocupado, solo he visto en una ocasión el The Room de Tommy Wiseau y no la volveré a ver nunca más por razones que para un servidor son muy obvias, me interesa y fascina mucho más como me ocurrió con Ed Wood la gestación del cómo y el por qué, en este aspecto The Disaster Artist sacia por completo y para bien toda mi curiosidad, un retrato en forma de buddy comedy que nos presenta a un personaje y una situación teniendo la virtud de no caer ni en la complacencia que podría derivar de la exaltación de una ilusión extrema ni en el cinismo ni la caricaturización burda de un personaje que da de sobras para ello. The Disaster Artist funciona a la perfección tanto como una rica e imaginativa muestra de ese impulso creativo o como una pulcra y asombrosa recreación de un hecho concreto (imprescindible ver el nivel de recreación mostrado en los títulos de créditos finales) confirmando el talento que atesora un autor tan inquieto de visiones como es James Franco.

Valoración 0/5: 4

 

The Florida Project

Una niña de 6 años y sus amigos pasan un verano lleno de aventuras alrededor de un pequeño motel, mientras sus padres y el resto de adultos que les rodean pasan unos tiempos difíciles.

El estadounidense Sean Baker presento en Perlas una nueva y poderosa muestra del reverso del american way of life tan presente en su carrera como director, si en su anterior Tangerine nos ofrecía la parte menos glamurosa de Los Angeles como escenario de las vivencias cotidianas de unos transexuales en la extraordinaria The Florida Project nos vuelve a situar en la periferia de esa otra sociedad norteamericana ubicada en un ambiente degradado, moteles decrépitos y centros comerciales en las afueras de la ciudad de Orlando, un conclave territorial situado en las inmediaciones de los parques Disneyworld poblado de rincones marginales en donde los protagonistas son tres niños que por fuerza mayor campan a sus anchas, estos a través de sus miradas nos introducirán en un fascinante universo propio.

Que un cineasta independiente como Sean Baker se haya convertido en muy poco tiempo en todo un experto en cómo saber retratar la trastienda del sueño americano queda muy de manifiesto en The Florida Project, podríamos decir que la película capta a la perfección esa esencia tan característica de su cine, hay una reincidencia en la tendencia de situarnos en historias de desfavorecidos en lo social y lo emocional, en tal narrativa hay un trasfondo escénico o contexto decisivo para lograr entender el devenir y desarrollo de personajes y situaciones, la virtud de Baker reside en cómo se apoya en la cotidianidad y naturalidad de la acción, algo que en un principio puede parecer tan sencillo pero que no lo es tanto, ahí radica la honestidad de la propuesta, la grandeza de The Florida Project está también en no cargar la tintas en lo melodramático, y no porque la historia no dé pie a ello, de hecho Baker adopta una postura muy contemplativa marca de la casa, cercana incluso al documental en lo referente a una honestidad narrativa ciertamente meritoria. The Florida Project nos cuenta como la inocencia se adelanta momentáneamente a la antesala del dolor, ese efímero micro mundo de libertad y pillería con fecha de caducidad nos es mostrada como uno de los dramas más coloridos y conmovedores del presente año, pocos cineastas en la actualidad como Sean Baker a la hora de saber retrata la ternura e inocencia que anida en la más absoluta sordidez social.

Valoración 0/5: 4’5

 

A Fish Out of Water

Yian, que comienza a ir al jardín de infancia, pide a menudo a sus padres que lo ayuden a encontrar a los progenitores de su vida anterior. Sin embargo, los médicos y sus padres piensan que sufre de psicosis. Entretanto, sus padres están negociando su separación. Su madre Yaji decide mudarse con él mientras su padre Haoteng decide cuidar al abuelo enfermo de Yian…

Otras de las propuesta asiáticas vistas este año dentro de la sección Nuev@s Director@s fue la opera prima del realizador taiwanés Lai Kuo-An A Fish Out of Water. Partiendo de una premisa fantástica que bien podría corresponder al Audrey Rose de Robert Wise y que nunca es utilizada como tal sino más bien como detonante o ligera metáfora que da lugar a una soñada vida pasada o al anhelo de no romper con los lazos familiares. A Fish Out of Water transita a través del drama cotidiano y familiar, el de la asimilación de los pequeños detalles que nos son mostrados poco a poco, de hecho la película es en extremo veraz y realista en lo concerniente a sus supuestos postulados, tal punto de partida no deja de ser una mera excusa a la hora de abordar cuestiones tales como la superación de obstáculos a modo de fábula doméstica, en la película todo el entramado argumental está muy sugerido, posiblemente demasiado, no se incide en un mensaje de tono críptico por fortuna pero la sensación de falta de profundidad, de quedarnos en la superficie de algo mucho más interior está latente en prácticamente todo el relato, un film que también peca como muchos otros primeros trabajos de anteponer un cierto preciosismo en sus imágenes por delante de su exposición narrativa, no es penalizable que haya un cuidado formal destacable, en la película hay infinidad de cuidadosos encuadres escénicos ciertamente elaborados, algo que en teoría no tendría como he dicho que ser negativo si no fuera por esa cierta reincidencia a la hora de recurrir a ello como condición sine qua non en primeros trabajos cinematográficos.

Valoración 0/5: 2

 

Beyond Words

Michael y Franz, su jefe y mejor amigo, se sienten como en casa en los restaurantes, bares y clubes de moda de Berlín. Aparentemente no hay diferencias entre ellos, pero Michael, que emigró de Polonia tras la muerte de su madre hace unos cuantos años, todavía presta especial atención a su acento. Michael queda conmocionado cuando un polaco desastrado y bohemio se presenta en su puerta asegurando ser su padre. Padre e hijo, dos perfectos extraños, comparten un fin de semana que va de la empatía al rechazo y la desconfianza. Una dolorosa crisis se hace inevitable conforme Michael se va reencontrando con sus raíces…

La directora polaca Urszula Antoniak presento a competición la cinta Beyond Words, cuarto largometraje de su carrera rodado en un pulcro blanco y negro que anida a través de un discurso sobre como el inmigrante asentado en un territorio empieza a cuestionarse su verdadero sentido de pertenencia a dicho lugar de adopción, dicha reflexión o detonante surge a raíz del momento en que aparece en la trama un elemento que deviene distorsionador en la acomodada vida de nuestro personaje principal, un padre al que apenas conoce que hará que el protagonista que hasta ese momento disfrutaba de esa confortable posición social se plantee varias disquisiciones sobre cuál es su papel en una sociedad adoptiva que por momentos consideraba como propia. En Beyond Words hay un conflicto muy evidente entre imágenes y discurso, ciertamente la notable estética visual del film (magnífico trabajo en la fotografía a cargo de Lennert Hillege) es exquisito en lo referente a sus formas, este dispositivo formal por momentos llega a marcar distancia en lo referente al mensaje o más bien a las varias reflexiones que lanza al aire Urszula Antoniak en lo relativo a la disquisición de cuales son la auténticas raíces del inmigrante, sin embargo en el film hay una innegable abstracción en lo referente a esas visualizaciones que llegan a colindar con la ensoñación subjetiva y que de alguna manera impide la cercanía a unos personajes en clara crisis identitaria, una verdadera lástima pues las bases de la que parte Beyond Words aparte de interesantes son de plena actualidad y pedían un soporte formal que no se limitará solo a una estética que deriva al final tristemente en estática con respecto a lo que es su argumentación.

 Valoración 0/5: 2

 

La peste

En la segunda mitad el Siglo XVI, Sevilla era la metrópoli del mundo occidental. Puerta de acceso de América en Europa. Ciudad donde la riqueza florecía con facilidad gracias al comercio internacional, al oro, la plata; a la convivencia de nacionales y extranjeros: cristianos, judíos conversos, moriscos, esclavos, libertos, pícaros, ladrones, prostitutas, nobles y plebeyos. Pero también era una ciudad de sombras por la desigualdad, las hambrunas y epidemias.

San Sebastián como no podía ser de otra manera lanzo su mirada a las series de televisión, un peaje que hoy se antoja como imprescindible, el medio catódico en estos últimos años ha roto barreras en lo referente a calidad con respecto a sus congéneres cinematográficos, cualquier festival que se precie ha de contemplar algún acto que le relacione con el medio si no quiere quedarse en la cola de las nuevas tendencias audiovisuales, otra cosa bien distinta es el papel real que pueden desempeñas las series en ciertos certámenes de cine, estos a día de hoy devienen como simples actos promocionales o publicitarios al proyectar normalmente una obra que suele estar incompleta.

En el Zinemaldia se presentó  la serie de Movistar + La peste dirigida por Alberto Rodríguez en sus dos primeros capítulos (los proyectados) de seis en total la serie nos sitúa en la Sevilla de finales del siglo XVI. La peste atesora un diseño de producción ciertamente excelente que hace que estemos ante un producto perfectamente exportable de cara al exterior, algo en verdad muy importante y que de alguna manera no dejaba de ser un déficit bastante evidente habido en el medio patrio durante muchos años. Disquisiciones de producción en la trastienda La peste pese a su lujoso envoltorio tiene una estructura narrativa que puede resultar ser algo reincidente en lo referente a su premisa y posterior tesis, como lastre complementario se incide (no es la primera vez) en una pésima vocalización de muchos de los actores que vemos en la serie, algo que hace difícil el seguimiento, al menos en una pantalla de cine si no se dispone de los subtítulos correspondientes. Inconvenientes técnicos a parte la serie tiene la virtud de alejarse de series históricas españolas de naturaleza y veracidad muy artificiosas, Alberto Rodríguez quien parece claro que ha tenido libertad creativa logra acaparar un cierto interés en lo referente a subtramas y como aplica en ellas ciertos paralelismos, las cloacas del poder devienen como clave en una historia en donde curiosamente vemos ingente cantidad de ratas, actuaciones de gobernantes cuyos comportamientos equivalen por momentos a los de los roedores. Con referencia a dichos paralelismos en La peste también somos testigos de un reflejo nada complaciente de nuestros propios días en lo referente al juego y roles de poderes de las altas esferas, una esforzada y por momentos conseguida visión histórica la ofrecida que nos demuestra que pese a la diferencia temporal  la situación no parece haber cambiado mucho.

Valoración 0/5: 2’5

 

La villa

En una pequeña cala cerca de Marsella, en pleno invierno, Angèle, Joseph y Armand vuelven a la casa de su anciano padre. Angèle es actriz y vive en París, y Joseph acaba de enamorarse de una chica mucho más joven. Armand es el único que se quedó en Marsella para llevar el pequeño restaurante que regentaba su padre. Es el momento de descubrir qué ha quedado de los ideales que les transmitió su progenitor, del mundo fraternal que construyó en este lugar mágico en torno a un restaurante para obreros. Pero la llegada de una patera a una cala vecina cambiará sus reflexiones.

Tras su paso por el festival de Venecia en el Zinemaldia y dentro de la sección Perlas estuvo presente el último trabajo del realizador francés Robert Guediguian La Villa, el autor de Las Nieves del Kilimanjaro vuelve a contar con sus actores habituales Ariane Ascaride y Jean-Pierre Darroussin para proponernos un nuevo recorrido por manierismos que son perfectamente reconocibles si somos algo asiduos a anteriores trabajos suyos. A medio camino entre el ejercicio nostálgico y el discurso social Guediguian nos retrata el reencuentro e intento de reconciliación de tres hermanos en un escenario plenamente reconocible, un trazo cotidiano el que se nos ofrece que da pasó al habitual discurso en donde el drama familiar adquiere reminiscencias sobre antiguas heridas afectivas que no parecen estar completamente cerradas, a partir de ahí una narración en donde impera mucho el silencio en lo concerniente a unos diálogos mezclados hábilmente con momentos de tragedias y confrontaciones del pasado y del presente visualizado a través de material de archivo a modo de vídeos caseros familiares. La Villa nos habla básicamente de cómo afrontar el ayer y el hoy, esa ambivalencia temporal vista desde un prisma familiar e íntimo que nos es presentado a modo de una mirada autoral de cierto beneplácito, estas virtudes por momentos parecen dar paso también a una morosidad de una narrativa excesivamente transitada con anterioridad por parte del director, en este aspecto esa supuesta elegancia encorsetada queda algo en evidencia al intentar armar una historia en donde el conflicto generacional y social en la parte final de la película no terminan de adecuarse con la habilidad que antaño Guediguian si parecía dominar con un mejor tacto. Por fortuna en el cine del autor francés siempre encontraremos varios resquicios para la discusión ideológica, política y social rica en matices, una retórica que por fortuna a lo largo de los años ha sabido mantenerse alejada del mensaje populista.

Valoración 0/5: 3’5

 

Crónica festival de Sitges 2017. Día 2

Annabelle: Creation

Varios años después del trágico fallecimiento de su hija, un juguetero que crea muñecas y su mujer, acogen en su casa a una monja enfermera y a un grupo de niñas, tratando de convertir su casa en un acogedor orfanato. Sin embargo, las nuevos inquilinos se convertirán en el objetivo de Annabelle, una muñeca poseída por un ser demoníaco.

A propósito de Annabelle: Creation y su papel en el actual cine de terror norteamericano convendría retroceder unos pocos años y recordad el recibimiento que tuvo en Sitges su predecesora, recuerdo perfectamente el día que se solapo el pase del film de John R. Leonetti con el de Jamie Marks Is Dead de Carter Smith, lo interesante fue ver las opiniones tanto de una como de otra a través de las ese infernal mecanismo de inmediato veredicto que son las redes sociales, mientras que Annabelle fue poco menos que vilipendiada por gran parte de usuarios de dicho mecanismo el film de Carter Smith fiel exponente del cine de género made in Sundance era alabado con algo más de consenso, lo curioso de dicho comportamiento vino poco después al producirse una reivindicación casi inmediata de la primera pese a sus innumerables fallas, una defensa casi a ultranza a favor de los manidos códigos genéricos por los que se mueve, de lo básico pero efectivo como recurso valido en contraposición de esas nuevas vías que por novedosas parecen algo inmunes a un tipo concreto de veredicto crítico. Todo esto viene a colación en lo relativo a la desnaturalización de la percepción de según qué películas, en este aspecto el significado de Annabelle: Creation es ciertamente cristalino y no ofrece dobles interpretaciones, su papel en el engranaje de una franquicia de éxito económico está bien claro, todo se reduce a seguir unos esquemas temáticos, un estilo identificativo que beba de su predecesora y conceptuarlos como un apéndice más, si se es ambicioso se puede incluso expandir dicho ideario a otras parcelas. Lo bueno de Annabelle: Creation es que no engaña a nadie en lo referente a su cometido, David F. Sandberg lo hace con solvencia y cierto estilo artesanal, hay soluciones visuales que aunque manidas resultan dignas, también hay un intento loable en lo referente a su escenario, aquí se sustituye la clásica mansión por una destartalada granja situada en mitad del campo reconvertida en orfanato para niñas y adolescentes y que nos remite al gótico sureño, todos estos recursos son parte de ese engranaje genérico que hemos visto ya en innumerables ocasiones, en Annabelle: Creation no hay lugar a la sorpresa y si la previsibilidad, tampoco es intención de los responsables apartarse de dicha resolución, algo que en cierta manera nos puede llevar al planteamiento de una supuesta honestidad a la hora de ofrecer un producto por mucho que este camine inescrutablemente por senderos ya de por sí bastantes trillados.

Valoración 0/5: 2

 

The Killing of a Sacred Deer

Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un niño de dieciséis años sin padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo.

Tras su premio al mejor guion en el pasado Festival de Cannes el nuevo trabajo de Yorgos Lanthimos fue uno de los platos fuertes este año en la sección oficial del Festival de Sitges, The Killing of a Sacred Deer es una historia de venganzas familiares que supone la plena incursión del director griego en el terror psicológico, pensándolo bien pocas películas se adecuan tan bien a dicho termino, el film transita a través de una impoluta ilustración del horror estético y sugerido narrado en forma de puzle, la lenta pero penetrante intrusión de un elemento ajeno y disolutivo en el seno de una familia en apariencia perfecta sirve ya no solo para dinamitar desde el núcleo el acomodamiento burgués de una determinada clase social sino también para ofrecernos una abrumadora lección de cómo trasladar una extrema y  prolongada síntesis del paroxismo al medio cinematográfico.

Todo el cine perpetrado por Yorgos Lanthimos es de una crueldad inexorable, extremadamente doliente y traumática en lo emocional, pocas películas como por ejemplo Canino nos explicaban algo tan atroz desde un punto de vista tan marciano e irónico, en The Killing of a Sacred Deer hay poco lugar a ese supuesto cinismo, o al menos hay que escarbar lo suyo para poder encontrarlo, Yorgos Lanthimos nos ofrece un relato quirúrgico y aséptico en lo referente sus formas, en este sentido hay un homenaje kubrickiano presente en todo momento en el film, la intención sigue siendo la misma que en anteriores trabajos del director griego, la de incomodar al subconsciente a través de una descontextualización de lo real, se nos traslada a un imaginario ciertamente perturbador, lo que empieza como una cotidianidad en base a la banalidad de diálogos y situaciones varias va transformándose poco a poco en algo anómalo que en un principio nos causa desconcierto para ir pasando inexorablemente al horror. La película más cuidada formalmente hasta la fecha por parte de Lanthimos evidencia sin embargo de una reiteración a nivel narrativo muy notoria especialmente en su tramo final, un pequeño lastre que no empañan la que es posiblemente la película más perturbadora de este año, The Killing of a Sacred Deer logra con inusitada precisión sumergirnos en una pesadilla de perfecta caligrafía geométrica en lo referente a unas imágenes que nos derivan a diversas alegorías ciertamente desoladoras de nuestro propio presente en el mundo que nos toca vivir.

Valoración 0/5: 4

 

King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen

‘La serpiente voladora’, ‘¡Estoy vivo!’, ‘God Told Me To…’ Todos estos clásicos de la serie B tienen en común haber salido de la ácida mente de Larry Cohen. El insigne director y guionista recibe el tributo que se merece en un documental que repasa su vida y obra, y que incluye testimonios de colaboradores y fans ilustres.

El género documental estuvo presente en Sitges otro año más con trabajos ciertamente interesantes, en estos últimos años siempre he sido de la opinión de aumentar el número  de títulos en este apartado, hay material de sobras (mucho derivado a la sección Brigadom), aunque otra cosa seria el comprobar el verdadero interés por parte de ese supuesto fandom que invade cada año Sitges por este tipo de trabajos, un público que en su mayoría me da la sensación está más pendiente de la última producción Blumhouse que en ver un documental que te habla de la trayectoria de un director que empezó su carrera profesional en los años 50, sea como fuera King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen era un documental que tenía que estar este año en Sitges por simple coherencia.

King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen es un documental de manual, sigue unas directrices concretas y las ejecuta a la perfección, el director Steve Mitchell nos sitúa desde el comienzo de la vida de Cohen, escuchamos historias sobre la infancia en la ciudad de Nueva York, y cómo sus experiencias creciendo en ese lugar fueron definiéndolo como artista, especialmente en su trabajos cinematográficos, Cohen también habló sobre cómo vendió su primer guión a la temprana edad de 17 años y como comenzó a trabajar consistentemente en el mundo de la televisión como guionista, experiencia que le fue creando una frustración por no tener el control creativo de sus propios trabajos, algo que llevó a Cohen a comenzar a hacer películas por sí mismo, a partir de ese momento se disecciona un personaje fundamental en el desarrollo de la serie B de los años 70 y 80 en Estados Unidos, un documental que se vertebra a la perfección por un lado con la confesión en primera persona del propio Cohen, por otro con los testimonios de gente como Joe Dante, Mick Garris, John Landis, J.J. Abrams, Eric Roberts, Fred Williamson o Martin Scorsese entre otros muchos, en este apartado el catálogo de anécdotas y material audiovisual es abundante, tanto como la rica perspectiva que se da a la trayectoria. King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen es un trabajo de obligada visión para el cinéfilo que atesora pedigrí genérico, un ceñido homenaje a un autor de dedicación y espíritu creativo ciertamente inquebrantable.

Valoración 0/5: 4

 

O Animal Cordial

La irrupción de unos atracadores convierte un restaurante sumido en el tedio en una olla a presión, donde aflorará un extremo instinto de supervivencia y, también, algunos de los deseos ocultos que albergan las personas atrapadas en ese espacio.

Este año en Sitges irrumpió con inusitada fuerza el cine brasileño como punta de iceberg de ese nuevo cine latinoamericano de género, dos fueron las cintas que demostraron partir de tan interesante premisa autoral,  por un lado la estupenda As boas maneiras de Marco Dutra y Juliana Rojas, la otra fue O Animal Cordial en donde otra mujer, Gabriela Amaral Almeida que ya había trabajado anteriormente como guionista en Quando eu era vivo de Marco Dutra, debuta en la dirección con un trabajo ciertamente estimulante, el film parte de un hecho cotidiano que deriva en claustrofóbico, a partir de ahí Almeida amparándose en inequívocos códigos genéricos nos ofrece una lectura social nada complaciente acerca de personalidades varias. O Animal Cordial (no se me ocurre mejor título a la película) con una factura escénica de clara base teatral bascula a través del terror interior que alberga cada persona, aquí el detonante, la excusa genérica, es una violenta situación límite, un atraco, algo que servirá de detonante para que cada uno de los personajes atrapados muy a su pesar suyo en el restaurante y cada uno a su manera saquen a relucir esa personalidad oculta en un principio cordial pero que siempre ha sido animal y que ha estado anulada hasta ese momento ya sea por imposición social o por simple naturaleza sumisa, es ciertamente interesante ver como Gabriela Amaral Almeida reconstruye  anatomías y roles de poder desarrollarlos a través de comportamiento primitivos según avanza la trama. O Animal Cordial fue una de las joyas ocultas que este año se pudieron ver en la sección Noves Visions, ese cine de género que a través de la ambivalencia cognitiva que va mucho más allá de una simple lectura.

Valoración 0/5: 2’5

 

Mom and Dad

Una misteriosa epidemia en forma de locura masiva provoca que los padres ataquen violentamente a sus hijos. Carly y Joshua tratarán de sobrevivir durante tan aciaga jornada, amenazados por unos progenitores que poseen los rasgos de Nicolas Cage y Selma Blair.

Podríamos aseverar a día de hoy que Nicolas Cage constituye un propio subgénero como tal, las exageraciones escénicas del actor y la larga lista de trabajos de una digamos naturaleza dudosa en la que ha participado en estos últimos años así lo atestigua. La premisa de Mom and Dad parece pues adecuarse casi a la perfección a su labor como intérprete de estos últimos tiempos, el film supone el primer trabajo en solitario de Brian Taylor que junto a Mark Neveldine había codirigido las dos entregas de Crank y la fallida Ghost Rider: Spirit of Vengeance. Mom and Dad parte de la premisa de pervertir el concepto expuesto en películas como ¿Quién puede matar a un niño? de Narciso Ibáñez Serrador o el The Children de Tom Shankland, aquí en lugar de los menores son los padre quien a través de un virus actúan de forma homicida contra sus propios hijos, curiosamente han de ser sus propios vástagos los que devengan como víctimas, fuera de este lazo familiar curiosamente no hay lugar a dicho gen asesino. A diferencia de los dos extraordinarios ejemplos citados más arriba Mom and Dad funciona solo a modo de gamberrada sin ir mucho más allá de lo que es su propio enunciado, una disparatada comedia a golpe de frenética y convulsa cámara en mano y montaje de formas epilépticas que nos remite mucho a la saga Crank, el principal problema de la película es que hay un momento en que duda en seguir ofreciendo un disfrute sin complejos o hilvanar una suerte de crítica social cínica y mordaz del concepto  de la familia tradicional norteamericana. Por suerte para el espectador Brian Taylor es consciente de sus propias limitaciones a la hora de salirse de unas coordenadas concretas y aborta el discurso abruptamente en el tramo final para algarabía de quienes esperan de ella un mero pasatiempo sin ningún tipo de ínfulas acerca de una posible reflexión en lo concerniente a la pérdida de identidad por parte del entramado parental.

Valoración 0/5: 2

 

Les affamés

En un pequeño pueblo remoto de Quebec las cosas han cambiado. La gente local no es la misma, sus cuerpos se están descomponiendo y se sienten atraídos por la carne humana.

Si ha habido un subgénero dentro del fantástico que en estas últimas décadas ha sido extenuado en su exposición hasta la saciedad ese ha sido sin lugar a duda el de los muertos vivientes, las aportaciones lejos de ir disminuyendo han ido en claro aumento algo que ha llevado a la saturación y reincidencia en la temática, es por eso que el fiel seguidor del género  fantástico busca con inusitado ahínco un resquicio, una pizca de originalidad en dichas propuestas, Les affamés segundo largometraje del quebequense Robin Aubert ofrece algo de ello sin estridencias, una historia de zombies expuesta casi a modo bressoniano que nos cuenta lo mismo de siempre aunque de un modo diferente.

Robin Aubert que ya había ofrecido buenas maneras en su opera prima Saint-Martyr des Damnés nos muestra en Les affamés una óptica algo diferente de un camino ya de por sí muy trillado, una versión del subgénero zombie a medio camino entre el cinema-verité y un tono extremadamente naturista sin utilizar la violencia ni lo explicito, o haciéndolo en muy pocas ocasiones, de hecho podríamos sugerir que la película transita casi exclusivamente a través de los estados de ánimos de los protagonistas, esa sensación de estar rodeado continuamente de zombies se puede extrapolar a un nivel estructural, la elipsis y el fuera de campo están omnipresentes en todo momento, en este aspecto la alegoría en el film es muy evidente, de hecho la película es una gran metáfora como tal, hasta los mismos zombies nos son presentados como víctimas de la situación, no dejan de ser los restos de lo que un día fue la memoria de la humanidad, ese magnífico detalle de como estos apilan objetos como ultima conexión de lo que fueron nos remiten directamente al maestro, a diferencia de sonrojantes series de televisión que por algún que otro motivo se vanaglorian de la referencia Les affamés tiene la gran virtud de no caer en la obviedad en basa a su sutileza y sus formas, a su manera algo poética es de los pocos ejemplos que mira con respeto y cierta solvencia al cine de George A Romero, algo que visto por donde transitan la gran mayoría de sus congéneres es realmente digno de elogio.

 Valoración 0/5: 3

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 6

Soldaţii. Poveste din Ferentari

Adi, de 40 años, un joven antropólogo a quien su novia ha abandonado recientemente, se muda a Ferentari (el barrio más pobre de Bucarest), con la intención de escribir un estudio sobre el manele (la música popular de la comunidad romaní). Mientras investiga sobre el tema, conoce a Alberto, un ex convicto romaní que promete ayudarle. Pronto ambos inician un romance en el que Adi alienta a Alberto con improbables planes para salir de la pobreza y Alberto le corresponde con palabras de amor bien elaboradas. Cuando el dinero se acaba, ambos se ven atrapados en un apartamento en el que se aman y se utilizan el uno al otro, en un juego de necesidad y poder que no tiene ganadores.

Ferentari, el barrio más pobre de la actual Bucarest no fue tiempo atrás el gueto que es hoy en día, como bien explicó la directora Ivana Mladenovic en la rueda de prensa tras su proyección en el Zinemaldia. Ferentari era antiguamente un barrio de gente obrera que en los noventa con la llegada del capitalismo y mucha gente sin trabajo se fue convirtiendo poco a poco en el escenario degradado que es en la actualidad. Todo esto viene a colación por la importancia del escenario nostálgico en la historia que nos cuenta Soldaţii, adaptación de la novela homónima de Adrian Șchiop, una historia de amor, tan atípica y en parte sucia como lo es dicho escenario.

Ese barrio conclave territorial gitano de Bucarest que es Ferentari le viene a la perfección a Ivana Mladenovic para indagar en un naturalidad extrema, es como si a través de la nada de ese escenario se intente crear en base a una relación sentimental, un amor homosexualidad dentro de la comunidad romaní, el germen de algo de vida ubicado en plena desolación, en este aspecto la apuesta por parte de Ivana Mladenovic es ciertamente meritoria y arriesgada, el recurrir a un tono casi documental y extremar lo verídico también implica sus riesgos, aquello de que tanto arrimarse al fuego uno puede acabar quemado le puede venir bien a la película y más viendo como el espectador medio recurre sistemáticamente a la ficción para disfrazar la realidad, en Soldaţii parece dar la impresión de interesar mucho más la historia y el contexto que los propios personajes, ambos protagonistas que por momentos parecen caer un insustancial bucle repetitivo a través de una cotidianidad áspera y oscura que difícilmente logrará una empatía por parte del espectador, tampoco resulta una condición sine qua non, Ivana Mladenovic en esta prometedora opera prima no tiene intención de ofrecernos un discurso a medias tintas en lo referente a su posicionamiento ni falta que le hace.

Valoración 0/5: 4

 

Happy End

Una familia burguesa formada por un padre cansado de su papel de patriarca teniendo solo en su mente quitarse de en medio, su hija mayor, prometida con un acaudalado banquero británico que tiene lidiar contra su voluntad tanto con su problemático hijo como con la delicada situación de la empresa familiar, mientras tanto su hermano mantiene un romance extramarital con una excéntrica música teniéndose que hacer cargo de una hija de oscuro pasado fruto de su primer matrimonio.

El nuevo trabajo tras las cámaras de ese indiscutible referente del cine europeo contemporáneo que es Michael Haneke estuvo presente en la sección Perlas del Zinemaldia tras su tibio pase en el pasado festival de Cannes, Happy End no deja de ser una autocita o trabajo/referente de todos los postulados que conforman su cine, posiblemente esa visión crítica y cínica se presente aquí de forma algo más distante y contemplativa, es como si de alguna manera el director austriaco quisiera dar un paso atrás e intentar dar más brío a la síntesis que al análisis.

En Happy End el objetivo vuelve a ser la clase burguesa, la adinerada familia que no es diseccionada en la película a partir de una mirada en cierta manera neutra es en verdad problemática, no solo en lo concerniente al exterior sino especialmente de puertas adentro, Michael Haneke vuelve a insistirnos en que algo no funciona correctamente en el núcleo, un discurso que transita básicamente en lo relativo a la podredumbre moral, el problema viene dado en que el matiz del discurso lo conocemos de sobras, algo que por momentos nos deriva al déjà vu, es como si de alguna manera en muchas de la situaciones que vemos en Happy End estemos un paso por delante de lo que va a ocurrir, estamos ante un trabajo que no deja de ser un reciclaje de ideas y conceptos muy reconocibles, Amour, Cache o Benny’s Video están muy presentes de una manera u otra, algo que por muy diluido que se nos presente no deja de ser una coherencia en lo concerniente a temarios de su filmografía, sobre todo cuando el cineasta se adentra en la farsa con ganas de apaciguar de alguna manera la situación a través de la ironía. Esa continuidad en las obsesiones siempre presentes en su obra no deja de representar un riesgo autoral que asume con cierto carácter, lástima que el resultado final se perciba como ambiguo o incompleto, como si de alguna manera lo que estamos presenciando fuera obra de un alumno aventajado y no del maestro.

Valoración 0/5: 3’5

 

Le Semeur

Violette está en edad de casarse cuando en 1852 su pueblo es brutalmente privado de todos sus hombres tras la represión ordenada por Napoleón III. Las mujeres pasan meses en aislamiento total. Desesperadas por ver a sus hombres de nuevo, hacen un juramento: si un hombre viene, será para todas. La vida debe continuar en el vientre de todas y cada una de ellas.

Ganadora del premio a la mejor película en la sección Nuev@s director@s Le semeur supone la ópera prima de la francesa  Marine Francen ayudante de dirección de autores de la talla de Michael Haneke o Olivier Assayas cuyos muchos de sus conceptos y recursos ya sean narrativos o formales están muy presentes en el film, Le Semeur es un primer trabajo ciertamente potente, de alguna menara es una película cuyas características fílmicas le hubieran permitido estar sin ningún tipo de problemas en la sección oficial, el film inspirado libremente en el relato L’homme semence de Violette Ailhaud teoriza a través de sus cuidadas imágenes en una situación que podríamos perfectamente denominar casi de utópica, el empoderamiento de un núcleo femenino que ha de afrontar la intrusión de una aparición masculina en su entorno, una aldea compuestas exclusivamente por mujeres desamparadas y desprovistas en lo afectivo que nos puede remitir en un primer momento al The Beguiled de Don Siegel y Sofia Coppola pero a diferencia de la novela de Thomas Cullinan Marine Francen opta por ofrecernos una versión que se aparta de lo violento y lujurioso para ampararse en una visión mucho más poética de dicho conflicto, en este apartado la puesta en escena juega un papel muy importante a la hora de utilizar artificios formales tales como con las sombras y la iluminación que otorgan un empaque visual ciertamente meritorio a esa quietud escénica antes comentada. Le semeur con sus obvias referencias pictóricas y esa evidente pulcritud y cuidado formal expuesto en formato 4.3 adolece de una trascendencia en lo referente a su historia, hay cierta tendencia a apostar por lo académico, un deleite estético ciertamente premeditado que juega en ocasiones contra de una narrativa más acentuada que esperemos que Marine Francen sepa adecuar en su próximo trabajo.

Valoración 0/5: 2’5

 

Mother!

Mother! nos cuenta como una pareja ve como su estable relación se pone a prueba cuando reciben en su hogar la visita inesperada de una serie de extraños invitados. Desde ese preciso momento, su tranquila existencia quedará trastocada por completo.

Como hace un par de años con el High-Rise de Ben Wheatley (quien por cierto le hubiera venido fenomenal los últimos cuarenta minutos de Mother!) la cuota discursiva este año en San Sebastián vino de la mano del último trabajo de Darren Aronofsky Mother!, polémica precedida ya tras su paso por el pasado festival de Venecia, reacciones en su mayoría furibundas tanto en uno como en otro certamen y que pone de manifiesto cierta vagancia por gran parte de la crítica a la hora de asimilar conceptos no habituales en el cine de hoy en día, no se trata de posicionarse en extremos sino aprovechar la ocasión para discernir, Mother! por encima de todo es un producto destinado principalmente a generar debate en el buen sentido de la palabra.

Nunca he sido muy partidario del cine perpetrado por Darren Aronofsky, reconozco las virtudes de una muy estimulante opera prima como es Pi, fe en el caos o algunos trabajos posteriores como Black Swan, pero es en Mother! donde posiblemente  Aronofsky logre la que considero su mejor película. Simplificar la trama de Mother! a través de una solo vía narrativa es totalmente inútil, podemos aseverar eso sí que estamos ante una gran alegoría metafísica  sobre la Biblia y sus conceptos canónicos como mitos, creación, devoción, egoísmo etc, también podría servir a modo de metáfora sobre el descontrol en que esta sumido el mundo contemporáneo, no creo que este sea el lugar idóneo para discernir significados que de alguna manera están en la percepción de cada uno, lo que realmente me parece fascinante de Mother! no es el mensaje sino el trayecto pues estamos ante una película de las que sacude tanto en lo emocional que termina derivando en físico a través de una contundencia de clara naturaleza kamikaze, evidentemente una apuesta tan arriesgadamente  inmersiva conlleva una narrativa caótica, hay momentos en que situaciones y diálogos rozan el disparate, en cierta manera es un peaje muy lógico, Mother! es ante todo un apabullante ejercicio de puras formas cinematográficas, en donde el estilo visual, la historia y su concepto simbólico están al servicio de la trasgresión convirtiéndose en una de esas agresivas fabulas que hacen falta de vez en cuando en el actual panorama cinematográfico.

Valoración 0/5: 4

 

The Night I Swam

La nieve cubre las montañas de Japón. Como cada noche, un pescador realiza su viaje al mercado en la ciudad. Su hijo de seis años se despierta con su marcha y le resulta imposible volver a dormir. En su dormitorio, el niño hace un dibujo que luego introduce en su mochila. De camino al colegio, aún adormilado, se sale de la ruta y comienza a vagar por la nieve…

Lo bueno que tiene perderte por una sección de las características de Zabaltegi-Tabakalera es que esta no atiende a determinados conceptos y códigos cinematográficos, en cierta manera es un apartado en donde hay una vía libre en que todo vale, de hecho es casi un festival alternativo por sí mismo, si más arriba comentábamos la arriesgada apuesta de Soldaţii por un realismo en extremo cotidiano The Night I Swam no le va a la zaga en cuanto atrevimiento aunque desde una perspectiva completamente diferente a la película rumana. El film del dueto formado por Kohei Igarashi y Damien Manivel cuya anterior y esplendida Le parc nunca me cansaré de recomendar nos propone otra apuesta de características extremas, en esta ocasión de claro tono contemplativo y estructura totalmente minimalista, The Night I Swam es de esas películas en donde cualquier pequeño detalle por muy minio pueda parecernos en un principio tiene su importancia, evidentemente esa supuesta importancia se la tendremos que otorgar nosotros mismos, a la hora de enfrentarte a ella ha de existir una predisposición por parte del espectador, esta historia sin ningún tipo de dialogo oral transita a través de la espontaneidad de un niño de seis años, lo que empieza como una fuga ya mutando en la curiosidad y la preservación de un trayecto. La existencia de un producto de las características de The Night I Swam no deja de ser un triunfo en sí mismo en unos tiempos en donde cada vez menos la imagen es utilizada para articular un discurso, en este caso el trasformar un paisaje nevado en un imaginario infantil cálido, que nadie se deje llevar por el concepto de la simplicidad, la joya perpetrada por Kohei Igarashi y Damien Manivel es mucho más que su enunciado.

Valoración 0/5: 3

 

 

La llamada

Segovia. Campamento cristiano ‘La Brújula’. Bernarda, una monja recién llegada, quiere salvar el campamento con su canción Viviremos firmes en la fe. La hermana Milagros, una joven con dudas, recuerda lo mucho que le gustaba Presuntos Implicados. Y María y Susana, dos adolescentes castigadas, tienen un grupo que se llama Suma Latina. Pero desde que Dios se le aparece a María una noche, todo está cambiando. Y es que a Dios le encanta Whitney Houston.

La llamada es de esos films que desde mi modesto punto de vista solo pueden ser apreciados en parte desde una única mirada cómplice pues de lo contrario y sin esa requerida y necesaria empatía el producto se le puede atragantar al despistado o no predispuesto en tales líderes, es lo que le paso en cierta manera a un servido en el pase de prensa del film en el Principal, el film de Javier Ambrossi y Javier Calvo tampoco engaña a nadie en lo referente a sus inequívocos postulados, versión cinematográfica de la exitosa comedia musical teatral de clara vocación kitsch que juega muy por debajo a ser irreverente, tan por debajo que termina siendo completamente estéril en el supuesto cometido de incomodar a alguien. La llamada es un auténtico popurrí de géneros ciertamente luminosos que juega a ser políticamente incorrecta consiguiéndolo solo a medias, un relato de iniciación acerca de cómo querer afrontar la vida y que decisiones tomar, tampoco es intención de los responsables el profundizar en matices tan trascendentales, lo suyo es exponerlos de forma extremadamente liviana, cómplice, sin llegar a molestar a ninguna de las facciones de las expuestas, estas intenciones la película las cumple con inusitada solvencia, da lo que ofrece sin mucho más que disgregar, otra cuestión totalmente diferente seria detenernos de forma algo pulcra en los recursos cinematográficos utilizados de su traslación teatral, el déficit en este aspecto es muy evidente, hay varios pasajes que no pasan el corte mínimo de su traducción al lenguaje fílmico, algo que en cierta manera no deja de ser puramente anecdótico en un producto con la única misión de entretener a un público tan amable como predispuesto a dejarse seducir por la propuesta.

Valoración 0/5: 1’5

Crónica festival de Sitges 2017. Día 1

Del 5 al 15 de octubre se celebró la 50 edición del festival de género más importante de Europa y posiblemente del mundo, cincuenta años dan para mucho y la efeméride requería de un esfuerzo por parte de la organización en recordar dicha andadura, exposiciones, una publicación y varios actos paralelos como la proyección de Aelita, el primer film proyectado en la historia del festival, a pocos días de empezar el certamen nos venía a recordar la importancia de dicho aniversario, posiblemente un servidor era de la opinión que el leitmotiv del festival de este año tendría que haber estado centrado únicamente en dicha efeméride por su innegable importancia y no el compartirlo con la figura de Drácula, creo que la ocasión lo requería, sin embargo  dicha decisión es algo que no deja de ser sintomático y en cierta parte consecuente con la trayectoria de estos últimos años por parte del certamen, la sensación de que Sitges ha tocado techo es cada vez más manifiesta, no hablamos solo de un nivel de infraestructuras sino en el uso que el certamen le da a una inabarcable diversidad genérica, Sitges es más que nunca un festival de festivales, no solo en lo concerniente al reciclaje de películas sino también al concepto que se le da a la amplitud de temáticas, esto proporciona que cada espectador encuentre su película, por el contrario el purista del genero añorara la simplificación existente de antaño, posiblemente más honesta pero totalmente insuficiente en lo concerniente a los paramentos por los que se mueve hoy en día el festival.

En lo referente a la programación Sitges sigue la línea de estos últimos años en traer todo lo que cree que tiene que estar presente en el certamen, en este aspecto no se echó en falta ningún film, la forzosa ausencia de Blade Runner 2049 como película inaugural dio paso a una espléndida apertura como fue The Shape of Water, la calidad media de todo lo visto este año fue posiblemente algo inferior a la edición del 2016, algo que no deja de ser una cuestión de la cosecha cinematográfica del año, en este aspecto el cine asiático y en especial el coreano adoleció de propuestas algo más elaboradas, en lo referente a secciones Noves Visions en lo que respecta a un servidor fue el apartado en donde se pudieron ver los trabajos más interesantes aunque este año hubo una ligera sensación de cajón de sastre genérico en dicho apartado. Como apuntes a mejorar sigo siendo de la opinión de que se tendría que potenciar mucho más el documental, hay material interesante y en abundancia para ello, tampoco estaría de más el revisar la política de las premieres mundiales, dicha catalogación en el certamen corre un cierto riesgo degradante dado el bajo nivel de calidad de las propuestas que la componen.  No soy muy dado a darle mucha importancia a los premios y menos en un festival como el de Sitges, cinco o seis personas que juzgan cerca de cuarenta películas no deja de ser un veredicto demasiado ambivalente y difuso por razones lógicas, sí que considero a Jupiter’s Moon (un muy estimable cine de género europeo de tono reflexivo) como una muy merecida mejor película. Para finalizar destacar al alto nivel de presencias y homenajeados, nombres como Susan Sarandon, Guillermo del Toro, William Friedkin, Dario Argento, Kiyoshi Kurosawa, Frank Langella o Johnnie To entre otros muchos, todo un lujo que dieron solidez a un certamen que recordemos sigue siendo de clase B por mucho gigantismo mal entendido que algunos quieran otorgarle al festival.

A nivel de infraestructura congratularnos de las mejoras hechas en el cine Prado y el asentamiento como una cuarta y necesaria sala de proyecciones del Tramuntana, una edición en donde los retrasos apena fueron perceptibles, algo ciertamente meritorio dado lo extremadamente apretado de la parrilla de proyecciones. Sitges 2018 ya empieza a tomar forma, será del 5 al 14 de octubre del próximo año en una edición que homenajeará otro cincuenta aniversario, en este caso el del estreno de la fundamental 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick. A continuación y a modo de crónica diaria todo lo que dio de sí a través de sus películas este año el festival de Sitges, más adelante con motivo de su estreno o su salida al formato domestico nos detendremos más pausadamente y con mas detenimiento en algunas de ellas.

 

The Shape of Water

Elisa es una joven muda que trabaja como conserje en un laboratorio oculto de alta seguridad del gobierno estadounidense durante la guerra fría en los años 60, en este lugar será donde conocerá a un hombre anfibio que se encuentra ahí recluido siendo sometido a infinidad de experimentos. La vida solitaria y silenciosa de la joven dará un vuelco inesperado cuando comienza a sentir sentimientos por este extraño ser.

La nueva película de un habitual del certamen como es Guillermo del Toro (con dos inauguraciones previas en su haber cómo fueron Mimic y El laberinto del fauno) fue el encargado de dar el pistoletazo de salida de esta 50 edición, The Shape of Water justa ganadora a la mejor película en el pasado festival de Venecia y décimo largometraje en la carrera del director mexicano fue ciertamente una inauguración de altura, una arrebatadora fabula con contornos de cuento de hadas romántica provista de múltiples y ricas referencias al fantástico de ayer como no podía ser de otra manera tratándose del autor en activo que posiblemente ha tratado el género con más honestidad y conocimiento en estas últimas décadas.

The Shape of Water al igual que su anterior Crimson Peak nos habla principalmente del concepto del amor, en este caso una oda a esa belleza de naturaleza diferente de la que forman parte los protagonistas principales del film, unos personajes que a través del descubrimiento sexual conocen la igualdad entre los seres que les rodean, evidentemente el film es fiel deudor de homenajear referentes que van desde La Bella y la Bestia hasta el Creature from the Black Lagoon de Jack Arnold, todo ello ubicado en el contexto de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS de los años 60, a partir de esta premisa del Toro despliega una apuesta por lo afectivo a través de códigos genéricos con la gran virtud de que todo tenga un sentido propio, mostrándonos de alguna manera la otra cara de lo que conocemos como una leyenda  de contornos clásicos, algo menos oscura y más cercana al imaginario colectivo de hoy en día a través de una puesta en escena y un trabajo artístico realmente abrumador. Posiblemente la gran virtud de The Shape of Water sea que aun así vaya mucho más allá de su propio enunciado y homenajes varios, tiempo tendremos con motivo de su estreno comercial dentro de unos meses de detenernos más pausadamente en la que es posiblemente la obra más madura de uno de los más importantes referentes del cine de género en la actualidad.

 Valoración 0/5: 4

 

78/52

Fue a principios de los sesenta, cuando el maestro del suspense dejó que la protagonista de su nueva película muriese pasados apenas cuarenta minutos de película, en una escena que iba a poner patas arriba el cine. Alexandre O. Philippe, un cinéfilo irredento, disecciona aquellos 52 planos de Psicosis, que supusieron un golpe de efecto narrativo y un elogio a la brutalidad hecha sugerencia.

Al igual que hace unos años con la magnífica Jodorowsky’s Dune de Frank Pavich la inclusión de un documental en la sección oficial a concurso indicaba por las claras que 78/52 no solo se llevaría el premio al mejor documental este año sino que sería el plato fuerte en esta edición por lo que respecta a dicho subgénero. Alexandre O. Philippe es un habitual de Sitges, sus tres anteriores documentales The People vs. George Lucas, The Life and Times of Paul the Psychic Octopus y Doc of the Dead habían estado presentes en el certamen pero es en 78/52 en donde consigue no solo su mejor trabajo hasta la fecha sino realizar una apasionante disección sobre la importancia y el legado que otorga el cine.

78/52 podría emparentarse perfectamente a los trabajos de Mark Hartley en lo concerniente al análisis y pleitesía de una referencia cinéfila concreta, en este caso centrado únicamente en  una secuencia, Alexandre O. Philippe hasta este momento en lo relativo a anteriores trabajos suyos daba la sensación de indagar solo a través de la anécdota, afortunadamente 78/52 que en un primer momento podía dar lugar a ello va mucho más allá, lo suyo es contextualizar, teorizar e incluso destripar una de las escenas más importante en la historia del cine, si Alfred Hitchcock tardo siete días en rodar una escena de poco más de un minuto de duración no es descabellado pensar que hora y media en analizarla se pueden quedar cortos, eso sí siempre que el análisis se sustente en el fundamento, 78/52  de hecho no deja de ser un apasionante ejercicio de fetichismo cinematográfico, abarca mucho y lo hace muy bien, no solo a un nivel meramente conceptual sino también simbólico, referencial o incluso subversivo. Para más inri el catálogo de testimonios, algo primordial en este tipo de trabajos, es tan generoso como interesante (Guillermo del Toro, Marli Renfro, Peter Bogdanovich, Bret Easton Ellis, Karyn Kusama, Danny Elfman o Elijah Wood entre otros muchos). 78/52 amparándose en la rigurosidad no deja de ser un ejercicio que proclama sobre todo el trasmitir un fervor, una interpretación, no solo en lo relativo a una escena concreta sino de la pasión que alguien puede sentir por el cine en su concepto más genuino.

Valoración 0/5: 4

 

The Endless

Años atrás, los hermanos Justin y Aaron lograron escapar de la secta donde se habían criado. Ahora, malviven en un apartamento de Los Ángeles, hasta que un día reciben una cinta de vídeo de aquella secta, y a Aaron le entran las dudas de si deberían volver al campamento del que huyeron.

La nueva película del dueto formado por Justin Benson y Aaron Moorhead fue una de las propuestas más sorprendentes vistas este año en Sitges, una película que empieza a modo de thriller sobre sectas para ir mutando poco a poco hacia un sugerente tratado de horror cósmico en clave sci-fi, a medio camino entre el cine de Val Lewton y la literatura de H. P. Lovecraft planteándonos en su final varias reflexiones sobre la relaciones afectivas y como llevarlas que por momento parece derivarnos al cine de Richard Linklater, por increíble que parezca dicha amalgama genérica por momentos logra funcionar de un modo ciertamente sorprendente. Todo el cine realizado por Justin Benson y Aaron Moorhead hasta la fecha ha dado la sensación de querer abarcar mucho más de lo que realmente puede conceptuarlo, algo que ya era muy visible en sus anteriores Resolución y Spring, en The Endless esta percepción se incrementa y es incluso más notoria, evidentemente tal mixtura genérica y de conceptos varios terminan derivando en una leve irregularidad en lo relativo a su narrativa pero hay un intento por parte de sus autores ciertamente elogiable en querer ampararse solamente en la imagen y la palabra y no en el artificio más común a la hora de contarnos una historia fantástica, se sugiere más que se matiza, posiblemente la precariedad de la que parte tenga algo de culpa en todo esto pero no deja de ser meritorio la honestidad en proponer un discurso muy fiel y deudor a ciertas coordenadas del cine de género y como amparándose a través de todo ello ofrecernos una mirada muy personal. The Endless con todas las derivas que puede atesorar representa a la perfección el mejor y más honesto cine independiente de género que a día de hoy podemos ver dentro, aquel que no le tiembla el pulso a la hora de ofrecer un discurso y una mirada muy personal, la decisión de los propios directores de ser los protagonistas del film no es casual, más bien se trata de una declaración de intereses, un posicionamiento que en parte que demuestra lo irreductible de tan estimulante propuesta.

Valoración 0/5: 3

 

Most Beautiful Island

En Most Beautiful Island asistimos a la crónica de un angustioso día en la vida de Luciana, una inmigrante indocumentada que lucha por sobrevivir en el Nueva York más hostil tratando de encontrar una posible redención de un pasado tormentoso al verse envuelta como partícipe de un cruel juego.

La galardonada con el premio a la mejor película en el pasado SXSW de Austin Most Beautiful Island inauguraba la siempre necesaria y más rompedora  sección del certamen Noves Visions, opera prima de la hasta ahora actriz Ana Asensio Most Beautiful Island es un admirable ejercicio de tensión cinematográfica que maneja de forma inusual (al tratarse de un primer trabajo) dos sendas narrativas en principio tan dispares como son el thriller psicológico y la reflexión social.

Lo mejor a la hora de enfrentarse a una película de las características de Most Beautiful Island es no saber mucho de ella, esa falta de información nos permitirá ir en cierta manera a la par que la protagonista en su descendiente trayecto, posiblemente el apelativo que le venga mejor a esta sugerente película sea la de psicodrama, filmada en Super 16 con textura de color y grano que nos remite a los años 70 y extenuando por momentos los movimientos de cámara Most Beautiful Island tiene la virtud de exponer un terror social desde dos perspectivas y narrativas bien diferenciadas, una primera que linda casi con el documental a modo de survival urbano costumbrista ubicado en la gran manzana de Nueva York, y una segunda que abraza más decisivamente la ficción y por tanto el género como tal y que por momentos parece una versión abreviada del 13 Tzameti de Géla Babluani, la gran virtud que atesora el film es que tanto en una como en otra parcela cada una a su manera ambas logran una sensación de inquietud y asfixia bastante lograda. Bajo un tamiz de cierta sencillez Most Beautiful Island atesora varias capas de exposición en lo referente a  ese reverso oscuro del sueño americano que nos es presentado, Ana Asensio nos habla de una vulneración extrema por parte del desamparado social, primero interior y psicológica y luego una física de cara al exterior, también de la diferencia de clases y su indecencia, todo ello a través de una mirada introspectiva en una de las óperas primas más estimulantes que nos ha deparado el presente curso.

Valoración 0/5: 3’5

 

Purgatoryo

Hay historias que comienzan con la muerte. Es el caso de la de Ilyong, asesinado por la policía tras un robo. Pronto será trasladado a una funeraria regentada por Violet, que sobrevive alquilando los cadáveres a Simon. La llegada de Ilyiong a este extraño lugar discurrirá entre infortunios y personajes de distinta calaña.

Si hace bien poco hablábamos de la muy interesante Pailalim vista hace unos días en el pasado festival de San Sebastián ahora es turno para otra película proveniente de la cinematografía filipina como es Purgatoryo, segundo trabajo tras las cámaras de Derick Cabrido, un film ubicado en Manila que nos muestra una degradación, sin un trazo narrativo que indague tanto en lo social como por ejemplo Children’s Show, la opera prima de su director, Purgatoryo es un fiel exponente de ese realismo sucio tan típico en dicha cinematografía, la película aunque anida a través de la picaresca de los personajes lo que se nos relata es ciertamente angustioso, asfixiante y bastante oscuro, de hecho la puesta en escena por parte de Cabrido deviene casi como teatral en base a ese propio hermetismo, prácticamente hay un solo escenario, la funeraria, en ella asistimos a una especie de ecosistema ciertamente toxico en donde diversos personajes dan rienda suelta a instintos que cada vez nos perecerán más degradantes. Purgatoryo no es una película agradable ni fácil de ver, tras esa fachada de comedia negra que poco a poco va derivando en trágica vislumbramos un desarrollo ciertamente sucio y poco complaciente, en donde la miserabilidad de situaciones y actos diversos se vuelven cada vez más perturbadores, un relato que por muchas pretéritas historias que la circunvalan esta en todo momento en contacto con la muerte, un halo mortuorio del que es imposible desprenderse  durante todo su metraje, sensación acrecentada con la fundada idea de que la mayoría de cadáveres que vemos en el film sean muy probablemente reales. A parte de lo arriesgado y en parte original de una propuesta nada condescendiente como es Purgatoryo en ella hay un trabajo formal en lo relativo a su apartado técnico muy a destacar, nada mejor que esos largos planos secuencia para certificar a través de lo contemplativo el tránsito y estancia de unos personajes dentro de un auténtico purgatorio.

Valoración 0/5: 3

 

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 5

The Seeds of Violence

Jooyong, un soldado que sirve en el ejército coreano, intenta denunciar los abusos de uno de sus superiores, pero no lo logra. El día en que el pelotón de Jooyong hace una salida nocturna, el superior trata de encontrar al que intentó denunciarlo. Otro incidente violento termina con un soldado raso con un diente roto, y Jooyong lo lleva a la clínica dental de su cuñado…

El debutante Lim Tae-gue presento en la sección Nuev@s director@s la cinta The Seeds of Violence, como muy bien indica el titulo el film nos plantea el origen que puede dar lugar dicha violencia ya no solo física sino también a un nivel puramente psicológico y sobre todo institucional, en este último apartado nada mejor que ubicar la trama argumental dentro un contexto militar en donde jerarquías y automatismos militares marcan de alguna manera esa tradición de clara raíz autoritaria. Curiosamente el cine surcoreano ha tratado de forma bastante habitual parte de esa violencia como un concepto cotidiano más bastante inherente en el interior de dicha sociedad, raro es por ejemplo que en un film policíaco proveniente de dicha cinematografía no veamos como un superior reprende a un subalterno ya no verbalmente sino físicamente como algo que en cierta manera se considera normal, afortunadamente The Seeds of Violence nos propone un discurso de dicho origen desde una perspectiva diferente y más real, en la película nunca vemos el estallido y si lo que ocasiona el germen, alejada de esos artificios que suelen ser bastante habituales de ver en dicha cinematografía. En la película somos testigos de cómo el protagonista Jooyong va incubando dicha semilla a raíz de diversas situaciones que le resulta muy complicado de manejar, ya no solo en lo referente al estamento militar del que forma parte sino también en el familiar al percibir los maltratos físicos que sufre su propia hermana por parte de su marido, en este aspecto es interesante comprobar cómo se nos muestra la omisión de terceros e incluso de las propias victimas en lo relativo a diversas situaciones. The Seeds of Violence pese a una narración y puesta en escena algo morosa y poco incisiva tiene al menos la virtud de exponer y reflexionar de forma solvente acerca del papel de la sociedad surcoreana como causante, víctima o simple testigo pasivo en dichos comportamientos.

Valoración 0/5: 2’5

 

Borg/McEnroe

Biopic sobre la rivalidad de dos de los más grandes iconos del tenis mundial: el sueco imperturbable Björn Borg y el norteamericano temperamental John McEnroe, y su legendario enfrentamiento en Wimbledon en 1980. Dos deportistas completamente opuestos que se convirtieron en leyenda y el precio que tuvieron que pagar por ello. Fuego y hielo en la pista.

La cuota de comercialización por decirlo de alguna manera que estuvo presente este año en la sección Perlas recayó en el biopic Borg/McEnroe, un retrato tan correcto en lo relativo a sus formas como algo aséptico en lo concerniente a su fondo,  la película nos narra el encuentro de dos personajes en un principio totalmente antagónicos que sirven como base a una disección que se aparta de la simple rivalidad deportiva (expuesta de forma algo esquemática en el film y dejándose en el trayecto apartados ciertamente importantes) para ofrecernos un relato en torno al ambiente y las percepciones que rodea a unos personajes retratado de una forma excesivamente efectista por parte del danés Janus Metz. Hay un intento de trascendencia algo impostada en lo referente a unas imágenes que quieren separarse de la épica, entendible si aceptamos que estamos ante un retrato dual y por lo tanto imparcial, de hecho el enfrentamiento de la final de Wimbledon deviene como anticlimático en lo referente a la emoción deportiva. En este aspecto la dirección por parte de Janus Metz es ciertamente fluida en lo que respecta a un lenguaje cinematográfico que se sustenta básicamente en composiciones visuales ciertamente elaboradas logrando que los apartados de tensión estén bien dosificados en la trama argumental, el problema viene dado en que este tipo de retratos requieren de una empatía casi obligada por parte del espectador hacia unos personajes que es muy difícil de vislumbrar en la película, es en esa falta de emotividad por mucha trascendencia que se le quiera otorgar a la historia en donde somos plenamente conscientes de las evidentes carencias que atesora una películas de las características de Borg/McEnroe, un retrato que funciona más como simple encuentro o hecho histórico mostrado con cierta solvencia visual que como una profunda disección de personajes.

Valoración 0/5: 2

 

From Where We’ve Fallen

Pasada la medianoche. Zhao baja a fumar mientras en casa su esposa, ebria, susurra durante un sueño erótico. Su vecino Lee salta del edificio frente a Zhao, y su suicidio revela un vídeo sexual secreto grabado con un móvil. Sanqing se enamora de su tutor. Ella quiere afianzar su relación con el profesor Sun en un viaje a la costa, pero finalmente se da cuenta de que sus esfuerzos han sido en vano. Hai Long es un viejo compañero de Sun. Él intenta reunir a Sanqing y a su cliente Wang, lo que le da a Sanqing la oportunidad de vengarse. En un oscuro túnel de la isla, Wang cuenta una pesadilla a Sanqing que revela toda la historia.

From Where We’ve Fallen (He ri jun zai lai) ópera prima del director chino Wang Feifei nos vuelve a situar como muchos de los nuevos trabajos provenientes de dicha cinematografía vistos en estos últimos años en una trama en donde el escenario y la ubicación de los personajes devienen como claves a la hora de exponer las aparentemente complejas tramas en la que se sustenta una historia expuesta a través de dos líneas temporales en un principio distintas, un guion vertebrado en sendas historias en donde personajes y situaciones varias en un principio distantes y sin ninguna conexión entre ellas acabarán unidas en un final que no dejar ningún cabo suelto en lo referente a la comprensión de su argumento. Evidentemente ese final orquestado anteriormente a modo de puzle narrativo nos proporcionara toda la información que hemos ido buscando durante todo el trayecto anterior, sin embargo un servidor se preguntó al finalizar la proyección si realmente era necesario o justificado tal dispositivo narrativo para lo que al final se nos termina contando, cuestiones  como la infidelidad, el compromiso sentimental o la venganza quedan en un segundo plano, la sensación de que las formas anulan por completo el fondo queda de manifiesto de una forma palparía, hay un trasfondo ciertamente interesante en la ubicación de la historia, verano de Beijing de 2008), ese contexto de la China contemporánea marcada por la pujanza económica que marca claramente el desarrollo de sus personajes, lástima que solo sea un apunte muy esporádico, muy entrecomillado, al final el espectador se planteará si en verdad ha valido la pena llegar hasta el final del trayecto de un producto que atesora una exploración con demasiados tintes de superficialidad en su haber.

Valoración 0/5: 2

Wonderstruck

Wonderstruck nos cuenta como Ben y Rose son niños de dos épocas distintas, que desean en secreto que sus vidas sean diferentes. Ben sueña con el padre que nunca conoció, mientras Rose lo hace con una misteriosa actriz cuya vida narra en un libro de recuerdos. Cuando Ben descubre una pista en casa y Rose lee un tentador titular en el periódico, ambos comienzan una búsqueda que se desarrollará con una fascinante simetría.

Dentro de la sección Perlas el nuevo trabajo del fundamental Todd Haynes Wonderstruck (El museo de las maravillas) fue uno de los platos fuertes vistos este año en San Sebastián, después de su apabullante Carol había un cierto resquemor por ver el tratamiento que Haynes había optado a la hora de adaptar la novela ilustrada de Brian Selsznick, los precedentes de La invención de Hugo de Martin Scorsese y ese aroma de tono tan Spielberg que rezuma casi toda la obra de Selsznick podía dar a entender una cierta pérdida de personalidad autoral por parte de Todd Haynes. El resultado final en cuanto a intenciones y resultado es tan ambivalente como lo singular que resulta ser lo enfático de dicha propuesta.

Que estemos ante un trabajo que claramente se posiciona algunos escalones por debajo de anteriores películas suyas no significa que estemos ante una rendición hacia lo mainstream por parte de Haynes, en Wonderstruck hay un intento encomiable, en ocasiones muy conseguido, por trasladar en imágenes un particular imaginario infantil, en este aspecto está claro que irremediablemente estamos ante la película con diferencia más formal por parte de su director, un film dotado de un magnifico pulso visual en lo referente a esa estética añeja que tan bien sabe manejar el director estadounidense y en donde la omnipresente música de Carter Burwell es parte sine qua non de la ecuación, también lo son diversos dispositivos formales como incluir por ejemplo una secuencia en stop-motion en la película o el buen manejo de dos estéticas completamente antagónicas, hay momentos en que se tiene la sensación de estar ante un vehículo destinado únicamente al servicio del desarrollo de emociones y eso no deja de ser un arma de doble filo y más si hablamos de un autor que basa sus cualidades en su acertado manejo narrativo. Es posible que en este apartado sea en donde Wonderstruck muestre en algo sus carencias en este ingreso de Haynes en el mundo del cine destinado para niños y no tan niños pues al final de todo lo que se nos cuenta anida a través del concepto más amplio del término descubrimiento.

Valoración 0/5: 3

 

Marrowbone

Jack y sus tres hermanos se esfuerzan por sobrevivir en la decrépita granja Marrowbone. A pesar del golpe que supuso la prematura muerte de su madre, los cuatro hermanos han creado en ese remoto y laberíntico lugar un refugio a su medida, a salvo del mundo exterior y sin ayuda de adulto alguno. Permanecen unidos, siguiendo la última voluntad de su madre, pero el peligro que les acecha no está en el exterior de la granja. Ruidos extraños y sucesos inexplicables empiezan a sacudir las viejas paredes de Marrowbone, como si una antigua maldición les persiguiese. Sin más opciones que permanecer en la mansión, los cuatro hermanos tendrán que encontrar la manera de vencer a la ominosa presencia que los amenaza.

Mucha expectación había suscitado el debut como director de Sergio G. Sánchez,  guionista y colaborador habitual de la mayoría de trabajos de Juan Antonio Bayona (El orfanato, Lo imposible), su acogida fue una de las películas más vilipendiadas durante el certamen por parte de prensa y público, de manera muy justa visto el resultado final aunque quizás las formas de manifestar tal descredito convendría adecuarlas de forma algo más ecuánime.

Siempre he sido de la opinión que el cine perpetrado por Juan Antonio Bayona es posiblemente el globo de cartón piedra más aparatoso que ha dado el cine español en las últimas décadas, seguramente su cine tenga cabida en otro ámbito en un futuro pero no en el que ha dictaminado durante todo este tiempo la academia española o Mediaset de una forma casi invasiva, puedes engañar una, incluso dos veces pero a la tercera vez la falta de talento sale irremediablemente a flote, el principal problema de Marrowbone  es que es fiel heredera de esta corriente, tales son sus conexiones primarias que apenas se preocupa por disimularlas, curiosamente el film parte de ideas a priori ciertamente interesantes, hay un empaque visual potente y un escenario como es esa América rural que coquetea en ocasiones con el gótico fantasmal de forma sugerente pero es en el guion curiosamente en donde se pone de manifiesto todas sus alarmantes carencias, ese redoble de tambores narrativo en lo referente a sus últimos quince minutos de metraje le deriva incluso a ser una comedia involuntaria, sensación reforzada con trompos marca de la casa como la empalagosa y abusiva música o esa imposible mezcla genérica de lirismo dramático y cine de terror, posiblemente no sea del todo justo que Sergio G. Sánchez pague todas las consecuencias de ser el primer bastión de la decadencia y agotamiento que por fortuna se empieza a percibir en todo lo que rodea al cine de Bayona, también es cierto que San Sebastián no fuera posiblemente el marco más idóneo de una película más afín a un certamen como por ejemplo Sitges, mas dado a disimular carencias genéricas, acotaciones estas que sin embargo no justifican la muy dudosa naturaleza de un film que se empeña en abusar hasta la extenuación de tópicos actuales del género de terror de una manera muy poco defendible.

 Valoración 0/5: 2

 

Morir

Morir gira en torno a dos solos personajes,  Luis y Marta, una pareja cuyas vidas se ven paralizadas por la irrupción de una enfermedad que viene acompañada de culpa, mentiras y miedo, poniendo así a prueba la estabilidad y el amor de la pareja.

La primera reacción de un servidor tras la proyección del segundo largometraje de Fernando Franco como director fue el lamentarse de la falta de riesgo por parte del festival en no incluir a competición un film tan sobrado de arrogo como resulta ser Morir, libremente inspirada novela homónima del austriaco Arthur Schnitzler, el nuevo trabajo del responsable de la notable La herida vuelve a incidir en una apuesta autoral tan personal en sus formas como inhabitual en el actual panorama cinematográfico patrio en lo referente a su incuestionable mimetismo.

Morir transita de frente y sin apenas tapujos por una asfixia emocional sin ningún tipo de complacencia de cara al espectador, centrada en el personaje de Marta (esplendida Marian Álvarez), la historia nos cuenta la agonía sufrida en pareja del último trayecto vital por parte de uno de sus integrantes, historia circular de una abnegación en solitario que a través de sus imágenes sobrias y milimétricamente precisas Franco logra construir a partir de simbolismos cotidianos y en base a una amalgama de sentimientos contradictorios resultantes de dicha situación a través de una crónica intimista del que va a dejar de vivir pero sobre todo del acompañante, hay dos puntos de vista pero sobre quien bascula la práctica totalidad del relato es en el personaje de ella. Morir es un tipo de cine extremadamente directo que puede dar lugar a entender que todo lo que se nos cuenta transita en lo relativo a una cierta superficialidad en el tratado de una enfermedad y sus consecuencias, nada más lejos de la realidad, es la mirada del espectador la que tiene que evaluar en su justa medida un tipo de cine que huye de simbolismos manidos tales como el heroicidad o la superación, Fernando Franco se limita con inusual acierto a exponer por una descomposición vital por la que tarde o temprano todos tenemos que pasar de un modo u otro, en base a la exposición de ese doloroso trance transcurre una de las propuestas nacionales más validas vistas este año en el Zinemaldia.

 Valoración 0/5: 4

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 4

Blue My Mind

Justo antes de las vacaciones de verano, Mia, de 15 años, se traslada con sus padres a los suburbios de Zurich. Durante mucho tiempo se ha sentido alejada de sus progenitores, y cuando les pregunta si ha sido adoptada, su madre se ofende pero no responde. Mientras Mia se sumerge en un comportamiento alocado como adolescente en un intento de lidiar con todo, su cuerpo comienza a sufrir extraños cambios. Al principio apenas son perceptibles, pero luego suceden con fuerza y empieza a perder la razón. En su desesperación, intenta evadirse con sexo y drogas, con la esperanza de detener el torbellino que la abruma. Pero la naturaleza es más poderosa.

La ópera prima de la cineasta suiza Lisa Brühlmann cumplió con creces con una de las normas básicas que rigen o tendrían que hacerlo la sección Nuev@s Director@s, la de ofrecer un producto de tono libre y arriesgado y de paso si es posible en cierta manera que se atreva a romper códigos narrativos en lo relativo a una valentía autoral que tendría que tendría que ser más habitual en primeros trabajos tras las cámaras. En un principio el enunciado y la visión superficial de la que parte Blue My Mind puede parecer algo manida, el cuerpo de una adolescente de 15 años como metáfora de cambio que deriva a inadaptación a un ámbito concreto, sin embargo la propuesta de Brühlmann va un paso más allá ofreciéndonos una feroz y sugerente parábola acerca del punto de inflexión que circunvala el teen angst.

La joven protagonista de Blue My Mind transita a lo largo de todo la película a través de una soterrada alegoría del cambio de la adolescencia a la edad adulta, un malestar contestatario a modo de metamorfosis rebelde nos es mostrada por Lisa Brühlmann mediante una abrupta y muy física parábola fantástica, hay mucho momentos en Blue My Mind que nos remiten al Raw de Julia Ducournau, al igual que el cambio que va sufriendo nuestra protagonista la narrativa del film avanza a paso ligero en lo concerniente a la exploración de unos supuestos límites genéricos, la gran virtud de Blue My Mind es que a diferencia de muchas películas que transitan por temáticas bastantes parecidas logra prescindir casi por completo de lo sutil en beneficio de un trazo claramente explicito, y lo hace hasta el final con todas las consecuencias que ello puede acarear, en cierta manera esa omnipresente fisicidad fílmica marca por completo el tono de una de las propuestas más valientes y estimulantes vistas este año en la sección Nuev@s Director@s.

Valoración 0/5: 3

 

Licht

Viena, 1777. Maria Theresia Paradis, niña prodigio, pianista ciega de 18 años, perdió la vista de la noche a la mañana cuando tenía tres años. Tras innumerables experimentos médicos fallidos, sus padres la llevan a la finca del polémico ‘doctor milagro’ Franz Anton Mesmer, donde se une a un grupo de estrafalarios pacientes. Disfruta del ambiente liberal de la casa en un mundo rococó y conoce la libertad por primera vez, pero empieza a notar que, mientras el tratamiento de Mesmer le está devolviendo la vista, está perdiendo su apreciado virtuosismo musical…

Barbara Albert responsables de cintas tan sugerentes como Böse Zellen, Fallen o The Dead and the Living presento a concurso Licht, una de las grandes decepciones vistas por un servidor este año dentro de la sección oficial, el film parte de una premisa histórica situada en la Viena del siglo XVIII ciertamente interesante, la ceguera de la protagonista (extraordinaria interpretación a cargo de Maria Draguscomo, posiblemente lo mejor de la película) le otorga una valía artística que se pone en riesgo al ir recuperando la visión y perdiendo poco a poco la concentración y calidad interpretativa que atesoraba a raíz al parecer de dicha disfunción visual, podríamos decir que la película cuestiona la necesidad de elegir entre dos importantes y vitales conceptos por el que se rige el ser humano ¿arte o vida?, bajo esta premisa el núcleo dramático se diversifica en varias disquisiciones de la época en que transcurre la trama, hay varias cuestiones  ciertamente jugosas y hasta por momentos reflexivas, el papel de la ciencia dentro de este contexto histórico, el cruel juego de clases y normas sociales que definen dicha época o el arte como sustento de una parte de la burguesía, disquisiciones estas que sin embargo se quedan muy en la superficie, Barbara Albert es incapaz de analizar o profundizar en ellas de una manera convincente, la narrativa ciertamente plana del film se encamina hacia lo contemplativo pero desde una óptica algo equivocada, no hay rastros de ese conflicto latente entre la autenticidad interior y la falsedad que anida en el exterior de personajes y escenario, podemos percibir levemente eso si un intento de observación de todo lo que se deriva a través su incuestionable academicismo, lástima que ese lujoso diseño de producción y ambientación exquisita se decante más por la rigurosa estética en detrimento de una mirada algo más personal del relato.

Valoración 0/5: 1’5

 

Pailalim

Bangis es un pobre sepulturero que vive en el interior del mausoleo de un cementerio con su familia. Cada día teme que el gobierno los desaloje por instalarse ilegalmente en el cementerio. Cuando su hija cae enferma, su ingreso en el hospital se convierte en un dilema. La enfermedad se mantiene durante semanas y la desesperación de Bangis se hace más fuerte. Sabe que debe hacer algo o de lo contrario su hija no sobrevivirá. Decide entones robar un cadáver recién enterrado y venderlo a una funeraria, confiando en que todo vaya bien y no sea demasiado tarde para su querida hija.

Vista dentro de la sección Nuev@s Director@s y con producción a cargo de Brillante Mendoza se pudo ver la opera prima del filipino Daniel Palacio Pailalim, una película que se mueve a través de un realismo social nada complaciente, posiblemente la gran virtud de esta ópera prima sea su incuestionable valentía a la hora de mostrar un entorno determinado utilizando una mirada claramente neutra, Pailalim por ello no cae en el error de juzgar o posicionarse en lo relativo a personajes y contexto y por lo tanto no caer en lo gratuito de una historia ciertamente cruda que podía a lugar a ello fácilmente.

Asistimos básicamente a una cruda exposición a ras de suelo de una degradación social extrema, los protagonistas repudiados por los estamentos públicos y sociales no tienen más remedio que subsistir dentro de un cementerio como único lugar posible en donde poder habitar, protagonistas que no dejan de ser muertos vivientes que se ven obligados del mismo modo y como única opción posible a delinquir dentro del mismo escenario en el que viven de forma ilegal, en este aspecto es interesante el uso circular que Daniel Palacio otorga a la narración, ese escenario viciado del que es prácticamente imposible salir no deja de ser una representación del infierno real vivido por esta micro sociedad, ciertamente Pailalim deviene como una interesante opera prima de una cinematografía claramente en alza en estos últimos años, Pailalim al igual que la contundente Purgatoryo de Roderick Cabrido vista en el festival de Sitges y de la que hablaremos próximamente certifican por las claras el buen momento por que atraviesa el nuevo cine filipino de autor.

Valoración 0/5: 3’5

 

You Were Never Really Here

Un antiguo veterano de guerra dedica su tiempo a intentar salvar a mujeres que son explotadas sexualmente. Un día que recibe la llamada de un político porque su hija ha sido secuestrada.

Avalada con los premios al Mejor actor y Guion en el pasado festival de Cannes la cuarta película de la realizadora británica Lynne Ramsay sea posiblemente el trabajo que le abra las puertas de Hollywood definitivamente tras esa escabechina que supuso su no participación en La venganza de Jane, aquí adapta la novela corta de Jonathan Ames You Were Never Really Here, una interpretación por parte de Ramsay que supone una peculiar y muy arriesgada nueva lectura del Taxi Driver de Martin Scorsese, unos esquemas argumentales prácticamente idénticos aunque bastante diferentes a la hora de como contarlos.

You Were Never Really Here es en cierta manera un ejercicio de estilo llevado hasta las últimas consecuencias, de esas películas en donde se le da más importancia a las formas que al contenido, de echo la historia que nos cuenta Lynne Ramsay es tan simple que por momentos roza lo minimalista, lo que prima aquí básicamente es retratar una asfixia personal, la angustia de un ser torturado cuyas heridas no tienen ningún viso de cicatrizar, poco importa en la película las motivaciones y derivas de villanos o víctimas, lo que importa es el retrato de un alma torturada y sobre todo como contarlo, en este aspecto la interpretación de un omnipresente Joaquin Phoenix resulta clave, también lo son las aportaciones técnicas en la fotografía a cargo de Tom Townend y la invasiva música de componente de Radiohead Jonny Greenwood. Were Never Really Here por moverse en unos terrenos algo trillados de manera muy personal y valiente queda validada como una de las propuestas más interesantes del año, la única condición a la hora de enfrentarse a esta película es pensar en ella como algo más que un relato de justicieros al uso.

Valoración 0/5: 4

 

La cordillera

En una cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, donde se definen las estrategias y alianzas geopolíticas de la región, Hernán Blanco, el presidente argentino, vive un drama político y familiar que le hará enfrentarse a sus propios demonios. Deberá tomar dos decisiones que podrían cambiar el curso de su vida en el orden público y privado: por un lado, una complicada situación emocional con su hija, y por otro, la decisión política más importante de su carrera.

Tras su presentación en Un certain regard del pasado festival de Cannes en sección especial y aprovechando la merecida Concha de Oro otorgada al actor Ricardo Darín se pudo ver el nuevo y más ambicioso trabajo hasta la fecha del argentino Santiago Mitre La cordillera, thriller político que vertebra su narrativa en un drama familiar e incluso en un relato de trasfondo psicológico con algún que otro elemento fantástico, el problema de un enunciado tan prometedor a priori viene dado que pese al intento de ofrecer un producto nada complaciente o convencional uno termina teniendo la ligera sensación de estar ante una película que no termina de posicionarse o desarrollar convenientemente ninguna de las varias vías planteadas por su director, ofreciendo un producto tan irregular como ambivalente, tan difuso y enigmático como resulta ser su protagonista principal.

Viendo La cordillera un servidor tuvo la impresión de que esa intriga por los vericuetos políticos al más puro estilo House of Cards o incluso con algún que otro parentesco a los thrillers paranoicos estadounidenses de los años 70 no deja de ser una especie excusa narrativa para abordar y desarrollar cuestiones  de otra índole que por desgracia solo podemos llegar a vislumbrar de una manera muy tenue, de echo su condición de película política llega a ser muy cuestionable y no solo por la ausencia total de un discurso de tono panfletario o ideológico, Santiago Mitre que ya abordo temáticas parecidas en sus anteriores El estudiante y Paulina aprovecha eso sí muy bien ciertos recursos como la dirección de actores y un cierto formalismo en lo concerniente a una puesta en escena nada despreciables. La cordillera termina siendo más psicológica que política, una película tan enigmática en el buen sentido de la palabra como dispersa en lo referente a sus nada desdeñables y poco aprovechados postulados narrativos.

Valoración 0/5: 3

 

The Day After

Areum se dispone a vivir su primer día de trabajo. Bongwan, su jefe, mantenía una relación amorosa con la mujer a la que Areum está sustituyendo. Esa relación acaba de romperse. Ese día, como todos, Bongwan abandona el domicilio conyugal mucho antes del alba para ir a trabajar. No deja de pensar en la mujer que se ha marchado. Ese mismo día, la mujer de Bongwan encuentra una carta de amor. Se presenta en el despacho sin avisar y confunde a Areum con la mujer que se ha marchado.

Triunfador en la pasada edición del Zinemaldia con su excepcional Lo tuyo y tú en donde recibió el galardón al Mejor Director el coreano Hong Sang-soo presentaba este año en San Sebastián The Day After dentro de la sección Zabaltegi – Tabakalera. Dada la fecundidad a la hora de dirigir por parte de Hong Sang-soo (tres películas en este 2017) soy de la firme opinión de que un festival de cine de las características de San Sebastián se queda de alguna manera cojo o desprotegido si no presenta alguno de sus trabajos en cada edición, The Day After sin ser la mejor película de su director fue en mi opinión una de las indiscutibles cimas autorales más estimulantes vista este año en el certamen.

La gran virtud del cine de Hong Sang-soo es hacer de lo aparentemente simple algo complejo en el buen sentido de la palabra, en The Day After posiblemente encontremos uno de sus trabajos más depurados, tres únicos escenarios y cuatro personajes, clásicos zooms y una fotografía en un austero blanco y negro próximo en tono al cine del francés Philippe Garrel , tal es la complejidad del film que llegados a un punto no sabemos a ciencia cierta si estamos ante una comedia o un drama existencial, si transitamos a través de un discurso convencional o trascendental, posiblemente sean todo ello pero el mérito radica en como Hong Sang-soo se mueve a través de parámetros de auto ficción y evidentemente auto biográficos, como no podía ser de otra manera, en un film que en apariencia pueda parecernos uno de los más lineales de su carrera, solo en apariencia, pues la importancia esta en los detalles y ahí es donde Hong Sang-soo exhibe musculo, en como algo en apariencia banal muta en trascendental sin apenas percibirte, todo ello y mucho más convierten a The Day After en una de las mejores películas presentes en el festival amen de atesorar el plano secuencia (la extraordinaria Min Hee-kim  vislumbrando la nevada en un trayecto en taxi) más memorable visto este año en San Sebastián.

Valoración 0/5: 4

Primer tráiler de la nueva película de Alex Garland «Annihilation»

Acaba de ver la luz de la mano de Paramount Pictures un primer tráiler oficial que podéis ver a final de página del nuevo film del guionista y director Alex Garland titulado Annihilation, adaptación al cine de la primera entrega de la conocida trilogía literaria publicada en 2014 The Southern Reach de Jeff VanderMeer. Alex Garland que ya nos dejó un buen sabor de boca hace un par de años con su muy estimable opera prima Ex Machina vuelve al terreno de la ciencia ficción en uno de los films de género más esperados del próximo año.
Annihilation nos cuenta como un grupo compuesto por varias mujeres científicas investiga la Zona X, un misterioso lugar controlado por una poderosa fuerza alienígena plagada de criaturas extrañas y densa vegetación. La Zona X es un lugar al que han ido otras expediciones, pero del que ninguna ha vuelto.
La película que se estrenará en España el próximo 23 de febrero de 2018 cuenta con guion adaptado por parte del propio Alex Garland y música a cargo de Geoff Barrow y Ben Salisbury estando protagonizada por Natalie Portman, Oscar Isaac, Jennifer Jason Leigh, Gina Rodriguez, Tessa Thompson, David Gyasi, Sonoya Mizuno, Crystal Clarke, Kumud Pant, Tuva Novotny, Cosmo Jarvis y Mairead Armstrong.

https://youtu.be/CryXnMbjOlQ

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 3

Le sens de la fête

Para la novia y el novio es la noche más importante de sus vidas. Pero es como cualquier otra noche para Max, de la empresa de cátering, Guy el fotógrafo, James el cantante, y todos los demás que trabajan en el evento. Pierre y Helena han decidido celebrar su unión en un castillo precioso del siglo XVIII a las afueras de París. Seguimos la fiesta desde la preparación hasta la salida del sol, casi a tiempo real, pero solo a través de los ojos de los que trabajan en la boda. Y será una noche llena de sorpresas.

La que diríamos concesión este año dentro de la sección oficial del festival  (decisión ciertamente discutible en lo concerniente a su selección) recayó en la comedia francesa Le sens de la fête de Olivier Nakache y Eric Toledano, dueto responsable de ese muy discutido éxito comercial de hace unos años que fue Intocable, en esta ocasión los directores galos han optado por un camino algo más fácil, permitiéndoles en cierta manera el enmascarar carencias que en caso de anteriores trabajos suyos llegaban a ser ciertamente escandalosas, una postura la de aquí tomada que sin embargo sigue evidenciando de forma muy clara un riesgo 0 en lo referente a una propuesta  que parece más destinada a un pase televisivo de domingo tarde que a una inclusión en la sección oficial de un festival de clase A.

Soy de los que opinan que una buena comedia no se mide por el nivel proporcional de sus carcajadas y si en la comicidad por parte del espectador con respecto a ella, en Le sens de la fête asistimos a un catálogo muy atropellado de gags sin ningún atisbo de desarrollo narrativo, ni en lo concerniente a su insulsa historia ni mucho menos al interés que nos puede proporcionar su coral reparto, no hay lugar al engaño por mucha predisposición que el espectador muestre por lo que esta viendo, al final todo el entramado resulta estar estructurado por medio de un aparatoso cartón-piedra fácilmente adivinable. Posiblemente lo más duro que un servidor tuvo la sensación de percibir tras el visionado de Le sens de la fête fue oír como algunas personas supuestamente influenciados por un timing escénico en donde parecen que encontraron ciertas similitudes al compararla con el The Party de Blake Edwards, un apunte este tan lamentable y poco acertado como lo suelen ser en su práctica totalidad las propuestas naif perpetradas por Olivier Nakache y Eric Toledano.

Valoración 0/5: 1’5

 

Three Billboards Outside Ebbing, Missouri

Después de meses sin que aparezca el culpable de la muerte de su hija, Mildred Hayes da un paso valiente al pintar tres señales que conducen a su pueblo con un polémico mensaje dirigido a William Willoughby, el venerado jefe de policía del pueblo. Cuando su segundo al mando, Dixon, un inmaduro niño de mamá aficionado a la violencia, entra en acción, la guerra entre Mildred y las fuerzas policiales de Ebbing no hace más que empeorar.

Tras su triunfal paso por los festivales de Venecia y Toronto y conseguir en San Sebastián un merecido Premio del Público la nueva película de Martin McDonagh (Escondidos en Brujas, Siete psicópatas) Three Billboards Outside Ebbing, Missouri no solo supone el mejor trabajo realizado hasta la fecha por parte de McDonagh sino que se desvela como la perfecta plasmación fílmica por parte de unos personajes que cohabitan dentro un escenario tan reconocible como es esa América white trash que parece estar situada a medio camino entre la referencia tarantiniana y el explícito homenaje al cine de los hermanos Coen a través de un argumento en donde se nos ofrece una enloquecida  espiral de violencia, humor negro, drama y melancolía recuperando la mejor tradición de un reparto coral capitaneado por una inconmensurable Frances McDormand, una interpretación con claro marchamo de Oscar.

La gran virtud del cine de Martin McDonagh a parte de su hábil manejo del humor negro es la soltura con que utiliza el ensamblaje genérico en sus películas, en Three Billboards Outside Ebbing, Missouri esa máxima esta llevada de manera casi perfecta al extremo, en la película vemos como las continuas transiciones entre drama y comedia se extienden a lo largo de prácticamente todo el metraje, pero el gran triunfo de dicho posicionamiento lo encontraremos en como lejos de contrarrestarse dichos conceptos estos se retroalimentan de alguna manera, es ahí a través de su narrativa y en especial en lo referente a sus muy agudos diálogos en donde se logra enfatizar con la evolución de unos personajes, McDonagh tiene la habilidad de convertir en adorables a unos seres que normalmente y en cualquier otra situación serían tildados de despreciables,  momentos de comedia desmedida que dan paso inmediatamente a temas de índole mucho más complejos sin que el relato se resienta de dicho vaivén genérico en ningún momento, más bien al contrario pues asistimos a un lienzo dotado de muchos claroscuros, lo políticamente correcto y lo que no es separado por una línea que apena podemos percibir, acciones y personajes diversos transitan a través de un retrato que se aleja del trazo redentor para situarnos en el núcleo esa América profunda y criminal como bien nos muestra ese final tan poco amable y de moral tan discutible.

Valoración 0/5: 4

 

Princesita

Una película inspirada en hechos reales sucedidos en el sur de Chile. Tamara, de once años, vive en una secta que está regida por las reglas y creencias de Miguel, su líder, quien le impone un destino a la niña: procrear junto a él a su sucesor. Pero ella se enamora de un compañero y esa relación estará reñida con el propósito de Miguel.

Dentro de la sección Nuev@s Director@s se pudo ver el segundo trabajo como realizadora de la chilena Marialy Rivas, Princesita al igual que su opera prima Joven y alocada transita a través del peliagudo mundo de las sectas y el abuso a menores, la película se presenta a modo de una introspectiva pesadilla interior contada desde la temerosa psique de una niña de doce años que contra viento y marea se verá en la obligación de luchar por una liberación tanto física como emocional.

Princesita más que una denuncia en lo relativo a las sectas es una defensa de la feminidad como tal o al menos así parece desprenderse de unas imágenes que por momentos abusa de una reiteración formal que termina desvirtuando en parte un relato construido a modo de cuento de hadas que va mutando conforme avanza el metraje en algo mucho más siniestro, hay un énfasis muy evidente por parte de la realizadora en lo concerniente a la fabricación de un imaginario propio (el de la joven protagonista) que intenta contrarrestar la amenaza de todo lo masculino que le rodea de una forma no natural, y que sirve al mismo tiempo como metáfora de como las mujeres siempre han estado supeditadas de alguna manera a los deseos y a los sueños masculinos. El posicionamiento de Princesita con respecto a un tema tan sórdido es algo distante, en cierta manera rehúye de lo escabrosa jugándoselo todo a una carta al presentar dos visiones que son estructuradas a través de una doble voz en off, la de la niña protagonista y la del Miguel, el líder de la secta presentado bajo los rasgos siempre inquietantes de un solvente Marcelo Alonso, dicha dualidad tiene la intención de crear una cierta ambigüedad en el espectador en lo concerniente al relato, lo consigue solo a medias pues uno termina teniendo la ligera sensación de estar ante una película que quizás se ampare demasiado en lo preconcebido a la hora de desvelar sus propios recursos narrativos.

Valoración 0/5: 3

 

Ni juge, ni soumise

La extraordinaria y nada convencional jueza Anne Gruwez nos lleva a la trastienda de investigaciones criminales reales. Durante tres años el equipo satírico que está detrás de la serie televisiva de culto Strip-Tease capturó lo que nadie hasta entonces se había atrevido a filmar. Sin concesiones y de un modo políticamente incorrecto. No daréis crédito a vuestros ojos. No es cine: ¡es peor!

Posiblemente lo mejor de un film de las características de Ni juge, ni soumise sea su inclusión en la sección oficial a competición como perfecto ejemplo del cambio realizado por el certamen a la hora de seleccionar formatos como el documental o la animación, algo impensable años atrás, Ni juge, ni soumise supone el salto al medio cinematográfico por parte de Jean Libon e Yves Hinant, reconocidos autores a través del medio catódico belga por su programa de culto Strip-Tease, Ni juge, ni soumise no deja de ser una continuación del mismo esquema televisivo, un trabajo tan sorprendente en lo referente a sus formas como algo cuestionable con respecto a la utilización de ciertos trazados morales con respecto a la supuesta incorrección política que quiere exhibir.

A la hora de intentar evaluar Ni juge, ni soumise no estaría de más retroceder algo en el tiempo y acercarnos a otro film belga como C’est arrivé près de chez vous, un trabajo que de alguna manera reactivo hace ya 25 años lo que se dio a entender como el falso mockumentary, entre las evidentes diferencias entre ambas películas convendría detenerse en una muy particular, la supuesta veracidad por la que transitan ambas, el problema viene dado cuando ese realidad que parece pregonar Ni juge, ni soumise cuando menos se nos presenta cuestionable, no en referencia a los hechos de los que somos testigos y si en la representación que nos ofrece la jueza de instrucción Anne Gruwez, aquí habría que detenerse y preguntarnos si realmente no estamos asistiendo a una interpretación por parte de tan peculiar personaje, hay un énfasis muy evidente por parte de la letrada en subrayar en todo momento su perfil irónico y su supuesta libertad de expresión especialmente en situaciones digámosla de naturaleza complicada, en este aspecto parece claro que los realizadores toman la determinación de seguirle el juego aplicando formalismos muy cuestionables ¿realmente era necesario el ofrecer explícitos planos de la exhumación de un cadáver reciente para ser testigos de la incorreción política de la señora en la que posiblemente fue la escena más desagradable vista durante todo el festival?. En cierta manera la validez de Ni juge, ni soumise viene dada por la frescura de la propuesta como tal y la oportunidad de ver un lado muy poco conocido de la burocracia jurídica, en contra la película apuesta fuerte en referencia  la supuesta empatía por parte del espectador hacia una protagonista con un ego difícilmente asimilable para según quien. Al igual que C’est arrivé près de chez vous  Ni juge, ni soumise se cierra utilizando esquemas y conceptos similares, un testimonio aterrador sirve en parte para borrar la sonrisa cómplice que se había tenido de ella hasta ese momento, una escena por cierto que curiosamente serviría como un inmejorable preámbulo a la notable 12 jours.

Valoración 0/5: 2’5

 

12 jours

Cada año en Francia 92.000 personas son ingresadas en centros psiquiátricos sin su consentimiento. Según la ley, el hospital tiene 12 días para llevar a cada paciente ante un juez. Sobre la base de los historiales médicos y las recomendaciones de un doctor, hay que tomar una decisión crucial: ¿El paciente debe irse o quedarse? Son doce días después de los cuales una vida puede cambiar para siempre. El prestigioso director y fotógrafo Raymond Depardon, que ha tenido acceso por primera vez a esas audiencias, recoge estos extraordinarios encuentros entre la justicia y la psiquiatría. Se trata de un film sorprendente y esclarecedor que da voz a aquellos que hasta ahora no la tenían.

Dentro de ese estimulante cajón de sastre genérico que es la sección Zabaltegi – Tabakalera uno tuvo la suerte de poder perderse por él y descubrir trabajos tan interesantes y fascinantes como 12 jours, documental a cargo del veterano Raymond Depardon en donde asistimos a un demoledor tratado acerca de la locura. Bajo la premisa argumental de esos 12 días en donde un juez a tiene que determinar la salida o el internamiento psiquiátrico del paciente asistimos a unas escenas elaboradas a través de la máxima austeridad formal del testimonio-entrevista de diez hospitalizados que tendrán que exponer su aparente verdad ante el letrado en base a un continuo plano-contra plano más un tercero dispositivo visual de composición neutra.

12 jours pese a su enunciado evita el justificar o adentrarse en el discurso social como tal aunque inevitablemente veamos en el film dos discursos irreconciliables y totalmente antagónicos, ahí sí que podríamos encontrar alguna rendija acerca de la potestad de un clase social a la hora de determinar o legitimidad el destino del paciente, sin embargo este aparente conflicto queda reducido a la nada prácticamente pues al final y al cabo las decisiones que toma el juez encargado no dan lugar en ningún momento al debate. 12 jours por el contrario si constituye un fascinante y por momentos demoledora verbalización del desequilibrado mental, el dar la palabra a individuos que van desde la esquizofrenia más peligrosa hasta la paranoia, pasando por los impulsos suicidas o por un conmovedor sentimiento de persecución, todo una exposición que se desvirtúa de la realidad y en donde se atisba de trasfondo una triste fragilidad humana que en ocasiones intenta ser enmascarada por los propios protagonistas, la extraordinaria cámara fría y neutra de Raymond Depardon terminará desvelándonos toda la cruda realidad.

 Valoración 0/5: 4

 

Wonders of the Sea 3D

Filmada en 3D a lo largo de tres años en localizaciones que van de las islas Fiyi a las Bahamas, la película nos sumerge en un viaje apasionante bajo el agua de los océanos que cubren el 71 por ciento de la superficie de nuestro planeta. Espectacular documental producido y narrado por Arnold Schwarzenegger, el mítico protagonista de Terminator y Desafío total. Una película que busca concienciar sobre los tesoros del mar y la necesidad de preservarlos. Codirigida por el hijo del emblemático pionero de la divulgación científica Jacques-Yves Cousteau.

La cuota de concienciación este año dentro del Zinemaldia vino curiosamente de la mano de Arnold Schwarzenegger que estuvo presente en el certamen presentando el documental Wonders of the Sea 3D, el film parte de la idea de presentar un lujoso y colorido alegato (destinado a ser exhibido en las mejores condiciones técnicas posibles) a favor del medio ambiente marino, una exposición de los océanos marinos que curiosamente ve la luz en un momento adecuado dada el actual posicionamiento del que podríamos considerar como el principal adversario en las redes sociales de Arnold Schwarzenegger, Donald Trump, quien parece mirar con demasiado escepticismo y negación todo lo referente al cambio climático. Wonders of the Sea 3D hace referencia ocasional a tales peligros, pero en líneas generales su discurso se sitúa en el neutral terreno  de lo más estrictamente apolítico, en su lugar y de forma acertada se centra a celebrar la biodiversidad del mundo marino en todas sus posibles formas que dan lugar a un universo tan colorido como extrañamente psicodélico, la apuesta del documental es claramente visual sin ningún lugar a dudas, unas imágenes por cierto que se sitúan muy por encima de su algo infantil dialecto, en especial a todo lo relacionado en la interactuación verbal entre los miembros de la familia Cousteau.

Valoración 0/5: 2

Paul Naschy / Jacinto Molina: La dualidad de un mito

Conocido y venerado a lo largo y ancho del mundo, no hay duda de la consideración de mito que Paul Naschy disfruta a día de hoy entre los aficionados al cine de terror. Sin embargo, a pesar de esta apreciación, su figura y obra se encuentran aún carentes de una auténtica valoración crítica que reconozca sus verdaderos méritos. Por exceso o por defecto, las no pocas publicaciones que han abordado su trayectoria, ya sea de forma parcial o global, han estado guiadas por filias y fobias que en la mayoría de los casos han eclipsado al análisis puro y duro, que atendiera a los siempre necesarios criterios de rigurosidad y objetividad. Paul Naschy/Jacinto Molina. La dualidad de un mito nace con el confesado objetivo de cubrir este vacío. Para tal fin, en sus más de seiscientas páginas se dan cita una nutrida nómina de autores de muy diferente condición y procedencia, entre los que figuran varios de los más prestigiosos especialistas europeos en cine de género y fantástico, conformando así un rico crisol de miradas hacia Naschy y su cine, lo más libre posible de prejuicios y subjetividades.
De la mano de sus textos, el presente volumen reseña una por una todas las películas en las que intervino de forma directa o indirecta el cineasta madrileño, además de incluir diferentes apartados que repasan sus guiones no realizados, sus diferentes memorias y biografías, así como su producción literaria, otro compuesto por varias entrevistas a profesionales que trabajaron en algún momento codo con codo junto a Paul, una selección de declaraciones inéditas de nuestro protagonista, y una última sección de apéndices formada por artículos que abordan los efectos especiales o la música de su cine, la filosofía y el trasfondo sociocultural de sus películas, sus influencias o su relación con terceros países. Un estudio, en definitiva, que aspira a ser lo más completo y exhaustivo posible, siempre con la intención de que sea el lector quien en última instancia tenga la última palabra entorno a la auténtica valoración de Naschy y su obra, en virtud de las opiniones e informaciones vertidas.
Con textos de (por orden alfabético): Daniel Aguilar, Santiago Aguilar, Joan Bassa, Antonio Vicente Chinchilla, Roberto Curti, Carlos Díaz Maroto, Ramón Freixas, Javier G. Romero, Roberto García Ochoa-Peces, Valentin Guermind, Rubén Íñiguez Pérez, Domingo Lizcano, Diego López, Jorge Loser, Javier Ludeña, Víctor Olid, Juan Andrés Pedrero Santos, David Pizarro, Javier Pueyo, Davide Pulici, Javier Pulido, Jonathan Rigby, Juan Pedro Rodríguez Lazo, Fernando Rodríguez Tapia, José Manuel Romero Moreno, José Luis Salvador Estébenez, Adrián Sánchez Esbilla, Erika Tiburcio Moreno, Joaquín Torán y Mikel Zorrilla Trueba.
El próximo 12 de Octubre a las 13 horas en el espacio Brigadoon y dentro del marco del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, estaremos presentando Paul Naschy/ Jacinto Molina: La dualidad de un mito en un acto que contará con la presencia de varios de los participantes en el libro.
Autor; Varios autores, Editorial; Vial Books, Páginas: 640

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 2

La douleur

Al encontrar dos viejos cuadernos en una caja olvidada, Marguerite Duras recuerda su pasado y el insoportable dolor de la espera. En la Francia ocupada por los nazis de 1944, la joven y brillante escritora participa activamente en la Resistencia junto con su marido, Robert Antelme. Cuando Robert es deportado por la Gestapo, Marguerite se embarca en una lucha desesperada para conseguir que regrese. Entabla una inquietante relación con el colaboracionista Rabier y corre grandes riesgos para salvar a Robert, en un juego del ratón y el gato con impredecibles encuentros por todo París. ¿Rabier quiere realmente ayudarla? ¿O está tratando de obtener información sobre los grupos clandestinos anti nazis? Finalmente la guerra termina y las víctimas regresan de los campos, un periodo insoportable para ella, una larga y silenciosa agonía tras el caos de la liberación de París. Pero ella continúa esperando, encadenada al tormento de la ausencia, incluso más allá de la esperanza.

La adaptación cinematográfica de la novela de homónima de Margarita Duras a cargo del irregular Emmanuel Finkiel en el que es su cuarto largometraje era a priori otro de los platos fuertes dentro de la sección oficial a concurso este año en el Zinemaldia, La douleur parte de hándicap de la dificultad de poder adaptar un texto en extremo literario, un relato en donde la voz y el silencio han de tener que mostrarse y posteriormente asimilarse de una manera coherente, o al menos intentarlo, lo que nos cuenta la escritora francesa en su escrito transita a través de un catálogo en donde la espera, el ansía o la angustia ubicados en una época claustrofóbica y demoledora han de transitar en lo relativo a una sola voz y mirada (extraordinaria interpretación a cargo de Mélanie Thierry e incomprensiblemente no presente en el palmarés del certamen).

En La douleur hay un esfuerzo que en algunos momentos llega a bordear lo extenuante por parte del director Emmanuel Finkiel en equiparar texto e imagen, el resultado termina siendo tan irregular como por momentos muy aislados inspirados, en cierta manera esta fricción fílmica queda muy de manifiesto en como la película queda vertebrada en dos partes visiblemente diferenciadas, una primera de tono narrativo más convencional y clasicista en términos de un film de época al uso, en ella vemos las reuniones clandestinas de la resistencia o el intento de Marguerite por intentar indagar a través de sus encuentros con un colaboracionista de la Gestapo, personaje interpretado por Benoît Magimel que sirve como soporte narrativo a dichos postulados, y una segunda bien distinta en donde Finkiel parece intentar equipararse a la novela de una manera algo forzada en base a una serie de dictados reflexivos que intentan profundizar en la lírica de la desesperación de la protagonista, es en este momento cuando La douleur parece evidenciar sus propias carencias, el no tomar distancia en referencia al texto hace que entre en aparición un trazo que parece coquetear con poco disimulo con lo impostado, algo que termina derivando al producto a una especie de academicismo que pese a los esfuerzos de Finkiel  no consigue llegar a estar a la altura de un estado mental tan interior y profundo que por momentos parece que tan solo tenga cabida a través de las letras.

Valoración 0/5: 2’5

 

The Third Murder

El conocido abogado Shigemori defiende a Misumi, acusado de robo con homicidio, que ya cumplió pena de cárcel por otro asesinato hace treinta años. Las posibilidades de que Shigemori gane el caso son escasas, ya que su cliente reconoce ser culpable, aunque esto probablemente signifique la pena de muerte. Pero a medida que desentraña el caso y escucha los testimonios del propio Misumi y de su familia, Shigemori empieza a dudar de la culpabilidad de su cliente.

No podía faltar a la cita donostiarra un habitual del certamen como es Hirokazu Kore-eda, The Third Murder presentada en la sección Perlas tras su paso por Venecia y Toronto significa un aparatoso cambio de registro genérico en lo referente a su filmografía, algo que provocó cierto desconciertos entre los seguidores del director nipón. Discípulo declarado del cine de Yasujiro Ozu y acostumbrados al drama costumbrista tan característico en sus películas, The Third Murder siendo un film algo menor si lo comparamos con otros trabajos suyos no es tampoco la fallida y convencional película que parece que muchos terminaron viendo.

Posiblemente el gran error de enfrentarse a The Third Murder sea el hacerlo desde una perspectiva que abarque solo el thriller judicial, Hirokazu Kore-eda como buen autor de anchuras clásicas nos propones un camuflado subtexto solo visible si apartamos de forma momentánea  la mirada genérica de lo que estamos presenciando, ese subrayado hace referencia a la moralidad existente dentro de la sociedad japonesa, de hecho el film camuflado bajo la apariencia de oscuro caso criminal nos habla básicamente de eso, un tratado del concepto de la verdad como elemento incognoscible, aquel que nos da varias versiones de un hecho en donde todos y ninguno parecen tener la potestad de ampararse en lo estrictamente verídico o en la necesidad de llegar a ella o no según conveniencias y determinación moral, aquí es donde Kore-eda  parece mirar directamente al Rashomon de Akira Kurosawa, en esa mutación de estilos y referencias es donde intuimos el trazo reconocible del autor de Nadie Sabe. Evidentemente en The Third Murder no encontraremos ningún rastro de violencia implícita en el relato como no podía ser de otra manera en el cine de Hirokazu Kore-eda, lo suyo es más bien exponer una complejidad formal adherida a una historia que pide al espectador que ejerza algún tipo de reflexión en relación a todo lo que se nos esta contando.

Valoración 0/5: 3’5

 

On Body and Soul

María comienza a trabajar como supervisora en un matadero de Budapest, pero pronto comienzan a surgir cotilleos y rumores sobre ella. Durante el almuerzo opta siempre por sentarse sola, y es consciente de sus deberes y obligaciones, con un estricto apego a las normas. Su mundo se compone de cifras y datos impresos en su memoria desde la primera infancia. Endre, su jefe, es un tipo tranquilo. Ambos empezarán a conocerse lentamente. Almas gemelas, se sorprenderán de compartir los mismos sueños. Con cautela, tratarán de convertir esos sueños en realidad.

La ganadora del Oso de Oro en la pasada edición del festival de Berlín también estuvo presente en San Sebastián dentro de la sección Perlas, en On Body and Soul la realizadora de origen húngaro Ildikó Enyedi nos plantea una sugerente metáfora a través de unas relaciones sentimentales deliberadamente excéntricas en donde las conexiones solo parecen posible materializarse en lo concerniente a la ensoñación dada la dificultad que ambos seres de conectar en la vida real, esta premisa de claras connotaciones fantásticas son representadas en imágenes a través de unos planos en donde vemos a dos ciervos acariciarse en un bosque nevado, dicho enunciado onírico parece querer mirar a la magnífica Upstream Color de Shane Carruth pero a diferencia de esta en donde todo se sustentaba a través de lo críptico Ildikó Enyedi tiende a recurrir en demasiadas ocasiones a un trazo deliberadamente explicito ubicado en un escenario que parece remitirnos a La sangre de las bestias de Georges Franju con la particularidad de que por momentos se logra equilibrar de forma admirable esa contundente puesta en escena con un exquisito gusto por el detalle (ojo al maravilloso plano final de los dos protagonistas desayunando  plagado de acotaciones).

On Body and Soul versa en relación a cómo pueden hermanarse dos almas refugiadas en su propia realidad, un encuentro que en el film veremos a través de una subtrama delictiva que acontece en la empresa donde ambos trabajan, treta de guion no muy afortunada por lo forzado y poco creíble de la situación, es un peaje a modo de escusa que sin embargo sirve para abordar preguntas sobre las conexiones humanas a través del enfoque alternativamente elegante y abstracto que nos propone Ildikó Enyedi y que sólo desvela de forma parcial mediante continuos contrastes en una historia que sin embargo es bien simple, no así su ejecución que trasferida a su condición de fábula que se adentra con soltura en universos altamente difusos logra otorgar al producto de un empaque ciertamente sugerente.

Valoración 0/5: 4

 

Handia

Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Gipuzkoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales.

La nueva propuesta del equipo creativo que hace unos años deslumbro con Loreak fue otro de los platos fuertes  del cine patrio dentro de la sección oficial, Handia fue posiblemente la cinta española más destacada de esta edición de San Sebastián como bien refleja su presencia en el palmarés oficial, una película que para más inri no se corresponde a esa cuota de cine local que en algunas ocasiones parece justificar su presencia en certámenes sin llegar a evaluarse su supuesta calidad artística.

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El film dividido en seis capítulos y bajo unas aristas que parecen mirar al The Elephant Man de David Lynch bascula a través del biopic de época que termina mutando en una fábula que nos habla del infructuoso intento de adaptación abordado desde la marginalidad física de uno de sus protagonistas.

En cierta manera Handia es un film de ideas sumamente interesantes, tan sugerentes en sus formas como algo extraña en su composición cinematográfica, quedándose lejos de transitar en el pantanoso terreno del biopic convencional pero sin llegar a profundizar a conciencia en el estudio psicológico de sus personajes más allá de retratar con bastante esmero una historia que se sustenta especialmente en el clasicismo subyacente en el antiguo relato de época gracias a un diseño de producción de resolución impoluta que dado su escaso presupuesto está especialmente bien utilizado. Posiblemente el casting del film no sea el más acertado, tampoco ayuda que el film se centre en exclusiva en solo dos personajes dejando como simples figurantes algunos personajes que habrían dotado al relato de más riqueza narrativa como por ejemplo hubiera podido ser las mujeres de la familia retratadas en la película de una forma muy anecdótica. Aun con esto pequeños lastres Handia termina siendo una gran muestra del actual cine vasco que aborda con acierto y desde la perspectiva de la road movie una epopeya de connotaciones tristes y de claro tono marginal en donde el contexto histórico termina estando bien cohesionado al servicio de la propia historia.

Valoración 0/5: 3

 

Visages, villages

Agnès Varda, es una despedida profundamente conmovedora y absolutamente esencial (…) Su visión creativa nunca ha sido tan clara La veterana cineasta Agnès Varda y el joven fotógrafo y artista gráfico urbano JR recorren en una furgoneta las calles y paisajes de diferentes lugares de la Francia rural. El objetivo es muy sencillo: conocer gente con la que intercambiar ideas, fotografiar a estas personas y mostrar luego las imágenes a gran escala en plena calle, para ver qué reacciones provocan.

Agnès Varda premiada en San Sebastián con un merecido premio Donostia presento en la sección Perlas Visages, villages, película que firma junto al artista galo JR, el film parte de una idea bien sencilla, recorrer distintas localidades de Francia conociendo a los desconocidos habitantes de esas regiones periféricas que parecen estar situadas en una especie de olvido territorial para luego poder inmortalizarlos a través de enormes murales que son expuestos  a la vista de todos sus conciudadanos.

Una idea simple retratada de forma liviana pero de claro carácter autorreferencial, Visages, villages transita a través de un tono claramente vitalista, los diálogos entre los dos autores responsables del film no deja de ser un intercambio generacional de visiones acerca del arte y su correspondiente repercusión en nuestras vidas, de hecho podríamos considerar que el enunciado de road movie cultural que parece preceder al film no deja de ser una mera excusa a la hora de conocer gente y sitios y exponerlos de alguna manera. Esta simpática película termina curiosamente de una manera un tanto amarga, es cuando vemos como una de las últimas supervivientes de la generación de la Nouvelle Vague intenta visitar la casa de su antiguo compañero generacional Godard encontrando no solo un rechazo a su visita sino una nota bastante dolorosa destinada a la propia Varda, los sollozas de esta terminan convirtiéndose en irónicos reproches. Una vez terminado el visionado de Visages, villages  uno tiene la sensación de que estamos seguramente  ante la despedida de Agnès Varda, en este sentido la película cumple con creces tal cometido pues a través de ella somos testigos de cómo la visión creativa de la artista nunca había sido tan diáfana y conmovedora a la vez.

Valoración 0/5:3’5

Sitges 2017: el Sitges del futuro se hace presente

El Festival presenta su programación más completa: 255 largometrajes, series y realidad virtual. Seis exposiciones encabezan la lista de actividades paralelas, que complementan una edición de récord. Sitges 2017 está preparado para celebrar su 50 aniversario. Para ello, el Festival ha preparado un menú que promete hacer historia. Entre el 5 y el 15 de octubre, Sitges se convertirá en el universo del fantástico que apuesta por potenciar su condición de punto encuentro para los profesionales de la industria del cine de género y de oportunidades para las propuestas de los jóvenes realizadores.

Ha pasado casi medio siglo desde que Sitges subió el telón a un festival que acabaría siendo el más importante del planeta en cine fantástico. Tuvo lugar en el cine del Casino Prado el 28 de septiembre de 1968 con la proyección de Aelita (Yakov Protazanov, 1924), un clásico soviético de ciencia ficción. A lo largo de estos cincuenta años han desfilado por Sitges innumerables películas, algunas de ellas clásicos ya cuando llegaron –como La mujer pantera–; otras, que lo han llegado a ser con el paso del tiempo –como Darkman o Reservoir Dogs–; y una infinita lista, auténticas obras de arte aclamadas por un público fiel que es la base de este festival. En estos 50 años han acudido a Sitges realizadores que iniciaban su carrera –como Sam Raimi o Quentin Tarantino–, pero también reconocidos maestros de la dirección como David Cronenberg. Por las calles de una población en que octubre aún es verano, se han codeado actores en busca de su primer papel, con estrellas como Anthony Hopkins, Jodie Foster, Fay Wray o Max von Sydow. Ésta ha sido la historia de Sitges. 50 años de amor por el fantástico.

Aelita

Sitges 2017 está preparado para conmemorar su 50 aniversario. Con nueva imagen, pero conservando como emblema el clásico gorila y la esencia que lo hace único en el mundo, el certamen quiere compartir la celebración del 50 aniversario con su público fiel y con todos aquellos espectadores interesados en el fantástico y en el cine en un sentido amplio.

En la primera línea de esta edición se encuentra uno de los invitados más entrañables del Festival: el realizador Guillermo del Toro, que ejercerá de padrino de la conmemoración. La del director mexicano con el Festival es una relación que arrancó cuando acudió a Sitges en 1993 para presentar su opera prima, Cronos. Sitges sólo tiene palabras de agradecimiento para el que será su gran maestro de ceremonias, y que inaugurará el Festival el próximo jueves 5 de octubre con la única La forma de agua, recientemente ganadora del León de Oro de Venecia. Guillermo del Toro será el gran anfitrión de un Festival por el que desfilarán figuras de la talla de Susan Sarandon, Frank Langella, William Friendkin, Vince Vaughn, Udo Kier, Dario Argento o Robert Englund. Desde Asia a Europ a, pasando por Estados Unidos y Latinoamérica, el nuevo talento del fantástico visitará Sitges, pero sin olvidar a los grandes clásicos, como The Rocky Picture Show –una sesión que promete ser memorable con la entrega del Gran Premio Honrífico a la actriz Susan Sarandon–.

La forma del agua

El Festival proyectará 255 películas, la gran mayoría integradas en sus secciones oficiales, que se proyectarán en las cinco salas: Auditori Meliá Sitges, El Retiro, Prado, Brigadoon, y Sala Tramuntana. Pero también se podrán ver algunas de ellas en las otras salas del certamen, con entrada gratuita, como el Espai Movistar +, el Hort de Can Falç o el Centre Cultural Miramar, donde se verá la realidad virtual asentada en el Festival de la mano de Samsung, en Sitges 2017 el público también podrá disfrutar de un sinfín de actividades para todos los gustos.

 

Seis exposiciones fantásticas

Seis son las exposiciones que podrán verse este año en Sitges. A las dos dedicadas a conmemorar el 50 aniversario del Festival –que estarán ubicadas en el Centre Cultural Miramar, y que previamente pudieron verse en la Filmoteca de Catalunya y en el Cercle Artístic de Barcelona–, se les unirá la exposición Ink of Dracula-A Comic Tribute: un homenaje al leit motiv de Sitges 2017, comisariada por Borja Crespo y coordinada por Marta Andreu y Diego López, y ubicada a la salida del Auditori del Hotel Meliá Sitges. Junto a Drácula, la figura de Lovecraft también recibirá un homenaje con las ilustraciones de Joseph Díaz y Guillem H. Pongiluppi. Una exposición que podrá verse en el Palau de Maricel. Además, los artistas locales también rinden homenaje al 50 aniversario del Festival con sus trabajos que se podrán visitar tanto en el Estudi Vidal como en la galería de arte Àgora3. Y por último, Casa Bacardí junto a la veterana revista Fotogramas, unen esfuerzos para realizar Fotogramas Fantàstic, una exposición en la que 16 artistas revisan en clave fantástica siete portadas míticas de la revista de cine.

El 50 aniversario estará presente a diario y en cada latido en un Festival que ya en el mes de febrero se presentó en sociedad en Los Ángeles (EE.UU) y en mayo en Cannes. El homenaje a sus fundadores (hoy jueves en el Prado) y la gala de clausura que protagonizará La Fura dels Baus son otros de los momentos en que el Festival recordará su trayectoria. La conmemoración del Festival quedará reflejada también en un cupón de la ONCE dedicado al certamen el próximo jueves 5 de octubre.

 

Conferencias, mesas redondas, presentaciones, encuentros y clases magistrales

En la habitual Carpa FNAC, este Sitges poliédrico se dotará de presentaciones de libros, cómics, ediciones de películas en dvd y blu-ray. Allí se presentará, entre otras publicaciones, el libro ganador del Premio Minotauro de este año, Nieve en Marte, de Pablo Tébar, y el libro del Festival de Sitges de este año: Sitges 50 años celebrando la oscuridad, un libro conmemorativo del 50 aniversario del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, resumen de memorias, invitados y vivencias de las primeras cinco décadas del festival. El libro hace, en paralelo, un repaso a la historia del cine fantástico que tenido un especial protagonismo en el certamen. Además, la Carpa FNAC será el espacio donde se presentará el libro Algo en la Sangre, de David J.Skal. Biografía sob re Bram Stoker, autor de Drácula, y creador de uno de los mitos con más adaptaciones cinematográficas.

La Carpa Noray del Hotel Meliá Sitges será el lugar donde se ubicarán las clases magistrales de este año. Tanto los acreditados como el público en general podrán asistir a los encuentros programados con los invitados del Festival, entre ellos Susan Sarandon, William Friedkin o Frank Langella. Estas sesiones constituyen una nueva oportunidad del Festival para aproximar las estrellas a sus fans. También en el Hotel Meliá Sitges –en la zona situada en el Atri– se podrá acceder a algunas de las actividades de la industria audiovisual, que también se trasladan a otros espacios, como el Brigadoon o el Palau Maricel.

William Friedkin

El Festival de Sitges potencia su relación con la industria: Sitges Film Hub

El Festival aumenta de nuevo su contribución a la profesión y el sector, a través de presentaciones, fórums, debates y –de lo más aplaudido– encuentros que constituyen oportunidades para financiar proyectos audiovisuales.

La plataforma online Filmarket Hub y el Festival de Sitges, han seleccionado entre los más de 150 candidatos, los siete proyectos de largometraje para participar en el Sitges Pitchbox 2017, el evento internacional de pitching que tendrá lugar en la quincuagésima edición del Festival. Los siete proyectos que forman la selección oficial son: Biopunk de Liam Garvo (Reino Unido), Conexo de Carlos García (España), Matilda Corksrew de Victor Jaquier (Francia), Pochinok de Daniel M. Caneiro (España), Restore Point de Robert Hloz (República Checa), Teo de Víctor Manuel Checa (Perú), y The Monster Within de Rodrigo Susarte (Chile).

Por otro lado, la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) y el Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya han alcanzado un acuerdo de colaboración para que autores y representantes del sector audiovisual estudien la posible adaptación de obras literarias a películas de género fantástico. A través de esta iniciativa, Taboo’ks, se pretende generar oportunidades a ambos sectores y, paralelamente, potenciar Sitges como plataforma para la promoción no sólo de las obras de la industria cinematográfica, sino también para otras industrias culturales afines.

Entre las actividades que destacan en el Sitges Film Hub se encuentra la mesa redonda sobre El fantástico español, que contará con la presencia de Jaume Balagueró o Carlos Vermut; presentaciones, como el Màster de Cinema Fantàstic i Ficció Contemporània que ha desarrollado el Festival junto con al Universitat Oberta de Catalunya; y, en este caso relacionado con la gastronomía, la Sitges Bacanal: un acto singular de degustación gastronómica de la mano del reconocido chef Nando Jubany, relacionado con el leit motivde Drácula.

Para más información, está disponible el dossier de actividades de Sitges Film Hub.

 

La realidad virtual se consolida como una sección competitiva de la mano de Samsung Sitges Cocoon

La evolución exponencial que está teniendo la realidad virtual como flamante narrativa audiovisual ha hecho posible que en la edición de este año el Festival –en su acuerdo con la tecnológica Samsung– habilite dos espacios totalmente gratuitos con la tecnología Samsung Gear VR: la carpa Samsung VR Experience, situada en el exterior del Hotel Meliá Sitges y el Samsung VR Cinema, en el Centre Cultural Miramar. Si en la carpa el público podrá disfrutar de forma ininterrumpida de diversos contenidos de temática fantástica, en el espacio Samsung VR Cinema podrá asistir a la proyección de más de 25 trabajos procedentes de todo el mundo en una innovadora sala de cine VR sincronizada. Estos trabajos integran la sección Samsung Sitges Cocoon, que competirán por el premio a la mejor experiencia VR al ser valorados por un prestigioso jurado. El público, además, también podrá ejercer de jurado gracias a su voto virtual, eligiendo su experiencia inmersiva preferida.

 

El talento catalán, presente en Sitges 2017

El Festival de Sitges cuenta para esta edición con una de las indiscutibles figuras del fantástico catalán, el realizador Jaume Balagueró. La obra del director forma parte de la historia de Sitges, desde que presentó su cortometraje Alicia en 1994, donde debutó como realizador. Este año, el director presenta en la Sección Oficial Fuera de competición su última obra, el drama de misterio, Musa. También en la Sección Oficial, podrá verse la nueva película de Sadrac González-Perellón Black Hollow Cage. Junto a ellos, destaca la presencia de tres producciones catalanas que han entrado entre los cortometrajes seleccionados a competición –recordemos que el año pasado el cortometraje ganador en Sitges 2016 fue nominado a los Oscar en su categoría.

Black Hollow Cage

Por decimoctavo año consecutivo, la SGAE, la Fundación SGAE y el Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya celebran los Premios SGAE Nueva Autoría, —dentro de la sección Noves Visions—, que ofrecen a los autores emergentes de las escuelas de cinematografía de Catalunya la posibilidad de exhibir sus trabajos y darlos a conocer al gran público en el marco de un acontecimiento audiovisual de proyección internacional. Este año cuenta con la participación de 17 escuelas, que han presentado un total de 41 trabajos audiovisuales. Según el género, se han presentado 28 trabajos de ficción, 7 de animación y 6 documentales

Otro de los aspectos a destacar en la presente edición ha sido el incremento en la subtitulación de películas en lengua catalana, que han pasado de los 95 títulos a los 107, lo que representa un 60% del total de los films proyectados en el Festival.

 

Jurados de la 50ª edición

Cinco personalidades del universo fantástico, tanto en su vertiente literaria como cinematográfica, conforman el Jurado Oficial Fantàstic de la 50 edición del Festival de Sitges. Por un lado, se encuentra el realizador estadounidense Gary Sherman, también guionista y productor, autor de una de las películas de culto del género fantástico, Muertos y enterrados, que él mismo junto al director William Lustig presentará el domingo 8 de octubre en la sección Brigadoon. El segundo miembro del jurado es el escritor y crítico cinematográfico David J. Skal, conocido por sus análisis e investigación tanto de películas como de la literatura de terror, y que este año presenta el libro, Algo en la Sangre, biografía de Bram Stoker. El guionista y escritor estadounidense Nick Antosca, creador de la serie de horror t elevisiva Channel Zero –que se presenta dentro de la programación Serial Sitges en esta edición-, junto con el guionista y director de cine Alberto Marini, y la productora independiente Hattie Yu, completan un Jurado Oficial, muy vinculado con las actividades paralelas que tendrán lugar a lo largo del Festival en su 50 aniversario.

 

Invitados de Sitges 2017

 

PREMIATS:

Gran Premi Honorífic

William Friedkin (director)

Susan Sarandon (actriu)

Frank Langella (actor)

 

Premi Màquina del Temps

Kornél Mundruczó (director)

Vincent Price (actor), recull Victoria Price

Santiago Segura (director)

 

Premi Maria Honorífica

Udo Kier (actor)

Juan Mariné (director de fotografia)

Fred Tsui (productor)

Sergio Martino (director)

Denise O’Dell (productora)

Juan Martínez (dibuixant de còmic)

 

Premi Nosferatu

Tony Isbert (actor)

 

Premi Bacardí Sitges al Esperit Indomable

Leticia Dolera

 

JURADOS:

Jurat Oficial Fantàstic

Gary Sherman (director)

David J. Skal (escritor)

Hattie Yu (productora)

Nick Antosca (escritor)

Alberto Marini (director)

 

Jurat Noves Visions

Guillerm Clua (guionista)

Ivan Guyot (Canal+)

Carlota Moseguí (crítica)

 

Jurat Blood Window / Méliès

Nicolás Ronchi (director càsting)

Eduardo Trías (director)

Pedro Usabiaga (comissari d’art)

 

Jurat Focus Àsia – Anima’t

Annete Trumel (directora de càsting)

JR Youyng (productor)

Mirito Torreiro (programador)

 

Jurat Cocoon

Javier Olivares (director)

Jaume Balagueró (director)

Miguel Ángel Ruiz (programador)

 

Jurat Carnet Jove

Xavier Mogrovejo Acosta

Laia Puig Fontrodona

Maria Montserrat Morales Sanchez

Tanit Fernandez Ciria

Alejandro Hinojosa Moscoso

 

Jurat Brigadoon

Paco Plaza (director)

Àlex Blasco (programador)

Anna Bogutskaya (productora)

 

Jurat de la crítica

Mercè Coll (crítica)

José Luis Llosa (crític)

Guillem F. Marí (crític)

 

OTROS INVITADOS:

Dario Argento (director)

Lamberto Bava (director)

William Lustig (director)

Carlos Vermut (director)

 

EQUIPOS DE LLARGOMETRAJES Y CORTOMETRAJES:

The Shape of Water (La forma del agua) / La cumbre escarlata (Inauguración)

Guillermo del Toro (director)

 

The Lodger (Clausura)

Brian O’Malley (director), Charlotte Vega (actriu)

 

Proyecto Tiempo: Part II (Cinergia)

Hiba Abouk (actriu), Pablo Rivero (actor)

 

OFICIAL FANTÀSTIC

78/52

Alexandre Philipe (director), Robert Muratore (productor), Kerry Deignan Roy (productor)

 

Before We Vanish

Kiyoshi Kurosawa (director), Hiromi Kurosawa (acompanyant), Yuki Arakawa (productor)

 

Black Hollow Cage

Sadrac González (director), Lowena McDonell (actriu), Javier Aguayo (productor)

 

Blade  of the Immortal / Jojojo’s / Mole Song

Takashi Miike (director), Misako Saka (productor), Shinjiro Nishimura (productor), Shigeji Maeda (productor)

 

As boas maneiras

Marco Dutra (director), Juliana Rojas (directora)

 

Brawl in Cell Block 99

S, Craig Zahler (director), Dallas Sonnier (productor), Jack Heller (productor), Vince Vaughn (actor), Udo Kier (actor)

 

Brimstone

Martin Koolhoven (director), Els Vandervorst (productor)

 

Bushwick

Nate Bolotin (productor)

 

Caniba

Lucien Castaing-Taylor (director), Verena Paravel (director)

 

Dhogs

Andrés Goteira (director), Suso López (productor), Melania Cruz (actriu), Carlos Blanco (actor), María Costas (actriu), Xosé López (actor), Adrián Folgueira (productor executiu), Iván Marcos (actor), Laura Doval (productora executiva), Sara Horta (productora executiva), Javi Lopa (productor)

 

The Endless

Justin Benson (director), Aaron Moorhead (director)

 

Errementari (El herrero y el diablo)

Paul Urkijo Alijo (director), Álex de la Igesia (productor), Carolina Bang (co-productora), Kandido Uranga (actor), Uma Bracaglia (actriu), Luis Oza (productor), Rodolphe Sanzé (productor), Araceki Pérez Rastrilla (productor), Kiko Martínez (productor), Mar Álvarez (productora)

 

El habitante

Guillermo Amoedo (director), Vanesa Restrepo (actriu), Gabriela de la Garza (actriu), Rodrigo Bello (productor), Rodrigo Trujillo (productor)

 

Jupiter’s Moon

Kornél Munduczó (director)

 

Laissez bronzer les cadavres

Brono Forzani (director), Helène Cattet (directora)

 

Les affamés

Robin Aubert (director)

 

Marlina the Murder in Four Acts

Mouly Surya (directora)

 

Matar a Dios

Caye Casas (director), Albert Pintó (director), Itziar Castro (actriu), Emilio Gavira (actor), Eduardo Antuña (actor), David Pareja (actor), Boris Ruis (actor), Francesc Orella (actor), Rosa Solé (productora), Norbert Llarás (productor), Josep María Riera (actor)

 

The Maus

Yayo Herrero (director), Sanin Milavic (actor), Enrique López-Lavigne (productor)

 

My Friend Dahmer

Marc Meyers (director), Adam Goldworm (productor)

 

 Revenge

Coralie Fargeat (directora)

 

Salyut-7

Klim Shipenko (director)

 

Sword Master 3D

Nansu Shi (productora)

 

Tragedy Girls

Tyler McIntrye (director)

 

The Villainess (La villana)

Jung Byun-gil (director)

 

OFICIAL FANTÀSTIC DISCOVERY

Rabbit

Luke Shanahan (director), David Ngo (productor)

 

The Cured

David Freine (director)

 

OFICIAL FANTÀSTIC FORA DE COMPETICIÓ

A Single Raider

Lee Zoo-young (director)

 

Gloves Off

Steven Nesbit (director), Brad Moore (guionista), Robert Muston (productor)

 

Leatherface

Alexandre Bustillo (director), Julien Maury (director)

 

Muse

Jaume Balagueró (director), Franka Potente (actriu), Manuela Vellés (actriu), Carlos Rojano (productor), John McDonell (productor)

 

La piel fría

Xavier Gens (director), Denise O’Dell (productora), Félix Berges (VFX), Aura Garrido (actriu), Mark Albela (productor), Denis Pedregosa (productor ejecutivo), Orlando Pedregosa (productor ejecutivo)

 

NOVES VISIONS ONE

O animal cordial

Gabriela Almeida (directora)

 

Dave Maze a Maze

Bill Waterson (director)

 

The Crescent

Seth A. Smith (director), Woodrow Graves Urichsmith (actor)

 

Fiesta Nibiru

Sebastián Aloi (productor)

 

Hagazussa

Manuel Baqueiro (director de fotografia)

 

Infllame

Ceylan Ozgun Ozcelik (director)

 

Kuso

Flying Lotus (director)

 

Marjorie Prime

Isen Robbins (productor), Uri Singer (productor ejcutivo)

 

M.F.A

Natalia Leite (directora), Leah McKendrick (guionista)

 

Most Beautiful Island

Ana Asensio (directora), Craig William McNeill (productor)

 

Strangled

Árpád Sopsits (director)

 

NOVES VISIONS PLUS

Arder

David González Ridiez (director), Ángela Vigil Martínez (productora)

 

The Biggest Thing That Ever Hit Broadway – Redux

Marcus Thompson (director)

 

The Book of Birdie

Elisabeth Schuch (directora)

 

Boys in the Trees

Nicholas Verso (director)

 

Dawson City: Frozen Time

Bill Morrison (director), Madeleine Molyneaux (productora)

 

Indiana

Charlie Williams (escritor), Andrés Torres (productor jecutivo), Toni Comas (director)

 

Love and Other Cults

Eiji Uchida (director), Adam Torel (productor), Moei Miura (productora)

 

Stray Nightingale

Takanobu Kanazawa (director)

 

ÓRBITA

The Battleship Island: Director’s Cut

Ryoo Seung-wan (director), Cho Sung-min (productor)

 

Jailbreak

Céline Tran

 

The Last Rampage

Shaked Berenson (productor)

 

Madraza

Hernán Aguilar (director)

 

Le sepent aux mille coupures

Eric Valette (director)

 

PANORAMA

Beyond Skyline

Liam O’Donell (director), Matthew Chausse (productor)

 

The Bride

Vladislav Severstev (productor)

 

Creep 2

Patick Brice (director)

 

Curvature

Diego Hallivis (director Curvature), Julio Hallivis (productor)

 

Fashionista

Simon Rumey (director)

 

The Heretics

Chad Archibald (director)

 

Hostile

Mathieu Turi (director), Thomas Lubeau (productor), Eric Gendarme (productor), Olivier Chateau (productor), Brittany Ashworth (actriu), Grégory Fitoussy (actor)

 

Housewife

Can Evrenol (director), Elif Domanic (disenyador de vestuari), Muge Buyuktalas (productor), Anton Maiovvi (compositor)

 

Mal nosso

Samuel Galli (director), Tato Siansi (productor), Laura Pepita (actriu), Gabriela Grecco (actriu), Brett Walker (productor), Miguel Govea (productor executiu)

 

Replace

Barbara Crampton (actriu)

 

Secret Santa

Adam Marcus (director), Brian Sexton (productor)

 

PANORAMA DOCUMENTAL

Drácula Barcelona

Carles Prats (director), Pere Portabella (director), Serena Vergamo (actriu), Annie Settimo (actriu), Teresa Gimpera (actriu)

 

The Farthest

Emer Reynolds (director)

 

World of Darkness

Kevin Lee (guionista), Shanee Defreest (actor), Dhaunae De Vir (actriu)

 

 ANIMA’T

Ancien y el mundo mágico

Kenji Kamiyama (director), Maoki Iwasa (productor), Asuka Kimura (vendes internacionals)

 

MIDNIGHT X-TREME

Belzebuth

Emilio Portes (director), Rodrigo Herranz (productor)

 

Dead Shack

Peter Ricq (director), Amber Ripley (productora), Shayne Putzlocher (productor)

 

Game of Death

Sebastian Landry (director), Laurence Morais-Lagace (director)

 

Meatball Machine Kodoku

Yoshihiro Nishimura (director)

 

Mexico Bárbaro II

Lex Ortega (director), Ricardo Farias (director), Michelle Garza (director), Abraham Sánchez (director), Aura González (director de fotografia), Luis Flores (productor), Laura Rojas (productor), Abigail Bonilla (productor)

 

The Night Watchmen

Jeff Allard (productor)

 

 Los olvidados

Nicolás Onetti (director), Victoria Maurette (actriu), Victorio D’Alessandro (actor), Mirta Busnelli (actriu), Agustín Pardella (actor), Martin Gerding (productor)

 

 Vampire Clay

Soichi Umezawa (director), Yukuhiko Yamaguchi (productor)

 

SESIONES ESPECIALES

The Bad Bath

Ana Lily Amirpour (directora)

 

El secreto de Marrowbone

Sergio G. Sánchez (director), Sandra Hermida (productora), Belén Atienza (productora), Ghislain Barrois (productor), J.A.Bayona (productor), Paolo Vasile (productor), Álvaro Agustín (productor)

 

Sólo se vive una vez

Federico Cuevas (director), Santiago Segura (actor), Arancha Martí-Marín (actriu), Hugo Silva (actor), Maria Luisa Gutiérrez (productora)

 

The Super

Stephan Rick (director), Brett Forbes (productor), Patrick Rizzotti (compositor), Stepfan Schulzki (compositor), Jens Grotzschel (compositor), Felix Cramer (director de fotografia), Richard Tintelnot (VFX), Alexander Shkolnikov (VFX)

 

SEVEN CHANCES

Mansfield 66/67

David Ebersome (director), Tood Hughes (director)

 

La telenovela errante

Galut Alarcón (muntador)

 

SITGES CLASSICS – DRÁCULA DESSENCADENAT

El vampiro (1957)

Daniel Birman Ripstein, Rosario Soto

 

SITGES CLASSICS – HONG KONG MOVIE EXPERIENCE

The Mission

Johnnie To (director), Kei-chi To (productor)

 

SERIAL SITGES

Stranger Things

Millie Bobby Brown (actriu), Noah Schnapp (actor)

 

La Zona

Jorge Sánchez-Cabezudo (director), Alberto Sánchez-Cabezudo (director), Eduard Fernández (actor), Carlos Bardem (actor), Alexandra Jiménez (actriu), Emma Suarez (actriu), Alba Galocha (actriu)

 

BRIGADOON

Rebobinado

José F. Rivero (director)

 

Científicamente perfectos

Francesc Xavier Capell (director)

 

Los resucitados

Arturo de Boadilla (director)

 

Paco Pérez

Jordi Marcos (director)

 

In the Interticies of reality

Joa Monteiro (director)

 

Sherborg

Daniel Amstrong (director)

 

Video Bizarro Local 63

Dolores Montaño (directora), Marian Juárez (director)

 

Tax Shelter

Xavier Mendik (director)

 

Bloodlands

Steven Kastrissios (director)

 

 Omega Rising

Philp Scott (director)

 

The Terror of Hallow’s Eve

Todd Tucker (director)

 

Culto al terror

Gustavo Leonel Mendoza (director), Maro Villamarín (productor)

 

The Song of Salomon

Stephen Biro (director)

 

Y abrázame

Javier Rao (director)

 

Bad Black

Alan Hoffmans (productor)

 

Sumario Sangriento de la pequeña Estefanía

Mónica Randall (actriu)

 

The Silent Scream

Ariff Khan (director), Natalie Kabenjian (actor)

 

 Born Again

Jason Tostevin (director)

 

 I am Doorway

Robin Kaspariik (director)

 

Servicio de habitaciones

Saúl Gallego Mateo (director)

 

Ivy

Rubén Abarca (director)

 

Rewind

Rubén Pérez-Barrena (director)

 

Alicia

Daniel M. Caneiro (director)

 

Cuerno de hueso

Adrián López (director)

Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 1

Del 22 al 30 de septiembre tuvo lugar la 65 edición del Festival de San Sebastián, a la hora de hacer un balance general de todo lo que ha dado de sí este año el Zinemaldia destacar en un primer lugar que posiblemente esta edición haya sido la de la plena consolidación del modelo implantado por el equipo liderado por José Luis Rebordinos, San Sebastián siempre ha tenido el eterno problema de su equiparación con respecto a los otros tres certámenes de categoría A, ese sempiterno cuarto lugar que ha ocupado durante tantos años siempre ha quedado dolorosamente reflejada en su sección oficial a concurso, es ahí en donde las diferencias entre los otros festivales ha supuesto una losa difícil de levantar en lo referente a la comparación, el apostar en estos últimos años por una selección de films con mucha más personalidad, de autores emergentes y de claro tono de riesgo en el buen sentido de la palabra (todo esto ayudado por la  fuerte irrupción del festival de Toronto, certamen del cual se abastece al no ser de carácter competitivo) en detrimento de ir a por ese título gordo que seguramente acabe proyectándose en Venecia, mucho de estas películas podrían haber estado perfectamente en la sección Nuev@s Director@s, una selección oficial en definitiva de naturaleza eclíptica por el diferente tono genérico de los trabajos presentados cumpliéndose aquella máxima de que cada espectador encontrará en ella su película, lo importante es que dicho posicionamiento dota al certamen de una coherencia, autores desconocidos pero de sobrado talento en detrimento del nombre parece ser que serán las acertadas líneas a seguir en un futuro.

Posiblemente todo esto no sería posible sin ser San Sebastián el festival de festivales de clase A, es ahí donde solventa esa supuesta carencia secciones como la potentísima este año Perlas o la remodelada Zabaltegi-Tabakalera, una rica variante a modo de cajón de sastre de la primera pero de un tono más de riego y  autoral, sección esta en donde seguramente se vieron los trabajos más interesantes de la presente edición. En lo concerniente retrospectivas también fue una decisión acertada el prescindir este año de la contemporánea a favor de una retrospectiva clásica tan extensa y rica como la dedicada a Joseph Losey rubricada como suele ser habitual con una espléndida y necesaria publicación. Cambios que también se vieron reflejados en los Premios Donostia, otorgados ya no solo a rostros consagrados y plenamente reconocibles como fueron Monica Bellucci o Ricardo Darín sino también a cineastas de las características de Agnès Varda presente en el certamen con la simpática Visages, Villages.

Que la Concha de Oro fuera a parar a la notable The Disaster Artist de James Franco, un premio que en relación a pasados galardones beneficia al festival de una forma incuestionable de puertas afuera, cumplimenta de una  manera algo caprichosa ese cambio de rumbo antes mencionado, a continuación las crónicas diarias de todo lo que dio de sí la presente edición del Zinemaldia 2017.

 

Submergence

James More (James McAvoy) es un ingeniero hidráulico que ha sido tomado como rehén en Somalia por los terroristas yihadistas, que sospechan que es un espía británico. Danielle ‘Danny’ Flinders (Alicia Vikander) es una biomatemática que trabaja en un proyecto de inmersión en las aguas más profundas de los océanos para demostrar su teoría sobre el origen de la vida en el planeta. Un año antes James y Danny se conocieron en un hotel de la costa atlántica francesa y se enamoraron. Ahora, separados, Danny inicia su peligrosa inmersión al fondo del océano en Groenlandia sin saber si James sigue vivo.

No suele ser tarea fácil el inaugurar de forma oficial un certamen de las características de San Sebastián, en cierta manera este primer film suele ser mirado con demasiado énfasis y detalle por parte prensa y público, tampoco ayuda que las cintas que han inaugurado en estos últimos años el festival no han tenido un nivel digámoslo suavemente aceptable en referencia a su calidad global. Submergence, la nueva película del alemán Wim Wenders no logra cambiar dicha dinámica con esta muy fallida adaptación de la novela homónima de J.M. Ledgard.

Posiblemente lo que más duela de una película de las características de Submergence es que un servidor hace pocos días volvió a ver Paris-Texas aprovechando el reciente fallecimiento de Harry Dean Stanton, es en dicha comparativa entre ambos films cuando uno de se da cuenta de la dolorosa involución que nos ofrece la filmografía de Wim Wenders, solo algo salvable por sus últimas aportaciones al documental,  Submergence por desgracia es ficción, un film que pretende ser una ambiciosa historia romántica con mucho trasfondo, quizás demasiado, desconozco la novela en que se basa pero uno intuye que el amplio catálogo de reflexiones de tono humanístico acerca de la vida, el miedo a la muerte  o el capricho del destino entre otras disquisiciones trascendentales terminan convirtiéndose aquí en una especie de baturrillo sin mucho sentido ya sea aplicado a lo que es su narrativa o a su insulsa puesta en escena, todo ello provoca una desconexión brutal entre espectador y relato hasta tal punto que solo llega por interesar de forma muy relativa y puntual esa suerte de segmento correspondiente al thriller yihadista al más puro estilo Homeland, un muy triste bagaje final para una empresa que aspiraba en un principio a algo mucho más complejo, demostrando lo lejos que quedan los tiempos en donde Wim Wenders deslumbraba con trabajos como El amigo americano o Paris-Texas .

Valoración 0/5: 1’5

 

Charmøren

Como emigrante a Copenhague y residente en la ciudad durante ya dos años, Esmail, un joven iraní encantador, lleva una doble vida: por la mañana, trabaja en una empresa de mudanza para poder mandar dinero a sus familiares en Irán; por la noche, busca desesperadamente a mujeres. Su intención no es dinero sino un hogar, una relación duradera que le asegure su presencia en Dinamarca, dado que pende sobre su cabeza una amenaza de deportación. Todo cambiará cuando conozca a una joven de 26 años de edad llamada Sara, estudiante de derecho descendiente de iraníes, y a su madre, Leila. Al mismo tiempo, su pasado empezará a asaltarlo bajo la forma de un extraño.

El cineasta sueco de origen iraní Milad Alami fue el encargado de inaugurar este año la en mi opinión fundamental sección Nuev@s Director@s con el estreno mundial de Charmøren, una película que desde un principio nos introduce en el drama social de la inmigración visto en primera persona, a través de una ansiedad de un solo personaje, de hecho la historia que se nos cuenta parece bascular básicamente en lo concerniente a una desesperada lucha contrarreloj, la del protagonista principal con intentar arraigarse de una forma legal en Copenhague. La ansiedad de Esmail conforme avanza el metraje dota a la historia de oscuros tintes psicológicos en detrimento del  inicial conflicto social expuesto, algo que deriva al producto por momentos en el pantanoso terreno del psicodrama paranoico, en la narrativa impuesta por Milad Alami vemos como el protagonista principal trata de conseguir por todos los medios posibles lo que cada vez parece más difícil, para más inri tendrá que lidiar internamente con un sentimiento de culpa ocasionado por los supuestos daños colaterales de sus acciones como nos muestra la contundente escena inicial con que Milad Alami abre el film.

Charmøren no solo se conforma con representar una radiografía social sobre un problema tan candente a día de hoy, a parte Alami nos ofrece una estimulante visión por momentos perspicaz y detallada en lo concerniente a la creciente comunidad iraní asentada en Escandinavia, indagando en las sutiles divisiones internas que imperan en dicho colectivo, todo ello expuesto a medio camino entre la asimilación y la orgullosa preservación cultural. El final de claras connotaciones circulares por el que transita Charmøren con ese traje convertido en vehículo metafórico hacia lo imposible deja bien claro el mensaje que expone Milad Alami en esta muy digna opera prima.

Valoración 0/5: 3

 

Call Me by Your Name

Una historia de amor de verano entre Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven adolescente de 17 años, y Oliver (Armie Hammer), un estudiante de 24 invitado a la casa familiar de la Riviera italiana.

Otra inauguración en este primer día de festival fue la espléndida Call Me by Your Name dentro de la potente sección Perlas, basada libremente en la novela homónima de André Aciman la nueva película del italiano Luca Guadagnino apoyado en esta ocasión por el veterano cineasta James Ivory en calidad de guionista figurará a final de año como una de las mejores películas de este 2017 con toda justicia, Call Me by Your Name anida a través de una historia iniciática sobre el primer amor, personajes y escenario complementan un tono ciertamente exquisito y en las antípodas del habitual manierismo existente en la mayoría de cine que aborda la temática del enamoramiento gay, todo ello expuesto a través de una máxima sencillez narrativa que se invierte en un depurado ejercicio que aborda cuestiones tan trascendentales que van mucho más lejos de lo que es una simple representación de unas primeras relaciones amorosas entre dos individuos.

En Call Me by Your Name vemos durante su metraje como los dos personajes principales se atraen, enamoran, se rechazan y terminan abrazándose con todas las consecuencias que se derivan no solo de sus actos sino también de las conexiones emocionales existentes entre ambos, de hecho estamos ante una película que no pretende transitar exclusivamente a través de la homosexualidad,  Guadagnino descarta de este modo la opción sexual como tal en el relato a favor de una sincera exposición del propio acto del deseo y el amor subyacente en cualquier ser humano, en este sentido Call Me by Your Name logra sustentarse en la sutileza de un ejercicio cinematográfico repleto de pequeños detalles que devienen finalmente como grandes, en donde las miradas y las pequeñas cotaciones expuestas elevan un sólido relato acerca del enamoramiento y el vacío que éste deja en el corazón cuando acaba aquí sustentado y representado por un maravilloso plano final. Call Me by Your Name supone la consagración definitiva de Luca Guadagnino como uno de los directores europeos más intereses del momento, su próxima reinterpretación del Suspiria de Dario Argento supondrá un apasionante nuevo reto en una carrera como director tan ecléctica como interesante.

Valoración 0/5: 4

 

El autor

Álvaro quiere ser escritor, pero todo lo que escribe es falso, pretencioso, insípido. Trabaja como escribiente en una notaría de Sevilla y su vida es gris, coloreada sólo por sus sueños. Su mujer, Amanda, es todo lo contrario. Siempre ha tenido los pies en la tierra y nunca ha soñado con ser escritora. Sin embargo, es ella la que se pone a escribir y le sale un best-seller. Ironías de la vida. La separación es inevitable. Y en ese momento, Álvaro decide afrontar su sueño: escribir una gran novela. Pero es incapaz; no tiene talento ni imaginación. Guiado por Juan, su profesor de escritura, indaga en los fundamentos de la novela, hasta que un día descubre que la ficción se escribe con la realidad. Álvaro comienza a manipular a sus vecinos y amistades para crear una historia, una historia real que supera a la ficción.

Había mucha expectación por ver la nueva película de Manuel Martín Cuenca, sus últimas y muy estimables La mitad de Óscar y Caníbal sumado al reciente Premio FIPRESCI del Festival de Toronto hacían presagiar que posiblemente estaríamos ante la película española del certamen, sin embargo el resultado final pese a lo interesante de la propuesta deja un poso algo amargo  y una ligera sensación de oportunidad desaprovechada pese a  poseer apuntes ciertamente muy válidos.

Basada en una novela corta de Javier Cercas titulada El móvil el principal problema que parece atesorar El autor es su indecisión genérica, la muy interesante premisa que aborda acerca de la reflexión sobre el oficio de crear, o ese tratamiento de lo que supone la verdad como fundamento vital del individuo, son conceptos que en el film devienen como intermitentes y que requería en mi opinión un desarrollo algo más sobrio y lineal, el tratamiento de comedia, en ocasiones burda, en referencia por ejemplo a la interactuación dos personajes importantes en la trama (la esposa del protagonista y la portera donde se aloja) actúan a modo de anticlímax narrativo pues lo que nos cuenta El autor linda con cuestiones a medio camino entre lo perverso y lo irónico, un personaje (excelente interpretación de Javier Gutiérrez) frustrado y engañado que ante su imposibilidad a la hora de crear por carecer de talento decide manipular lo que le rodea, la base de dicha idea incluso parece remitirnos a la brillante Following de Christopher Nolan, sin embargo Manuel Martín Cuenca parece querer romper la austeridad que si imperaba por ejemplo en su anterior y estupenda Caníbal, el resultado es un curioso mix genérico que va desde la comedia de claro tono español hacia una suerte de thriller de connotaciones psicológicas que derivan en oscuras sin perder nunca de vista la naturaleza lúdica del producto, en su haber y pese a su irregularidad sí que podemos encontrar en cambio como un gran logro el saber crear desde la más absoluta disparidad antes mencionada una por momentos apasionante fábula punzante acerca la creación y el talento.

Valoración 0/5: 3

 

The Square

Christian, mánager de un museo de arte contemporáneo, se encarga de una exhibición titulada «The Square» en la que hay una instalación que fomenta valores humanos y altruistas. Cuando contrata a una agencia de relaciones públicas para difundir el evento, la publicidad produce malestar en el público.

La ganadora de la pasada Palma de Oro fue la encargada de inaugurar  la cada vez más pujante e interesante sección Zabaltegi-Tabakalera, en The Square prima lo complejo en relación a su exacerbación, el sueco Ruben Östlund parece querer contarnos la decadencia moral e identitaria de la civilización occidental en base a un catálogo en donde situaciones y personajes que interactúan a modo de contrastes irónicos y punzantes dentro de la historia. En The Square bajo el anecdotario de llevar el arte al límite vemos como la clase social es diseccionada (de forma algo deslavazada) en un film en donde parece primar de forma más soluble el mensaje que la propia representación de dicho acto, expresado de otra manera, se incide en demasía en lo relativo al supuesto trazo que articula lo escandaloso en base a acciones puntuales dejando en un segundo término la en teoría efectividad subyacente en la propia historia.

En The Square vemos como imperan las set pieces de múltiples capas, definirla como una especie metáfora satírica acerca de la ausencia de confianza dentro de una sociedad que parece moverse solo por un interés individual seria quedarse muy en la superficie de todo lo que parece proponernos Ruben Östlund, sin ser especialmente agraciada en referencia a sus muy cuestionables formulismos cinematográficos The Square sí que queda validada como valioso objeto de debate artístico, una de las máximas del séptimo arte por muy olvidado concepto este que nos parezca hoy en día.

Valoración 0/5: 3’5

La fábula dual de Todd Haynes, tráiler de «Wonderstruck»

Amazon Studios y Roadside Attraction acaban de lanzar un nuevo extenso tráiler, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, de la esperada nueva película de Todd Haynes titulada Wonderstruck, adaptación de la conocida  novela de Brian Selznick del mimo nombre que tras su paso por la pasada edición del festival de Cannes se podrá ver estos días en San Sebastián dentro de la sección Perlas. El film, una fábula acerca de la identidad infantil, supone un ligero cambio de registro por parte de Todd Haynes con respecto a sus anteriores y muy notables trabajos, aquí encontraremos la que muy posiblemente sea su película de tono más familiar con un ligero toque hacia el fantástico en lo referente a su historia. Wonderstruck se estrenará en los cines de Estados Unidos el próximo  20 de octubre, en España de la mano de Diamond Films lo hará el 2 de marzo de 2018 con el título de El museo de las maravillas.
Wonderstruck nos cuenta como Ben y Rose son niños de dos épocas distintas, que desean en secreto que sus vidas sean diferentes. Ben sueña con el padre que nunca conoció, mientras Rose lo hace con una misteriosa actriz cuya vida narra en un libro de recuerdos. Cuando Ben descubre una pista en casa y Rose lee un tentador titular en el periódico, ambos comienzan una búsqueda que se desarrollará con una fascinante simetría.
La película con Brian Selznick adaptando la novela de Brian Selznick y música a cargo de Carter Burwell está protagonizada por Oakes Fegley, Julianne Moore, Michelle Williams, Amy Hargreaves, Cory Michael Smith, Marko Caka, James Urbaniak, Hays Wellford, Morgan Turner, Jaden Michael, Ekaterina Samsonov, Raul Torres, Millie Simmonds, John P. McGinty y Mark A. Keeton.

«Framed», premier mundial en la inauguración del TerrorMolins

TerrorMolins acoger la Premiere Mundial de la película Framed, cinta dirigida por Marc Martínez Jordán que tendrá su estreno el viernes 10 de Noviembre en el Teatre de La Peni de Molins de Rei. Framed mezcla los componentes más clásicos del cine de terror (y en especial las denominadas “home invasión movies”) con el imparable auge de las nuevas tecnologías de la comunicación (facebook, instagram, twitter, etc:.). Un fenómeno tecnológico que está cambiando la sociedad en la que vivimos y sobretodo la forma en la que nos comunicamos. Framed es un ensayo terrorífico, crítico, y con pinceladas de humor, del uso desmedido y sin filtro por parte de una sociedad cada vez más entregada al fenómeno de la viralidad.

La cinta está dirigida por Marc Martínez Jordán, graduado por la ESCAC en 2012 en la especialidad de Dirección. Su proyecto final de carrera, el cortometraje de terror “Timothy” (2014) estuvo incluido en la Sección oficial del Sitges Film Festival. Tras dos años de exhibición, acumuló 36 premios y cerca de 200 selecciones nacionales e Internacionales.

En 2013 también codirigió la película “Los inocentes”, slasher adolescente producido por Escandalo films y realizado íntegramente por alumnos de la Escac. Un film presente en la sección panorama del Festival de Sitges, no solamente cosechando selecciones en diversos festivales si no también varias vendas internacionales.

Su último trabajo, el cortometraje “Caradecaballo” en blanco y negro, con un presupuesto de 20 euros y protagonizado por su abuela y él mismo, le ha reportado más de 60 premios nacionales e internacionales y 250 selecciones. Algunos premios en festivales tan importantes como en Milano Film Festival, Brussels short film festival, Sitges film festival o las Vegas film festival.

El guión está firmado por el propio Marc Martínez Jordán y por Jaume Cuspinera, actual tutor de guión de los proyectos finales de carrera de la ESCAC y uno de los responsables del desarrollo de guiones como “Eva” (Kike Maíllo, 2011) y “Animals” (Marçal Forés, 2012).

El debut con este largometraje de Martínez Jordan está apadrinado por el director y productor, Marc Carreté director de títulos como Asmodexia y Afther The Legacy y creador del sello indie Creatures Of The Dark.

El reparto principal está formado por Àlex Maruny (Promoción Fantasma, El Club de los incomprendidos, Barcelona noche de invierno, Pulseras Vermelles), Clàudia Pons (Asmodexia, Elisa K, Desclasificats ) y Joe Manjon (Risen, Megan Leavey, Según Mateo).

Completan el reparto Julia Molins (Hooked Up, La Riera, Sé quién eres), Enric Auquer (Los Inocentes, Ebre del bressol a la batalla), Biel Montoro (Black Snow, L’altra Frontera) , Daniel Horvath (Encouter with a Mirror,Kamikaze, Buscando el Norte), Carlus Fábrega (Los Ojos de Julia, Nit i Dia), Ramon Canals (Asmodexia),Santos Adrián (Rotten Train,The Glorious Seven), Adriana Feito (La Revolución de los Angeles,Mis Ex novias), José García (El Crack, Losers), Marina Durán (Asmodexia, El Dibuix) i Mar Serra (Nit i Dia, Asmodexia).

Además Framed cuenta con la colaboración especial de Pep Sais(Ocho apellidos catalanes, Los Últimos días), Mercè Montalà(Secuestro, Camille) y Ann Perelló (Amor tóxico,Otel.lo).

Sinopsis

Framed es una aplicación que permite emitir video en streaming desde cualquier dispositivo móvil conectado a internet. Al no existir censura muchos de sus usuarios hacen cualquier cosa con tal de cosechar el mayor número de audiencia posible: palizas y violaciones se suceden en los streamings, no existe el límite. Alex se reúne con sus amigos una noche antes de marcharse a Berlín a trabajar. La noche transcurrirá con relativa normalidad hasta que él y sus amigos serán atacados por tres individuos que les obligarán a participar en macabros y crueles juegos mortales. Todo ello será retransmitido en streaming con un solo objetivo: conseguir una audiencia récord en Framed.  

Vivencias en Ferentari, primer tráiler de «Soldatii. Poveste din Ferentari»

Soldatii. Poveste din Ferentari será otra de las películas que participe en la sección oficial de la ya inminente nueva edición del festival de San Sebastián, el film que acaba de verse en el TIFF y cuyo primer avance en forma de un primer tráiler subtitulado al inglés y póster oficial que podéis ver a final de página supone la opera prima en el largometraje de la rumana Ivana Mladenovic, realizadora con amplia experiencia en el ámbito del cortometraje y el documental.
En Soldatii. Poveste din Ferentari vemos como Adi, de 40 años, un joven antropólogo a quien su novia ha abandonado recientemente, se muda a Ferentari (el barrio más pobre de Bucarest), con la intención de escribir un estudio sobre el manele (la música popular de la comunidad romaní). Mientras investiga sobre el tema, conoce a Alberto, un ex convicto romaní que promete ayudarle. Pronto ambos inician un romance en el que Adi alienta a Alberto con improbables planes para salir de la pobreza y Alberto le corresponde con palabras de amor bien elaboradas. Cuando el dinero se acaba, ambos se ven atrapados en un apartamento en el que se aman y se utilizan el uno al otro, en un juego de necesidad y poder que no tiene ganadores.
La película con guion a cargo de la propia Ivana Mladenovic junto a Adrian Schiop adaptando el libro autobiográfico de este último que también ejerce como protagonista principal del film junto a Vasile Pavel-Digudai, Stefan Iancu, Nicolae Marin-Spaniolul, Kana Hashimoto y Dan Bursuc.

Sitges Pitchbox anuncia los proyectos seleccionados para su nueva edición

Los proyectos se presentarán a la industria cinematográfica durante el Festival de Sitges 2017. La plataforma online Filmarket Hub y el Festival de Sitges han dado a conocer los proyectos de largometraje seleccionados para participar en Sitges Pitchbox 2017, el evento internacional de pitching que tendrá lugar en la quincuagésima edición del Festival.
La convocatoria ha sido de nuevo un éxito contando con más de 150 proyectos candidatos. Una gran variedad de propuestas de género procedentes de toda Europa y Latinoamérica, y de países como Estados Unidos o Nueva Zelanda. Todos ellos están inscritos y disponibles en el mercado online de proyectos de Filmarket Hub. Los siete proyectos que forman la selección oficial son: Biopunk de Andrew Harmer (Reino Unido), Conexo de Carlos García (España), Matilda Corksrew de Victor Jaquier (Francia), Pochinok de Daniel M. Caneiro (España), Restore Point de Robert Hloz (República Checa), Teo de Víctor Manuel Checa (Perú), y The Monster Within de Rodrigo Susarte (Chile).
El viernes 6 de octubre en el Hotel Meliá, y dentro de las actividades de industria que programa el Festival, los directores de los siete proyectos tendrán la oportunidad de hacer un pitch de venta ante reconocidos productores y empresas del sector. Una vez presentados, tendrá lugar una sesión de networking con todos los asistentes y se procederá a la entrega de premios.

 

Premios para desarrollo y viajes a otros festivales internacionales
Además, Sitges Pitchbox entregará tres premios económicos destinados a gastos de desarrollo y viajes para presentar los proyectos de películas en otros festivales. El ganador del premio Sitges Pitchbox recibirá una ayuda de 6.000 euros para el desarrollo de su proyecto. La película de mayor proyección internacional o referencias asiáticas será galardonada con el premio NAFF, que consta de 5.000 euros destinados a mentoring y una bolsa de viaje para asistir y realizar una presentación en el Bucheon International Film Festival (Corea del Sur). También se entregará el premio FICG, valorado en 4.000 euros para que otro de los proyectos pueda asistir y presentarse en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (México).
El jurado de expertos internacionales que se encargará de conceder estos tres premios estará compuesto por: Iván Guyot (Canal+ Francia), Oriol Sala-Patau (TVC), Jongsuk Thomas Nam (BIFAN), Estrella Araiza (FICG) y Javier Porta (BAFICI).
Por otro lado, el International Film Festival & Awards – Macao seleccionará uno de los proyectos para que participe en The Crouching Tigers Project Lab, su encuentro de coproducción y cofinanciación.
Por último, Catalan Films & TV y Blood Window seleccionarán los dos mejores proyectos catalanes de la convocatoria para que participen en una sesión de pitching en la sección de género fantástico del mercado cinematográfico Ventana Sur.

 

Menciones especiales
Ante la dificultad de seleccionar únicamente siete proyectos, Sitges Pitchbox también concede diez menciones especiales para destacar la alta calidad de otros proyectos que se han quedado a las puertas de la selección oficial: Armada de Dios de Fernando Urdapilleta (México), Car-Y de Olivier Guerpillon (Suecia), Freshblood de Tom Holland, Juan de Dios Garduño y Fernando Samper (EEUU & España), Hum de Stefano Nurra (Reino Unido), Iceberg de Pelayo Muñiz (España), La bestia de David Casademunt (España), La ira de Roberto San Sebastián (España), Simient y reja de Roberto Ruiz (España), The Eternal White de Christoph Behl (Argentina), y The Van de Jesús Hernández (España).
Estos proyectos no se presentarán en el evento de Sitges Pitchbox, pero estarán incluidos en el programa y serán recomendados a toda la red de empresas de Filmarket Hub a través de su mercado online.